De
aquella distinción que había entre presos políticos y presos de los
otros, habría que hacer sentir que los presos de los otros son
justamente presos tan políticos, y a veces
más, que los que llaman presos políticos, y el secreto está en desmentir
el mito de la libertad, en reconocer que desde luego lo que está
padeciendo allí dentro de la cárcel no es precisamente la persona, que
está presa lo mismo dentro que fuera, sino algo que no es la persona,
que queda por debajo, y que de una manera especial está allí costreñida
pero que no es la libertad de la persona. Es más bien algo que está
contra la persona lo mismo que está contra la cárcel.
Agustín García Calvo en 1989
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