Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

lunes, abril 30

1º de mayo de 2018: Contra todas las guerras

[Por la solidaridad entre los pueblos]

 Ni un hombre, ni un arma para el Estado. Así de contundente fue el compañero anarquista Rudolf Rocker en el congreso de los obreros de la industria del armamento en Erfurt en marzo de 1919, antes del inicio de lo que conoció como II Guerra Mundial. Una reivindicación que a día de hoy sigue siendo necesaria, dado el panorama bélico que existe hoy en el mundo.

Por un lado, en España, se sigue fomentando el culto al ejército y a cualquier tipo de fuerza armada. Se adoctrina a los niños en el nacionalismo, la sumisión al Estado y a la admiración al ejército o a cualquier tipo de fuerza armada en los colegios, en ferias infantiles, en actos religiosos etc. El Ministerio de Defensa, a través de los medios de comunicación y otros lugares de propaganda, gasta miles de euros en campañas de marketing para vendernos una cara amable de ejército, promocionar el día de la Hispanidad como la fiesta nacional de España (con la carga negativa que supone esa fecha para muchos pueblos y sociedades americanas), el reclutamiento en el ejército profesional como una salida laboral, o hacernos creer que se practica el humanitarismo, como si fuese una especie de ONG.

Por otro lado, el negocio de las armas entre empresas transnacionales, Estados y grupos armados mueve millones en todo el mundo. El principal foco de inversión e innovación tecnológica que financian los Estados no está precisamente en luchar contra el cáncer o el SIDA, sino en todo lo que tiene que ver con la guerra y la muerte. Estas empresas, a través de sus marionetas políticas, hacen contratos millonarios para vender armamentos de guerra a países que participan de forma directa o indirecta en conflictos armados. El ejemplo más cercano lo tenemos en la visita del príncipe de Arabia Saudí Mohamed bin Salam a España, para cerrar tratos millonarios en armamentos, bases militares y lo que no nos contarán por la prensa.

Las consecuencias de que la guerra sea un rentable negocio son fácilmente palpables. La guerra sacude diversas partes de los cinco continentes. En África, un continente literalmente devastado, detrás de los conflictos étnicos y religiosos se esconde el neocolonialismo de países europeos y empresas transnacionales que buscan la obtención de materias primas clave para el desarrollo tecnológico a bajo coste. Y lo consiguen manteniendo el flujo de armas desde el mercado negro y la escala de tensión, violencia, muerte, sufrimiento, en una espiral de miseria que nunca tiene fin. Apoyados por los gobernadores corruptos títeres del FMI y del Banco Mundial.

Asia se sacude principalmente en la zona de los países árabes, como Yemen, Palestina y Siria, sin olvidar otros tantos países que actualmente son estados fallidos «gracias» a la intervención imperialista de EE. UU., como Irak o Afganistán. Actualmente, Siria se encuentra inmersa en una guerra civil desde hace años y está en el punto de mira de los intereses geopolíticos de EE. UU.-UE-OTAN, Rusia, China e Irán. Una guerra civil que se recrudece cada vez más. El catorce de abril, EE. UU., Francia y el Reino Unido bombardearon de forma arbitraria Damasco y Homs a espaldas de los organismos internacionales con la excusa de las bombas químicas. Actuación que guarda mucha similitud con lo que produjo la guerra de Irak. Ni contaba con la aprobación de la ONU, ni el Reino Unido tenía permiso del parlamento británico. Otra vez queda patente que las normativas nacionales e internacionales no valen nada si no están supeditadas a los intereses económicos y políticos de EE. UU. Tampoco Turquía necesitó la aprobación de los organismos internacionales para entrar en el enclave kurdo-sirio de Afrin, dejando decenas de muertos y miles de desplazados. Las víctimas de esta guerra son, como siempre, la gente humilde y obrera, que ve destruidas sus viviendas, su familia y su forma de vida. Obligada a huir, malvive hacinada en campos de concentración, muere ahogada en el mar Mediterráneo, y los que llegan a Europa son rechazados por una Unión Europea racista que solo busca el beneficio económico de esta guerra de la que forma parte.

Ni un hombre, ni un arma para el Estado. Contra la guerra, la movilización hacia la huelga general indefinida.

Una de las ideas por la que Rocker lanza esta proclama no es otra que denunciar cómo a través de la producción armamentística realizada con el sudor de los trabajadores se reprime y se acaba con los movimientos obreros revolucionarios, y para que los obreros de la industria armamentística rechazasen la producción de material de guerra, y los talleres en los que se producía este material se convirtiesen en talleres para el trabajo de la paz.
A día de hoy la producción de la industria armamentística sigue produciendo material bélico que acabará en manos de las fuerzas represivas de los Estados o de grupos paramilitares, asesinando a muy diversas poblaciones del globo. Además, se ha visto como el ejército y la policía tienen un papel fundamental para, a través del uso de la fuerza, garantizar el funcionamiento de los servicios, reventando huelgas y acabando con cualquier tipo de movilización obrera que no interese al Estado.

Contra las guerras, para los anarquistas sigue habiendo unos puntos clave como son: el boicot y la deserción de los cuerpos de seguridad del Estado (policía, guardia civil, ejército, etc.); el boicot a la industria armamentística, tanto en la producción como en la distribución; romper con el racismo institucional y con el pensamiento racista que nos inculcan en la escuela y medios de comunicación, ya que solo sirve para dividir a los trabajadores de cualquier país, allanar procesos económicos como la gentrificación y justificar la represión contra las personas migrantes, así como la pobreza y la guerra en sus países de origen; romper con los partidos de la izquierda parlamentarista y los sindicatos oficiales (CCOO y UGT), los cuales hacen usos partidistas y electorales del discurso del «no a la guerra», mientras apoyan, son cómplices y silencian los genocidios imperialistas como el ocurrido en Libia, o los conflictos actuales.

Ante la miserable situación en la que nos encontramos los trabajadores, no solo en España, sino en todo el mundo por los intereses económicos capitalistas de las élites políticas y económicas, sigue siendo necesaria la unión, construir redes de solidaridad y apoyo mutuo, al margen de las instituciones del Estado, y trabajar por la huelga general indefinida, una de las herramientas más poderosas que tenemos los trabajadores para parar esta dramática situación.

“Pero la misión de aquellos que, como nosotros, buscan la abolición de todas las opresiones y de la explotación del hombre por el hombre, consiste en despertar la conciencia del antagonismo entre dominantes y dominados, entre explotadores y explotados, así como en fomentar la lucha de clases en todos los países y la solidaridad entre todos los trabajadores allende cualquier frontera, contra todos los prejuicios y todas las pasiones raciales y nacionales.”
 
Errico Malatesta

Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases
Por la anarquía


viernes, abril 27

Rural tourists go home!

“Por eso la mirada del campesino no tiene nada que ver con la del turista. Mientras uno consume paisaje, el otro usa el territorio. Ambos alteran el entorno, pero solamente el campesino cambia con las transformaciones del lugar. El turista, por mucho que cambie el paisaje, seguirá siendo exactamente él mismo. Dos miradas que ilustran el cambio producido en las últimas décadas. El mundo del campesino ha desaparecido. Ha dejado paso al mundo del que proceden los turistas. Hemos cambiado un mundo sin paisajes por unos paisajes sin mundo”.

Vidas a la intemperie. Nostalgias y prejuicios sobre el mundo campesino. Marc Badal

 Nos hace gracia lo que ahora definimos como rural. Mientras hemos asistido a un etnocidio rural, con la desaparición de una clase social, ahora parece que aquello que ya se acabó, nunca ha dejado de existir. Por doquier se producen eventos, conferencias y reuniones, desde diferentes ámbitos pero siempre con respaldo institucional, que nos venden una imagen de lo rural totalmente distorsionada con la realidad. Ahora cuando ya no existe, es cuando hay que promocionarlo. No es la realidad lo que nos quieren vender, si no un producto para comerciar en el mercado, ya que eso es en lo que ha acabado lo rural, en algo con lo que se puede mercadear. Como decimos hemos sido testigos de que cuando nos han hablado de lo rural lo único que hemos oído son formas de cómo atraer turismo a las zonas rurales o de cómo vender productos. El discurso en el que se escudan es que solo a través de la entrada en el mercado se pueden mantener vivos productos y supuestas formas de vida que nada tienen ya que ver con lo rural.

Un turismo rural ¿para recuperar qué? Para no recuperar nada. Algunos dirán que para que las zonas despobladas dejen de estarlo, pero el tan de moda discurso contra la despoblación es un discurso muy peligroso ya que tras él se esconde la mercantilización de las zonas naturales y de los pueblos despoblados o en vías de despoblación. Los que vivimos en zonas fuera de las ciudades (ya que dudamos que podamos seguir llamándolas rurales) y somos conscientes de las dinámicas mercantilizadoras de las ciudades, estamos sintiendo una especie de gentrificación de nuestras zonas. Lo mismo que en los barrios de las ciudades pero en los pueblos. Pueblos para los visitantes y no para sus habitantes. Ahora empiezan a venir lo que podríamos llamar los pioneros, aquellos que llegan primero y ven las posibilidades que guardan nuestros pueblos, luego asistiremos a la llegada masiva de todos los demás. Para muchos y muchas lo aquí expuesto sonará exagerado pero estamos al principio del proceso. Tiempo al tiempo.

Hasta hace nada todo aquello relacionado con lo rural (cuando aún lo era) era síntoma de atraso. Tenían que despoblar las zonas rurales, acabar con el apego a la tierra, acabar con esas formas de vida ajenas al mercado y todas las formas de solidaridad existentes. Cuando han conseguido acabar con todo esto, para poder llevar la transformación urbana y llevar mano de obra suficiente a la industria, con lo que se han encontrado es con zonas vacías. Algunas preocupantemente vacías como la Celtiberia ibérica con la segunda tasa de despoblación más alta de Europa occidental. Y es ahora, cuando tienen un territorio grandísimo prácticamente vacío cuando empieza su mercantilización.

Los mismos que crearon el problema lo intentan solucionar extrayéndole, como siempre, el máximo rendimiento económico (si es que así se puede solucionar algo). Desde la izquierda también se ve con muy buenos ojos este discurso de la repoblación. Desde esa izquierda que se viste de radical o de moderada según conviene a su número de votos. Esa izquierda que se queja de la gentrificación y de la mercantilización en las ciudades mientras apoya los discursos despoblacionales como si no hubiera una relación de lo uno con lo otro.

Lo que existe es una idealización y mistificación de lo rural y lo natural, de todo aquello que ayer despreciábamos. Una idealización fomentada e interesada por la industria turística. Muchas veces cuando hablamos sobre todos estos temas caemos en unos misticismos más que preocupantes. Cuanto más nos alejamos del objeto en cuestión más lo mitificamos. Suele ser algo común en nosotros y nosotras mismas, cuando  no conocemos algo de manera directa la imagen que podemos llegar a hacernos siempre es diferente a cuando lo conocemos directamente. En la sociedad actual sus apologetas podrán argumentar que ello ya no pasa debido a toda la información a la que podemos acceder con el solo “click” de un ratón pero creemos que esto se ha agudizado todavía más. La sociedad hipertecnologizada e hiperindividualista en la que vivimos no nos llena lo suficiente y ello hace que idealicemos aquello que no conocemos, también gracias a la ayuda de la publicidad de la industria turística. Incluso aquellos y aquellas que parece que están viviendo en su sociedad ideal ocultan una insatisfacción enorme que intentan paliar con sucedáneos de experiencias reales y que mayor experiencia que reconectar con la naturaleza y con nuestro pasado.

Mitificamos lo rural y lo natural porque vemos en él un Edén ya perdido en el que podemos sentirnos protagonistas de nuestras propias vidas. Queremos tener, aunque sea un sucedáneo, algo que nos aporte algún tipo de experiencia natural, algo que nos parezca real, autentico, poder hacer algo con nuestras propias manos y poder realizarnos como seres humanos: poder cultivar un huerto, un pedacito de tierra que sea trasformada por nosotros y nosotras y que podamos ver su resultado; fabricar nuestras propias herramientas; recolectar nuestros propios alimentos; cazar; pescar; bañarnos en ríos salvajes; cocinar nuestros propios alimentos; aprender a hacer cestería; arreglar nuestra propia casa… Poder hacer, o al menos practicar su sucedáneo, de todo aquello que la sociedad de hoy nos impide hacer y que han sido las actividades que han regido, a través de los tiempos, nuestra sociedad, nuestra Historia y nuestro progreso posible. Cuando lo hacemos vivimos una experiencia increíble y vemos todas las posibilidades que guardamos en nosotros y nosotras mismas y que no sabíamos.

Eso es lo que nos vende el turismo rural, experiencias, más bien pseudoexperiencias, ya que lo que ahora hacemos no forma parte de nuestra vida del día a día sino parte de nuestro tiempo de reposo para volver al trabajo.

Asistimos a una pérdida que es irreparable. Las casas rurales se multiplican por doquier; se vende una imagen totalmente distorsionada de lo que en realidad somos; se mercantiliza el acceso a espacios naturales; el lobby de la caza compite con el del turismo a ver cuál de los dos puede llegar a ser más rentable y más destructivo; se construye; lo que antes se vendía a metros ahora se vende en hectáreas; suben los alquileres; vivir en el campo se está haciendo cada vez más imposible… Muchos argumentan que con el turismo rural estamos revirtiendo la perdida de lo rural pero no seamos ingenuos. No son las actividades rurales, como la ganadería y la agricultura, las que rigen la vida de nuestros pueblos hoy en día, y aunque las rigieran lo que hoy podemos denominar a través de esos nombres distan mucho de ser lo que en su día fueron. El turismo rural es la imagen de lo rural que ya no existe. Es su conversión en mercancía y ello es algo mucho peor porque si ya no existiera quizá podríamos ser conscientes de su perdida, pero con su conversión en mercancía en nuestro imaginario y en el del turista queda como que algo de todo aquello todavía existe.

En nuestra comarca, o en cualquier otra comarca de ese mundo no ya rural, lo vemos por todos los pueblos. Mientras hemos ido perdiendo población hemos ido ganando turismo rural. Perdemos lo rural y ganamos en turismo. Somos como el pueblo indígena que es expulsado de sus tierras, con la perdida de las formas de vida que ello conlleva, para acabar trabajando en un complejo turístico que imita aquello con lo que arrasó, mientras el turista cree que esta en algo superautentico. El turismo rural es el mismo turismo que el de la multinacional, es el mismo turismo que el del gran Capital, es el mismo turismo que el de la costa pero en el interior. Turismo familiar decían esta semana por el telediario refriéndose al “rural”. Intentan darle otra cara, otra imagen ya que el turismo convencional está dando una imagen de descontrol, contaminante, despilfarrador, de piso turístico legal o ilegal, de borrachera. Ahora hay que vender el turismo cultural, responsable, ecológico, sostenible, familiar… y ahí es donde tenemos nuestro turismo rural. La realidad es que el turismo es el turismo, es siempre el mismo. El turismo rural es el que hace que el turismo de costa se extienda hacia el exterior, el que produce aún más efecto llamada, el que hace que aeropuertos sin aviones empiecen a tenerlos, es el mismo turismo que el de la autovía, el de la autopista, el de la central eléctrica y la nuclear, el del complejo turístico…etc El mismo que el de siempre.

Pero se preocupen todos aquellos y aquellas que sufren por la despoblación del mundo rural y abogan por su mercantilización turística. Además de todo lo expuesto, las ciudades son cada día más insostenibles, más calurosas y con menos recursos. Aquellos y aquellas que tengan su cuenta bancaria lo suficientemente llena podrán disfrutar de aquellos territorios que no estén masificados y en los que sea aun posible la vida. Ya lo decía Charbonneau “si la evolución sigue por el mismo camino, la vieja casa del pobre acabará valiendo más que la mansión del rico”.


Cecilio Rodríguez

martes, abril 24

[Vídeo] Charla: "Alejamiento penitenciario en el estado español"

Pese a la versión oficial que defiende la prisión como un “espacio de reinserción social” y la visión socialmente extendida de “lugar inútil que no castiga todo lo que debiera”, las cárceles en el Estado español son una eficaz pieza del aparato represivo que cumple con su función social como refuerzo del actual modelo socioeconómico y espacio de castigo de las distintas disidencias (políticas, económicas, culturales…). Desde esta perspectiva, la cárcel es ante todo un lugar dañino que agrede la dignidad de las personas presas de muy diversas maneras: la muerte, la tortura, el aislamiento, la enfermedad y el alejamiento de familiares, allegados y comunidades son las formas más graves de daño que pueden producir. Centrándonos en el alejamiento y la dispersión, entender el dolor que causa en las personas presas como en sus familiares y personas allegadas es algo importante para comprender mejor los mecanismos de daño y maltrato que implica el actual modelo penitenciario. Porque el alejamiento es una realidad mayor de lo que nos pensamos y supone mucho más daño del que podría parecer en un principio. Desde una perspectiva abolicionista, SalHaketa Bizkaia lleva años denunciando esta realidad y luchando, desde la solidaridad activa, por reivindicar la dignidad de las personas presas. Entendemos que la denuncia de esta realidad es una obligación ética que nos concierne a todas y es por ello por lo que la realizamos desde un pensamiento crítico y solidario, denunciando también todo el sistema penal-punitivo que refuerza las numerosas injusticias existentes en nuestra sociedad. Compartir nuestra experiencia de lucha y nuestro conocimiento sobre la realidad penitenciaria desde la horizontalidad, buscando el apoyo mutuo hacia todas las personas privadas de libertad dentro y fuera de las prisiones es el objetivo con el que os invitamos a participar de esta charla en la que hacer una valoración global desde la que comenzar a adentrarnos en una realidad muchas veces desconocida, como lo es el alejamiento de las personas presas. Dentro de las Jornadas Anticarcelarias 2018, organizadas por la Red de Apoyo a lxs detenidxs en las Operaciones Pandora y Piñata en colaboración con el CSA La Libre y el colectivo Cambalache de Oviedo.

sábado, abril 21

La propiedad privada: La primer mentira del humanx

 
La propiedad es un invento humano. 

Lxs monxs evolucionadxs le dieron valor a las rocas. Lxs cavernícolas tenían derecho al libre uso de las piedras, sin restricciones, que eran proporcionadas por la misma naturaleza. La usaban de distintas maneras. Hasta que uno de ellxs, que llamaremos el dueño, agarro una piedra la envolvió en una hoja de árbol y le dijo a los demás que su piedra era la mejor, que fue bendecida por un ser imaginario supremo a todos, y que, con esa piedra, él era mejor que lxs demás. Que la podía usar solamente él y nadie más. Que le iba a ir mejor por solo tener la piedra bendecida. Algunos les creyeron, otros no le prestaron atención y otros lo cuestionaron. Los cuestionarios le preguntaron a El dueño por que la podía usar solamente él si los elementos que usó los sacó de la naturaleza; una piedra y una hoja, que eran de todos y que la podían usar libremente. El dueño contesto que trabajo sobre ella, le tomó su tiempo y que fue inducido por un ser superior imaginario y que la podía usar solamente él. Dentro de ese grupo, los cuestionarios, algunos le creyeron, y otros no. Los creyentes intentaron hacer su propia piedra con hoja pero el dueño dijo que no era igual, que no servía y que no estaban bendecidas, creo una necesidad en las personas de tener si o si la piedra. Les propuso que podían obtener la piedra a cambio de comida y los creyentes accedieron. El dueño no se preocuparía por obtener su propia comida nunca más.
Los incrédulos siguieron usando las piedras libremente sin conceptos de propiedad. Osea, usaban las piedras para su uso cotidiano y luego la dejaban para que la use otrx o ellxs mismxs no le daban valor a la piedras. Algunxs intentaron decirle a los creyentes que habían sido engañadxs que los elementos de la naturaleza no son de nadie y son de todxs pero solo recibieron burlas, rechazos y maltratos. Los creyentes le contestaban que estaban mejor y eran mejores que ellos por tener la piedra bendecida.

El dueño no le alcanzó con la comodidad de no preocuparse más por comer si no que ordenó a sus creyentes a que confiscarán todas las piedras. Los creyentes lo obedecieron, le dieron el poder sobre ellxs mismxs. Confiscaron las piedras y las hojas usando las mismas piedras bendecidas como armas en nombre del ser superior. Los incrédulos algunxs se sometieron, otros fueron encarceladxs. Dictó un pecado; el que se apropia de una piedra sin mi permiso se llamará ladrón y su acción se llamará robar (cuando el había robado los elementos de la naturaleza), dictó una ley; el que roba será castigado y encarcelado.

El dueño no podía seguir vendiendo las mismas piedras así que agarro más elemento de la naturaleza e hizo nuevas piedras y creo nuevas necesidades sobre las piedras.

Ya no quería producirla el mismo así que contrató a individuos para producirla, contrato gente para crear nuevas piedras y contrato vigilantes para proteger al sistemas de piedras.

Dónde también se adueñaba con las matrículas de los inventos. Y todo esto pagado con las mismas piedras. Creo diferencia entre los individuos pagándole más piedras a unos produciendo peleas en las clase productoras. Creo la competencia le pagaba más al que se esforzaba más. A los vigilantes le dio un factor de poder para oprimir y abusar sobre los demás. A los que pensaba los hizo callar de distintas maneras

Algunxs quisieron hacer sus propias piedras porque la cultura de propiedad ya estaba muy impuesta e interiorizado que no se las podía desterrar. Pero no los dejo actuó con violencia y se quedó con esas piedras. El control del dueño sobre las personas mediante las piedras era el máximo.

En este sistema de piedras no entrabamos todxs. No todxs podíamos producir, no todxs podíamos inventar, no todxs podíamos vigilantear pero no por que éramos incapaces sino por una simple razón de que no entrabamos todxs. Así que a los excluidxs los encerró, junto con los incrédulos.

Hoy la historia sigue igual; los productos que fabricamos son la piedra, las empresas son el dueño; lo que hacen es apropiarse y robar los elementos de la naturaleza para ponerle un valor y venderlo. Destruyen la naturaleza.
La propiedad privada es el inicio de todos los males de la sociedad.


Jony dirty

miércoles, abril 18

[Notre-Dame-des-Landes] Los desalojos empezaron, la ZAD se moviliza


Aunque el movimiento haya logrado eludirlo durante años, ha empezado un nuevo intento de desalojo de la ZAD de Notre-Dame-des-Landes. Desde las tres de la mañana la operación se desplegó con toda su brutalidad: filas interminables de furgonetas color azul marino, tanques blindados, gases lacrimógenos, primeros heridos y primeras detenciones. La gendarmería anunció que la presencia de periodistas estaba estrictamente prohibida «en todas las etapas del dispositivo» y bloquearon su acceso al sitio. Afirmaron que la toma de imágenes con fines periodísticos está prohibida y que los medios tendrían que contentarse con las que fueran entregadas por los gendarmes.

Estos desalojos confirman la pretensión del gobierno de restablecer el derecho al mismo tiempo que lo pisotea de manera grosera. La prefectura ni siquiera dejó la posibilidad a l@s habitantes de la ZAD de tener acceso a las bases mínimas del derecho a la vivienda, en este caso no se respetó el procedimiento de entablar acciones legales nominativas y amparos en caso de voluntad de desalojo. Esto ocurrió a pesar de que los habitantes de la mayor parte de la ZAD se habían identificado en varios momentos durante los últimos años. El doble juego lamentable de la prefectura exhibe hoy en día toda su hipocresía: anuncia una cierta voluntad para que la situación evolucione de manera «serena y aliviada» mientras nos manda a 2500 policías para arrasar con nuestras casas y habitaciones. Se nos anuncia una selección que se operará según categorías que son meras ficciones, que no sirven más que para llenar las necesidades de un story-telling represivo en el cual el gobierno se encerró. No hay aquí radicales de un lado y campesinos del otro, sino un conjunto de maneras entremezcladas de compartir este territorio. A diferencia de lo que afirma el ministro del Interior Gérard Collomb, nadie vino a regularizarse de manera individual estas últimas semanas a expensas de l@s demás. El conjunto del movimiento propuso un marco de convención colectiva para el conjunto de l@s habitantes y de los proyectos. Pero el gobierno no podía limitarse a admitir que el proyecto de aeropuerto fuera inútil, tenía a fuerzas que vengarse en contra de l@s que lo forzaron a abandonarlo. La tierra se muere, las formas económicas más brutales atrofian nuestras vidas, y en todas partes hay personas que aspiran a salir de esta situación. Eran 30 000 el 10 de febrero pasado quienes se comprometieron a apoyar el futuro de la ZAD. Pero el mensaje político del gobierno esta mañana es claro: se tiene que cerrar cualquier posibilidad de espacios de experimentación. Nuestra rabia es profunda esta mañana ante el derroche lamentable que representa la destrucción en curso de casas y espacios de vida que habíamos construido aquí. Nuestra conmoción es fuerte al pensar que la experiencia colectiva de la ZAD puede ser puesta en peligro ante esta ola policiaca. Sin embargo, ZAD no desaparecerá. Habitamos aquí, estamos enraizados a estos campos y a este bosque y no saldremos de aquí. Saludamos el valor de las personas que ya llegaron para juntarse aquí con nosotr@s y que respondieron a nuestros llamados. En 2012, la arrogancia aplastadora del Estado terminó por revertirse en contra de él. En un contexto en que las huelgas, las marchas y las ocupaciones en todo el país se han acrecentado, apostamos al hecho de que este desalojo se vuelva un nuevo motor de rebeldía que se difunda desde hoy y ahora. Esta operación de destrucción se revertirá en contra de sus autores. Llamamos a todas y todos que l@s puedan a venir a la ZAD para reunirse con nosotr@s desde ahora o en los próximos días. Ya hay más de 80 concentraciones previstas en toda Francia esta tarde-noche, particularmente a las 6pm en Nantes y en Rennes, las grandes ciudades más cercanas. La respuesta ante este desalojo también habrá de realizarse a largo plazo. Se convoca a una marcha este sábado en Nantes y a una convergencia en la ZAD este próximo fin de semana.

Para seguir lo que está pasando:

http://www.briega.org https://zad.nadir.org/spip.php?article5326 https://zad.nadir.org/spip.php?page=backend-infos 
https://nantes.indymedia.org/articles/40823 
https://twitter.com/ZAD_NDDL?p=s 
https://twitter.com/ZadStreet?p=s 
http://alasbarricadas.org/noticias/node/39792

domingo, abril 15

Bienvenida




El mar y la tierra fosas comunes,

la lluvia, ácida, y el sol, sediento;
las botas pies, los pies obstáculos,
los hombros carga, los ojos lágrimas:

cuerpos indesmayables desmayados.

Si tu país no tuviera petróleo, coltán o cualquier ambicionable,
o si fueras blanca o si fueras rico,
si fueras hetero o correligionaria,
si llevases velo o si no lo llevases,

si fueras lo que no eres ni quieres ni puedes ser,
si tú no fueras tú
no tendrías que huir de tu casa y tu paisaje y de tu aire y tu agua.

Las puertas alambradas y anfitriones
los soldados, y, si no hay muerte, campo
de exterminio para los hombres,
las mujeres, los niños y las niñas

refugiados.

Si nosotros fuéramos humanos – no digo aún solidarios-
si tuviéramos cerebro – aún no digo pensamiento-
si fuéramos respetuosos – no, no digo tolerantes-
si tuviéramos corazón, ojos y brazos, y curiosidad
– no he dicho amor, abrazo, mirada ni ansias de saber-,

si no fuéramos lo que somos porque queremos
y porque podemos,
si nosotros no fuéramos nosotros
no tendrías que huir de tu casa y tu paisaje y de tu aire y tu agua.

¿Qué es toda esta trama que hemos urdido
para crear un problema que no existe?
¿Qué es todo este galimatías técnicoeconómico
irrefutable?

Mentira.
Nada de eso.
No. Nada.

Es muy simple, es
tan sencillo
tanto:

bienvenidas
a casa, bienvenidos,
compartamos
el pan y la sal.


Isabel Rivas Etxaniz. En Muturreko Ahotsak. Voces del Extremo. Loturaren Poesia / Poesía del Vínculo. Amargord Ed. 2017

jueves, abril 12

La memoria libertaria en la Revolución rusa

La historia se escribe, demasiado a menudo, de forma grotescamente maniquea; así en este año de centenario de la Revolución rusa, frente a la crítica interesada de los defensores de la ideología oficial y a las alabanzas de aquellos que obvian el fracaso de un sistema que jamás alcanzó el socialismo, hay que insistir en las posibilidades de la vía libertaria.

La Revolución rusa, aunque fue el origen de un régimen que indudablemente marcó la historia contemporánea, fue tan ilusionante en un principio como, demasiado pronto, una triste realidad. Hay quien sostiene que los anarquistas estaban a la izquierda de Lenin y los bolcheviques, algo que resulta, por decirlo suavemente, francamente difícil de valorar al establecer unos parámetros siempre cuestionables. Parece más acertado decir que la cosmovisión libertaria era, en muchos aspectos, antagónica a la bolchevique partidaria, y finalmente ejecutora de una centralización extrema, que parecía estar ya en el origen de su proyecto político. El lema "Todo el poder para los soviets", que suscribían por supuestos los anarquistas al propiciar su autonomía y la de los comités de fábrica, sería muy pronto traicionado por Lenin y sus seguidores. Otras grandes diferencias estriban en la defensa de una sociedad plural por parte de los libertarios, mientras que los bolcheviques se esforzaron en aplastar a otras fuerzas políticas, junto a la evidente oposición a la militarización y a la creación de cuerpos policiales. En el año 1917, hubo cierto auge de grupos anarquistas, los cuales se sumarían a la revolución de Octubre al considerar que había que sumar fuerza al componente social de la misma, aunque muy pronto comprobarían que los bolcheviques tenían un proyecto muy diferente.

No obstante, y esto parece sumamente importante, hay quien distingue entre anarquistas y libertarios. Los primeros podían tener una ideología más netamente anarquista, incluso con una tradición intelectual sólida en Rusia, mientras que los segundos, aunque pudieran coincidir a nivel doctrinal, llevaba a la práctica a nivel cotidiano la autogestión y buscaban formas de democracia directa. Desde ese punto de vista, los anarquistas no eran tan numerosos como los libertarios, que sí podían considerarse una fuerza muy estimable en Rusia y Ucrania en aquellos tiempos. Así, en la revuelta de Krondstad, es posible que no hubiera tantos anarquistas doctrinarios, pero sí libertarios que trataban de propiciar la autonomía de los soviets y que negaban la influencia de los partidos políticos. Otro ejemplo lo constituye la revolución en Ucrania, la llamada Majnósvschina, que aunque toma su nombre de un anarquista como Nestor Majnó, estaba compuesto por otras fuerzas políticas, tal vez no netamente anarquistas, pero sí partidarias de un socialismo autogestionario. Anarquistas o libertarios, como queramos denominarlos, pero siempre partidarios de la pluralidad y de la gestión por parte de los propios trabajadores buscando esas formas de democracia directa sin intermediarios. Es muy importante insistir en esto de cara a la gestación de la sociedad libertaria, algo antagónico al proyecto de cualquier movimiento autoritario, que pretende la conquista del poder, y que a la fuerza y por mucho que se esfuerce en afirmar lo contrario, acaba  sucumbiendo a su lógica creando un sistema jerarquizado y cuerpos represivos para mantenerlo.

La Revolución rusa, continuamos con ella, es un buen ejemplo de esto. A menudo, se insiste en la distorsión que supuso la política de Stalin, alabando a líderes como Lenin y Trotsky. Se olvida la propia política represiva de estos líderes bolcheviques que muy probablemente abonaron el camino para Stalin; el propio Trotsky fue el responsable de la militarización de la economía y de la creación de un Ejército rojo, que por mucho halo mítico que se le quiera otorgar, no dejaban de ser una fuerzas armadas convencionales al servicio de un Estado. Como muy a menudo se afirma, "la historia la escriben los vencedores", y durante mucho tiempo fueron los bolcheviques. Hoy, son otros los triunfadores, y otra la ideología oficial, revestida de liberalismo, pero que niega la posibilidad de la transformación social para apuntalar el sistema vigente, que aparece como inamovible para gran parte del imaginario social. Precisamente, esto ocurre debido en gran medida al fracaso de la vía socialista de Estado, pero entre unos y otros se ignora a anarquistas, libertarios, socialistas revolucionarios y otras fuerzas sociales transformadoras. Nos esforzaremos en recuperar la memoria, también en Rusia como en cualquier parte del mundo, de estos movimientos libertarios, precisamente para recordar el fracaso de toda vía estatal de transformación social. En buena medida, puede servir de inspiración a los actuales grupos libertarios enfrentados a un escenario hoy, tal vez muy diferente, pero desgraciadamente con viejas y nuevas formas de dominación y explotación.


lunes, abril 9

El anarquismo como una lógica del comportamiento y de los sentimientos

Insistimos, una vez más, que el anarquismo no es una mera ideología, mucho menos una doctrina relegada al pasado; su fuerza, su sentido eminentemente actual, práctico y realista, estriba en ser más una postura ética ante la compleja realidad humana, una determinada lógica vital y afectiva ante las diferentes situaciones y acontecimientos.

A propósito de la reciente crítica sobre la película del joven Marx, merece la pena realizar unas reflexiones sobre la posibilidad emancipadora actual enfrentada a las tradiciones revolucionarias modernas. Hoy, mucho más si se sigue tomando como un dogma o una verdad científica, el marxismo en sus diferentes versiones debe ser cuestionado. Es más, todo lo que hay de válido en autores marxistas se debe a que se vieron obligados a revisar y adaptar la doctrina y, esto es mi opinión, acercarse en gran medida a las propuestas libertarias. El anarquismo, en cualquier caso, no debió verse ni convertirse nunca en una doctrina o ideología, de tal manera que sus propuestas autogestoras y de rechazo al poder aparecen con fuerza en los movimientos sociales recientes. Si alguien piensa que las ideas anarquistas tienen algún sentido al margen de esas prácticas vitales transformadoras, lo está relegando a las páginas de la historia, la cual nos inspira por supuesto, pero no debe empujarnos a alguna forma de ortodoxia ni hacernos recrear en, únicamente, un bello ideal. Y es que el anarquismo no es, como dice Daniel Colson, una utopía, bella pero irrealizable; es más, en su afán por indagar y potenciar al máximo la vida humana y las relaciones sociales, se le puede considerar como extremadamente realista. El orden impuesto preconizado por Estados y religiones, ese es el verdaderamente utópico, ya que nos mantiene en una realidad permanentemente caótica. Desgraciadamente, en el imaginario popular, a pesar de los numeroso males sociales y de las periódicas crisis, ha calado esa visión de la necesidad de un orden impuesto basado en la jerarquización social y de la imposibilidad de cualquier posibilidad emancipadora.

En ese mismo imaginario, aparece el anarquismo distorsionado, bien como algo superado por la historia, bien como un sueño sin ningún apego con la realidad. No ayuda demasiado la posición de algunos libertarios al pretender mantener el anarquismo puro según unos supuestos principios preestablecidos o un programa idea. Si así lo hacemos, tal vez no nos diferenciamos demasiado de cualquier otra doctrina, sea ideología política o creencia religiosa. El anarquismo solo tiene sentido en sus prácticas, con ese permanente realismo al que aludíamos anteriormente, no por adaptar a la realidad unas ideas previas, sino por mantener una postura ética ante una realidad permanentemente mutable. A diferencia de otras tradiciones emancipadoras, las ideas libertarias no nacen de la cabeza de ciertos pensadores, por mucho que nos agrade su lectura; se trata más bien de una retroalimentación, son los acontecimientos vitales los que empujan a tantas personas a abrazar las ideas libertarias. El pensamiento se alimenta de la realidad y la realidad del pensamiento. Se trata de una evolución constante, un permanente cambio en la vida en busca de la libertad; si se produce el estatismo, por acomodo a una vida subordinada en la que solo podemos ser dominados o dominadores, si se deja además de pensar, entonces la emancipación no tiene cabida.

Por lo tanto, el anarquismo se manifiesta, desde sus mismos orígenes modernos en la Primera Internacional, como algo vivo, como una visión de la vida y unas prácticas (libertarias, antiautoritarias…) que le dieron forma y sentido. Hoy, debe seguir manteniéndose vivo de la misma manera, más por una cuestión vital que ideológica. Es más, en el pensamiento de los autores modernos, como Proudhon, Bakunin o Kropotkin, ya se produce una teoría afín y complementaria a esas prácticas del movimiento. Desde ese punto de vista, hay que leer a esos pensadores, no para mantener un bello ideal del pasado, sino para tratar de comprender cómo es posible esa actitud libertaria en el presente.La actitud libertaria no está sustentada en dogmas, en verdades dadas para siempre, ni en principios abstractos, sino en una evaluación práctica y espontánea de la realidad basada en una determinadas ideas: no dominación, solidaridad, ayuda mutua… Cada vez tenemos que estar más de acuerdo con esa definición de anarquismo, no como un conjunto de ideas (aunque, obviamente, también se alimenta de un rico corpus), sino como una ética en el sentido de una determinada lógica del comportamiento y de los sentimientos; como dice Colson, “un sentido práctico, que proviene de las cosas, los acontecimientos y la situaciones”. Desde ese punto de vista, resulta muy coherente considerar al anarquismo como eminentemente práctico y realista.


viernes, abril 6

Se acaba la pesca: Pronostican un año límite para la desaparición de la fauna marina



Si no cambian las cosas, un estudio publicado en la prestigiosa revista Science estima que el conjunto de las "pesquerías mundiales" (sic) se agotarán mucho antes de lo que estaba previsto. Biólog@s canadienses ponen sobre la mesa una fecha concreta: antes de 2048.

Evidentemente, el año no se ha elegido al azar. Son conscientes de que ofrecen una visión sombría de los océanos y la salud de la humanidad, pero se ha demostrado que la pérdida de biodiversidad está estrechamente vinculada a la disminución de la calidad del agua, la floración de algas nocivas, el crecimiento de zonas oceánicas muertas, el aumento de la muerte de peces y las graves inundaciones costeras.

En concreto, la desaparición acelerada de especies marinas en nuestros océanos está llegando al punto de dejar los mares sin peces. Se ha calculado que el 90% de los grandes peces (atunes y tiburones) han desaparecido en el último siglo y cada año mueren 300.000 tortugas marinas y 250.000 cetáceos en "artes de pesca" (sic).

Todo eso implica que el futuro de la industria pesquera es una grave amenaza porque, en aguas comunitarias, más del 80 % de los "caladeros" se encuentran agotados o sobreexplotados.

La pérdida de biodiversidad de los océanos se está acelerando a un ritmo que no se preveía ni en las peores observaciones. El 29% de las especies marinas que consumen l@s carnacas ya han desaparecido. Si la tendencia a largo plazo sigue esta escalada, en 32 años habrá poco o ningún pez en los mares

"La biodiversidad es un recurso finito, y vamos a terminar con ella... si nada cambia", dijo Boris Worm, profesor asistente de biología de la conservación marina de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Canadá. No comas pescados muertos, no te hace falta, para nada. O acabaremos con los mares.

martes, abril 3

Anarquismo, individualismo y cuestión social


Aunque el anarquismo tiene diversas corrientes, y apuesta en cualquier caso por la pluralidad de visiones, puede reducirse a dos: la individual y la colectiva (que, también, podemos denominar "socialista", a pesar la perversión del término debida a sus versiones estatistas). El anarquismo no ha sido nunca, dejémoslo claro, solo una corriente dentro del socialismo, y lo podemos considerar una filosofía vital esforzada en la emancipación en todo los ámbitos de la vida, así como en desarrollar las mejores potencialidades del ser humano.

No hace falta aclarar que el individualismo anarquista nada tiene que ver con el promovido por la sociedad liberal burguesa, y ya Max Stirner dio buena cuenta de este. No olvidemos tampoco a un Godwin, con el que si bien tampoco es posible hablar todavía de anarquismo, sí fue de los primeros en negar la subordinación política, junto a todo tipo de coerción, en nombre de un individualismo racional y de insistir al mismo tiempo en la transformación de la vida social. Resulta curioso cómo, posteriormente, los anarquistas clásicos reivindicaban igualmente, si bien con espíritu inequívocamente antiautoritario, el pensamiento de muchos autores que hay que considerar más cerca del liberalismo. La satisfacción, meramente material e inmediata, del individualismo de la sociedad capitalista en nada se asemeja a un anarquismo que, incluso en sus vertientes más individualistas, apuesta por la solidaridad, la cooperación y la unión libre. Esto implica, e incluso así hay que realizar la lectura de Stirner, a pesar de que nunca se denominara anarquista, una visión igualitaria, una libertad entendida como estrechamente vinculada a lo social; todos somos "únicos", con el derecho de desarrollar nuestras potencialidades, y debemos reconocer eso mismo en los otros. El anarquismo, en una definición tan sencilla como fundamental, lo podemos considerar también como una forma de individualismo solidario. No hay que dejar de lado, en cualquier caso, esa visión del anarquismo como una preocupación fundamental por el individuo, que a pesar de nacer y desarrollarse en sociedad, no debe subordinarse a ningún absoluto: Dios, Nación, Patria, Estado, Empresa, Revolución, Poder…

Esa visión absolutista está necesariamente unida a la jerarquización, a la génesis de una clase elitista que se encarga de dirigirnos, clasificarnos y ordenarnos a 'los de abajo', y crear para ello las instituciones pertinentes. Así, dejamos de ser "únicos", individuos conscientes capaces de decidir sobre sus asuntos, para convertirnos (y reducirnos) a un rebaño, clase social, pueblo, masa o como se quiera denominar. No hay, quizá, mayor riqueza de espíritu -entendiendo tal como fortalecimiento de la voluntad, del ánimo, de esa reafirmación de cada personalidad específica- que la de ese amor a la vida preconizado por los anarquistas individualistas, la de esa obligación de vivir intensamente una vida breve, exenta de principios superiores o trascendentes; el eclecticismo, el antidogmatismo, las tradiciones de radicalismo liberal -palabra que empleamos conocedores de sus notables diferencias con el anarquismo visto de modo amplio-, de expansión del pensamiento sin límites y de la razón, de culto a la sabiduría, de liberación sexual, de una moral acorde con los valores antiautoritarios, fraternales y solidarios, conductora del pensamiento y de las acciones -por supuesto, sería rechazable un nihilismo corto de miras en que puede desembocar la rigidez del pensamiento estirneriano-. Son conceptos que encuentran demasiados obstáculos culturales o institucionales en nuestras diferentes sociedades humanas y que los anarquistas recogen ya en sus orígenes, no de una manera doctrinaria o cerrada sino asumiendo un verdadero progreso, una liberación constante en el individuo.

Como parte de la rica herencia del pasado libertario, hay que considerar esa visión de cada ser humano como una personalidad única e insustituible, digna de verse desarrollado sin coacción externa alguna. Cualquier forma doctrinaria, religiosa, política o económica, aunque se presente como una realidad última magnánima, termina convirtiendo al individuo en una pieza más de su maquinaria. No obstante, la interesantísima visión filosófica de Stirner, y de cualquier forma de individualismo anarquista, no puede dejar a un lado la cuestión social. El individuo no precede a la sociedad, sino que nace y se desarrolla en ella, de ahí que algunos autores hayan hablado de cierto determinismo social. Es por eso que el anarquismo se haya esforzado en desarrollar un concepto de la libertad amplio, estrechamente vinculado a las nociones de igualdad y solidaridad. De igual modo, volviendo a la cuestión social, resulta imprescindible un socialismo libertario para establecer las mejores formas de la socialización de la riqueza, su producción y distribución dirigida a satisfacer al conjunto de la sociedad. Como hemos dicho, es en sociedad donde el individuo tiene obligatoriamente que desenvolverse, por lo que es también necesaria una conciencia y comprensión de los problemas sociales de forma solidaria.

El desarrollo del individuo, según la visión libertaria, se realiza a salvo de todo forma de coerción por parte del poder, y esto no se realiza de forma aislada sino en la vida social. Solo una sociedad libre, tal y como entiende el anarquismo la libertad estrechamente vinculada a lo social (a la igualdad), puede generar individuos verdaderamente libres y solidarios. El anarquismo, en definitiva, se esfuerza, tanto en defender al individuo y su libertad como en la construcción de una sociedad justa y racional. No hay que negar, como bien se empeñan en mostrar los detractores del anarquismo, las dificultades para esta tensión entre individualismo y colectivismo. Sin embargo, si observamos las ideas libertarias de esa manera amplia, no de forma absoluta y abstracto, ni tampoco capaz de dar solución a todos los problemas en cualquier circunstancia, alejada por supuesto de la visión burguesa insolidaria, podemos tal vez asumir esa tensión como parte de nuestra vida social. El individualismo radical libertario, con su desconfianza permanente hacia toda forma de organización, por el peligro constante de desviación hacia formas estáticas y burocráticas, es una actitud más que loable en forma de advertencia y tensión. En cualquier caso, las dificultades para una sociedad sin poder, sin autoridad coercitiva, no deben abandonarse a la desesperanza ni hacernos participar en los engranajes de una vida social y política que poco o nada tiene que ver con el anarquismo. Tal vez, ni el individuo ni la sociedad, serán nunca realidades plenamente realizadas en su potencialidades. Por ello, tal vez esa tensión libertaria entre ambas realidades, individual y comunitaria, sea las que nos siga empujando hacia la consecución de nuevas metas.