Cuando desollasteis al gato negro
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando acusasteis de bruja a la anciana
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando quemasteis aquel bosque
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando la mujer abortó por vuestras patadas
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando colgasteis del árbol al negro
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando arrancasteis la uña del meñique
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando os quedasteis mirando la agonía
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando sonreísteis al recibir el soborno
hubiera bastado para hacer la revolución.
Cuando lanzasteis la bomba número uno
hubiera bastado para hacer la revolución
Ahora el estupor nos impide calcular
cuál sería vuestro merecido
y nuestro resarcimiento.
Ana Pérez Cañamares. Economía de guerra.
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