Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

viernes, diciembre 30

Procès

 


En el verano de 2011

los políticos catalanes

tuvieron que entrar al parlamento

en helicóptero,


las movilizaciones populares

pusieron cerco a la Generalitat

como forma de denunciar a la casta política,

sus privilegios, su distanciamiento

de los problemas de la gente,

y la corrupción que minaba

todo el entramado institucional.


Los Mossos reprimieron sin compasión

a los manifestantes, dejando

treinta y tres heridos

y veinte detenidos a los que se les pidió

ocho años de cárcel

y multas de cientos de miles de euros.


Seis años después,

los que eran repudiados por el pueblo

al grito de “Ningú ens representa”

y considerados mercenarios del poder,

se han convertido en héroes,

y las instituciones que se rechazaban,

reivindicadas al tiempo que se vitorea a los Mossos.


La explicación de este cambio se llama Procés,

y consiste en darle a todo una mano de pintura

a base de emoción, sentimiento, lengua y cultura

con los que revalorizar unas instituciones

y a unos políticos que habían perdido toda credibilidad

y prestigio.


Es el milagro del nacionalismo, que se come

toda posibilidad de crítica,

refuerza a las élites, y permite algo insólito,

la colaboración entre clases

que hace factible que los trabajadores

abracen a sus explotadores,

muestren adhesión a sus opresores

y aplaudan a las instituciones que legitiman su sumisión.


Mientras los políticos españoles y los políticos catalanes

saben que todo es fruto de una farsa,

la escenificación de un sainete

en el que acaban entendiéndose

y hasta durmiendo en la misma cama,

la población mantendrá una patética y lamentable división,

pues ha creído a pie juntillas

la confrontación teatralizada por los de arriba.


La brecha que se cierra por arriba

se abre por abajo,

pues la culpa de todos los males

ha sido orientada hacia otros oprimidos

que no por ser españoles son menos oprimidos

que los hoy obnubilados oprimidos catalanes,

convencidos por sus pintores de brocha gorda,

a base de patria, identidad, bandera, lengua y enemigo,

de que con cambiar el color de la opresión

la opresión del Estado desaparece.

 

 

 Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Poesía completa (2014 -2019)

martes, diciembre 27

Vivotecnia: crónica de lo acontecido

 

 

El 8 de abril de 2021, Cruelty Free International hizo públicas las imágenes que había tomado una investigadora en el laboratorio madrileño de Vivotecnia, que mostraba las torturas a las que se sometía a los animales.


 


Tras su publicación en el diario británico The Guardian, recogidas al día siguiente por la prensa española, el impacto causado fue mayúsculo, teniendo un relevante eco en redes que rápidamente se transformó en indignación y rabia que se trasladó a las puertas de las instalaciones situadas en Tres Cantos (Madrid). Las administraciones públicas regional y nacional reaccionaron de una forma que, en un primer momento, podría parecer firme y contundente, pero, como se vio más adelante, realmente solo resultaba ser la representación de cierta oposición.

 

La Comunidad Autónoma de Madrid suspendía de forma temporal y parcial la actividad de la empresa, mientras que el Gobierno central, a través del director general de Derechos de los Animales, aseguraba que los animales serían trasladados a centros de protección. Esto último no llegó a suceder, la cómoda excusa del reparto competencial justificó su inacción, y, por el otro lado, la Comunidad levantó la suspensión a los dos meses, pese a que en su primera inspección constató indicios de abusos y malas prácticas en los experimentos. Tras dicho levantamiento, continúa llevándose a cabo la misma actividad investigadora con animales en el mismo entorno.

Por otra parte, el proceso judicial que han impulsado diferentes asociaciones y organizaciones continúa en marcha. En el marco de dicho procedimiento, entre las medidas cautelares solicitadas se encontraba el decomiso de los animales, petición que fue rechazada por la jueza del Juzgado de Instrucción nº 6 de Colmenar Viejo, utilizando en su argumentación informes del SEPRONA y la Comunidad de Madrid, que alegaron que las medidas tomadas por Vivotecnia son suficientes para garantizar el bienestar de los animales.

La Comunidad de Madrid, según pudimos conocer por información publicada en exclusiva por El Salto, a través del fondo de capital riesgo INICAP, participado mayoritariamente por ésta, invirtió más de un millón de euros en Vivotecnia, perdiendo prácticamente toda la inversión. Además de conceder dos avales por valor casi también de un millón de euros y una subvención de 52.973 euros. Pero éste no es el único vínculo de esta empresa con entidades del Estado, tras el levantamiento de la suspensión, instituciones y organismos públicos como el CSIC o el Parc Científic de la Universitat de Barcelona han seguido contratando sus servicios. En noviembre de 2021, Cruelty Free International denunciaba en su página web que “el Ministerio de Ciencia y el Consejo Nacional de Investigación del país han ampliado dos contratos con Vivotecnia, el laboratorio de pruebas de contratos de Madrid en el que expusimos niveles impactantes de crueldad y sufrimiento animal y aparentes incumplimientos sistémicos de las leyes españolas y de la UE a principios de este año”.

Los vínculos de la propia Administración con Vivotecnia son bien estrechos, por lo que confiar en que el Estado tome las medidas necesarias que terminen con su actividad investigadora resulta ser una pretensión quimérica, pues se ha comprobado que ni las horribles imágenes publicadas son suficientes para movilizar a las autoridades políticas y judiciales competentes. Un movimiento de base que reactive la respuesta de los primeros días pero que también ensanche el espacio de lucha en solidaridad con los animales, aglutinando diferentes posiciones que se mantengan activas y participativas, es imprescindible para generar el empuje necesario que termine con dichas prácticas. Este es el objetivo que se ha marcado la Asamblea Antiespecista de Madrid a través de la campaña “Cerremos Vivotecnia”, presentada oficialmente el pasado 8 de octubre en el local de la FAL pero que ya se dio a conocer unos días antes, en las calles de Madrid, a través de carteles y pegatinas que anunciaban una página web que recoge materiales y convocatorias, como la próxima manifestación del 5N antiespecista, vinculada este año a dicha campaña.

Tras las iniciativas de protesta que tuvieron lugar durante las primeras semanas tras la publicación del material audiovisual recogido, la movilización ha ido decreciendo salvo en momentos puntuales, como, por ejemplo, a principio de este 2022, cuando se organizaron una serie de acciones contra el contrato firmado por la Universidad de Barcelona con Vivotecnia para testar un fármaco en cachorros de beagle. Este experimento implicaba suministrar a la mitad de los perros las dosis necesarias para que murieran, sin cuidados paliativos de ningún tipo, mientras que a la otra mitad se les daban diferentes cantidades para estudiar sus reacciones, un experimento de muy dudosa justificación científica pero obligado según una legislación arbitraria y arcaica. Por ello, para recuperar la movilización por el cierre inmediato de Vivotecnia, el movimiento antiespecista pretende, por un lado, volver a encontrarse para retomar la calle para, como ya se publicaba en este periódico cuando se conocieron las primeras imágenes, “seguir haciendo un movimiento por la liberación animal capaz de construir un mundo cada vez más justo y antiespecista”.

 

https://www.todoporhacer.org 

sábado, diciembre 24

Entrevista a Futuro Vegetal

 

El número de acciones directas no violentas destinadas a poner el foco en lo poco que se está haciendo para luchar contra la crisis climática se está disparando en todo el mundo. El caso más reciente (y uno de los más sonados) fue el de unas activistas que lanzaron sopa de tomate sobre el cristal que protegía un cuadro de la serie de los girasoles de Van Gogh (sin dañar la obra) en el Reino Unido. Unos días después, otras replicaron la acción en Potsdam lanzando puré de patata a un Monet, exclamando «¿Necesitamos puré de patata en una pintura para que escuchéis? Tengo miedo de que los científicos nos dicen que no podremos alimentar a nuestras familias en 2050. Esta pintura no valdrá nada cuando tengamos que luchar para alimentarnos. ¿Cuándo vais a escuchar y parar vuestros negocios?«. Estas acciones pusieron de relieve una de las mayores contradicciones de nuestra sociedad: parece importar más el arte que la destrucción de nuestro planeta o la muerte de miles de personas cada año por culpa del cambio climático.

Futuro Vegetal (que no guarda ninguna relación con las acciones descritas sobre estas líneas) es uno de esos colectivos de desobediencia civil que ponen sobre la mesa este tipo de contradicciones. Se dio a conocer a principios de este año tiñendo de rojo el Ministerio de Agricultura. Varios meses después, el pasado mes de octubre, cortaron el acceso a la industria cárnica a MercaBarna durante algunas horas. Pero, además de acciones en las que ponen su cuerpo y arriesgan su futuro, también realizan un importante trabajo de difusión, mediante charlas, pegadas de carteles, diseño de infografías, divulgación de vídeos en redes sociales, etc.


Hemos charlado con estas activistas sobre su militancia y sus motivaciones. Os dejamos a continuación con una interesante entrevista en la que analizan su estrategia, objetivos y fines.

Todo por Hacer (TxH): Lo primero de todo, ¿qué es el colectivo Futuro Vegetal? ¿Funcionáis de modo horizontal, asambleario y autogestionado?

Futuro Vegetal (FV): Futuro Vegetal es un colectivo de desobediencia civil y acción directa que lucha para evitar los peores efectos de la Crisis Climática mediante la adopción de un sistema de agroalimentario basado en vegetales. Somos horizontales, autogestionadas y descentralizadas. Tenemos una serie de principios comunes que funcionan como una suerte de acuerdo de mínimos para favorecer la toma de decisiones por consenso y, si este no fuera posible, por consentimiento. Creemos en organizarnos para parar aquello que nos daña; estamos trabajando para lograr paros productivos en la industria cárnica.

TxH: ¿Por qué ha de ser el futuro vegetal? ¿Actuáis por motivación climática, por una ideología antiespecista o ambas cosas?

FV: El futuro debe ser vegetal por una cuestión científica: La ganadería es responsable de más emisiones de gases de efectos invernadero que todo el sector del transporte mundial combinado. También es el mayor usuario de tierras del planeta y el principal impulsor de la deforestación en el mundo. El IPCC lleva años recomendando un cambio de sistema agroalimentario hacia uno basado en vegetales para mitigar las consecuencias de la Crisis Climática. En el estado español consumimos un 80% de alimentos de origen animal frente al 30% que consumen la mayoría de regiones del planeta. Solo la sociedad «occidental» y su cultura del despojo mantiene niveles tan altos en este sentido. Para mantener este consumo la industria agroalimentaria emplea el 70% de los recursos hídricos del estado, destruye el suelo y su biodiversidad y contamina el agua restante.

Al mismo tiempo, entendemos que es uno de los pilares fundamentales del antropocentrismo especista que condena a millones de animales no humanos a las peores torturas por una cuestión de apetencia. La industria cárnica bebe de la objetivación extrema de otros seres sintientes y se nutre de ella para aplicar también condiciones próximas a la esclavitud a sus trabajadoras, la mayoría de ellas migrantes y/o precarizadas en situación de alta vulnerabilidad, siendo uno de los sectores líderes en suicidios a nivel global.

Además, también es un sector que favorece la concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos, lo que genera un problema de soberanía popular al dificultar el acceso a bienes básicos y condicionar la forma en la que nos alimentamos. Nos hace dependientes de unas pocas manos.

TxH: Os habéis dado a conocer a través de acciones como lanzar pintura roja contra el Ministerio de Agricultura, cortar el acceso de cárnicos a MercaBarna y por pegar carteles en la sede del PSOE. Pero habéis hecho otro trabajo más invisibilizado, como organizar una gira de charlas en librerías, restaurantes veganos y locales de sindicatos como la CNT, o como crear formularios para rellenar por internet. Habladnos del trabajo activista que lleváis a cabo y de vuestra estrategia.

FV: Hay que reconocer que ha sido mucho trabajo, pero es que la situación es tan crítica que difícilmente podríamos actuar a la altura de las circunstancias sin trabajar al máximo de nuestras capacidades.

Nuestra estrategia se compone de tres pilares: Denuncia, creación de lazos y acción.

Comenzamos nuestro trabajo con una serie de acciones de desobediencia civil para ocupar espacios en la prensa mainstream y tratar de poner de relieve la gravedad del asunto. Desde que nos conformamos como colectivo en enero hemos realizado al menos una acción de desobediencia civil cada dos meses con esta finalidad: Tiramos pintura al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, a las sedes de PP, PSOE, VOX e IU en Andalucía, entramos en «La Velada del Año» de Ibai Llanos y nos encadenamos al ring… Todo ello con la intención de que el mensaje llegue a sectores donde normalmente no lo vemos. No podemos quedarnos en los espacios politizados donde nos sentimos cómodas. Esto es un problema de todas y necesitamos estar juntas para combatirlo.

 Durante el verano, por una cuestión de disponibilidad, hemos hecho una gira por distintas regiones del Estado explicando con más detalle del que nos permiten las acciones la relación entre la industria cárnica y las distintas problemáticas que comentábamos en la anterior pregunta, pero también qué podemos hacer para darle la vuelta a esta situación. Estuvimos en Galicia, Asturias, Euskadi, Catalunya, Illes Balears, Andalucía, Cantabria, Aragón, Navarra y Castilla-León, además de encuentros como Sembrando Futuros, Communia o Sobremesa. Lo más interesante de esta parte es el contacto con gente en distintos territorios y la creación de redes de solidaridad y apoyo mutuo.

 Por último, pasamos a la acción. Es la parte fundamental de nuestra estrategia. No se entiende la divulgación y el trabajo colectivo si no va acompañado de una propuesta para incidir en la realidad material. Nuestra campaña se enfoca en el cierre de centros de la industria cárnica. Queremos acabar con la narrativa de que la función de los movimientos sociales es exigir medidas a las instituciones. Ni están, ni las esperamos. Tenemos que ser nosotras las que tomemos el papel principal en el marco político y quienes hagan lo necesario para asegurar un futuro que merezca la pena vivir.


TxH: ¿Habéis tenido problemas legales derivados de vuestras acciones?

FV: Hasta la fecha no, aunque sí que nos consta que los 4 partidos políticos mayoritarios en Andalucía nos han denunciado por nuestra acción en sus respectivas sedes. Igualmente, es importante destacar el hasta ahora de la anterior frase, pues el sistema de burrepresión actúa con frecuencia mucho después de la comisión de los hechos. En cualquier caso, no nos asusta. La situación es crítica y ni una multa, ni una pena de prisión, es nada comparado con el caos climático al que nos aboca el sistema económico actual. A todas las que tenemos aspiraciones emancipadoras se nos plantea un escenario de catástrofe que sólo va a empeorar si no logramos una revolución social capaz de mitigar el impacto de la Crisis Climática.


TxH: Habéis criticado a organizaciones ecologistas mainstream, como Greenpeace por «tener directivos ricos». ¿Por qué consideráis que es importante la acción directa y la autogestión?

FV: La crítica no es que la directiva sea rica; es que tienen muchísimos recursos y se quedan siempre en acciones de denuncia. Conocemos a muchísimas activistas de Greenpeace y otras organizaciones y el sentir mayoritario es que les gustaría hacer más. No se entiende que una organización que en 2021 recaudó 17.264.763€ se quede en acciones de visibilidad.

Creemos que la acción directa es la única vía que tenemos para cambiar el rumbo que llevamos como especie ya que ningún gobierno está dispuesto a anteponer los intereses colectivos frente a los de las grandes corporaciones. Creemos en la autogestión y la descentralización para evitar que sea un pequeño grupo el que controle el movimiento; las decisiones sobre qué hacer con los recursos colectivos deben ser tomadas por quienes trabajan y se ponen en riesgo para alcanzar nuestros objetivos.

TxH: También habéis criticado a algunas organizaciones animalistas por defender que los derechos de los animales se tienen que conquistar poco a poco. ¿Entendéis que el cambio debe ser drástico e inmediato?

FV: Parece que odiemos a otras organizaciones, aunque en realidad estamos agradecidas de todo lo positivo que hacen. Sí que nos preocupa, igual que en el caso anterior, la cantidad de recursos que absorben estas entidades y que se destinan a metas que no suponen cambios estructurales. La coyuntura climática requiere de un cambio sistémico. Las distintas opresiones que nos atraviesan también. ¿Por qué perder el tiempo pidiendo jaulas más grandes o promocionando envases de plástico reciclado para corporaciones ecocidas como Coca-Cola? Necesitamos que la gente entienda la gravedad del asunto y la responsabilidad y el poder que tenemos de cambiar las cosas.

TxH: ¿El debate político está en macrogranjas sí o no, o en si la ganadería debe existir o no?

FV: Sobre si la ganadería debería existir o no, un estudio de febrero de este mismo año de la Universidad de California concluía que la eliminación mundial de la ganadería podría estabilizar los niveles de gases de efecto invernadero durante 30 años y compensar el 68% de las emisiones de CO2 de este siglo. El gobierno del Estado español declaró la «emergencia climática» en 2019. Creemos que quien lea esto podrá sacar sus propias conclusiones sin más texto por nuestra parte.

TxH: Tenemos entendido que tenéis asambleas abiertas telemáticas. ¿Cómo puede la gente contactar y colaborar con vosotras?

FV: Pues está todo en nuestra web, www.futurovegetal.org y siempre nos pueden mandar un correo electrónico a futurovegetal@protonmail.com o un mensaje a cualquiera de nuestras redes sociales. ¡Esperamos con muchas ganas que entre más gente, tenemos todo por hacer!

 

 https://www.todoporhacer.org

 

 

 

 

domingo, diciembre 18

Bibliotecas populares autogestionadas

 


Alrededor nuestro, quien más quien menos, todos tenemos bibliotecas. La gran mayoría de ellas dependen de administraciones públicas y algunas de ellas también de instituciones privadas variopintas, desde fundaciones de todo tipo hasta las denominadas obras sociales de entidades bancarias. Muchas de estas bibliotecas están dotadas de amplios fondos, otras hacen lo que pueden. Pero, en general, cuando se trata de buscar libros de contenidos sociales o políticos en los márgenes, o pertenecientes a editoriales pequeñas y autogestionadas es difícil encontrar lo que se busca. Ahí es donde nace la necesidad de otros modelos de bibliotecas, populares y autogestionadas que den cabida a otros contenidos fuera de lo habitual, a material autoeditado que se distribuye en circuitos alternativos o que se corresponda con temas políticos y sociales a la izquierda de la izquierda. Estas bibliotecas existen e intentan complementar lo que ofrecen las bibliotecas institucionales con fondos y actividades que no tienen cabida en ellas. Funcionan a través de colectivos autogestionados que subsisten como pueden para hacer funcionar estas bibliotecas, y no solo mantenerse funcionando, sino también mantener, renovar y actualizar sus fondos periódicamente. En la mayor parte de las ocasiones estas bibliotecas se albergan en locales (cedidos, alquilados u okupados) en los que tienen lugar muchas otras actividades. Porque la lectura, y todo lo que ocurre alrededor de los libros, no tiene por qué ser una actividad individual, bien puede ser colectiva a través de clubs de lectura, de puestas en común sobre los temas que contienen estos libros o charlas de presentación de nuevas publicaciones en las que se puedan intercambiar opiniones. Y así, bajo esta inspiración, es como nacen los proyectos que participan en este episodio nº 297 de Barrio Canino.

Grabado precisamente en la sede de una de estas bibliotecas, el Local Anarquista Magdalena, en el corazón de Lavapies, este programa reúne a cinco de estas bibliotecas sociales, populares, autogestionadas, que están funcionando en diversos puntos de la geografía: la propia biblioteca anarquista Magdalena (de Madrid Centro), la biblioteca okupada anarquista Carnaval y Barbarie (de Vallekas), la biblioteca La Revoltosa (de Alcorcón), la biblioteca libertaria Jesús Lizano (de Fuenlabrada) y la Biblioteca Social Hermanos Quero (de Granada). No están todas las que son, está claro, pero son todas las que están.

En esta charla nos hablan sobre cómo un colectivo puede autogestionar una biblioteca, qué tipo de fondos se encuentran en ella, cómo se consiguen los fondos, cómo se catalogan, se prestan los libros y qué otras actividades ocurren en torno a los espacios que albergan estas bibliotecas. Pasen y lean.

El programa se puede escuchar en este enlace

 

Enlaces:

– Biblioteca Jesús Lizano (Fuenlabrada. Biblioteca popular y club de lectura. https://fuenlabrada.cnt.es/biblioteca/

– Carnaval y Barbarie (Vallekas). Biblioteca anarquista okupada. https://carnavalybarbarie.noblogs.org/

– Biblioteca La Revoltosa (Alcorcón). Biblioteca popular y anarquista. https://bibliotecalarevoltosa.wordpress.com/

– Local Anarquista Magdalena (Madrid Centro). Centro de encuentro, biblioteca, librería,  videoteca y centro de documentación. www.localanarquistamagdalena.org

– Biblioteca Social Hermanos Quero (Granada). Biblioteca, librería, centro de documentación, archivo, espacio de encuentro y autoorganización autónomo. https://www.bsquero.net/

jueves, diciembre 15

El Terror feminista. Breve elogio del feminismo extremista

 

 
 
"Existen mujeres que han matado para no morir. Mujeres que han matado para obtener la justicia que el sistema judicial, burgués, blanco y patriarcal, les niega. No digo que esto esté bien. No digo que esto esté mal. Digo que esto es. Y será"
Irene pone sobre la mesa esto En El Terror Feminista. Breve elogio del feminismo extremista, en un empeño de que esas mujeres no sean silenciadas una vez más.

Hablamos con Irene de autodefensa feminista, de acción directa, de mujeres que mataron a sus maridos maltratadores, que quemaron a los violadores de sus hijas, que rompieron cristales, pusieron bombas, quemaron y rompieron.

lunes, diciembre 12

Seguridad

 

 

Querer tener un coche de policía en la puerta de la vivienda propia veinticuatro horas al día es un síntoma de normalidad.

Iván Díaz y Cristina Honorato



Quítese los zapatos y el cinturón

sin perder la sonrisa.


Abra la bolsa

sin perder la sonrisa.


Enséñeme sus objetos personales

sin perder la sonrisa.


Quítese la chaqueta

sin perder la sonrisa.


Levante los brazos

sin perder la sonrisa.


No se detenga aquí

sin perder la sonrisa.


Zona bajo videovigilancia

sin perder la sonrisa.


Lo estamos grabando por su bien

sin perder la sonrisa.


Enséñeme la documentación

sin perder la sonrisa.


Ábrame el maletero del coche

sin perder la sonrisa.


Qué lleva usted ahí

sin perder la sonrisa.


¿Se puede saber de qué se ríe usted?

 

 

 Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Poesía completa 2014 -2019). Ed. Jarramplas, 2022

viernes, diciembre 9

Elon Musk, Twitter y la farsa de la libertad de expresión


A finales del pasado mes de octubre, el multimillonario sudafricano Elon Musk se convirtió en el dueño de Twitter, tras comprar la empresa por 44.000 millones de dólares. De esta manera, a golpe de talonario, se hizo con el medio de comunicación más importante del mundo. A nadie se le escapa que Twitter es un lugar de encuentro entre políticos, periodistas, empresas, sindicatos, colectivos y organizaciones sociales y políticas, activistas, individualidades de todo tipo y un largo etcétera. Esta red social tiene el poder de colocar temas en la agenda pública y de moldear las opiniones de millones de personas a base de hashtags. Por tanto, quién lo controla, qué algoritmos utiliza para potenciar determinados mensajes, qué normas de uso pone (dónde pone los límites) y cómo sanciona a las infractoras puede ser determinante para influir en la política mundial.

¿Quién es Elon Musk?

Bebé en bancarrota; parásito supremo; grano petulante; beneficiario del Apartheid; besaculos de dictadores; oligarca fuera de la ley; colonizador inseguro; cruel acumulador de riqueza; niño mediocre; privilegio presurizado; pequeño racista; megalómano; millonario inútil” – Mensaje proyectado sobre la fachada de la sede de Twitter en San Francisco por algunas de sus trabajadoras el pasado 18 de noviembre

A estas alturas de la película, todo el mundo sabe quién es Elon Musk. Nacido en el seno de una familia rica en Sudáfrica que hizo su fortuna durante el Apartheid (“teníamos tanto dinero que no podíamos cerrar la caja fuerte”, ha rememorado Musk alguna vez), emigró hace décadas a Canadá y posteriormente a California, donde abrió varias empresas tecnológicas. Se forró creando PayPal y desde entonces su dinero y fama han ido en aumento, desarrollando los coches automatizados de Tesla y los cohetes espaciales de SpaceX. Actualmente, a través de esta última empresa, ostenta una importancia geopolítica considerable, pues sus satélites son vitales en conflictos como, por ejemplo, la Guerra de Ucrania.

Las salidas de tono y polémicas de Musk también son conocidas. Por ejemplo, durante los primeros meses de la pandemia de la Covid-19 se opuso fervientemente a los confinamientos sanitarios y solicitó que sus trabajadoras siguieran acudiendo a las fábricas, aunque supusiera un riesgo para su salud.

Pero quizás sea menos conocida su ideología política. Según relatan medios como The Guardian y Business Insider, Musk, al igual que el alemán Peter Thiel (cofundador de PayPal que abandonó Facebook para dedicarse a la reelección de Trump y que financia movimientos de extrema derecha en Europa) y otros jefazos de empresas tecnológicas de Silicon Valley, se creen dioses sobre la Tierra y su filosofía rectora se denomina “altruismo efectivo”. Se trata de poner la ciencia al servicio del bien común y sus pilares son el largoplacismo (priorizar el futuro lejano sobre el presente, lo cual tiende a convertir a quienes lo practican en indiferentes al sufrimiento de quienes les rodean), el transhumanismo (la creencia en la evolución de la humanidad más allá de sus limitaciones biológicas a través de la tecnología) y el pronatalismo.

El pronatalismo, vinculado al largoplacismo, busca solucionar los problemas demográficos de la sociedad europea actual mediante la reproducción a gran escala de quienes son genéticamente superiores (o sea, ricos). Es decir, creen que los retoños de los grandes genios (especialmente del sector tecnológico) van a ser más inteligentes que el resto (además de mejor alimentados y educados que los hijos de la clase obrera), por lo que el mundo sería mejor si el 1% mejor del planeta se reprodujera a una velocidad superior y reemplazara al resto de la humanidad. Musk ha puesto en práctica esta idea y actualmente tiene 10 hijos con mujeres diferentes.

Según explica un artículo del periodista Nafeed Ahmed, esta ideología (desarrollada por profesores de las universidades de Leibniz y Oxford que creen que en el futuro nos fusionaremos con máquinas y eliminaremos los riesgos genéticos para asegurar la felicidad de la mayoría), aunque puede ser minoritaria en el mundo, está teniendo una enorme influencia en los dirigentes de Facebook, Google, Amazon y Microsoft… y en la Administración Biden. Incluso el podcaster de la Alt-Right, Joe Rogan (conductor del podcast más escuchado del mundo), suscribe estas ideas. Ahmed sitúa la compra de Twitter en una estrategia de potenciar esta filosofía.

Por otra parte, el profesor Jaime Caro explica que Musk, Thiel y su amigo Steve Jurvetson han calculado que el mercado de la fertilidad mueve 78.000 millones de dólares y están invirtiendo fuertemente en él con empresas como Genomic Prediction.

Consecuencias de la compra de Twitter

Una de las primeras medidas de Musk tras hacerse con Twitter fue despedir a los principales cargos directivos de la empresa. Poco después, los directores de publicidad, marketing y recursos humanos anunciaron que se marchaban. A esto les siguieron los despidos masivos de trabajadoras de la compañía en Estados Unidos, Europa y Asia. En total, de las 7.500 personas que tenía en plantilla, a prácticamente la mitad (3.700) se les ha comunicado su despido. Algunas se enteraron cuando dejaron de tener acceso a los canales de comunicación interna. En muchos casos, como en España, los despidos se han llevado a cabo sin respetar la normativa de los ERE y posiblemente sean nulos. Se calcula que estos despidos masivos, justificados como “necesarios” por las “pérdidas diarias de 4 millones de dólares que soporta la empresa1 buscan ahorrar 1.000 millones de dólares anuales a Musk, cantidad que se corresponde con la que el millonario tiene que devolver a los bancos por los préstamos que adquirió para la compra de Twitter.

A mediados de noviembre, Musk envió un email a todos sus empleados en el que les instaba a decidir si permanecían o no en la compañía, dándoles un plazo de 36 horas para decidirse. En esta carta avisaba de largas horas de trabajo a gran intensidad y les exigía compromiso con la labor “extremadamente dura” para construir Twitter 2.0: a partir de ahora se pondrá fin a la posibilidad de teletrabajar y se trabajarán horas extra y en fines de semana. Y lo que es más grave, varios de los empleados que han permanecido (la mayoría hombres) están difundiendo, orgullosos, sus terribles condiciones laborales, como si se tratara de un reto personal a superar: fotos durmiendo en sacos de dormir en la oficina, cenas de mala calidad delante del ordenador, etc.

Por fortuna, muchas empleadas no han tolerado lo que denominan “la cultura tóxica de Musk en la empresa”. Según la revista Fortune, cerca de 1.200 trabajadoras podrían haber abandonado la compañía. En caso de confirmarse esta cifra, Twitter habría pasado, en menos de un mes, de emplear a más de 7.000 trabajadores a tener sólo 2.000 personas en plantilla. Esto provocó rumores de que la red social se podría apagar. #TwitterOff fue trending topic durante muchos días.

Twitter como oasis de la libertad de expresión

Según Musk, el objetivo de la compra de Twitter es la defensa de la libertad de expresión. De hecho, se autoproclama “absolutista de la libertad de expresión”. Movido por su endiosamiento, manifiesta estar a disgusto con la censura que han sufrido miles de personas a las que se les cerraron las cuentas – como Donald Trump (por incitar al asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021), la política Marjorie Taylor Greene (por difundir bulos), el rapero Kanye West (por divulgar mensajes antisemitas), milicias de extrema derecha, etc – y quiere solucionar, individualmente (pues no concibe otras formas de trabajar) el problema.

Desde que Musk ha tomado las riendas de la red social, ésta ha devuelto muchas de las cuentas que habían sido suspendidas permanentemente a sus titulares, la mayoría de derechas. Entre los readmitidos se encuentran Donald Trump (quien ha rechazado la oferta, alegando que ha creado su propia red social, Truth Social y que, para promocionarla, sólo informará desde ella). Además de la cuenta de Trump, Musk también ha reactivado la cuenta del periódico conservador satírico The Babyloon Bee, que concedió el título de “hombre del año” a una mujer trans. O la del psicólogo Jordan B. Peterson, que también publicó un tweet tránsfobo, en este caso contra el actor Elliot Page. También ha recuperado la cuenta del rapero Kanye West, que había sido excluido de la red por difundir mensajes antisemitas, racistas y machistas. Al poco tiempo de recuperarla, West acudió a un programa de televisión online de extrema derecha, Info Wars, donde dijo que “quería a los judíos, pero a Hitler también”. En España, sabandijas varias están luchando actualmente por la restauración de las cuentas de Estado de Alarma TV (el difusor de odio y bulos de Javier Negre) y del desinformador fascista Alvise Pérez.

Según una investigación del Centro para Contrarrestar el Odio Digital, el uso diario de la llamada “palabra que empieza por n” (n word) para referirse despectivamente a personas negras bajo el reinado de Elon I es el triple del promedio de 2022 y el uso de insultos contra homosexuales y personas trans aumentó un 58% y un 62%, respectivamente. “Musk ha encendido la batseñal para atraer a racistas, misóginos y homófobos a Twitter y éstos han respondido a su llamamiento”, indicó el director de este Centro, Imrad Ahmed, a la CNN.

 


Sin embargo, la pretendida neutralidad y defensa de la libertad de expresión de Musk no es tal. La realidad es que, mientras recupera cuentas de extrema derecha, está eliminando perfiles antifascistas en oleadas. Las últimas en sufrir esta censura fueron las compañeras del colectivo anarquista CrimeThinc. Como explica un comunicado suyo: “El 24 de noviembre, un nacionalista blanco […] publicó un tuit a favor de oleadas de eliminación de cuentas en Twitter. Elon Musk le respondió, manifestando estar de acuerdo con él, y el troll ultraderechista Andy Ngo le respondió, pidiendo expresamente que la cuenta @crimethinc fuera borrada. Dos horas después, Musk lo hizo.

La cuenta @crimethinc se remonta a mayo de 2008. Nunca había sido suspendida, ni había recibido ningún aviso, en 14 años. Ngo no facilitó material nuevo, sino tuits de hace años. Otras usuarias de Twitter fueron banneadas igualmente el mismo día.

El discurso de Musk de convertir Twitter en un foro de libertad de expresión es una mentira. Musk compró Twitter para imponer su agenda en la red social más influyente de todas, la cual se escapaba al control de personas como él. […]

Mientras da la bienvenida a Donald Trump, supremacistas blancos y fascistas a Twitter, Musk purga a quienes se oponen a sus aspiraciones autoritarias. El objetivo tras silenciar nuestras voces es para allanar el camino para otras formas de violencia.

Históricamente, siempre ha habido dirigentes que se han aliado con la extrema derecha y el fascismo. En este sentido, Elon Musk sigue los pasos de Henry Ford, promocionando a reaccionaros que le ayuda explícitamente para atacar a movimientos populares. Y, como ocurría en los tiempos de Ford, el resto de los dirigentes, incluyendo centristas y progresistas, esperan beneficiarse del silenciamiento de las voces disidentes sin mancharse las manos.

Esto es posible, en parte, porque la mayoría de empleadas de Twitter han dimitido o han sido despedidas. Un gran número de las que permanecen dependen de sus visados de trabajo para permanecer en Estados Unidos, un ejemplo sombrío de cómo las fronteras sirven para imponer su agenda sobre sus empleadas, incluso las que ganan bastante dinero.

Cuando Musk dice que está construyendo Twitter 2.0, se refiere a la transición del Internet original – foros, Indymedia y un modelo abierto y más o menos participativo – a una nueva red mundial, en la que todas las interacciones están afectadas por los algoritmos de una oligarquía de jefes tecnológicos. Lo que ya ha ocurrido con Facebook e Instagram está ocurriendo actualmente con Twitter y es la consecuencia inevitable de la dependencia que tenemos en redes sociales creadas por corporaciones”.


Toda nuestra solidaridad con las compañeras silenciadas.

 

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1En el programa 2×38 del podcast La Base, Sara Serrano explica que “en el primer trimestre de 2022, Twitter acumuló beneficios por más de 500 millones de dólares, multiplicando por siete las ganancias del mismo periodo del año anterior. Además, en los últimos 12 meses sólo se ha devaluado un 1% en bolsa. Esto contrasta enormemente con las fuertes caídas en el mercado de valores de otras grandes tecnológicas, como Meta, con una caída del 70% y Amazon que se devaluó un 97%”.

 

Todo Por Hacer.

 

 

 

martes, diciembre 6

Más sobre el corrupto mundo balompédico

 


Aclararé, sin ánimo excusatorio alguno, que el deporte del balompié me interesa entre muy poco y nada. Sin embargo, algo que mantiene embobados a infinidad de espectadores obliga, si queremos empezar a anular toda actividad alienante, no obliga a indagar un poquito en todo ello. Máxime, cuando el Mundial de Qatar está en boca todos por diversos motivos. Solo asistí, en cierta ocasión, a un partido futbolístico y la serie de barbaridades que allí escuche todavía hoy me estremece (no, no son meros remilgos, es oposición a la barbarie). En primer lugar, y no me lo podrá negar ningñun aficionado sensato, el fútbol destila machismo por los cuatro costados y hay quien señala en ella un repulsivo modelo de masculinidad imperante. Esto es así hasta el punto que los futbolistas y árbitros que han declarado tener una orientación sexual diferente se pueden contar con los dedos de una mano. Y habrá quien diga, como caldo de cultivo para la actitud más repulsivamente hipócrita, que nadie tiene que reconocer su condición sexual de modo público; no, amiguito, no se trata de reconocer, se trata de ser y actuar con toda normalidad, algo que no se produce para nada en el universo futbolístico. Al parecer, en el deporte femenino hay algo más de visibilidad; las mujeres, como suele ocurrir, algo más adelantadas tambien en esto. Volvamos ahora al nauseabuando Mundial de Qatar, un país donde el régimen prohibe la homesexualidad y se sanciona con varios años de prisión.

Los poderosos jeques árabes, comprando voluntades a diestro y siniestro en un mundo político y económico absolutamente corrupto, comprendieron que, si quieren dominar el mundo, una pieza importante para ello es controlar esa actividad enajenante para las masas que es el fútbol. La FIFA incluye en sus estatutos la defensa de los derechos humanos, así como la lucha contra la discriminación; la realidad es que se trata de otra organización corrupta, que tiene la sede en Suiza para lavar dinero, que ha ofrecido históricamente la la organización del mundial a regímenes repulsivos y que se vende al mejor postor. El actual dirigente de esta federación, en una muestra de hipocresía sin par, hizo el juego el régimen catarí al sancionar con tarjetas amarillas a los jugadores que lleven brazalates contra la homofobia. Hace poco, al mostrar la evidencia de lo que es todo el proceso del Mundial de Qatar, alguien me preguntaba si yo asistiría si fuera técnico o jugador; una pregunta a la que corresponde contestar si uno tuviera una vida diameltramente opuesta, que no deseo en absoluto. Lo cierto es que los gestos de protesta han sido escasos, máxime en el glorioso equipo español; no sorprende en absoluto, ya que la gran mayoría de jugadores de alto nivel son mercenarios sin la más mínima ética. Solo eso explica que tantos deportistas convertidos en ídolos populares, después de ganar mllones, acaben sus carreras en alguno de sus esos repugnantes regímenes para hacer todavía más caja.

Me entero también que algunos aficionados en la competición española, bien por la gente decente que le gusta el fútbol, trataron de exhibir una pancarta de boicot al Mundial; la respuesta de la federación balompédica de este inefable país fue prohibirla con el argumento de que «manchaba el fútbol», la policía no tardó en retirarla. Al parecer, los miles de trabajadores asesinados por la construcción de las infraestructuras en Catar no suponen mancha alguna, sencillamente hay que echar tierra sobre ellos. En el propio evento, los intentos de protesta se han censurado y se ha prohibido entrar con pancartas en los estadios. Meses atrás, el gobierno más progresista de la historia de este indescriptible país no dudó en recibir con todos los honores al emir de Catar. Claro, los negocios mandan y el capital catarí está invertido en grandes empresas patrias y en sectores como la energía o las aerolíneas. Qué decir de la Casa Real, que promueve toda suerte de relaciones lucrativas de los jeques árabes en el Reino de España, mientras la televisión pública invierte millones para mantener a las masas pegadas a la caja tonta. El blanqueamiento de los medios, por otra parte, ha revuelto las tripas a cualquier que tenga un mínimo de conciencia. El mundo capitalista en que vivimos en connivencia con todo tipo de regímenes opresiones y pseudodemocracias. ¡Seguiremos dando guerra!

 

Juan Cáspar

sábado, diciembre 3

El poder policial. Maderos, chusma y orden social

 

 
 
¿Cuál es el secreto más recóndito de la democracia liberal? ¿La clave de la bóveda oculta que sostiene el orden burgués? El poder policial.
 
Mark Neocleous, uno de los mayores expertos en materia de estudios críticos de la policía es el autor de Maderos, chusma y orden social: Una teoría crítica del poder policial, publicado por Katakrak.
 
En esta obra, entrelaza la construcción de la arquitectura de los sistemas de dominación capitalista durante los últimos 5 siglos, con la propia evolución del poder policial.

Hablamos con el autor del prólogo, Jorge del Cura, veterano activista de la lucha contra la tortura. Con él iremos desmenuzando algunos de los elementos que constituyen el poder policial, su papel a la hora de fabricar el orden de dominación, al tiempo que los mitos entorno a cuáles son las funciones y labores de la policía.