Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, noviembre 28

Contra el turismo ¿Podemos seguir viajando?

 

 

Rodolphe Christin

El turismo es absolutamente incompatible con un modo de vida sostenible. Durante mucho tiempo, el turismo se ha beneficiado de una forma de indulgencia de la crítica social de la que no han disfrutado otras industrias. Y, en efecto, el turismo se ha asociado a valores positivos. Se dice que es un factor de desarrollo de las regiones pobres, un factor de paz, un factor de salvaguardia del patrimonio, un factor para impulsar relaciones interculturales, de conocimiento del otro y de apertura de las mentes… El objetivo de mi libro es demostrar que el turismo entraña una forma de degradación global del planeta.

El turismo ha acabado con el espíritu del viaje: el descubrimiento ya no es su motivación, la exploración ya no es su motor, la evasión cultural ya no es su deseo. Hoy en día, el turismo es mero entretenimiento, síntoma de la degradación de la vida cotidiana, que una minoría de privilegiados compensa olvidándose temporalmente del mundo.

Pero además, el turismo es desde hace tiempo una industria tóxica. Durante décadas se benefició de una indulgencia de la que no disfrutaban otras industrias, asociándola a valores positivos: el turismo era un factor de desarrollo, de paz, de salvaguardia del patrimonio, de interculturalidad, de protección de la naturaleza… Pero últimamente se está resquebrajando este consenso que hacía del turismo la madre de todas las virtudes.

El turismo es una actividad depredadora que entraña la degradación global del planeta: transforma los territorios, rompe el equilibrio social y posee un alto coste medioambiental, por el consumo de recursos, la contaminación generada y la destrucción de entornos humanos y no humanos, volviéndolo, en definitiva, incompatible con un modo de vida sostenible.

En los enclaves masificados se asiste desde hace tiempo a una saturación turística con un grave impacto en la vida cotidiana: ya no se puede vivir y trabajar con normalidad, y el acceso a la vivienda se vuelve casi imposible, expulsando la vida local a la periferia. El turismo se ha convertido en una industria totalitaria que afecta al conjunto de la vida de las personas, cuyo descontento no deja de crecer.

Reconocer toda esta realidad no es turismofobia, sino una reflexión política que no puede ser tachada de patológica ni descalificada por un diagnóstico médico. Criticar el turismo apunta más ampliamente al modo de vida de nuestra sociedad de consumo. Y en ese sentido, no existe el buen turismo ni el mal turismo, sólo distintos grados en la escala de la nocividad. La única alternativa al turismo sería dejar de practicarlo.

 

 Rodolphe Christin (1970) se doctoró en Sociología con una tesis sobre el imaginario del viaje, que le llevó a emprender un análisis crítico del turismo. En 2018 publicamos su libro Mundo en venta. Crítica de la sinrazón turística.

 

https://www.edicioneselsalmon.com/2023/08/21/contra-el-turismo/

sábado, noviembre 25

«No podemos permitirnos el lujo de permanecer en silencio». Entrevista con un anarquista israelí

 


La situación en la Franja de Gaza es cada día más catastrófica. En el momento en el que escribimos estas líneas, la cifra de muertos en Gaza desde el pasado 7 de octubre asciende a unos 11.320 (4.600 de ellos, niños) y 29.200 heridas. En un intento de comprender mejor la situación en la región, 161Crew ha entrevistado a un anarquista israelí y el portal A las Barricadas ha traducido la entrevista al castellano, la cual versa sobre el movimiento anarquista moderno, la ocupación israelí de Palestina, la resistencia contra él y las perspectivas de futuro. 

 

Hola. ¿Quizás podríamos comenzar presentándote rápidamente?

Claro. Soy un anarquista de Haifa, Palestina ocupada. Ha estado activo durante más de una década, principalmente en el movimiento anticolonial y de solidaridad con los palestinos, la liberación animal y las cuestiones ecológicas.

¿Cómo te convertiste en anarquista?

La respuesta corta es que gracias al punk. La respuesta más larga es, por supuesto, un poco más difícil. Al crecer como un colono bajo un régimen colonial de apartheid, en el lado «correcto» de la valla, siendo visto como judío por el Estado, naturalmente se espera que no te rebeles y te conviertas en un guardia de prisión más, como el resto de tu comunidad. Estás creciendo rodeado de imágenes militaristas, adoctrinamiento sionista en la escuela y acontecimientos históricos como el holocausto y la religión judía se utilizan como armas para impulsar el patriotismo y la propaganda nacionalista. La versión del judaísmo que se enseña aquí es que somos el pueblo elegido, esta tierra nos pertenece por decreto divino, Dios es un agente inmobiliario que puede ser invocado en cualquier disputa de tierras, y el resto de personas están destinadas a ser ciudadanas de segunda clase como mucho.

Es realmente difícil explicar a los compañeros que viven en el extranjero cuán colectivo es el proyecto sionista. Israel no tiene una sociedad civil real; todo es aceptable, siempre que esté dentro de unos límites muy limitados y predefinidos. Puedes ser izquierdista, gay, friki, lo que quieras (somos liberales ilustrados y hay lugar para todos), pero sé sionista, sirve en el ejército, sé un ciudadano leal y no fuerces. Si puedes, sé también blanco y rico además. Cualquier paso fuera del consenso nacional y eres un traidor ilegítimo.

La visión estrecha o la rebelión dentro del panorama sionista se puede demostrar, por ejemplo, en el movimiento de protesta masiva contra la reforma judicial para «salvar la democracia israelí» durante unos pocos meses (actualmente en suspenso debido a la guerra) . Incluso cuando cientos de miles de israelíes salieran a las calles cada fin de semana contra lo que es claramente un intento de golpe de extrema derecha, seguirían haciendo cualquier cosa, excepto mencionar el apartheid y la ocupación de los palestinos, y lucharían para salvar la «democracia judía”; es decir, un régimen de superioridad étnica sólo para ellos, el status quo. Los dos lados de este movimiento caracterizan un conflicto entre los colonos internos sobre cómo gestionar mejor el apartheid: el enfoque liberal versus el enfoque fascista. Obviamente, gane quien gane, las poblaciones no judías de esta tierra, en primer lugar los palestinos, siempre perderán.

Entonces, dado este contexto, la «izquierda israelí» no apela a nadie que busque justicia real para este lugar. Para mí, dada la naturaleza de la situación aquí, los colonos con buena conciencia que buscan unirse a la resistencia anticolonial, que es el único movimiento revolucionario en la región y la vanguardia de cualquier cambio radical real, no pueden hacerlo como israelíes, desde dentro de la sociedad israelí, para  buscar formas de reformarla y mejorarla. Por el contrario, debemos despojarnos de cualquier identidad colonial y desarrollar herramientas y recursos para una traición racial efectiva. Debemos desarrollar una política antiisraelí, volvernos contra nuestra sociedad y unirnos a los oprimidos y los colonizados, bajo sus términos y liderazgo. El anarquismo me da tanto el lenguaje como las herramientas para imaginar esta política. Para mí, no existe una «sociedad anarquista» por la que luchar, ya que éste no es un objetivo final; veo el anarquismo como un movimiento de resistencia, un arsenal de herramientas para que los oprimidos de todo el mundo luchen contra la distopía actual, y esto es principalmente lo que me atrae hacia ello.

Solías estar involucrado en un proyecto llamado «Radical Haifa», pero nos dijiste que ya no existe. Me parece una iniciativa muy interesante. ¿Puedes contarnos más al respecto?

¡No hay mucho que contar, la verdad! Teníamos un pequeño grupo de amigos en Haifa, organizados como un colectivo anarquista hace unos años. Hicimos cosas como tener un proyecto de apoyo mutuo y distribución de alimentos durante los confinamientos por el Covid, iniciar otras organizaciones comunitarias y unirnos a luchas locales en la ciudad. El grupo actualmente no está activo, aunque quizás en un futuro próximo aparezca un nuevo colectivo. Mientras tanto, Radical Haifa se convirtió principalmente en una cuenta de Twitter, en la que circulaban noticias y análisis de Palestina desde una perspectiva pro-resistencia y antiautoritaria, y después de que los fascistas compraran la plataforma, la cuenta se trasladó a Mastodon/Kolektiva.

Uno de los grupos anarquistas más conocidos procedentes de esa zona parece ser Anarquistas contra el Muro. ¿Estuviste involucrado? ¿Cuál es tu opinión sobre ese grupo?

Anarquistas Contra el Muro fueron definitivamente el grupo más activo y significativo entre los radicales y antiautoritarios israelíes durante la década de 2000. Nacido en medio de la 2ª Intifada, por activistas solidarios que participaban en luchas locales en pueblos de Cisjordania contra la construcción del muro del apartheid, su principal significado residió en el hecho de que rompió todas las normas y reglas de operaciones establecidas de la izquierda israelí. Por una vez, las personas de ambos lados de la valla no se encontraron como enemigos, ni como un espectáculo superficial de «coexistencia», sino como luchadores por la misma causa, camaradas, coconspiradores y cómplices, en igualdad de condiciones. Se priorizaron aspectos de co-resistencia y lucha conjunta, y bajo un régimen como éste, la mera acción de tratar a un palestino como un ser humano y un amigo era suficiente para que fuera considerado radical y fuera de la forma habitual de operar, inclusive la izquierda del establishment.

Durante su apogeo, el grupo pudo llevar a cientos de israelíes a Cisjordania, para manifestarse directamente con los palestinos y experimentar la resistencia de primera mano. Además, se han llevado a cabo muchas acciones directas, como dañar físicamente la valla y sabotear el equipo. Al final, sin embargo, el grupo se fue extinguiendo poco a poco y ya no existe. Personalmente, estuve involucrado cerca del final, cuando era un adolescente proveniente de la entonces escena anarco-punk de Tel Aviv, y como muchas iniciativas de solidaridad radicales bien intencionadas organizadas por personas del lado privilegiado en un contexto colonial, el grupo no era exactamente inmune a las relaciones de poder y a un comportamiento jerárquico oculto. Hacia el final se han hecho muchas críticas sobre el grupo y sobre el papel que realmente tienen los colonos que se unen a la resistencia anticolonial. En cierto momento, también vimos que algunos de nuestros privilegios se nos escapaban físicamente y se hizo imposible actuar a la antigua usanza. «Investigadores» de derecha se infiltraron en una manifestación con cámaras ocultas e imágenes difundidas por televisión. Los camaradas se metieron en problemas legales por acciones directas de una manera que paralizó su capacidad de continuar. Otros han sido engañados y atacados por fascistas. La situación política ha cambiado y con ella los medios de lucha disponibles. En general, creo que fue una experiencia valiosa con muchas lecciones para enseñar a los camaradas de todo el mundo.

¿Hay algo parecido a un movimiento anarquista en Israel ahora?

Bueno, considerando que vivimos en una época en la que cualquiera que tenga una conexión WIFI puede ser una célula anarquista, ¡definitivamente puedes decirlo! Aunque en realidad no tanto. Realmente no hay un movimiento. Yo diría, en el mejor de los casos, individuos dispersos aquí y allá, alguna subcultura juvenil, alguna estética, pero no estructuras, grupos o incluso discusiones realmente organizadas. En términos generales, diría que la sociedad israelí es muy derechista, incluida su clase trabajadora, y a la gente se le enseña a vivir con un ataque de ansiedad constante y a ver el estado de un gran padre protector, sin el cual todos estamos condenados. Pedir a los israelíes que abandonen el Estado es hablar con ellos en un idioma extranjero. En esas condiciones, no creo que estas ideas tengan ninguna posibilidad de difundirse y volverse populares aquí en el corto plazo. Sin embargo, creo que existe la posibilidad de que se convierta en un fenómeno en los límites del imperio, no como un movimiento israelí, sino como un movimiento de desertores y traidores raciales, dispuestos a unirse a la lucha para liberar esta zona del imperialismo y el colonialismo. y el terrorismo de Estado, un movimiento minoritario, que podría sentar las bases de algo diferente. Pero ya veremos.

En algún momento recuerdo que parecía haber una pequeña pero activa minoría de «refuseniks», personas que se negaban a hacer el servicio militar a pesar de la prisión y la represión. ¿Qué magnitud tuvo y cómo fueron tratados en la sociedad israelí?

El movimiento de objetores de conciencia existe a pequeña escala en Israel desde hace muchos años. Realmente no puedo decir que se esté extendiendo y teniendo un impacto mayor, pero sin embargo es, por supuesto, un fenómeno muy positivo y estos adolescentes son muy valientes. Son tratados como traidores por la sociedad israelí en general y pueden pasar mucho tiempo en prisión. Hace apenas un par de meses, en lo que a estas alturas parece una noticia antigua, un grupo de adolescentes se negó a servir en el ejército y hubo una larga campaña para apoyarlos. Finalmente fueron liberados. Mesarvot (literalmente significa: negarse) es una organización que ayuda y acompaña a los objetores políticos por motivos antiocupación.

Por supuesto, debemos distinguirlo de otros movimientos de rechazo en Israel, algunos por razones sionistas. Hay organizaciones que apoyan a los reservistas del ejército en su decisión de no servir en los territorios ocupados de 1967, es decir, Cisjordania y la Franja de Gaza. Además, durante el movimiento masivo de «democracia israelí», algunos reservistas se niegan a servir hasta que desaparezca la «amenaza a la democracia». No tienen problemas con la ocupación, el apartheid y las constantes masacres y crímenes de guerra, pero cuando sus privilegios de clase media están en juego, ahí es donde trazan la línea. De todos modos, es importante mencionar que mientras escribo estas líneas, el genocidio en Gaza continúa y toda esta retórica ya no existe. Ahora todos se están uniendo detrás del ejército.

¿Conoce algún anarquista o antiautoritario palestino?

Dana El-Kurd, una académica palestina, en su libro ‘Polarizados y desmovilizados: legados del autoritarismo en Palestina‘ plantea el argumento de que la lucha palestina no sólo es anticolonial, sino también antiautoritaria en sus raíces. Durante los días de la 1ª Intifada, los palestinos tenían una sociedad civil vibrante, que organizaba espontáneamente comités locales para coordinar la lucha y abordar las necesidades de las comunidades locales. Este levantamiento fue de naturaleza democrática y se luchó contra la voluntad de la OLP. Incluso dentro de la OLP, como sostiene Edward Said en su libro «La cuestión de Palestina«, la estructura estaba organizada de una manera muy democrática, con debates internos y críticas abiertas, en completo contraste con la política en el mundo árabe, un área llena de regímenes reaccionarios, dictadores autoproclamados y monarcas desconectados. El movimiento de liberación de Palestina siempre fue el movimiento más democrático y progresista de la región e inspiró muchos otros movimientos y levantamientos antiautoritarios, algunos de ellos los vimos durante la Primavera Árabe y muchos aún están en curso. Muchos sostienen que la derrota de la izquierda palestina en el Líbano, el establecimiento de la Autoridad Palestina después de los acuerdos de Oslo y el ascenso del Islam político han cambiado el panorama, pero creo que muchas de las características originales siguen vigentes.

Dicho todo esto, no puedo decir realmente que los palestinos hayan tenido alguna vez un movimiento anarquista per se. Los anarquistas palestinos existen, pero al igual que entre los israelíes, no están realmente organizados como un movimiento, ni puedo decir que sea una idea popular. Sin embargo, creo que incluso si no se utiliza el nombre de anarquismo, los palestinos tienden a organizarse de manera anarquista, sin llamarlo así. Los nuevos grupos guerrilleros en Cisjordania en los últimos años, como la Guarida del León en Naplusa, la Brigada Jenin en Jenin y el Batallón Balata en el campo de refugiados de Balata, se organizan de forma no jerárquica y no son sectarios en principio, abiertos a todos los diferentes hechos que puedan revelarse. unirse. Estos grupos de jóvenes están completamente fuera del control de la Autoridad Palestina y de la vieja política de facciones y partidos, y su naturaleza impredecible y espontánea es un desafío para las autoridades israelíes. Esto también es válido para la lucha popular: las luchas en las aldeas de Cisjordania a las que fuimos como Anarquistas Contra el Muro fueron organizadas por comités populares locales, coordinándose entre sí y operando bajo principios democráticos.

En los últimos meses hemos sido testigos de pogromos a gran escala y crecientes ataques mortales por parte de colonos, que actúan aparentemente con total impunidad y luego desesperados ataques suicidas dirigidos a israelíes, etc. Parecía que era inevitable que esto terminara en una gran tragedia tarde o temprano. ¿Dirías que también era obvio para la gente de Israel o no tanto? ¿Fue deliberada la falta de reacción de las autoridades ante la violencia de los colonos para presionar aún más a la población palestina o fue simplemente una especie de indiferencia hacia ellos?

Teniendo en cuenta cómo Israel se ha construido sobre la base de la limpieza étnica desde 1948, es más que razonable suponer que esto es completamente deliberado. En Cisjordania vemos que la estrecha distinción entre «civiles» y «militares» en el contexto del apartheid se desvanece por completo, a medida que colonos y soldados extremistas trabajan mano a mano, a veces en colaboración y a veces ignorando los pogromos y permitiendo que ocurran. Muchas veces los palestinos que contraatacan son los que son reprimidos. Sin embargo, lo que está sucediendo actualmente debe verse en un contexto ligeramente diferente. Debe verse en el contexto de 16 años de asedio a Gaza, iniciado como un castigo colectivo después de que los palestinos que viven en los territorios ocupados en 1967 eligieran democráticamente al partido equivocado según Israel y Estados Unidos, y eligieron a Hamás. Después de que Fatah, el actual partido gobernante de la Autoridad Palestina, diera literalmente un golpe de estado con el apoyo occidental e israelí para permanecer en el poder, Hamas se apoderó de Gaza en una guerra civil en 2007, después de lo cual Israel encerró a sus 2 millones de habitantes, convirtiéndolo en el campo de concentración más grande del mundo. Además de controlar las fronteras de Gaza, el área marítima y el espacio aéreo, dictar quién puede entrar y salir, aprobar las mercancías entrantes y controlar plenamente la economía, Israel también había bombardeado Gaza casi anualmente, con muchas «operaciones militares» matando a miles de personas. Gaza se ha mantenido en un estado de catástrofe humanitaria durante muchos años.

En todo caso, el gobierno de Hamás en Gaza había permitido que el lugar permaneciera algo estable, bajo cierta gestión, y no se deteriorara hasta convertirse en un completo desastre y, por lo tanto, era útil para Israel, lo que les permitía seguir controlando Gaza y gestionando su población. Pero el problema con Hamás es que no son obedientes y, a diferencia de la «Autoridad Palestina» en Cisjordania, se niegan a ser completamente domesticados por Israel y mantienen su compromiso con la lucha armada. Lo que Hamás hizo el sábado 7 de octubre fue romper el gueto, tanto física como simbólicamente; rompieron las puertas que rodeaban Gaza y (re)ocuparon tierras dentro de Israel, y también se posicionaron como una fuerza más allá de su papel asignado como gobierno de Gaza. Se pusieron a la vanguardia del movimiento de liberación palestino, descolonizando tierras directamente. En muchos sentidos, esto fue inevitable y el resultado directo de las decisiones de Israel durante todos estos últimos años.

Las imágenes procedentes del sur de Israel el día del ataque del 7 de octubre fueron, por supuesto, muy difíciles de procesar emocionalmente. No hay nada que celebrar sobre la masacre de muchos civiles y, según todas las definiciones y estándares, esto es un crimen de guerra. Sin embargo, las cosas deben verse en contexto. Además, no hay ejemplos en la historia de un movimiento de resistencia y liberación puro y «limpio» que no matara a personas inocentes. Ya sea la resistencia al apartheid en Sudáfrica, la colonización británica de la India, la lucha contra la esclavitud en Estados Unidos y la resistencia a la ocupación nazi en toda Europa, en todos esos casos murieron personas inocentes. Esto no es una justificación, pero la exigencia de purismo del movimiento de liberación palestino por sí sola no es realista. La mayor responsabilidad recae en el ocupante.

Probablemente habrá muchas teorías de conspiración sobre los últimos ataques sangrientos de Hamás en los próximos meses. En su opinión, como persona que vive allí, ¿cree que era posible que Netanyahu y compañía lo supieran y decidieran no actuar de inmediato, esperando que esto fuese su equivalente al 11 de septiembre y le permitiera permanecer en el poder? ¿O fue más bien la arrogancia y la subestimación del enemigo  lo que dio lugar a los trágicos acontecimientos que todos presenciamos?

Evidentemente no hay forma de confirmar tal conspiración. Me gustaría evitar una mentalidad conspirativa y concluir que probablemente Israel realmente no es tan fuerte como se presenta. Lo que sabemos hasta ahora, como informaron los medios israelíes, es que el Shin Bet, el servicio de seguridad de Israel, algo equivalente al FBI en Israel, sospechó la noche anterior que algo podría suceder, pero nada de esta escala. Al parecer, el jefe del Shin Bet y las FDI fueron informados durante la noche de que miles de combatientes en Gaza se estaban moviendo hacia la frontera, y algunos equipos especiales fueron llamados a la zona, pero no hubo indicios de que se tratase de una gran operación y una declaracion de guerra. En general, parece un fallo de inteligencia muy grande.

Desde fuera parece que la extrema derecha israelí finalmente tuvo la oportunidad perfecta para deshacerse del «problema palestino» de una vez por todas. ¿Tienes alguna predicción sobre cómo terminará la situación en Gaza? Parece que estamos viendo los actos finales de la tragedia que se desarrolla ante nuestros ojos y es peor que nunca.

En este momento es difícil predecir algo. Los acontecimientos avanzan muy rápido y recibimos una noticia devastadora tras otra. Mientras escribo estas líneas, alrededor de 3.000 personas son asesinadas en Gaza y alrededor de 1 millón están desplazadas. No se permiten alimentos, combustible ni electricidad en el interior. Tropas israelíes rodean la frontera con Gaza, preparándose para una invasión grupal. Gaza es un baño de sangre. La magnitud de la tragedia humana es insoportable. Guerra genocida total de aniquilación contra la población palestina de Gaza. Realmente no está claro cuál es el objetivo principal. Israel ya ha anunciado su intención de destruir a Hamás, probablemente nunca más permitiéndole operar desde Gaza, pero además de eso, actualmente no está claro si el objetivo es también volver a ocupar Gaza y anexionarla, como han sugerido algunos políticos israelíes, o entregárselo a la AP, o algo más. Después de que Israel pidió a los palestinos del norte de Gaza que se trasladaran al sur de la franja, y estamos hablando de una población de más de un millón de personas,  luego procedió a bombardear a quienes siguieron esa orden y se trasladaron, se hicieron llamamientos a Egipto para que abriera sus fronteras con Gaza a quienes huyen, posiblemente insinuando el mayor plan de limpieza étnica en la historia del sionismo, mayor que la Nakba de 1948.

¿Hay personas en Israel que se pronuncian en contra de la idea de un castigo colectivo a la población civil por las acciones de los grupos armados? Hemos visto una declaración firmada por diferentes grupos pacifistas que operan en Israel y Palestina pidiendo el fin de los ataques indiscriminados contra la población de Gaza. ¿Existe la posibilidad de que tenga algún efecto en nosotros o estamos todos en un frenesí asesino en este momento?

No ahora. Mientras escribo estas líneas, no hay ninguna movilización contra la guerra en Israel. Casi todo el mundo busca venganza en este momento. Los israelíes se están uniendo para apoyar plenamente la guerra y cualquiera que hable se está poniendo en riesgo. Es realmente difícil explicar cómo el fascismo está aumentando al amparo de la guerra. Los estudiantes árabes están siendo expulsados ​​de las universidades y los trabajadores pierden sus puestos de trabajo. Se anima a los estudiantes a delatar a sus compañeros de estudios y a las universidades y a enviar correos electrónicos diciendo que cualquier «apoyo a Hamás» (que bajo la atmósfera actual fácilmente podría significar también un llamado a que cese la matanza en Gaza) será recibido con tolerancia cero. Se están aprobando leyes en las que dañar la «moral nacional» (que, nuevamente, podría interpretarse en un sentido amplio) sería castigado con cárcel. Los palestinos están siendo perseguidos en Jerusalén Este, con documentación que revela que policías entran en negocios árabes, obligan a la gente a abrir sus teléfonos y buscan apoyo para Hamás. Bandas de extrema derecha rodearon la casa de un periodista ultraortodoxo haredí tras acusarlo de apoyar a Hamás y dispararon petardos dentro de su casa, lo que provocó que la policía tuviera que rescatarlo de su propia casa y ayudarlo a escapar. En general, la gente tiene miedo de abrir la boca. Hay cierta movilización proveniente de judíos israelíes para presionar al gobierno para que libere a los cautivos y rehenes, algunos de ellos han sido atacados por policías y fascistas en Jerusalén y Haifa. Cualquier organización ahora sería recibida con una rápida represión.

Mencionaste anteriormente una nueva generación de resistencia palestina que estaba comenzando a ganar impulso. ¿Crees que todavía hay un camino para que los palestinos tengan un movimiento de liberación exitoso que no termine siendo controlado por fundamentalistas religiosos? Con la devastación sin precedentes de Gaza y el nivel de tragedia humana que estamos presenciando, una de las grandes preocupaciones es que la gente de allí se vuelva aún más hacia grupos autoritarios como Hamás o la Jihad Islámica, etc. ¿Cual es tu opinión acerca de esto?

Es realmente difícil de decir. Es cierto que, en términos generales, los elementos reaccionarios crecieron entre los palestinos y, al igual que los israelíes, también se inclinaron hacia la derecha en los últimos años. Los grupos mencionados anteriormente no tienen una ideología y están abiertos a que se unan miembros de todas las facciones, desde Hamas hasta IJ y también el Frente Popular para la Liberación de Palestina. En general, parece que lo que caracteriza a la resistencia palestina estos días, tanto en Cisjordania como en Gaza, son frentes amplios y conjuntos. Islamistas, laicos, marxistas e incluso liberales nacionales, como algunas facciones de Fatah, están luchando codo con codo. En el ataque del sábado 7 de octubre participaron también combatientes del FPLP y del FDLP. El movimiento de liberación palestino es muy diverso, pero ahora mismo la gente parece estar dejando de lado sus diferencias y luchando juntos. En general, esto me recuerda las diferentes discusiones sobre anarquistas en Ucrania luchando junto a fascistas contra un ejército genocida ruso. No sabemos qué sucederá a partir de ahora, definitivamente podría llevar a la gente a nuevos extremos y acelerar algunos procesos muy preocupantes. Pero ya veremos.

La magnitud de lo que está sucediendo parece ser abrumadora y es muy difícil tener esperanzas de que se produzca algún acontecimiento positivo en este momento. ¿Hay algo que la gente pueda hacer ahora que pueda afectar la situación de alguna manera?

Yo le diría a cualquiera que viva en el extranjero que se una a la resistencia en su zona. Existe un amplio movimiento de solidaridad internacional y necesitan su apoyo más que nunca. Únase a las comunidades de refugiados palestinos en la diáspora, permanezca a su lado, apoye sus esfuerzos y grite. Esto podría dar miedo porque, como en Israel, otros gobiernos han estado utilizando el pretexto de la guerra para difundir el fascismo. Muchos estados expusieron sus tendencias autoritarias durante la última semana y media y la gente enfrentó la represión de diversas maneras. Alemania y Francia prohibieron las manifestaciones de solidaridad con Palestina y la policía atacó a personas que desafiaban la prohibición y protestaban. Los estudiantes en Estados Unidos que firmaron una declaración de Solidaridad con Gaza fueron incluidos en la lista negra de algunos lugares de trabajo. Muchos políticos e instituciones en Israel y el mundo occidental entienden actualmente que una presión externa por parte del apoyo popular internacional puede causar un daño significativo ahora, por lo que están redoblando los esfuerzos para cerrarla y la propaganda. Esto es lo mínimo que la gente puede hacer y les pido que lo hagan. llenar las calles. Únase a iniciativas palestinas como el BDS. Boicotear a Israel. Habla alto. Edúcate a ti mismo y a los demás. Involúcrate. Son tiempos históricos.

Muchas gracias por la entrevista. ¿Hay algo más que quieras añadir?

Como dije antes, este es el momento de actuar y hablar. Estamos siendo testigos del mayor intento de limpieza étnica y genocidio en la historia de este estado. No podemos darnos el lujo de permanecer en silencio. Lo que está en juego es intenso. Ponte del lado de la justicia. Se avecinan tiempos oscuros y difíciles. Sigue luchando y mucha suerte.

 

https://www.todoporhacer.org 

domingo, noviembre 19

‘Robo de bebés’ en el Estado español. Una urgente interpelación antifascista

 


El lluvioso 23 de octubre de 2022 sucedió algo importante. No ha sido ni mucho menos la única vez, pero sí la última a nivel estatal: Un reguero de mujeres invisibilizadas (que no invisibles), mayoritariamente de 50 a 80, años tomaron la calle, osando ocupar un espacio público, una palabra y una rabia históricamente vetadas a ese segmento de la población denominado ‘señoras’. Ese día se produjo una concentración ante el Congreso de los Diputados en Madrid por el desbloqueo y la aprobación de la Ley de ‘Bebés Robados’ tras 5 años en un cajón. Destacar que, minutos antes de empezar el acto, les impidieron celebrarla en la plaza de enfrente donde tenían autorización, moviéndolas calle a bajo, parapetadas entre coches aparcados, terrazas llenas de turistas y varias lecheras con algún antidisturbio metralleta en mano.

Sentadas por los achaques o erguidas como estacas, todas, empuñaron su digna pancarta reclamando algo muy concreto, lógico, obvio: saber dónde están sus hijas, sus sobrinas, sus hermanos, sus madres. Ni la biología ni los años perdonan, y esa búsqueda que se torna envenenada herencia se traspasa de madres a hijos, de hermanas a sobrinas, trauma heredado que bien conocemos que nos corroe de pena y rabia desde el 36; ese patrimonio bien español que nos dejó una, grande y libre, el del “dónde demonios están los nuestros”, mientras la impunidad, en su flamante ‘democracia’, sigue campando a sus anchas.

Desde 1936 hasta finales de 1990, que se tenga constancia, en el Estado español se produjo la desaparición forzada y sistemática de niñas y niños en cárceles, maternidades y hospitales para ser dados a familias adeptas al régimen y ‘de bien’. Todo un reguero de engaños y falsos “su hija/o ha muerto”, “márchese a casa, mejor que no la vea” y “ya la hemos enterrado (y bautizado)” cayeron como losas durante décadas por toda la geografía en hogares obreros. A otras les dejaron ver el cadáver de un ser humano que más tarde supieron que no salió de sus entrañas, en un inhumano reciclaje de pequeños cuerpos muertos. De seres humanos. Y a muchas de las más jóvenes, y quizá menos domesticadas, se los quitaron abiertamente por putas y requeteputas en el cerramiento misógino por excelencia: el patronato de la mujer. Este siniestro modus operandi, hoy en día, todavía no ha podido ser cuantificado, pero se intuye inmenso.

En el número de septiembre de nuestro periódico en papel hemos publicado una versión resumida (por cuestiones de espacio) del artículo «Robo de bebés en el Estado español: Pequeña síntesis y una urgente interpelación antifascista», escrito por María José Cabedo y publicado en El Salto. Si no te has hecho con una copia de nuestra publicación impresa, recomendamos acudir a la web de este medio para leerlo entero.

El artículo termina con una interesante reflexión de la autora: ¿El tímido apoyo que tienen por nuestra parte tiene quizá que ver con el hecho de que sean mujeres, hoy en día de edad avanzada, y madres? Me pregunto honestamente si la imbricación de estos tres vectores es el factor explicativo que las constituye como seres absolutamente fuera de órbita de nuestro imaginario sobre lo que es un sujeto político, digno y posible, o tiene que ver con otras cuestiones. Quizá ha llegado el momento de una reflexión seria al respecto, porque la herida sangrante de impunidad que lleva 80 años atravesando la vida de miles de nuestras viejas es urgente atenderla. Por puro antifascismo, que no se nos olvide que esta lucha también es nuestra. La próxima vez que queden (que lo harán, que no han parado de hacerlo), seamos millones. Mientras tanto, que corra la voz.

 

https://www.todoporhacer.org 

jueves, noviembre 16

Venimos por lo que nos habéis robado (X): los sueños


 

La operación se está procesando. / Recuerde, nuestras órdenes son sus deseos (Antonio Orihuela)

 

os apropiasteis

del punk del ecologismo del feminismo del movimiento libertario

de las revoluciones del lenguaje

de la rebeldía de la libertad de la lucha

lo etiquetasteis

lo empaquetasteis

le quitasteis su esencia

todo su significado

todo su sentido

toda su rabia

y nos lo vendisteis

y nos vendes lo que nosotros mismos producimos

perfectamente etiquetado y subvencionado

domesticado y digitalizado

como un producto más de consumo

edulcorado de baja calidad y efímero

nosotros luchamos con dientes y uñas por ello

nosotros dejamos la piel y la vida en ello

y vosotros os lo apropiasteis

y nos quitasteis la ilusión y la esperanza

nosotros lo hicimos

existir

y nosotros somos los que lo vamos a destruir

y enterrarlo

preferimos la renuncia

la inmolación

la autodestrucción

que dejarlo en vuestras manos

 

José Pastor González

Ilustración de Alberto Fernández (la boca del logo)

lunes, noviembre 13

Nacionalismos (de nuevo)

 


A tenor de algunas respuestas en mi entrada anterior, con la cual yo pensaba que había rozado una vez más la sublimidad, no estoy seguro de que dejara bien claro mi absoluto rechazo por todas y cada una de las formas de nacionalismo. Cierto es que dedicaba la mayor parte de lo escrito a mostrar mi desprecio y escarnio sobre aquellos, nada nuevo en este inefable país, que abanderan una España unitaria y que, oh, sorpresa, rara vez se consideran a sí mismos nacionalistas. Y es que resulta sorprendente que, creo que especialmente a raíz del auge de las nacionalismos periféricos, los españolistas hagan una distinción entre patriotismo, lo de ellos (benévolo), y nacionalismo (lo de los otros, que como se sabe son el infierno). No hace falta tener el cerebro demasiado oxigenado para considerar los conceptos «nación» y «patria» sinónimos e intercambiables (y no por representar, desgraciadamente, la esa sí muy preciada fraternidad universal). Podemos aceptar, en cualquier caso, que la realidad es pertinazmente poliédrica, por lo que hay conceptos que tienen diversas lecturas semánticas y estamos obligados a una serie de lúcidas aclaraciones.

Diremos en primer lugar que, soy incapaz de verlo de otra forma, y aunque en ocasiones haya seducido no se sabe muy bien a qué supuestos revolucionarios, el nacionalismo es forzosamente reaccionario, con su culto al pasado, e identitario, con su cansina retahíla acerca de los rasgos comunes de un pueblo, que le diferencia de otros y en ocasiones le enfrenta con los contendientes bien uniformados. Por otra parte, y aunque esto ha sido objeto de discusión en alguna ocasión (más bien estéril, por supuesto), la construcción nacional, aunque se presente como presuntamente liberadora, no tarda en desembocar en un Estado y en sus instituciones coercitivas con alguna suerte de oligarquía gobernante y privilegios inminentes. Y es que si escucho el concepto de Estado-nación, algo que constituye la causa o efecto de cualquier forma nacionalista, es inevitable pensar que le van a imponer a uno una bandera, sin importar demasiado el color, y lo que es peor, todo lo que viene detrás. Uno, que cree fervorosamente en la libertad individual, indisociable de la colectiva, confía siempre en que el personal sea libre de elegir la bandera que le plazca, sin importar el accidente geográfico donde haya nacido, y presentaremos batalla para que esa elección sea siempre aquella que represente la deseada fraternidad universal en base a comunidades verdaderamente libres, plurales y solidarias.

Y es que con el término «patriota», sin mencionar la rima con el obvio insulto, uno evoca más a un fulano armado presto a defender no sé muy bien qué, que a alguien auténticamente preocupado por los intereses del vecino. Resulta moral e intelectualmente obligatorio recordar al bueno de Rudolf Rocker, y su magna obra Nacionalismo y cultura, donde se deja ver la voluntad de poder que hay detrás de todo lo nacional en la historia y se demuestra que los dos conceptos del título son claramente divergentes en la historia. Y es que una cosa son los pueblos y otra muy diferente las naciones, la misma distinción que podemos hacer entre sociedad y Estado. Hay también quien ha sostenido, y no está nada mal que insistamos en ello hoy en día, que la mistificación nacionalista ha sido también preconizada en la modernidad por aquellos que detentaban el capital. Tiene su perfecta lógica, ya que siempre es mucho mejor buscar factores de cohesión social, por parte de la clase dominante, con aquellos a los que explotan. Y es que la gente se muestra mucho más dócil y sumisa si se le inocula alguna suerte de mito alienante y beligerante, por muy poliédrico que sea. Trataremos de buscar un antídoto, sobre todo moral y también intelectual, para anular esas férreas identidades nacionales y las consecuentes mistificaciones patrióticas. He dicho, con notable sapiencia y justa moralidad.

 

Juan Cáspar

viernes, noviembre 10

El surrealismo al servicio del antidesarrollismo

 

La humanidad se enfrenta a desastres difíciles de evitar: alteraciones climáticas cuyos efectos dañinos en la biosfera parecen no tener vuelta atrás, el ecocidio en marcha, la escasez de agua, la pérdida de especies o la contaminación de atmósfera y océanos. Además, se avecinan tiempos de escasez. No sólo hemos entrado en un declive energético global, principalmente de petróleo y gas, si no que empiezan a escasear muchos minerales esenciales para el funcionamiento del capitalismo. Por si esto fuera poco, seguramente el capital incrementará la represión ante un recrudecimiento de las luchas de clases.

Aunque esto pueda parecer desalentador, estos escenarios probables abren nuevas formas de imaginar otros modos de vida en los que no se despilfarren recursos energéticos y minerales, y que se recurra a otros modos de producción diferentes de los conocidos bajo el capitalismo termo-industrial. El hecho de estar dirigiéndonos a sociedades de baja energía, de alguna forma, vuelve a activar en nuestra subjetividad una visión romántica de la vida.

Ahora bien, el hecho de que el capitalismo haya entrado en declive no quiere decir que todo su sistema productivo y sus maquinarias de dominación vayan a desaparecer por sí mismas. Es por eso que este romanticismo debe adherirse a los actuales movimientos libertarios repartidos por el mundo entero que luchan en defensa del territorio contra la actividad industrial y su extractivismo neocolonial.

Pero que el contexto actual sea favorable al surgimiento de un nuevo romanticismo no quiere decir que éste se vaya a sumar a las fuerzas revolucionarias; esta posible reactivación del romanticismo podría tomar la forma tanto de un romanticismo emancipatorio, como la de un romanticismo avivado por el deseo de recuperar las viejas tradiciones de sociedades feudales o autoritarias.

Si queremos que la cultura popular no se deje impregnar por esos romanticismos restitucionistas, conservadores o fascistas, no sólo habría que oponerse frontalmente a éstos, actuando sobre los imaginarios y los mitos que los sustentan, sino que habría que reactivar un romanticismo revolucionario que, apoyándose en mitos movilizadores, aspire a construir sociedades justas e igualitarias bajo la convicción de que éstas serán de baja energía. Debería, por tanto, adoptar la forma de un «romanticismo social», que se manifieste en todos los ámbitos de la vida, en el cultural, el familiar, el sexual o el laboral, es decir, integrado en todas las prácticas humanas y actividades del pensamiento.
El campo de batalla está, pues, en la subjetividad, no sólo en el cuerpo o en el territorio a defender. La tarea consistiría en asumir la autogestión de la realidad mítica como parte de esa lucha en defensa de la libertad. Esta intervención mítica tendría que darse en dos fases, que bien pudieran producirse de forma simultanea: una primera fase en la que vayamos eliminando de nuestra subjetividad los mitos actuales y una segunda fase en la que empecemos a instaurar otros mitos emancipadores que sustituyesen a aquellos.

Los mitos principales sobre los que se sustenta la sociedad actual son dos: el mito del progreso y el mito del colapso. El mito del progreso guarda relación con las supuestas posibilidades ilimitadas de la tecnología actual y de la tecnología por venir y es un mito al que recurren tanto las élites globalistas como las nacional-populistas. Por su parte, el mito del colapso ha sido reavivado por el empeoramiento del cambio climático, el recrudecimiento del ecocidio y el acortamiento de los ciclos pandémicos. Lo verdaderamente nocivo de esta herramienta mítica no sólo es que oculte cuál es la verdadera destrucción y quiénes son los verdaderos culpables, si no que además activa un miedo desesperanzador y hace buscar refugios paradójicamente en la misma tecnología que ha provocado la destrucción. Ambos mitos se retroalimentan y el círculo de la dominación se cierra. El sistema mítico que durante el siglo XX tuvo cierta estabilidad, de nuevo oscila violentamente entre omnipotencia e impotencia.

Urge extirpar de nuestras subjetividades ese balancín mítico, mantenido ahí gracias a las estructuras de poder mediático del espectáculo y el biopoder capitalistas. La única opción que nos queda a los de abajo es la de intervenir en los procesos de creación de cultura y conocimiento, es decir, propiciar la autogestión de los aprendizajes. Debemos ir en busca de la verdad, aunque nos quieran convencer de que ya no exista verdad a la que agarrarse. Para ello habría que desarrollar una intensa labor educativa y pedagógica a todos los niveles, pero especialmente acerca del verdadero funcionamiento del capitalismo, elaborando una representación propia y fundamentada de las catástrofes del pasado y del presente, tanto bélicas y climáticas como ecológicas y sociales; catástrofes que el capitalismo ha provocado por todo el planeta e incidiendo en el papel que ha jugado la actividad industrial en todo eso. Y al mismo tiempo habría que intervenir tanto en el terreno de la creación artística y literaria como en las actividades lúdicas y celebrativas, pues estas dinámicas también son una inagotable fuente de aprendizaje involuntario. Debemos poner en práctica juegos que nos vinculen con el mundo y con los demás, como los que llevan a la práctica los surrealistas, o pusieron en práctica en el siglo pasado los situacionistas y otros grupos afines al surrealismo: como los jóvenes que en 1928 impulsaron la revista Le Grand Jeu, El Gran Juego. Aquí el juego era entendido como una clara apuesta por el ocio no programado y la experimentación del placer colectivo, pero uno de sus efectos más interesantes es que desencadena una suerte de lavado de la subjetividad. En ese sentido en 2015 el Grupo surrealista de Madrid organizó en el Ateneo Cooperativo de Nosaltres las «Primeras Jornadas de Juegos Surrealistas», que incluyeron experiencias táctiles y visuales muy diversas, y en 2019, al calor de la V Edición de JACA (Jornadas de Arte y Creatividad Anarquistas) la «Barraca de las Maravillas para la desalienación de la creatividad comunal» que contó con una cámara obscura para la exploración táctil, un confesionario de sueños o un taller de reanimación de los objetos usados y tirados del consumismo industrial.

Una vez que hayamos comenzado a desactivar estos mitos habría que construir otros nuevos, pues necesitamos mitos que puedan cristalizar intuiciones y deseos colectivos de liberación. Es hora de promover un nuevo tejido mítico apropiado para llevar al ser humano hacia la sociedad comunista libertaria. Y si hay un movimiento de emancipación aún vivo que haya sabido actuar desde el corazón mismo de los mitos es sin duda el surrealismo. Su capacidad para subvertir o reformular ciertos mitos es extraordinaria. Pondré dos ejemplos. André Breton, en varias de sus obras, realizó una fascinante detornación del mito aristrocrático de Melusina, extrayendo a la mujer del papel pasivo que la historia le había conferido, devolviéndola todos los poderes y haciéndola renacer para borrar las catrástrofes de la historia. Ghérasim Luca, por su parte, lo hizo con el mito de Edipo, elaborando en los años 40 una serie de manifiestos programáticos no-edípicos basados en una reinvención permanente del amor y una exaltación apasionada del deseo a través de la superación del complejo de Edipo. Por cierto, esta inversión mítica le sirvió de apoyo a Gilles Deleuze para desarrollar su teoría del anti-Edipo, algo similar a lo que sucediera con la teoría del «cuerpo sin órganos» que Gilles Deleuze desarrolló junto con Félix Guattari y para la cual se basaron en textos de Antonin Artaud de los años 20.

Pero crear mitos es un proceso excesivamente complejo y lento que no se puede hacer de forma artificial, rápida o autoritaria; hace falta una determinada disposición del espíritu, un lenguaje distinto al tecnolátrico, una serie de prácticas colectivas de carácter horizontal y, en definitiva, una convivencia entre los de abajo que impliquen por igual el deseo, las creencias e intuiciones compartidas, el cuidado mutuo y el amor revolucionario, un amor que aspire a la destrucción del orden imperante.

 

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martes, noviembre 7

Voces desde la línea del frente contra la ocupación: Entrevista con anarquistas palestinas

 


La siguiente entrevista ha sido realizada por la federación anarquista norteamericana Black Rose / Rosa Negra (BRRN) al grupo anarquista palestino Fauda. Las compañeras de Heura Negra la han traducido al castellano y al català.

En esta nueva fase, aún más aterradora, de los 75 años de ocupación de Palestina por parte de Israel, es importante dar voz a las personas palestinas luchando contra la limpieza étnica.

 

Black Rose / Rosa Negra (BRRN) se puso en contacto con Fauda, un pequeño grupo radicado en Cisjordania que se identifica como organización anarquista palestina, para conocer su perspectiva sobre el conflicto actual. Fauda es un grupo nuevo para nosotras, del que no tenemos más información que la entrevista que presentamos a continuación y el contenido que puede encontrarse en sus canales públicos. Debido a nuestra comprensión limitada de su política, estrategia y actividad, la publicación de esta entrevista no puede ser entendida como un respaldo total a Fauda. Pero esperamos que sea un paso para crear más vínculos entre las revolucionarias en Estados Unidos y la juventud militante en Palestina y generar un mayor conocimiento y comprensión mutuos.

Independientemente de las afinidades y divergencias políticas, pensamos que es necesario escuchar las perspectivas de las personas militantes que están resistiendo sobre el terreno a la violencia de esta limpieza étnica financiada por los Estados Unidos. Esperamos que esta breve entrevista pueda contribuir a fortalecer nuestra propia labor socavando el imperialismo y el colonialismo.

A parte de algunas ediciones para mejorar la claridad de la traducción, el contenido de esta entrevista se presenta inalterado. Queremos dar las gracias a nuestras amistades palestinas y de habla árabe por su ayuda para realizar y traducir esta entrevista. También queremos extender nuestra gratitud al representante de Fauda que respondió atentamente a nuestras preguntas durante un momento de extrema incertidumbre y violencia.

 

BRRN: ¿Puedes contarnos sobre vuestro grupo? ¿Cuáles son sus actividades y que diferencia a Fauda de otras organizaciones políticas palestinas, como el DFLP, el PFLPHamasFatah, etcétera?

Nuestro grupo es conocido como El Movimiento Fauda en Palestina y consiste de jóvenes activistas y académicas de dentro y de fuera de Palestina. Nuestro objetivo es reunir a todas las fuerzas con diversas ideas, tendencias políticas e intelectuales y enfocarlas en luchar contra la injusta ocupación y el pensamiento sionista racista en Palestina. Por eso tenemos buenas relaciones con personas jóvenes de fe judía, conversas, musulmanas, cristianas y muchas otras.

La idea es que muchas personas palestinas están en contra de los actos racistas e injustos de la ocupación sionista, pero no encuentran un único eje en torno al cuál poder unirse. Por esta razón vemos a menudo que, en lugar de luchar contra el racismo y el régimen de apartheid sionista, se atacan entre sí. Aquí estamos desempeñando un papel de mediación entre las distintas partes para reunir todas las posibilidades y capacidades de las palestinas para combatir el régimen de apartheid.

Hemos impulsado diversas acciones, entre ellas enseñar a la juventud palestina como luchar y los métodos de lucha y el pensamiento anarquistas (Unidad Educativa). También coordinamos diversas vigilias y protestas, algunas pacíficas y otras en forma de black bloc (Unidad Ejecutiva). Publicamos noticias y contenidos relacionados con el pueblo palestino y sobre lo que el ejército y las fuerzas de seguridad israelís están haciendo: la supresión de las libertades individuales y colectivas, la demolición de nuestros hogares, el asesinato de menores y las masacres y el genocidio del pueblo palestino (Unidad de Noticias). Difundimos información importante sobre la historia de Palestina, la historia del conflicto palestino-israelí y las diferencias intelectuales que las nuevas generaciones pueden confrontar con el pasado, porque ahora estamos plantando cara a una guerra mediática feroz que distorsiona los hechos y los manipula a favor de Israel. Como sabréis, Israel tiene canales que retransmiten en árabe las 24 horas del día con el objeto de distorsionar hechos históricos y difundir falsas narrativas sobre el pasado y sobre lo que está sucediendo en la actualidad (Unidad de Medios). 

Esto es una breve descripción del Movimiento Fauda en Palestina.

BRRN: ¿Qué querrías que sepan sobre la situación de Palestina ahora mismo las compañeras en Estados Unidos?

Respecto a esta pregunta, quiero decir a todas las hermanas y hermanos alrededor del planeta, no sólo en Estados Unidos, que nunca confíen en lo que dice el imperio mediático mundial, ya que siempre vemos cómo distorsionan las noticias y las manipulan a favor del colonialismo global y de la ocupación sionista. 

Aquí en Palestina estamos sufriendo. Sufrimos porque nos roban los requisitos mínimos para la vida. Quiero que sepáis que no hay un sólo día —os lo aseguro, literalmente-, ni un solo día, que el ejército israelí no detenga a un chico o chica palestina cuando va andando por la calle. 

Los territorios palestinos en Cisjordania siempre sufren cortes de electricidad y de agua, casi a diario. Durante años, el ejército isarelí ha intentado desplazar por la fuerza algunos núcleos palestinos para apoderarse de ellos y construir allí nuevos asentamientos. En el pasado, el ejército utilizaba métodos represivos y violentos para despejar estos territorios y desplazar a las personas palestinas de su tierra, pero recientemente hemos visto que están impulsando políticas más suaves con la misma finalidad de siempre: el desplazamiento forzoso. Estas “políticas suaves” consisten en cortar la electricidad y el agua durante largos periodos, no recoger los residuos en esas zonas para que apesten, lanzar ejercicios militares muy cerca de poblaciones para dañar a las habitantes palestinas y otras medidas inhumanas llevadas a cabo por la ocupación sionista. Esto es sólo una pequeña muestra de lo que está sucediendo durante todo el año en Palestina, especialmente en Cisjordania.

Actualmente, en medio de esta violenta guerra, las fuerzas de seguridad israelís han detenido un gran número de civiles en Cisjordania sin cargos específicos, por temor a que estallen confrontaciones. Imaginaos que estáis sentadas en casa con vuestra familia y, de golpe, irrumpen soldados israelís apuntándoos con armas y te detienen sin que hayas cometido delito alguno. Esa es exactamente la situación aquí. Y ojalá fueran solo detenciones. En muchos casos, las detenciones comportan graves torturas en la cárcel e, incluso, la muerte como resultado de estas prácticas sistemáticas. 

Quiero que sepáis algo más y es que la Autoridad Palestina y el presidente Mahmoud Abbas no representan al pueblo palestino, en absoluto. Nosotras rechazamos la autoridad y rechazamos a Abbas y a todos sus ministros. No sé si habéis oído hablar del acuerdo de coordinación de seguridad entre la ocupación sionista y la Autoridad Palestina. Hace años, la Autoridad Palestina firmó un acuerdo en virtud del cuál serviría a la ocupación en términos de seguridad. Es decir, la Autoridad Palestina persigue a la juventud activista palestina que lucha contra la ocupación sionista de una forma u otra y que la ocupación no puede detener: las arresta y las entrega a la ocupación y nadie sabe el destino de esas jóvenes. Esto no nos representa a nosotras, ni a ninguna otra persona palestina. Esta autoridad es completamente rechazada en las calles palestinas pero, desafortunadamente, es reconocida de forma oficial por las Naciones Unidas y apoyada por los Estados Unidos. 

BRRN: ¿Cómo ha sido para ti la semana pasada, personalmente? 

El problema no es cuestión de una semana o dos, hermano. Vivimos en un estado de opresión y de privación de libertades individuales y colectivas durante todo el año. Sí, la semana pasada hubo muchas más tragedias y noticias dolorosas que en los meses previos. Recibimos noticias de la muerte de muchos de nuestros familiares y amistades en todos los territorios palestinos. Es muy doloroso. Tenemos muchas amistades en Cisjordania y en Gaza. La población palestina de Gaza está viviendo una situación muy peligrosa. Hace más de 3 o 4 días que las fuerzas de ocupación han cortado la electricidad y el agua a la Franja de Gaza. Cuando se corta la luz, muchos servicios sociales se paran, especialmente los hospitales. Los bombardeos sobre la población de Gaza prosiguen las 24 horas del día: incluso en mitad de la noche siguen bombardeando este pequeño territorio. Israel ha bloqueado completamente la zona: la gente no puede ni siquiera huir. La ocupación impide que llegue ayuda humanitaria a Gaza. La ocupación prohíbe que entre comida, prohíbe que llegue agua, prohíbe entrar medicamentos y todo lo demás. Gaza se ha convertido en una pequeña mazmorra, bombardeada desde todas partes. Imagina a una madre que ve a su pequeño bebé herido y sangrando, pero no hay ningún hospital disponible debido al corte de electricidad. ¿Cómo describir lo que debe de estar sintiendo esa madre?

Hermano, las palabras no pueden describir lo que está pasando aquí. Esta tierra se ha convertido en el infierno a causa de la ocupación y de la presencia del sionismo.


BRRN: ¿Qué movimientos en Palestina piensas que contienen más esperanza para el futuro de las palestinas y porqué? Por ejemplo, La Guarida del León, en Nablus o las diversas luchas obreras. 

Necesitamos movimientos juveniles que crean en la posibilidad de la liberación y que trabajen para construir unidad con el resto de movimientos y tendencias en Palestina. La experiencia ha demostrado que un único movimiento, por sí solo, no puede lograr ningún logro importante que conduzca a la liberación de Palestina. Necesitamos tratar entre nosotras, seamos musulmanas, judías, cristianas, conversas, anarquistas o de otras ideas que también existen en el mundo palestino. Esto es lo que buscamos: reunir a todas bajo una misma bandera y un mismo objetivo, que es combatir el sionismo, liberar Palestina y restablecer nuestra libertad. 

Por supuesto, hay muchos movimientos y tendencias en el ámbito palestino, incluyendo a La Guarida del León y las luchas laborales, que se esfuerzan con todas sus energías, pero a causa de las estrictas condiciones de seguridad y de las políticas represivas sistemáticas practicadas por la ocupación y también por la traidora Autoridad Palestina, no se visibilizan públicamente de una forma significativa. Siempre debemos tener cuidado y cautela: por esta razón no he podido realizar esta entrevista en audio ni en vídeo. 

BRRN: En 2021, las palestinas de Cisjordania, de Gaza e incluso las que son ciudadanas de Israel, participaron en una huelga general en reacción a los desahucios de familias palestinas en Sheik Jarrah. ¿Qué papel crees que pueden tener los paros laborales y las huelgas generales en este momento?

Creo que hemos pasado la fase de las huelgas generales en Israel. Por supuesto, no quiero negar la importancia de las huelgas y su efectividad, pero la situación en Palestina y la experiencia nos han demostrado que la única solución es la lucha, incluida la lucha armada, contra el régimen de apartheid. 

La ocupación no vacila a la hora de cometer cualquier tipo de crimen, injusticia o persecución. 

Incluso si tienes la propiedad de un comercio o de una tienda y vas a la huelga, el resultado será que te robarán tu negocio y se lo darán a una sionista. O que te despedirán de tu trabajo y contratarán en tu lugar a una sionista. ¡Así de fácil!

Las condiciones aquí son completamente diferentes a lo que os está pasando a vosotras en los Estados Unidos, hermano. 

BRRN: ¿Crees que hay alguna esperanza de que grandes masas de trabajadoras israelís abandonen algún día el sionismo -como han hecho pequeños números de anarquistas y socialistas- o piensas que su apoyo al colonialismo y a los asentamientos es demasiado fuerte como para ser superado?

Las sionistas que están en los territorios palestinos vinieron aquí en base al principio ideológico de que esta tierra les pertenece y de que los judíos son el pueblo elegido. Por supuesto, cualquiera que crea en estos principios y adopte esta ideología no puede abandonar fácilmente el sionismo ni reconocer la libertad de otras, ni tampoco aceptar el principio de igualdad entre seres humanos. 

Pero hacemos distinción entre sionismo y judaísmo. Tenemos amigas judías que hablan hebreo y creen en la Torá, pero no creen en el sionismo y nos ayudan en nuestras acciones contra la entidad ocupante. Por lo tanto, sí, esperamos que el número de estas personas aumente y que muchas de ellas, especialmente en la clase trabajadora, abandonen este principio ideológico racista que no tiene ninguna conexión con el judaísmo. Les damos la bienvenida y las recibimos con los brazos abiertos y podemos trabajar con ellas y vivir juntos en paz. 


BRRN: ¿Cuáles piensas que son las acciones de solidaridad más efectivas para la liberación de Palestina que pueden hacer las compañeras en los Estados Unidos? 

Creo que lo más importante que podéis hacer es apoyo mediático a las palestinas. Podéis explicarle a la gente en Estados Unidos sobre el conflicto palestino tal como es y no de acuerdo a la falsa narrativa israelí. Podéis publicar noticias y eventos que sucedan en Palestina. En webs palestinas pueden encontrarse muchos videos y fotos de los crímenes diarios que comete la entidad ocupante. Nosotras también publicamos estas informaciones en nuestra página de Instagram @fauda_palestine y en nuestro canal de Telegram @fauda_ps. Podéis traducir estas noticias y difundir los hechos a nuestras hermanas en los Estados Unidos. No hagáis de los medios oficiales y de los canales americanos e israelís vuestras únicas fuentes de información y de seguimiento de lo que sucede. Seguid también a los medios de comunicación palestinos: están sufriendo un apagón informativo severo. Intentad romper con este apagón y llegar a algunos de los hechos que están sucediendo ahora mismo en el mundo palestino.

 

Todo por hacer


 

sábado, noviembre 4

¿Nihilismo?

 


Me entero de que se ha acusado a los bodoques ultrarreaccionarios de Vox de nihilistas. Soy consciente de que no son los mejores tiempos para el conocimiento político y filosófico, pero la confusión llega a extremos irritantemente surrealistas. Presuponiendo que son honestos, que es mucho presuponer, los integrantes de la ultraderecha suelen ser, precisamente, todo lo contrario, fervorosos creyentes deseosos de imponer sus dogmas a los demás. Me recuerda un genial diálogo de una de las mejores comedia de los Coen, El gran Lebowski; ante la aparición de un grupo terrorista, compuesto por patanes que aseguran ser nihilistas, otro peculiar personaje espeta: «¿Nihilistas? ¡Hasta los nazis creían en algo!». Es posible que el genial chiste aluda indirectamente a Nietzsche, filósofo con el que se puede estar o no de acuerdo, pero cuyo pensamiento resulta imposible vincular a ninguna forma de fascismo, en mi nada modesta opinión. En cualquier caso, no es mi intención ponerme estupendo a nivel intelectual, o tal vez sí, pero viene al caso lanzar unas cuantas reflexiones para tratar de hacer justicia con esa concepción filosófica vital tan interesante llamada nihilismo. Cierto es que, a un nivel vulgar, el término de marras suele identificarse con la absoluta falta de un principio moral o político. Bueno, la cosa no es tan descabellada como parece en un primer vistazo, ya que la ausencia de dicho principio o fundamento puede ser la negación de cualquier esencia, en lo que atañe al ser humano y la realidad social y política que construye, y se abre la puerta por lo tanto a algo mejor.

De hecho, y emparentamos aquí con lo libertario, anarquía alude por supuesto a la negación de toda autoridad, pero también a todo principio o fundamento; recordamos aquí que el arché o arjé, de la antigua filosofía, alude precisamente a eso. Pues sí, voy a ponerme un poco estupendo desde posiciones intelectuales poco o nada humildes. Como hemos mencionado a la filosofía de la Antigua Grecia, merece la pena mencionar a propósito de una concepción amplia y vitalista del nihilismo a los sofistas, que siempre me interesaron por su actitud de cuestionar y debatir sobre todo, o incluso a un escepticismo radical; todo esto, tengo la lúcida impresión, tiene mucho que ver con la afirmación de que todo se encuentra en permanente movimiento y, consecuentemente, todo varía en función de nosotros mismos. No pocas veces se identifica el nihilismo, no solo con negación, también con una intención aniquiladora; bien, pues viene también al caso traer la máxima del bueno de Bakunin, al que en ocasiones también se ha calificado de nihilista, «¡La pasión por la destrucción es también una pasión creativa!»; como debe interpretar cualquier mente bien oxigenada, esto no supone en absoluto arbitrariedad y, de nuevo, aparece un horizonte parece una realidad más decente, ya que el anarquista ruso se refería de forma obvia a todo institución que favorezca la injusticia social.

He afirmado a menudo que la filosofía nihilista es un magnífico equilibro para un pensamiento y unas prácticas anarquistas, basadas en una fuerte moral solidaria y de apoyo mutuo. Y, por supuesto, hay que mencionar a uno de los más lúcidos analistas del nihilismo, a un Albert Camus cuya lectura es recomendable para todo aquel que desee un horizonte vital amplio. En una de las obras cumbres del siglo XX, El hombre rebelde, con la que se identificaron de forma obvia los ácratas, Camus relaciona nihilismo con rebeldía, que se relaciona con la negación de Dios, pero también de toda idea trascendente. Y ello, mensaje para navegantes dogmáticos y creyentes, no supone negar en absoluto toda concepción de la moral y la justicia. También hay que mencionar, claro, a Max Stirner, cuyo nihilismo es más vital y satisfactorio que el de un Nietzsche, al que se ha acusado en alguna ocasión haberse inspirado en el autor de El único y su propiedad; Stirner nos propone acabar con toda idea trascendente que anule al ser humano, entendiendo a cada individuo de forma concreta y con una personalidad susceptible de ser potenciada. Sea como fuere, y sin entrar en demasiadas disquisiciones sobre una u otra filosofía, está claro que el nihilismo puede entenderse como una rebeldía hacia lo establecido; es posible que como la negación de todo principio, pero en nombre de nueva acción moral y como una apertura hacia un mayor y mejor horizonte para la existencia humana. He dicho.

 

Juan Cáspar

miércoles, noviembre 1

Mirar el cielo y no entender nada

 


hacemos el amor bajo los bombardeos

sin heroísmos

como niños que juegan a la guerra

para sentirnos vivos

para recordar la alegría la música la amistad los juegos

para no olvidar los tiempos antes de la guerra

hacemos el amor

para que nuestros gritos y gemidos de placer

acallen las explosiones

el aullido de los perros que han sobrevivido a nuestra hambre

los derrumbes las sirenas los llantos

los gritos de auxilio los rezos

para no oír el dolor

hacemos el amor

y desnudos

contemplamos la ciudad en llamas

la ciudad bajo tierra

el infierno

y nos vestimos apresuradamente

para bajar a la calle

a desenterrar a desescombrar

a dar sangre en los hospitales

a consolar a los locos que acunan su pena

a enterrar a los muertos

a acurrucar a los que perdieron todo

todo

hacemos el amor para olvidar

que tenemos las maletas preparadas en la puerta

pero no tenemos donde ir

hacemos el amor

sin bandera blanca

porque rendirse no es una opción

hacemos el amor

para no enfrentarnos solos a la muerte

y a vuestro olvido

y a vuestro silencio

 

 

[este poema pertenece al libro “Cuando los trenes paraban en todas las estaciones» josé pastor gonzález (Versátiles Editorial) y apareció en el Periódico Irreverentes el 7 de octubre del 2019]