Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

viernes, junio 28

Raza miserable


De alguna forma todos somos resultado de las guerras pasadas,
las que acribillaron a millones de generaciones,
que hicieron desaparecer culturas y ciudades enteras.
Las territoriales, no tan nombradas, no tan mediáticas
que acabaron con tribus, dialectos y tradiciones.
Las que han hecho que hermanos se masacren por un poder vacío.
Somos seres transformados por la sangre derramada.
Hemos sido testigos mudos de lo que la historia desfigura
en palabras de sabios.
No avizoramos un futuro prometedor,
la esperanza de todos está en las manos de unos pocos
que visten de traje y siempre tienen para comer.
Todavía hay quienes creen que con muros se protege la suerte,
quienes le ponen valor con vidas a los galones de petróleo,
quienes consideran que la paz no es un buen negocio.
Somos una raza miserable, que lo único que merece
es ser exterminada por sí misma.


Natalia Jaramillo. Toda la sangre que nos queda. Fallidos Ed. 2019

martes, junio 25

Breve visita a las pirámides tecno-virtuales

Antes que nada queremos proponer las siguientes preguntas: ¿Es honesto realizar una crítica contra la tecnología al mismo tiempo que se está sirviendo de ella? ¿Desde qué posición o lugar es posible hacerla? ¿A fin de cuentas, no son la mayoría de las críticas al capitalismo, al Estado o a la civilización occidental hechas por mismas personas occidentales, o aquellos que encarnan un estilo de vida capitalista y se mueven en torno a instituciones estatales? Sabemos que haber encarado este texto conlleva una contradicción fatal; la reconocemos y asumimos el peligro. Pero consideramos que podemos intentar- en la media de lo posible y con lo poco que disponemos- resistir y combatir esas contradicciones.

Por otra parte, no creemos en la supuesta objetividad de un texto, por eso aclaramos que nace de nuestras lecturas, búsquedas, incapacidades, deficiencias. No pretendemos en las siguientes palabras convencer de nada a nadie y nos disculpamos de antemano por el tinte de persuasión que pueda notarse.

Brevemente

Hace tiempo que se viene hablando de una colonización de la tecnología hacia todos los ámbitos de la vida. En las últimas décadas las redes sociales y las nuevas tecnologías se impregnaron fuertemente en la vida posmoderna. ¿Protagonistas? Celulares, tablets, computadoras y monopolios como Google, Microsoft, Apple, Facebook-Instagram y Twitter, pero principalmente todos los usuarios que participamos y consumimos.

Pero lo inquietante es que se ha naturalizado tanto su uso al punto de que vemos como extraño a alguien que no participa y no se somete al nuevo paradigma de la sociabilidad. Afirmar que aquel que desconfía de las nuevas tecnologías o simplemente decide no usarlas, o aquellos que a la hora de analizar la realidad ponen en cuestión crítica todo elemento que se naturaliza y acepta dócilmente, tienen una postura apocalíptica o pesimista es un reduccionismo que no permite transgredir. Caeríamos en una falsa dicotomía si consideramos que existen posturas pesimistas y optimistas. Tal vez lo interesante sea correrse de ese binarismo.

Actualmente existen una variedad de estudios y análisis sobre la relación entre el humano y el mundo tecno-virtual, tanto desde la sociología, la filosofía, la política, la teoría informática, la psicología social e incluso de colectivos u individuos que están al margen de toda etiqueta o saber académico. Pero como no nos podemos detener en todos los aspectos que hacen que la cuestión sea tan compleja; como no leímos todo lo que hay escrito al respecto; y además como consideramos que es un fenómeno que nos excede-ya que aún es muy reciente como para tener un conocimiento cabal y completo- solo reflexionaremos brevemente a partir de lecturas e interrogantes que muchos ya han hecho.

El progreso separa literalmente a las personas

¿En qué medida las redes sociales y los teléfonos inteligentes favorecen las relaciones humanas? ¿A qué se debe su éxito? Y sobre todo, ¿para qué están pensados/as? Muchos ya han dado algunas respuestas a estas preguntas, porque lo extraño es que una gran parte de lo que pasa en la red carece de importancia en nuestra vida cotidiana y sin embargo, como si fuera una droga, no es fácil abstenernos de ella. En el último tiempo de su vida, Zigmunt Bauman, afirmó que una posible razón del éxito de Facebook fue haberse percatado de que la humanidad contemporánea tienen miedo de uno de los sentimientos más antiguos: la soledad. Así como hace poco Noam Chomsky dijo que “ellos entendieron que era más sencillo crear consumidores que someter a esclavos”, quizá Facebook entendió que lo que más nos asusta es sentir la soledad o no ser parte del mundo que nos rodea. De todas formas, el foco transhumanista de Silicon Valley y todas las compañías tecnológicas conocen mucho más sobre el comportamiento humano, por lo que no resulta una locura pensar en que pretenden vigilar y rectificar nuestras conductas, es decir lo que podríamos llamar un control bio-psico-político del cuerpo y la mente. Pero no solo Bauman plantea esto, también otras voces de la sociología y “psicología social”. Una universidad de Arizona demostró en un estudio (1) que publicar en Facebook constantemente aumenta la “sensación de conexión social”; aunque esto no debería significar que el usuario que no publica seguido tenga más nivel de soledad o incluso que alguien conectado no se sienta solo.

Como casi todo, internet y las nuevas tecnologías tienen su doble rostro: el agradable que nos dice que está todo en orden; y el que la mayoría de las veces no vemos o tendemos a evitar. Por un lado, por la necesidad de sentirnos integradxs y “menos solxs”, esta cara bondadosa aspira a que nos conectemos, exhibamos y relacionemos con los demás pero siempre y cuando sea de cierta manera y bajo determinado modo de producción que favorezca a los CEOS y empresas que expresan el capitalismo tecnológico más desigual. Por otro, al mismo tiempo que nos conecta, nos termina aislando, nos distancia de nuestro entorno, y la naturaleza pasa a ser algo chocante que experimentamos ocasionalmente. Y claramente lo podemos observar en las horas que uno puede estar apartado en una habitación con una computadora o sumido en la pantalla de un celular en una reunión con amigos. Asistimos a un aislamiento sin silencio bajo el slogan “conexión, información y entretenimiento para todxs” pero éste no hace más que maquillar todo lo que termina fomentando. Probablemente en “Dialéctica de la Ilustración” (1944) T. Adorno y M. Horkheimer no se equivocaron al decir que “el progreso separa literalmente a los hombres”.

Con todo, podríamos considerar que la red permite, desde ciertos puntos de vista, una actividad y comunicación falsa e ilusoria. Falsa porque nos aleja de la práctica del arte del dialogo (aquel en donde no existe la opción de eliminar instantáneamente a quien no piensa como nosotrxs); e ilusoria porque en el fondo lo que buscamos es pertenecer, ocultar la soledad, ser reconocidos y figurar, ver el espejo de nuestras propias opiniones diseñando un “yo” digital. Pero de ilusión puede que haya más… porque cuando ingresamos a una red social percibimos la sensación de que acabamos de entrar a un “lugar”. Es decir, sentimos que se abre un sitio en donde no tenemos que esperar para estar acompañados y recibir información-ya que ésta llueve a cantaros. ¿No son estas “ilusiones” el claro reflejo de nuestra incapacidad para estar con nosotrxs mismxs y establecer vínculos más profundos?

Desde ya que no todo lo que se experimenta en el mundo virtual es irreal, pero hay que tener en cuenta, al menos a nuestro entender, que si toda droga coexiste con la adicción o atenta contra la autoestima, no es más que una falsa compañía.

El riesgo que corre nuestra salud

Por otra parte, Javier de Rivera, creador de un proyecto de investigación sobre comunicación on-line, nos dice que dar “likes” es una forma de mostrar un refuerzo o gratificación positiva y que al hacerlo se siente un importante estímulo emocional. Esta opción de dar “me gusta” no solo es un acto mecanicista sino que esta premeditada por la “recompensa inmediata” que ofrece. En efecto, según Rivera(al menos como los están fabricando las empresas que se mencionaron al principio) estos espacios “de interacción virtual están pensados para generar espacios sin roce, interacciones sociales sin sociedad, redes sin comunidad” (2). En parte esto no es errado ya que en la sociedad huxleyana (3) actual en la que vivimos lo que importa es estar entretenidos, distraídos y generar dopamina; por ende la manera más fácil y banal de encontrar reputación, recompensa y gratificación es mediante las redes sociales, aunque estas al mismo tiempo tengan otros beneficios interesantes. Pero al fin y al cabo no es lo que predomina, sino lo opuesto: que reforcemos nuestros pensamientos e interactuemos en nuestras propias “burbujas ideológicas” y muchas veces homofilicamente, relacionándonos únicamente con personas que piensen parecido a nosotrxs; que naturalicemos la entrega de datos personales y privados a las empresas; que se intensifique el consumo de información, imágenes, videos y que todo esto nos genere la ilusión de que tenemos más conocimiento; o lo más terrible, que se incremente el narcicismo, la ansiedad y el sedentarismo.

Sabemos, por otra parte, el riesgo que corre nuestra salud ante el celular y las redes sociales- además de los efectos de las ondas electromagnéticas en nuestra biología- (4). No solo debemos hablar de adicción, autopromoción, estrés y depresión, también hay un fuerte impacto en la concentración y el sueño (5). Inclusive ya hay estudios que hablan de Fomo, el miedo a perderse algo en el mundo online, y de Nomofobia, el miedo o la ansiedad que genera no tener con nosotrxs el celular. A pesar de la falta de solidez de estos términos, no dejan de ser útiles a la hora de entender como dichos aparatos están siendo diseñados para provocar adicción. Por qué es evidente que cuanta más dependencia contiene una tecnología más beneficios proporciona a las corporaciones encargadas de su fabricación. Así, se puede observar toda una estrategia política que, en beneficio de la economía digital, está destinada a intentar conquistar nuestra atención (6). El éxito y la lógica del móvil se sustenta en dos aspectos: la obsolescencia programada y el interés de satisfacer únicamente una necesidad individual.

Resistir desde el propio cuerpo

Entretanto, resulta evidente que existe un desconocimiento con respecto a la informática y la tecnología. La revolución digital comenzó hace décadas. Sin embargo, la mayoría (usuarios en busca de entretenimiento y conexión) no sabemos casi nada sobre tecnología digital e internet pero consideramos que dichos instrumentos ya son imprescindibles.

En consecuencia, cuando la ideología impuesta en la tecnología genera dependencia(al usarnos a nosotros y no nosotros a ella), carece de ética y cambia la percepción natural que tenemos con la realidad, quizás algunas prácticas neoluditas sean más necesarias que nunca. Replantear nuestros hábitos y emprender periodos de desconexión, reencontrarnos con nosotrxs mismxs, fortalecer lazos directos y confiables con las personas, desenchufarnos por un tiempo en pos de experimentar nuestra relación con el mundo de otras maneras.

Evgeny Morozov nos aclara que “Ni siquiera concebimos que sea posible organizar un proyecto de resistencia a estas empresas. Atacar a Facebook ahora es atacar al capitalismo más avanzado” (7). El problema parece radicar en que cuando una innovación tecnológica es introducida en la vida diaria, la sociedad, al no cuestionar sus políticas y efectos, la termina aceptando al considerarla como parte de la evolución humana y de un “progreso” que mejorará la condición humana. Eso mismo sucedió con el coche y la televisión y hoy sigue con las tecnologías de la información y comunicación, la inteligencia artificial y la nanotecnología, por mencionar algunas. Entonces, sin caer en derrotismo o resignación, la vuelta atrás nos resulta imposible. Por lo tanto, si una manera que queda de resistir es cada uno de nosotrxs como individualidades desde nuestro propio cuerpo, cabe preguntarnos lo siguiente: ¿Cuál es la forma más efectiva, y al alcance de todos, de oponerse a la dictadura de dichas compañías? Al menos para cuidar nuestra salud ¿Debemos dejar de consumirlas y usarlas? ¿Cambiar de geografía digital, desobedecer sus normas y esquemas o abandonar Facebook y Google, exiliarse de ellos, renunciar radicalmente a la tiranía digital? ¿Está a tiempo la sociedad de emprender estrategias, por vías legales o no, para debilitar el poder que tienen? ¿Qué podría desarticular los discursos falaces del transhumanismo y el capitalismo tecnológico que siguen considerando a la tecnología como algo “neutral”? ¿Vamos a seguir permitiendo que una parte de nuestra identidad y afectos esté condicionada por algoritmos, pantallas, y un juego cada vez más mecánico y ritual -“me gusta”, “compartir”, revisar incesantemente el inicio, invertir tiempo en la construcción de una identidad virtual, etcétera-?

Pirámides tecno-virtuales

A medida que pasen los años y las sociedades sigan caminando por la vía del automatismo, el consumo y el entretenimiento, algunas de las anteriores preguntas no solo serán obsoletas, sino que el humano perderá capacidades y rasgos esenciales de la consciencia y la identidad del animal que es. Esto no implica que exista una “naturaleza humana” por excelencia, sin embargo, podría llegar un punto en el que la diferencia entre el humano y la maquina difícilmente sea discernible, independientemente que también la técnica forme parte de lo humano. Por eso siempre será necesaria la resistencia mediante el cultivo del arte y fuerzas refractarias que se opongan a los proyectos e intereses del transhumanismo, el capital tecnológico y el poder estatal.

El mito del “progreso” y del “crecimiento económico” y el pensamiento técnico-científico moderno son esencialmente antropocéntricos. Su aplicación y la acumulación constante del capital contribuyen de manera implícita una sobreexplotación de la naturaleza y el asesinato constante de especies animales y vegetales; en otras palabras, se podría decir que son los pilares que nos están llevando a un apocalipsis ecológico. Para tales mitos el mundo solo tiene un valor en la medida en que está al servicio de las necesidades humanas. Pero si hay algo que caracteriza a la cultura moderna es la creación constante de nuevas necesidades (ficticias) y con ello nuevas tecnologías, ya que parece ser que para todo tiene que haber una herramienta, un medicamento, una apps.

En el Reino Antiguo Egipcio las pirámides representaban, ante todo, los rayos del sol y el vínculo del faraón con la divinidad. En la actualidad, las pirámides tecno-virtuales simbolizan el triunfo del paradigma materialista en donde todo tiene que acontecer por medios materiales, ganando terreno la productividad, la eficacia, la vigilancia, lo instantáneo, lo efímero y desechable. No hay lugar para lo desconocido, el misterio, la contemplación, la introspección, el ocio, la paciencia, el aburrimiento, el juego, la pasión y la revuelta. Nuestra necesidad de esperanza, de placer, de poder, de realización, de que algo externo resuelva nuestras vidas y de desear la inmortalidad (anhelo del transhumanismo), de todo lo que se depositaba y esperaba de los dioses en la antigüedad y antes de la “razón moderna”, hoy lo estamos haciendo y esperando mediante la tecnología. La tecnología como dios, el consumismo como religión y las compañías como iglesias. De ahí que el celular se haya difundido por todo el planeta y Facebook tenga hasta la fecha más de 2 mil millones de usuarios.

Para finalizar y a modo de ejemplo dejamos una cita de Vicente Serrano Marín, filósofo español, autor de un libro llamado “Fraudebook”:

Facebook, al llevar el capitalismo a los afectos, ha ido mucho más allá de la apropiación de la cultura que denunciaron Adorno y Horkheimer bajo el rótulo industrias culturales, más allá incluso de la idea de la sociedad del espectáculo desarrollado por Guy Debord. El dispositivo incide en el mismo ámbito en que han incidido siempre las religiones, genera las mismas expectativas de comunión afectiva con otros humanos, y lo hace desde esa dimensión intemporal que aspiraban a expresar las catedrales. Pero en esa catedral a la que acude como a su templo virtual el usuario no adora ya ningún Dios, se adora a sí mismo buscando la adhesión permanente de esa identidad fabricada y objetivada por el dispositivo en forma de biografía. Se trata de la afirmación narcisista de quien es empresario de su biografía y que al serlo alimenta esa nueva divinidad invisible que nos gobierna desde lo que Foucault llamaba ironía del dispositivo: al someternos nos hace creer que somos libres” (8)

* He puesto el último punto. He salido de la computadora. Ahora camino en círculos y pienso en la relación que he establecido con la tecnología: ¿Cómo hubiese sido mi adolescencia sin una computadora e internet? Examino mi mente y mi cuerpo civilizado, escolarizado, domesticado, tecnologizado. Resulta difícil no sentirme un ser dañado y contradictorio. La mitad de mi vida frente a una pc y 7 años usando Facebook. No he dicho nada relevante, sin embargo, desconozco los peligros y obstáculos al haber escrito todo esto.


André Fanshawe

Publicado en https://lafugasilenciosa.wordpress.com/

Fuente: https://periodicogatonegro.wordpress.com

Notas

Link del estudio: http://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1948550612469233
Javier de Rivera, “Un análisis sociológico del “me gusta””. http://sociologiayredessociales.com/2015/11/analisis-sociologico-del-me-gusta/
Con esto nos referimos a la sociedad distópica imaginada por Aldous Huxley en “Un mundo feliz”y que en pocas palabras se caracteriza por el exceso de información, la búsqueda constante del placer y la distracción.
“El grupo BioInitiative publicó en el 2007 un informe sobre los efectos de las ondas electromagnéticas sobre nuestra biología, recopilando cientos de trabajos científicos publicados sobre este asunto” https://quematumovil.pimienta.org/quema_el_cerebro.html#1
Nicholas Carr con su libro “¿qué está haciendo internet con nuestras mentes? Superficiales” analiza, a partir de los trabajos de Marshall McLuhan y estudios neurológicos y psicológicos, como las nuevas tecnologías de la información afectan la capacidad de concentración y contemplación, además, de provocar un déficit en la capacidad de almacenamiento de hechos en la memoria y en el procesamiento de la información.
Esta idea remite a un texto de Alejandro Martínez Gallardo en el medio digital Pijama Surf: https://pijamasurf.com/2017/10/que_es_la_dopamina_digital_y_como_se_convirtio_en_la_droga_mas_popular_y_adictiva_del_mundo/
Link de entrevista a Evgeny Morozov hablando sobre su libro “La locura del solucionismo tecnológico”: https://elpais.com/elpais/2015/12/17/eps/1450358550_362012.html
Artículo de Vicente Serrano Marín en el Diario El País: https://elpais.com/tecnologia/2016/04/28/actualidad/1461843482_526111.html

sábado, junio 22

La política y la sociedad del espectáculo


En no pocas ocasiones, escuchamos mencionar que vivimos en "la sociedad del espectáculo", a veces, da la sensación, sin conocer en profundidad lo que tal concepto significa; un escenario social y político en el que se nos colocan una serie de imágenes para no observar la auténtica realidad.

Recordemos que Guy Debord es uno de los fundadores, y con seguridad el nombre más conocido, de la llamada Internacional Situacionista, es posible que uno de los últimos y más interesantes pensamientos críticos de la Modernidad. Este movimiento, uno de los impulsores junto al anarquismo del Mayo del 68, fue capaz de realizar una primordial crítica a las grandes ideologías modernas y observar la miseria de la vida cotidiana en las sociedades occidentales. Cuando, en 1967, Debord escribe el ensayo La sociedad del espectáculo en las sociedades modernas avanzadas existe un reinado de la economía de mercado, que empuja a la gente a establecer su vida social en base a representaciones. Es muy posible que, cuatro décadas después de aquel análisis de Debord, con la auténtica revolución informativa y tecnológica que se ha producido, el nuevo escenario no haya hecho más que exacerbar aquella situación. No nos enfrentamos a una realidad concreta, nuestra vida está mediatizada por las imágenes. Desgraciadamente, gran parte de los integrantes de las nuevas generaciones parecen totalmente determinados por esta sociedad del espectáculo.

La política, por poner el ejemplo más evidente, pero también el conjunto de la realidad, constituyen un espectáculo interminable, producido y transferido por una serie de códigos y formas. Así, los diferentes ámbitos de la vida serían una especie de escenario donde se nos convoca a todo para asistir como observadores; nuestra mirada se ve seducida y nuestro deseo colonizado, no por las experiencias de la vida real y concreta, sino por una interminable sucesión de representaciones. Por supuesto, Rajoy en su crítica a la estrategia de Pablo Iglesias, ambos importantes actores en este escenario al que pretenden que acudamos como meros espectadores, utiliza frívolamente el concepto de "sociedad del espectáculo", desprendido de su importante significado y hondura crítica. El capitalismo avanzado es tan poderoso, que es capaz de convertir en "espectáculo" incluso las propias teorías críticas. Es posible que Debord, con teoría espectacular, vaya incluso más lejos que el concepto de alienación, que elaboraron autores clásicos como Marx como inherente a la sociedad capitalista. Insistiremos en que el espectáculo no es un simple factor más, sino que se apropia del conjunto de la actividad social; desde la política, o cualquier otra disciplina artística o incluso científica, hasta la vida cotidiana de las personas con sus anhelos y relaciones afectivas. La realidad acaba siendo sustituida por su imagen, y en ese proceso la imagen termina por hacerse real provocando comportamientos reales.

Lo que Debord denominaba "poder espectacular" adoptaba en 1967 para él dos formas: la concentrada y la difusa. La primera, la concentrada, sería propia de los sistema totalitarios, fascistas o estalinistas, en los que se otorga prioridad a una ideología aglutinada en torno a una personalidad dictatorial de carácter espectacular. La segunda, la difusa, incitaba a los trabajadores a escoger libremente entre una gran variedad de las nuevas mercancías; sería propia de la democracias burguesas consolidadas y vendría a ser una muestra de la influencia estadounidense en el mundo. Dos décadas después, en Comentarios sobre la sociedad del espectáculo, el propio Debord reconocía una nueva forma, consecuencia de la combinación de las otras dos, aunque con base en la que se había manifestado como la más fuerte, la difusa. Esta nueva forma es lo espectacular integrado y se impondría paulatinamente a nivel global. La forma de lo espectacular integrado ha sabido emplear una y otra cualidad de las dos anteriores de forma amplia. En el aspecto de la forma concentrada, su centro director permanece oculto, de forma que ya no hay un líder evidente y conocido o una ideología clara. En lo que respecta a la forma difusa, si anteriormente era incapaz de aglutinar el conjunto de las conductas y objetos producidos socialmente, ahora no es así. En las dos formas previas, al espectáculo se le escapaba parte de la sociedad, en mayor o en menor medida, hoy no se le escapa nada. La sociedad moderna de lo mercantil impregna prácticamente todo en la vida social, no se le escapa nada. Las personas acuden a este representación interminable como meros espectadores pasivos.

La producción de la sociedad del espectáculo se ve incrementada por los avances tecnológicos de las últimas décadas, constitutivos de la sociedad capitalista avanzada, ya que los escenarios para las imágenes son ahora múltiples y variados. Otro importante rasgo de la sociedad moderna espectacular es la fusión de la economía con el Estado, hasta el punto de que es uno de los auténticos motores de desarrollo, en la que ambos ámbitos logran un progresivo beneficio, que favorece además la sociedad del espectáculo. Hay otros tres mecanismos, que Debord observa como instalados y favorecedores igualmente de la producción espectacular. El llamado secreto generalizado, ya que la enorme cantidad de imágenes e información producen una falsa sensación de transparencia en la sociedad del espectáculo; consumimos imágenes sin cesar, pero las decisiones de poder se toman de forma discreta en algún lugar desconocido para el común de los mortales. La llamada falsedad sin réplica es otro de los factores, ya que el espectáculo no permite contestación alguna; no no es posible cambiar muchas veces de espectáculo, ya que estamos íntimamente comprometidos y no no es posible eliminarlos ni cambiar de canal. Un mecanismo, primordial y especialmente significativo en España, es el llamado presente perpetuo. La producción espectacular tiene el afán permanente de seducir el deseo presente, no existe el pasado: probablemente, uno de sus objetivos primordiales sea ese, acabar con el pasado. Tal vez, esto explique la absoluta falta de memoria histórica de este país: no ya sobre lo ocurrido en la Guerra Civil, que se observa como un difuso acontecimiento que acabó enfrentando a "hermanos" (desprendido del más minimo análisis histórico, político y social), también sobre los hechos de hace escasas décadas, alabando a políticos y políticas que, tan sencillo como eso, no han conducido al desastre en que nos encontramos en el presente si establecemos un hilo histórico. Un presente, ensanchado y repetido, que no por casualidad acaba seduciendo frívola y espectacularmente a nivel político a gran parte de la sociedad.


miércoles, junio 19

La "revolución" 5G


La nueva revolución tecnológica se está convirtiendo en un campo de batalla geopolítico

Con el aséptico nombre de 5G se presentó la nueva generación de comunicación móvil en el Mobile World Congress de Barcelona, a finales de febrero. Se trata de una profunda transformación tecnológica con importantes consecuencias empresariales, sociales y geopolíticas. La estrella del congreso fue el nuevo modelo Mate X de Huawei, la principal empresa tecnológica china. Claro que el teléfono no sirve de mucho mientras no se despliegue la red por la que circulan las señales. Y esto se supone que ocurrirá, al menos en China, Europa y EEUU, en el 2020.

La conexión de internet con 5G se proyecta como 40 veces más rápida que la del 4G que actualmente utilizamos y el volumen de datos comunicados significativamente mayor (aquí las estimaciones varían). La importancia de esta tecnología es que constituye la infraestructura necesaria para el funcionamiento de la "nueva sociedad" en red, incluyendo la nueva economía. Esta nueva estructura, que ya existe en gran medida, está en la base de la conexión de grandes bases de datos (big data), del despliegue de las aplicaciones de inteligencia artificial y, por tanto, de la robótica avanzada (máquinas capaces de aprender) y, sobre todo, de la llamada “internet de las cosas”. Por tal se entiende la multiplicidad de conexiones ultrarrápidas de internet no sólo entre humanos y sus organizaciones, sino entre objetos de todo tipo, en el ámbito doméstico, el dinero móvil, el coche sin conductor, la cirugía a distancia, la enseñanza virtual o las guerras de drones. No hablamos de ciencia ficción, sino de lo que ya ha sido investigado, diseñado, producido y es operativo.

Como indicación de lo que ocurre, en el 2014 había unos 1.600 millones de objetos/máquinas conectados. En el 2020 se estima que serán 20.000 millones. Sin embargo, el funcionamiento real de estas múltiples redes sobre una única infraestructura de comunicación requiere una red con las características del 5G. Con sus consiguientes riesgos. Por un lado, el de la ciberseguridad (interferencias y vigilancias de todo tipo, sobre todo de gobiernos, incluidos todos).

Por otro lado, los peligros potenciales para la salud aún poco evaluados. Resulta que una característica clave de esta nueva red es una altísima densidad de miniantenas que están sembrando en todas las ciudades para, mediante su cobertura coordinada del espectro, obtener una comunicación ubicua de cualquier punto de la red a cualquier otro. Antes de que le entre pavor piense que esta red, como todo lo que hemos ido inventando, se va a desplegar y usted (o sus hijos o sus nietas) la van a utilizar, sí o sí. Con lo cual lo urgente es analizar seriamente los impactos de estos múltiples campos electromagnéticos sobre la salud (sobre lo que hay muchos mitos, parecidos al movimiento antivacunas) y encontrar soluciones técnicas para prevenir el daño potencial [que, a pesar de que las empresas y los gobiernos intentan minimizarlo o directamente ignorarlo, se sabe que existe].

En cualquier caso, la construcción y gestión de la(s) red(es) 5G se convierte en un campo esencial de la lucha por el poder y el dinero, porque vivimos en la época del capitalismo de los datos y los datos sólo sirven cuando pueden ser procesados y conectados [y robados].

Por eso se ha desatado una violenta reacción del Gobierno estadounidense contra la participación de Huawei en el diseño y construcción de la red. Y es que resulta que, en opinión de la mayoría de los expertos, Huawei posee la tecnología de diseño y fabricación más avanzada del mundo en las redes de telecomunicación 5G. Creo que el choque psicológico del Gobierno (mucho menos el de las empresas) es comparable al pánico surgido ante el Sputnik soviético en 1957.

¿Cómo es posible –dicen en EEUU– que los chinos estén más avanzados cuando se suponía que su ventaja competitiva estaba en copiar y fabricar más barato explotando su mano de obra, sin añadir valor mediante investigación? Estamos en presencia de una mezcla de complejo de superioridad e ignorancia. Huawei está entre las primeras cinco empresas del mundo en gasto en I+D, tiene decenas de miles de investigadores, con centros en todo el mundo, no sólo en China, sino en Silicon Valley y otros núcleos tecnológicos. Y obtuvo más patentes tecnológicas en el 2017-2018 que cualquier empresa tecnológica en EEUU.

Aun así, la paranoia de los estrategas estadounidenses es tal que, teniendo en cuenta las consecuencias geopolíticas e incluso militares de esta tecnología, decidieron que la ventaja de Huawei sólo podía provenir del espionaje industrial y han arrestado y procesado a la directora financiera, Meng Wanzhou, hija del fundador de la empresa. ¿Pruebas? En el momento de su detención llevaba un iPhone y un iPad. Concluyente, ¿no? La acusación en serio es que Huawei es una empresa estatal (falso, es privada, como lo es Alibaba, la mayor empresa de e-commerce del mundo) y está introduciendo un acceso de “puerta trasera” en la red mediante el cual se puede espiar a todo el mundo. Y sólo faltaba que justo ahora el Gobierno chino lance su iniciativa de construcción de infraestructuras de transporte y comunicaciones en Europa y Asia (la nueva ruta de la seda) en colaboración con diez países europeos, incluida Italia, para que el 5G se interprete como un proyecto de dominación china sobre Occidente.

Objetivamente, hace falta mucho cinismo para presentar al Gobierno [y las empresas] de EEUU, así como los europeos, como respetuosos de la privacidad. Hay múltiples revelaciones y documentos (en particular los papeles de Snowden) que muestran la práctica sistemática de vigilancia legal o ilegal de las agencias estadounidenses en todo el mundo. Y la ayuda de mercados militares a empresas como Boeing y a Silicon Valley es un hecho.


Manuel Castells

domingo, junio 16

Ecosistemas (o El Evangelio según el FMI)


El día menos pensado el presidente del FMI
y algún organismo internacional culparán
a valles, bosques y montañas de socializar
oxígeno puro entre la población.
Dirán que son narcotraficantes de la naturaleza,
peligrosos ecoterroristas
y les declararán la guerra en nombre de la libertad.
Los culpables serán convertidos
en muebles de diseño
o en mercancía de tiendas suecas.
Nada es gratis y mucho menos vivir en paz.
Sirva la presente notificación como advertencia
para mujeres,
animales
hombres
y
bosques.

Publicado en Poesía Contra Corriente (Editorial La Vorágine, 2017) y en Casa de Zitas (Editorial Quadrivium, 2019).

jueves, junio 13

La libertad en coma. Contra la informatización del mundo


Este libro nos ofrece un relato tan desconocido como crucial: cómo el proyecto político, al servicio de la dominación, de informatización de la sociedad apareció y se extendió en la segunda mitad del siglo XX. El lector encontrará en estas páginas una descripción de la continuidad existente entre los métodos de control y dominación modernos y aquellos inaugurados por los medios digitales, un análisis en profundidad de la manera en la que la informática vino a desatascar una maquinaria, la del capitalismo industrial, que parecía condenada a tener que renunciar a sus ilusiones de dominio planetario y burocratización del mundo. Para el Grupo Marcuse, no será posible alcanzar una vida autónoma sin poner en cuestión, y revertir en gran medida, la informatización del mundo.

«No pretendemos hacer un alegato por un ascetismo digital individual, sino un llamamiento a la multiplicación de las movilizaciones colectivas contra el desarrollo por doquier de infraestructuras y dispositivos electrónicos. Estos proyectos no caen del cielo, no son expresión de ninguna necesidad histórica o natural: son proyectos sociales y políticos, y por tanto podemos discutirlos, ponerlos en cuestión y oponernos a ellos. No se trata de reducir la cuestión a una mera postura intelectual: simplemente no vemos la posibilidad de alcanzar un futuro libre, humano y vivible que no pase por un abandono masivo de nuestras prótesis electrónicas».

El Grupo Marcuse es un grupo de estudio que se formó al calor de la ola de acciones contra los carteles publicitarios en Francia a lo largo del 2003. Su objetivo inicial fue publicar un texto sobre los estragos de la publicidad que apoyara la movilización. Este texto, que se tituló De la misère humaine en milieu publicitaire, fue publicado en las ediciones de La Découverte en 2004 (ed. cast., De la miseria humana en el medio publicitario, Barcelona, Melusina, 2006), y reeditado después con un postfacio en 2010. Las personas que han participado en esta segunda obra colectiva llevan años formando parte de las luchas que se oponen a que las Tecnologías de la Información y la Comunicación invadan el mundo humano.

Aquí puedes leer un extracto

lunes, junio 10

Las tres violencias


La violencia institucional, la que legaliza y perpetúa las dominaciones, las opresiones y las explotaciones, la que aplasta y cercena a millones de hombres y mujeres en sus engranajes silenciosos y bien engrasados. La segunda es la violencia revolucionaria, que nace de la voluntad de abolir la primera. La tercera es la violencia represiva que tiene por objetivo asfixiar a la segunda haciéndose cómplice y auxiliar de la primera violencia, la que engendra todas las demás. No hay peor hipocresía que llamar violencia solo a la segunda fingiendo olvidar la primera, que la hace nacer, y la tercera que la mata.


Dom Hélder Cámara

viernes, junio 7

El Dios Caníbal


En una ocasión, Bayer, orgulloso dios de las tierras de Renania, quiso culminar una fastuosa sala de banquetes construyendo un techo con la madera de un árbol sagrado. Pretendía talar el árbol donde, desde muchos años antes, se reunían las gentes de las aldeas para adorar a la diosa Deméter, la madre Tierra. Cuando lo supieron las dríadas, pequeños seres femeninos que habitaban el árbol, corrieron a solicitar el auxilio de su diosa.

Inicialmente la generosidad de Deméter optó por disuadir a Bayer con buenas palabras y finas maneras pero la respuesta del dios, con el hacha en la mano, era hacer con ella lo mismo que con el árbol. Fue entonces cuando Deméter ordenó a Némesis, la Venganza y a Limos, el Hambre, que vengaran este ultraje. De esta petición nació un monstruo que, cual engendro de tenia, penetró en las entrañas de Bayer de tal forma que desde entonces nada saciaría sus ganas de comer y cuanto más engullera más crecería su hambre.

Preso de un hambre infinita, Bayer mandó unificar todos los campos de sus dominios en un gran monocultivo que produjera su comer. Al demostrarse esto insuficiente, mandó talar, no sólo el árbol sagrado, sino todos los bosques para ampliar sus zonas de cultivos. Pero como la maldición predijo, cuanto más comía, más hambre sentía y a su alrededor, el hambre verdadera, el hambre por no tener nada que llevarse a la boca, hizo presencia entre las gentes del lugar, aunque poco le importó. La fertilidad del suelo, castigado por un tratamiento tan exigente, también disminuía peligrosamente a lo que Bayer respondió con la elaboración de unas pócimas que por un tiempo disimularon el agotamiento. Pero siempre tenía más y más hambre y de nada le sirvió ampliar sus dominios acaparando tierra de otras demarcaciones. El apetito no dejaba de crecer. De hecho, preso de la desesperación de tan enorme hambre, Bayer se comió a su hermano, el dios Monsanto que por alguna extraña razón parecía sufrir una maldición similar.

Bayer, insaciable, terminó comiéndose a sí mismo, poniendo fin así a nuestros tormentos.


Gustavo Duch

martes, junio 4

Vuelve el fantasma del terrorismo anarquista

Todo el mundo sabe que toda secuela es peor que la original (a excepción de El Padrino). En lo que a terrorismo anarquista se refiere, nos encontramos ante la sexta peli de una franquicia muy mala de títulos, tras haber pasado desde 2014 por las Operaciones Columna, Pandora, Pandora 2, Ice y Piñata, así que nos podemos hacer una idea de su calidad.

En la última operación, la cual todavía no ha recibido ningún ingenioso bautismo por parte de las autoridades, dos compañeras fueron detenidas en sus domicilios en la madrugada del 13 de mayo. Tras unos registros de sus casas y del Espacio Anarquista La Emboscada (apenas tres semanas después de su inauguración) que duraron unas horas, en los que se les incautó cartelería, fanzines, ropa, cuadernos, martillos, etc., pasaron a disposición judicial y, por fortuna, salieron en libertad, sin medida cautelar alguna. La imputación al cierre de esta edición se desconoce, pues la causa se encuentra bajo secreto.

En un comunicado publicado por las detenidas un par de días después, agradecieron el apoyo recibido por todas las personas que se concentraron durante los registros y cuando salieron en libertad: “Estuvimos 32 horas detenidas y, aunque hubo momentos en los que la situación era confusa y no parecía favorable, cualquier tristeza o temor se volvió insignificante cuando salimos y vimos el apoyo y la solidaridad que recibimos por parte de nuestrxs compas y amigxs.

Porque aunque el Estado venga a por nosotras, las ideas y prácticas que persiguen son incontenibles y se multiplican en cada gesto de solidaridad. Y aunque no sabemos de que se nos acusa, tenemos muy claro lo que somos y por qué se nos persigue: y no nos arrepentimos ni nos arrepentiremos nunca de ser anarquistas.

La represión ha estado siempre al acecho de las que luchan pero a lo largo de nuestras vidas nos ha dado fuerzas y aliento saber que había anarquistas en todo el mundo y gente que compartía nuestra afinidad y, vivir esto en primera persona y encontrar tanta gente, ha sido muy bonito y significativo para nosotras.

Ninguna anarquista estará sola mientras queden compas que sigan luchando”.



sábado, junio 1

La cruzada de los niños


                                             ¿cómo pueden crecer los arbolillos
                                                   bajo toda la nieve del invierno?
                                                                                     
                                                                             Bertold Brecht



La fiesta del 1 de Mayo de 1934 se celebró en Zaragoza con un paro total.

La amenaza patronal no se hizo esperar y despidieron a muchos trabajadores.
Los sindicatos declararon la huelga general para exigir la readmisión de los despedidos,
treinta y seis días de huelga general en Aragón.

El séptimo día la situación era dramática,
sin necesidad de una huelga
la miseria se comía ella sola las fuerzas
y los hogares obreros.

Para aliviar la situación la CNT ideó
abrir una suscripción popular
para organizar el traslado a Cataluña
de los hijos de los huelguistas
y ayudarles así a triunfar.

Más de 15.000 familias se inscribieron, sólo en Barcelona,
para recibir a los niños y cuidarlos,
también se recaudaron 30.000 ptas.
para sostener la huelga.

La multitud esperaba la llegada de los seis primeros autobuses,
eran ya más de las diez de la noche,
las noticias telefónicas del retraso
decían que apenas podían avanzar,
que la gente los recibía en los pueblos,
los hacía parar,
para abrazar a los niños
y llevarles regalos.

Como la muchedumbre congregada en la plaza Concell de Cent no se movía,
como ondeaban banderas rojas y negras,
como se daban gritos y vivas a la revolución y la anarquía,
la policía de la Generalitat empezó a disparar
y hombres, mujeres y niños se dispersaron.

En el suelo quedó, muerto, Salvador Anglada, obrero metalúrgico.

Esa noche los locales de CNT fueron clausurados.
Mil taxistas de la confederación anarcosindicalista
intentaron marchar a Zaragoza
a buscar al resto de los niños
pero la Guardia Civil fue avisada
y se cortaron las carreteras.

Los autobuses fueron interceptados
y escoltados por la policía hasta hospicios y comisarías.

Ni los actos de solidaridad obrera
ni la represión de la policía cesaron durante los 36 días.

Hace años que se ganó esa huelga
y con ella, otra batalla, por la dignidad y la utopía,
contra la miseria y los poderosos.

Hoy, esta es una extraña historia,
también interceptada y puesta fuera de circulación.

Una historia de nubes oscuras y caminos del revés.

En ella, he vuelto a encontrar las caras de otros niños
y el mismo perro que vio Bertold Brecht,
muerto
de hambre,

un perro que pasa
y no vuelves a verle.


Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. Ruleta Rusa, 2017