Qué trato se puede esperar
de quien considera a las personas
herramientas, de quien reduce
sus cuerpos a resultados de productividad.
Qué esperar, entonces,
de su respuesta al mugido,
al cacareo, al balido, al gruñido
sino el encierro el hacinamiento
la hipermedicación las pústulas
la autolesión la agitación compulsiva
la comida infectada de compuestos químicos
la mutilación escaldado degollamiento
y la bandeja de poliespán
en el horizonte.
Alberto García-Teresa
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