Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

jueves, diciembre 30

Sin Dios - Recortes de libertad (2003)

Temas:

1.- Es un montaje
2.- Somos así
3.- Cultura muerta
4.- El poder mundial
5.- Perros de presa
6.- La vida no es mercancía
7.- Génova
8.- Huracán -LP:Ingobernables-
9.- Dí no al speed
10.- El libro y la bala
11.- Satanismo no
12.- Terrorismo patronal
13.- La Solidaridad
14.- Tienes que luchar
15.- Autogestión
16.- Huracán
17.- Réquiem -directo-
18.- Sistema de enseñanza -directo-
19.- Hablando de anarquismo -directo-
20.- Hijos del trabajo

Link: http://www.mediafire.com/?wmzk2ju4m2m

lunes, diciembre 27

Un esbozo de la historia del MIL

Texto de Sergi Rosés Cordovilla

El MIL es un grupo prácticamente desconocido fuera de Catalunya. Cuando es evocado, lo es siempre en términos simplistas y rodeado del mito. Este mito, que le ha sido creado a su pesar tanto por la izquierda como por la historiografía y el periodismo oficiales, se alimenta de las acciones armadas del grupo y especialmente del asesinato de uno de sus miembros, Salvador Puig Antich, por el estado burgués en marzo de 1974 mediante el “garrote vil”. Pero esta mitificación esconde, evidentemente, lo que es más interesante del MIL : las motivaciones de sus acciones, sus aportaciones a la lucha de clases en la Barcelona de principios de los 70, su discurso político. Este artículo no pretende ser más que una presentación general de su teoría y su práctica, con la esperanza de contribuir a rescatar al MIL tanto del olvido como de su caricaturización.

Intentar recuperar la verdadera historia de lo que fue el Movimiento Ibérico de Liberación-Grupos Autónomos de Combate (MIL-GAC), es mucho más que hacer una crónica detallada de sus acciones de expropiación y de la detención, proceso y asesinato de Salvador Puig Antich. Es mostrar por qué y cómo se formó este grupo, qué propuesta política defendía y la alternativa revolucionaria que ofrecía. Haciéndolo así, se descubre que el MIL no era un grupo anarquista o incluso terrorista de lucha armada, catalán o no, con un mártir recuperado por el sistema, sino un grupo con una propuesta nítidamente diferenciada de la oposición antifranquista, totalmente original en el panorama español de la época, con fuertes raíces teóricas en corrientes revolucionarias de matriz marxista antileninista y que se consideraba a sí mismo no como otro grupo político más de la extrema izquierda, sino como un grupo de apoyo al movimiento obrero del momento. De esta manera, hablar del MIL-GAC exige hablar, sobre todo, de su itinerario político : sólo así se puede descubrir qué había detrás de este grupo de revolucionarios que han pasado de ser considerados, durante el franquismo, como “gángsters”, a convertirse después, simplemente, en “alocados utópicos” o, en el mejor de los casos, en luchadores antifranquistas. Para ello, hace falta comenzar a desmontar los mitos.

Estos mitos empezaron a fabricarse pronto, dado que el tema del MIL ha interesado desde la feroz represión que se abatió en septiembre de 1973 sobre sus componentes, con lo que en la actualidad contamos con un considerable dossier de publicaciones que lo han abordado. Desgraciadamente, la gran mayoría de una manera doblemente falseadora : primero, por ocuparse no del MIL sino prioritariamente de uno de sus componentes individuales, Puig Antich ; segundo, porque el tratamiento dado a estos trabajos se ha centrado sobre todo en los aspectos más despolitizados del tema, buscando el aspecto más sensible (o más morboso) de la cuestión. Como resultado, sabemos hoy mucho sobre las doce últimas horas de Salvador Puig Antich, algo sobre las expropiaciones del MIL, y casi nada sobre la auto-organización de la clase y los grupos de apoyo.
Sí se han realizado esfuerzos serios para arrojar luz sobre el tema : centrándonos sólo en las monografías, los libros de Telesforo Tajuelo[2] (el primer historiador en analizar seriamente la cuestión), de “Carlota Tolosa”[3], de Antonio Téllez[4], la antología de textos del MIL realizada por diversos colectivos libertarios barceloneses[5], y otra antología preparada por “André Cortade”[6] (desgraciadamente no editada en España) son las realizaciones más interesantes. Pero aún en estos casos, al lado de aciertos había serios errores de interpretación y, a pesar de la buena voluntad de los autores, esta amalgama ha ido conformando una historia oficial que ha colaborado, también, a la perpetuación de algunos de los mitos que rodean al MIL.

Para hacer la historia del MIL hace falta enmarcar a este grupo en el contexto no sencillamente de la España del tardofranquismo, sino específicamente en el del movimiento obrero del área de Barcelona y dentro de todo un proceso de clarificación teórica, política y organizativa de éste. El grupo no fue la invención más o menos exótica de un grupo de jóvenes, ya que sus orígenes están íntimamente ligados con la aparición, en la Barcelona de finales de los años 60, de un movimiento obrero que está rompiendo con las organizaciones de la izquierda e iniciando una marcha hacia la configuración de una autonomía obrera, mediante una tendencia surgida en las las Comisiones Obreras[7] que se llamaba Plataformas de CC.OO.


Resumiendo mucho todo el proceso, se puede considerar 1970 como el año clave en el itinerario que llevará a la constitución del MIL, que se forma “oficialmente” en Enero de 1971. El grupo se crea básicamente a instancias de Oriol Solé Sugranyes ; este revolucionario, ex-militante del PSUC[8] y después del PCE(i)[9], rompe con el stalinismo y evoluciona hacia la autonomía obrera al contactar con Plataformas. Exiliado en Toulouse, consigue unir dos núcleos de personas en torno a un proyecto consistente en la creación de grupos de acción que apoyen las luchas de la clase obrera : por un lado, jóvenes tolosanos provenientes de medios libertarios y dispuestos a pasar a la acción (entre ellos, Jean-Marc Rouillan), y por el otro, en Barcelona, otros jóvenes provenientes de un grupo marxista heterodoxo, Acción Comunista. Este segundo núcleo está formado por uno de los hermanos de Oriol Solé Sugranyes, Ignasi, y Santi Soler Amigó, que buscan seriamente una salida al marasmo grupuscular que existe en aquel momento y que ven el inicio de un nuevo movimiento obrero en las Plataformas de CC.OO. y en su posterior debate en pro de la constitución de la “Organización de Clase”, una organización unitaria que superase el encuadramiento tradicional de partidos y sindicatos. Buscando incidir en este debate, elaboran el primer gran texto de lo que se podría denominar “pre-MIL”, titulado El movimiento obrero en Barcelona. A todas estas personas se añadirán muy poco después otros compañeros.

Este nuevo grupo no pretende ser la vanguardia de la revolución ni el germen de ningún partido, y es consciente de que son elementos “exteriores” a la clase : por ello no quieren dirigirla sino ser un “apoyo”, porque piensan que la clase misma es la que se tiene que auto-organizar, sin tener que esperar a nadie que se lo diga desde fuera. Ésta es una nueva concepción dentro del panorama de la izquierda en España, ya que rompe con el modelo formalmente leninista de toda la izquierda marxista. Esta nueva concepción enlaza directamente con las vías marxistas revolucionarias que desde los años 20 se habían opuesto a la III Internacional y que se transformarían en las corrientes consejistas ; a ella se añadirá también la influencia del bordiguismo y del situacionismo. Es innegable que las inspiraciones teóricas de MIL se encuentran aquí, y no en el anarquismo, como tanto se ha repetido y se continúa repitiendo. Y en este devenir teórico del grupo, en el que el personaje clave es Santi Soler, aparece otro de los factores importantes pero a la vez más ignorados en la historia de esta experiencia. Éste es el papel de clarificación y orientación teórica que tuvieron respecto al MIL los miembros del grupo informal que se reunía en la librería La Vieille taupe, en París. Esta librería no fue sólo la fuente más importante de donde provenían los textos teóricos que influenciaron al MIL, sino que sus miembros, especialmente Pierre Guillaume y sobre todo Jean Barrot se convertirán en los principales interlocutores con quienes discutir las cuestiones teóricas. Barrot establecerá una notable relación con Santi Soler y será una influencia constante en las cuestiones teóricas, incluso jugando un papel durante la autodisolución del grupo en 1973.
La intervención del MIL para “apoyar” las luchas del movimiento obrero se hará básicamente con dos proyectos paralelos. El primer proyecto son las acciones armadas –teorizadas como “agitación armada”, en contraposición a la “lucha armada”-, que tienen un triple sentido : 1) luchar contra la represión[10], 2) auto-financiarse y, si se puede, financiar las luchas de la clase, y finalmente, 3) mostrar al movimiento obrero que el nivel de violencia que se puede ejercer contra el estado burgués es más grande de lo que es percibido subjetivamente por los trabajadores. La decisión de utilizar la violencia no es una elucubración más o menos iluminada de este grupo, sino que se enmarca en todo un debate sobre la violencia obrera que se dio en estos años dentro de todo el movimiento obrero autónomo y que llevará, por ejemplo, a la constitución de algún grupo de autodefensa obrera. El segundo proyecto es la difusión masiva de literatura revolucionaria anticapitalista –básicamente marxista- en el proyecto llamado “biblioteca socialista” y que tomará cuerpo finalmente con la creación de unas ediciones más adelante, en 1973, llamadas significativamente “Ediciones Mayo 37”[11], reivindicando la última insurrección proletaria que cierra el ciclo revolucionario de 1917 a 1937. El MIL era consciente de que estos dos proyectos tenían que estar unidos al movimiento obrero autónomo, por lo que hacía falta establecer fuertes lazos con las Plataformas. Se realizó entonces un serio estudio teórico-político que fundamentase la crítica al leninismo e hiciera difusión del marxismo heterodoxo, titulado Revolución hasta el fin, que fue el texto teórico más importante del MIL y que se escribió básicamente porque tenía que servir para clarificar posiciones y ayudar en el debate político con los miembros de Plataformas. Pero finalmente este intento de discusión con la dirección de las Plataformas fracasó y estos dirigentes obreros crearon los Grupos Obreros Autónomos (GOA). No obstante, parte de las bases de Plataformas sí que continuaron esta relación y finalmente se consiguió una participación real de trabajadores en el proyecto de biblioteca y en su distribución, que harán circular miles de ejemplares de estos folletos, a la vez que el MIL ayudará en la infraestructura y en la impresión de materiales de estos grupos de obreros, como por ejemplo en el caso del Boletín de los obreros de Bultaco[12] o en la donación de diversa maquinaria de impresión.
Hacia la segunda mitad de 1972, el MIL decide pasar seriamente a la acción, firmando sus acciones como MIL-GAC (Movimiento Ibérico de Liberación-Grupos Autónomos de Combate)[13]. A pesar de que Oriol Solé está en estos momentos en la cárcel en Francia, el grupo crece (entra en esta época, entre otros, Puig Antich) y las acciones armadas –básicamente atracos a bancos y también “recuperaciones de material” (material de impresión, documentación…)- se disparan, posibilitando el fortalecimiento de la infraestructura, además de contactos con otros grupos en diversos lugares y el cercano paso al establecimiento de las ediciones, una vez robada una imprenta en Toulouse, operación que hizo falta hacer dos veces.

Pero las contradicciones y tensiones que se acumularon a lo largo de este período de más intensa acción armada llevaron a una crisis entre los integrantes de los dos proyectos –básicamente en torno a Rouillan por un lado y de Santi Soler por el otro- durante la primavera de 1973. Esta crisis comportó también la expulsión del grupo de Ignasi Solé, a la vez que el papel de Puig Antich creció al conseguir salvar la unidad del grupo en este momento. Pero a pesar de este compromiso, la crisis se arrastró hasta el verano, momento en el que se decidió hacer un congreso haciéndolo coincidir con la liberación de Oriol Solé de la cárcel, y de común acuerdo disolver el MIL para facilitar las actuaciones separadas de la agitación armada y de las ediciones. Esta decisión no fue, de hecho, ningún replanteamiento de la política que había llevado el MIL hasta entonces, sino simplemente la separación de los dos proyectos para poder funcionar mejor, dejando de estar unificados en un mismo grupo llamado MIL. Lo que pasó, sin embargo, es que un mes después de adoptada esta decisión la represión se abatió sobre el grupo, yendo la mayoría a la cárcel e impidiendo continuar lo que se había decidido en el congreso de autodisolución.

Este es el resumen histórico de la experiencia del MIL, en la que lo que sobresale no son los aspectos mediáticos, que son los que han estado valorados en la mayoría de estudios, casi siempre artículos, sobre el tema, sino los aspectos políticos. Y esto es así porque lo que en realidad caracteriza al MIL-GAC, lo que lo diferencia de las formaciones políticas de la izquierda y lo convierten en algo original, es su pensamiento político.
Otros grupos, desde el nacionalismo hasta el anarquismo pasando por el estalinismo y puntualmente por algún grupo que se reclamaba del trotskismo, habían practicado las acciones armadas, ya fuera para dirigir la insurrección armada, intentar crear una lucha guerrillera, hacer campañas de sabotaje contra el régimen o sólo como expropiaciones puntuales para conseguir dinero o material. El fenómeno tampoco era exclusivo de España ni de aquel momento histórico : los anarquistas españoles en los años 20, los bolcheviques a principios del siglo XX, prácticamente cualquier movimiento revolucionario había hecho uso de acciones violentas armadas en algún momento, como medio de supervivencia o por necesidades tácticas.

Así pues, es sólo la teoría de este grupo la que surge como lo realmente novedoso en España. En el aspecto organizativo, nunca en este país había existido ninguna organización a la izquierda de la tradición trotskista, con la que entroncaba el Fomento Obrero Revolucionario dirigido por Munis. En el de la teoría, a parte de algunos pocos artículos, el único libro de Pannekoek aparecido hasta aquel momento en España había sido un pequeño folleto editado por el POUM en 1937 ; de Otto Rühle sólo se han editado hasta el momento sus escritos sobre pedagogía y sobre la crisis ; lo más accesible de Gorter había sido editado en México en 1971 ; y Karl Korsch y Paul Mattick tendrían sus primeras ediciones españolas de 1973 a 1975. Y en este panorama totalmente ignorante de toda la tradición comunista a la izquierda del trotskismo aparece un grupo que llega al descubrimiento de que las vías del comunismo revolucionario no se acababan en las tradiciones de la III Internacional, y que hace suyas muchas de las concepciones consejistas de la revolución, fundamentalmente en el rechazo al partido de vanguardia leninista y a los sindicatos, en la oposición al capital, tanto el privado como el considerado de estado, y en la preparación de la revolución socialista mediante la auto-organización y los consejos obreros, aunque es cierto que este “consejismo” tiene características propias.

Dos son los factores principales que lo diferencian del consejismo “clásico”. En primer lugar, es un consejismo tamizado por la influencia de Jean Barrot y en general de los participantes en La Vieille taupe, aunque esta influencia no quiere decir acuerdo absoluto. Es gracias a las discusiones con este núcleo parisiense que se abandonan viejas concepciones y que se descubren otras experiencias históricas del movimiento obrero revolucionario. También hay diferencias, notablemente sobre la cuestión armada y la organizativa. En este último punto, el MIL rechazará el papel que el núcleo de París aún otorga al partido revolucionario y llegará, más allá de la “Organización de Clase” propuesta por el movimiento autónomo barcelonés organizado en las Plataformas de CC.OO., a la proclamación de que la tarea de “la organización es la organización de tareas”, es decir, a estar en contra de organizaciones estructuradas y a abogar por grupos de afinidad. Existe por tanto un constante hilo conductor en la historia del MIL que lleva de la crítica al “grupusculismo” hecha en 1969 en El movimiento obrero en Barcelona hasta el rechazo a toda organización estructurada en 1973, hecho que ayuda a comprender el por qué de la autodisolución.
El segundo factor característico de este consejismo es el que hace referencia a la práctica revolucionaria con utilización de la violencia. El uso de ésta será el componente más alejado de la práctica tradicional de los grupos consejistas, ya que ningún grupo que se haya reclamado del consejismo ha estado involucrado en acciones armadas, y sólo algún individuo aislado con relaciones con estos grupos, como Marinus van der Lubbe, la ha utilizado. A nivel teórico, el MIL-GAC busca un equilibrio entre el rechazo a la “lucha armada” (tal como la practican en ese mismo momento la RAF o las BR, por ejemplo) y la práctica real de la violencia armada, teorizando entonces sobre la “agitación armada”, es decir, la necesidad de multiplicar acciones realizadas por diferentes “grupos de apoyo” (de los cuales el MIL-GAC sólo sería uno entre más) a las luchas de la clase obrera, y que servirían además para mostrar que las luchas, que interpretaban que pasaban de defensivas a ofensivas, podían convertirse en la insurrección revolucionaria. Pero la propia práctica de expropiaciones hará pervertir esta concepción, porque los atracos se irán convirtiendo principalmente de una fuente de subvención de otras actividades (principalmente la editorial), en una fuente de supervivencia, para acabar generando su propia justificación teórica dentro de un sector del grupo en base a que hacía falta “unir teoría y práctica”. Es en este momento cuando algunas personas, tanto dentro del grupo como de los núcleos relacionados, darán la voz de alarma y comenzará el intento de reorientación que, fracasado, sólo dejará la vía de la auto-disolución.

Pero más determinante para llegar a esta decisión fue la contradicción flagrante entre lo que se había iniciado en 1969, fundamentalmente, el rechazo a la grupusculización, y lo que en realidad era el MIL-GAC en 1973 : un grupo de revolucionarios profesionales y especializados. En el MIL existieron siempre las dos líneas que ya han sido mencionadas, que se definen más que por la teoría, por tener dos concepciones diferentes de la acción revolucionaria y de cómo organizarse para llevarla a cabo. Durante un tiempo se consiguió la convivencia, pero ésta se rompió cuando el factor armado tomó la preeminencia en la vida del grupo. La comprensión del sector encargado de las ediciones de la existencia y prolongación de esta contradicción, y el interés del sector armado de poder hacer uso de una autonomía total respecto a todas sus actuaciones, convergieron en la misma solución : la auto-disolución, aceptada sin mucha oposición ni dramatismo. En realidad, la razón de la auto-disolución no estuvo ni en las diferencias personales, aunque éstas pudieran existir, ni por la dicotomía marxismo-anarquismo, ya que la teoría del grupo como tal siempre fue marxista. La razón última fue la organizativa, porque con o sin auto-disolución, la práctica de cada sector seguiría siendo fundamentalmente la misma : la palabra o el acto, pero bien realizados bajo unas siglas comunes o bien sin ninguna relación organizativa. Los miembros del MIL no ponían en cuestión sus concepciones y su práctica anterior, sino cómo organizarse para realizarlas[14].

Sin embargo, también es cierto que toda auto-disolución significa un fracaso. En el caso del MIL-GAC, el fracaso es doble : no sólo el grupo no pudo superar sus contradicciones y tuvo que desaparecer, sino que la vía abierta en el año 1969 con el rechazo del vanguardismo y el descubrimiento del comunismo de los consejos no tuvo continuidad. La represión que comenzó en septiembre de 1973 rompió toda posibilidad de continuación de una política consejista diferenciada del leninismo y del anarquismo. Sólo un año y medio después muchas de estas personas, no sólo del MIL-GAC sino también de los GOA y de los restos de Plataformas, acabarán incluso colaborando en el proceso que llevará a la refundación de la CNT, es decir, de otra opción política, aunque hacia 1979 la mayoría se habrán ido o habrán sido expulsadas de la organización anarco-sindicalista. Por su parte, algunos miembros del sector armado que pudieron escapar continuaron la actividad armada en diferentes grupos, participando finalmente en la constitución de Action directe : a día de hoy Jean-Marc Rouillan continua preso a perpetuidad desde febrero de 1987 en prisiones francesas por actividades relacionadas con este grupo, como otros de sus compañeros[15].
En este fracaso, sin duda el factor más importante fue la imposibilidad de poder desarrollar ampliamente su propuesta política, por lo que el MIL-GAC fue ciertamente marginal. Sus contactos innegables con el movimiento obrero, que explican su origen y desarrollo, son demasiado débiles en el momento de crecimiento, ya que el vínculo definitivo con elementos de Plataformas de cara a un trabajo conjunto estable se consigue en 1972, es decir, en un momento en que éstas empiezan su declive, con lo que el gran magma autónomo de 1969-1970 es en 1972-1973 mucho más reducido. Además, el MIL-GAC no pudo disponer de un aparato editorial serio hasta muy poco antes de su caída, y los folletos de las Ediciones Mayo 37 verán la luz cuando la mayoría de los componentes del MIL-GAC estén en la cárcel y el resto en el exilio -además de uno muerto-, impidiendo por tannto una recuperación política de esa difusión.
Su propuesta quedó así aislada dentro de una izquierda clandestina donde los modelos imperantes, en razón de esa clandestinidad, eran los que se habían mantenido desde la guerra. De un lado, un modelo predominante, formalmente marxista-leninista, y del otro, el papel de oposición a éste, reservado a un movimiento anarcosindicalista que resurgía. Sin las posibilidades de trabajo a través de las ediciones, la propuesta por la auto-organización de la clase hecha por el MIL quedaba totalmente ignorada, cuando no manipulada. Para la izquierda “marxista”, el tildarlos de ”anarquistas” significaba evitar que se conociera un modelo marxista revolucionario alternativo que iba más allá del modelo de partido y enfatizaba la propia iniciativa de la clase ; para el anarquismo, después de ignorar totalmente esta experiencia mientras estuvo viva, quedaba la oportunidad de recuperar sus frutos políticos a posteriori, una vez que la brutal represión franquista les ofrecía la posibilidad de obtener uno, o dos, nuevos mártires : Salvador Puig Antich y Oriol SoléSugranyes[16]. Surgía así la invención del grupo “anarquista” llamado MIL y se olvidaba soberanamente la posición inequívocamente comunista de los miembros del ex-MIL elaborada en octubre de 1973 en la cárcel Modelo de Barcelona, que acababa con la proclama “¡Ni mártires, ni juicios, ni cárceles, ni salarios ! ¡Viva el comunismo !”.

Pero a pesar de no haber conseguido abrir una vía fecunda en el desarrollo de la lucha de clases, el MIL-GAC representa, con todo, una de las experiencias más importantes dentro del panorama revolucionario español. Es por esto que Telesforo Tajuelo, uno de los pocos historiadores en estudiar este fenómeno, mayoritariamente tratado por periodistas, y uno de los escasos en analizarlo políticamente, señaló que “el MIL ha sido el grupo más radical del movimiento obrero español después de la guerra civil”. En todo caso, sí es cierto que representó una de las contadas formaciones auténticamente revolucionarias del panorama político del momento. Decimos “auténticamente revolucionarias” porque el MIL nunca fue “anti-franquista”, su objetivo no fue nunca derribar al franquismo y conseguir un régimen democrático más o menos avanzado, una democracia más o menos participativa, sino, enlazando de lleno con la tradición marxista revolucionaria, luchar directamente contra el estado burgués, contra el capital, por la independencia de clase que, mediante la auto-organización, acabara con el trabajo asalariado y la división de la sociedad en clases : en definitiva, ni más ni menos que la auto-emancipación del proletariado. Reconocer que ésta fue su lucha y librarla de todas las mistificaciones que ha sufrido servirá para restaurar la verdad histórica que muestra, por un lado, que los integrantes del MIL no fueron ni “alocados” ni tampoco “pobres chicos”, sino revolucionarios anticapitalistas y, por el otro, que dado que su lucha no fue anti-franquista sino anti-capitalista, las tareas por las que lucharon siguen inconclusas.
[1] Sergi Rosés Cordovilla, autor de El MIL : una historia política. Barcelona Alikornio, 2002. Pedidos a Alikornio ediciones - e.mail : alikornio@eresmas.netEsta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla - web en : www.alikornio.com

[2] TAJUELO, Telesforo. El Movimiento Ibérico de Liberación, Salvador Puig Antich y los grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista : teoría y práctica, 1969-1976. París : Ruedo Ibérico, 1977.

[3] “TOLOSA, Carlota”. La torna de la torna : Salvador Puig Antich i el MIL. Pròleg de Ramon Barnils. Barcelona : Empúries, 1999 (1ª ed. en 1985).

[4] TÉLLEZ SOLÁ, Antonio. El MIL y Puig Antich. Barcelona : Virus, 1994.

[5] Las 1000 y una del 1000. Barcelona : Ateneus Llibertaris del Barcelonès ; Colectivo Autónomo de Trabajadores S/O del Besòs ; Dones Vipera Aspis, 1984.

[6] “CORTADE, André”. Le 1000 : histoire désordonnée du MIL, Barcelone 1967-1974. Paris : Dérive 17, 1985.

[7] Las primeras Comisiones Obreras (CC.OO.) nacen durante las huelgas de los mineros asturianos de 1962, extendiéndose durante la década de los 60 a todo el movimiento obrero de España. Después de varias luchas fraccionales, el PCE logrará hacerse con su control a finales de los 60, convirtiéndose en su sindicato.

[8] El partido comunista oficial en Catalunya, “hermanado” con el PCE.

[9] Partido Comunista de España (internacional) : escisión estalinista del PSUC.

[10] Los últimos años del franquismo, al contrario de lo que afirman ciertos discursos históricos y políticos, fueron años de una especial y dura represión política y social, con muertos no sólo en enfrentamientos armados o en fusilamientos o agarrotamientos –como Puig Antich y los fusilados del FRAP y de ETA de 1975-, sino también en el curso de huelgas y manifestaciones, como los obreros muertos en las huelgas de la SEAT y de la Térmica del Besòs, en Barcelona, los de El Ferrol, Granada, etc. ; en estos años será común trasladar los conflictos laborales a la jurisdicción militar, juzgándose en consejos de guerra.

[11] Se editarán folletos de Balazs, Barrot, Baynac, Berneri, Canne-Meijer, Ciliga, la Internacional Situacionista, Pannekoek, Révolution internationale…

[12] Bultaco era una de las fábrica de motocicletas más importantes de España.

[13] El nombre “Movimiento Ibérico de Liberación” es en realidad una adaptación de la cifra 1000 (“mil”), cifra con la que se firmó el primer folleto del grupo y que no tenía ningún significado específico ; si acaso, la voluntad de ser muchos. El añadido de “GAC” daba contenido político al nombre de la organización, al designar dos parámetros claves : autonomía y acción.

[14] El análisis y crítica realizado en 1974 por Barrot respecto al MIL continúa siendo uno de los más lúcidos y el primero en señalar cómo la autodisolución “era más una medida organizacional que un cambio de práctica” (Violence et solidarité révolutionnaires : les procès des communistes de Barcelone. Paris : Éd. de l’Oubli, 1974 ; hay edición en castellano hecha por las propias Ediciones Mayo 37 : Violencia y solidaridad revolucionarias).

[15] Encarcelado durante años en condiciones durísimas en prisiones de máxima seguridad, Rouillan ha continuado luchando por sus derechos, realizando varias huelgas de hambre. En la de diciembre del 2000 a enero del 2001 consiguió su traslado de la cárcel de máxima seguridad en Lannemezan a la de Arles ; sus experiencias de la vida en prisión las ha reflejado en Je hais les matins (Paris : Denoël, 2001), donde también evoca momentos de su experiencia en el MIL.

[16] Salvador Puig Antich fue detenido y herido en un tiroteo con la Policía en septiembre de 1973, condenado a muerte por la muerte de un policía en esa detención y asesinado legalmente por el garrote vil en marzo de 1974. Oriol Solé Sugranyes había sido detenido diez días antes que Puig Antich, tras un atraco fallido y fue condenado a 48 años de prisión en 1974 ; fugado de la cárcel en abril de 1976 en la famosa “fuga de Segovia” preparada por ETA (p-m), fue muerto al día siguiente por la Guardia Civil en los montes navarros, cerca de la frontera.

Enlace a la web sobre el MIL-GAC:
http://www.mil-gac.info/

sábado, diciembre 25

"Cómo aprender a comer o morir en el intento"

Este fanzine trata de lo que comemos, de que deberíamos comer y cómo comerlo.
Algunas cosas en la vida son extremadamente simples y sencillas. Las complicaciones, locuras, malas interpretaciones, tonterías, confusiones, mala educación, etc. resultan muy comunes en nuestra cultura culinaria. Por esto es importante realizar una profunda y lúcida mirada a todos nuestros hábitos alimenticios que junto con la revisión de todas nuestras creencias (culinarias) tan arraigadas desde nuestra infancia nos demostrarán que del simple hecho de comer nada sabemos.
La recomendación básica será siempre la simpleza, pues si nos damos cuenta la naturaleza nos ofrece todo un mundo perfecto y exquisito de formas para alimentarnos. Me refiero principalmente a las frutas y las verduras que son en principio la base que recomienda este fanzine.

Con un poco de paciencia y un poco de sabiduría todos nuestros problemas sobre la comida, qué comer, la preparación y demás cuestiones culinarias se habrán terminado. Es sumamente importante comprender que muchas enfermedades que sufrimos, son una consecuencia de nuestros hábitos alimenticios.
RECUERDE la mala nutrición y los malos hábitos repetidos una y otra vez son causa de todo tipo de males y enfermedades. Este fanzine está escrito por un vegetariano (el comer animales nos enferma irremediablemente ya que vamos contra nuestra propia naturaleza).

Este principio es la base de una cultura de conciencia y respeto, primero hacia nosotrxs mismxs y naturalmente hacia todos los seres que nos rodean. RECUERDE
¡EL HOMBRE ES FRUJIVORO POR NATURALEZA!
¡COMA ALIMENTOS PUROS SIN PROCESAR!

Este fanzine ha sido editado por Distri Maligna en Noviembre del 2010, los beneficios íntegros de la presente edición van destinados a una caja de resistencia, para futuros gastos judiciales de compañerxs represaliadxs por el Estado dentro del marco de la lucha antiautoritaria. Esperamos que esto que tienes entre las manos te ayude a la hora de autogestionar tu salud y por lo tanto tu alimentación.
Lógicamente, se alienta la difusión por todos los medios posibles de este escrito (siempre y cuando no tenga fines lucrativos).

Descárgalo aquí: http://www.megaupload.com/?d=VJQKRU15

miércoles, diciembre 22

Curso de Esperanto

El Esperanto es un idioma creado para facilitar la comunicación entre los pueblos del mundo entero.

Más de cien años de uso práctico hacen del Esperanto un idioma viviente, capaz de expresar cualquier faceta del pensamiento humano.

Es un idioma internacional y neutral, dado que pertenece a todos los pueblos y proporciona comunicación entre personas de todo el mundo, sin intenciones de hegemonía cultural, política, religiosa o económica.

Quien aprende Esperanto tiene el privilegio de poseer dos ciudadanías que se integran y enriquecen mutuamente; la primera es la que todos reciben automáticamente cuando nacen. Esta ciudadanía está influida por las tradiciones, costumbres y creencias de cada país o región, es decir, por la cultura local. La segunda de las ciudadanías la ganamos cuando, voluntariamente, optamos por ser "ciudadanos del mundo" a través del Esperanto. Es una ciudadanía más amplia que la anterior y engloba toda una cultura mundial, en sus más diversas manifestaciones.

Los que optan por esta "doble nacionalidad" a través del Esperanto son llamados Esperantistas. Son personas que no sólo conocen la lengua, sino que además la usan para comunicarse con esperantistas de otros países, para establecer contactos con otras culturas diferentes y son activistas en la divulgación y defensa de la idea de un Idioma Internacional.

Después del surgimiento del Esperanto, las personas que lo aprendieron sintieron la necesidad de organizar grupos para la práctica, enseñanza y divulgación del idioma. Con el paso del tiempo, estos grupos crecieron, algunos traspasaron las fronteras de su país de origen, surgieron grupos nuevos, y hoy día hay centenares de organizaciones esperantistas en funcionamiento en el mundo entero.

Conjuntamente con los esperantistas, estos grupos conforman el Mundo del Esperanto ("Esperantio") y las acciones que se desarrollan en él constituyen lo que convencionalmente se llama Movimiento Esperantista.

¡Aprenda Esperanto, hágase Esperantista y venga a vivir en Esperantio!

Si quieres aprender esperanto de forma autodidacta aquí te dejo un curso que está muy bien:
 http://www.kurso.com.br/index.php?es

domingo, diciembre 19

"Para un tiempo herido" de Enrique Falcón

Enrique Falcón (Valencia, España, 1968) es un poeta adscrito a prácticas literarias críticas y socialmente comprometidas (poesía de la conciencia, escritura del conflicto, literatura activista) en el panorama actual de la poesía española.Nace en febrero de 1968 en Valencia y desde 1993 reside en el Barrio del Cristo, un barrio de acción social preferente en la periferia obrera de Valencia. Insumiso al ejército y a la prestación sustitoria, objetor fiscal a los gastos militares, milita en un sindicato anarquista, forma parte de una comunidad de base y es miembro de organizaciones vecinales y de colectivos de apoyo en prisión.
Ha publicado varios libros de poesía y de ensayo político y su obra ha sido recogida en numerosas antologías y volúmenes colectivos dedicados a la poesía española actual.
Vinculado a la coordinadora de la Unión de Escritores del País Valenciano - Foro Social de las Artes, fue miembro del consejo de redacción de la extinta revista "Lunas Rojas" y perteneció al colectivo de crítica literaria "Alicia Bajo Cero".
El corpus teórico que anima su labor como escritor y poeta ha ido apareciendo a lo largo del tiempo en diferentes artículos (principalmente las Cuatro tesis de mayo, Las prácticas literarias del conflicto y El amor, la ira) luego recopilados en el volumen Las prácticas literarias del conflicto.

Libros de poesía:
  • El día que me llamé Pushkin, Ediciones del Ayuntamiento de Sevilla, 1992
  • La marcha de 150.000.000 [1]: «El Saqueo», Rialp, Madrid, 1994
  • La marcha de 150.000.000 [1 y 2]: «El Saqueo» y «Los Otros Pobladores», Germania, Valencia, 1998
  • AUTT, Crecida, Huelva, 2002
  • Nueve poemas, Ed. Universidad de Valencia, 2003
  • Amonal y otros poemas, Idea, Tenerife, 2005
  • Para un tiempo herido, Amargord, Madrid, 2008
  • Taberna roja, Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2008
  • La marcha de 150.000.000 [cantos completos: 1-5]: «El Saqueo», «Los Otros Pobladores», «Para los que aún viven», «La Caída de Dios» y «Canción de E», Ed. Eclipsados, Zaragoza, 2009
Además, ha publicado:
  • (con el colectivo Alicia bajo Cero) Poesía y poder, Ediciones bajo Cero, Valencia, 1997
  • Dimensiones políticas del voluntariado, CiJ, Barcelona, 1997
  • Aproximación a las narraciones juveniles de hoy, CiJ, Barcelona, 2001
  • (coord.) No doblar las rodillas: siete proyectos críticos en la poesía española reciente, Universidad de Chile, Santiago de Chile, 2002
  • El amor, la ira: escritos políticos sobre poesía, Ediciones del 4 de agosto, colección Planeta Clandestino, Logroño, 2006
  • (coord.) Once poetas críticos en la poesía española reciente, Baile del Sol, Tenerife, 2007.
  • (coord.) Poesía y desorden, Centro de Documentación Crítica, colección Contratiempos, Madrid, 2007
  • (ed.) Roque Dalton: El turno del ofendido, Baile del Sol, Tenerife, 2009
  • (coord.) Soda caústica: 5 poetas latimoamericanos, Fundación Inquietudes, Madrid, 2009
  • Las prácticas literarias del conflicto: registro de incidencias, La Oveja Roja, Madrid, 2010
Textos y poemas suyos han sido incluidos en numerosas antologías, entre ellas: «Joven poesía española» (La Página, 1997); Feroces: antología de poesía de la conciencia radical, marginal y heterodoxa (DVD, Barcelona, 1998); Voces del extremo: las voces de la poesía española al otro extremo de la centuria (Fundación JRJ, Moguer, 1999), Poesía y Conciencia (JRJ, 2000), Poesía y Conflicto (JRJ, 2001); Pasar la página: poetas para el nuevo milenio (Eds. Olcades, Cuenca, 2000); Poesia Espanhola Anos 90 (Relógio d'Água ed., Lisboa, 2000); El último en morir que apague la luz: Atlas poético (Ateneo Obrero de Gijón, 2001); Una mirada hacia la poesía española actual (Luna Nueva, Colombia, 2003); Poesía de la conciencia (Zurgai, Bilbao, 2003); Sexta Antología de Adonais 1993-2002 (Rialp, Madrid, 2004); Poesía pasión: doce poetas españoles (Libros del Innombrable, Zaragoza, 2005); Spain’s poetry of conscience (International Poetry Review, USA, 2006); Poesía para bacterias (Cuerdos de Atar, Huesca, 2008); Voces del extremo: poesía y capitalismo (Fundación Juan Ramón Jiménez, Moguer, 2008); Poesía española de los 90 (Editorial de la Universidad Nacional de Mar de Plata, Buenos Aires, 2008); Voci dalla poesia spagnola contemporanea (Sentieri Meridiani Edizioni, Roma, 2009); y Las moradas del verbo. Poetas españoles de la democracia (Calambur, Madrid, 2010).
Ha participado también en los libros colectivos Construir a paz (Edicions Xerais, Vigo, 1996), Lavapiés (Ópera Prima, Madrid, 2001), La paz y la palabra: letras contra la guerra (Editorial Odisea, Madrid, 2003), Poemas contra el olvido (Ed. Bartleby, Madrid, 2004), Canto a un prisionero (Ed. Poetas Antiimperialistas, Ottawa, 2005), La (re)conquista de la realidad: la novela, el teatro y la poesía en el siglo presente (Tierradenadie ediciones, Madrid, 2008) y El árbol talado que retoña: Homenaje a Marcos Ana (El Páramo-Fundación de Investigaciones Marxistas, Córdoba, 2009).

Si quieres leer "Para un tiempo herido" lo puedes hacer aquí: http://www.nodo50.org/mlrs/Biblioteca/falcon/herido.pdf

jueves, diciembre 16

Los días de furia. Contracultura y lucha armada en los Estados Unidos (1960-1985)

De los Weathermen, John Sinclair y los Yippies al Black Panthers Party y los Motherfuckers | La Felguera Ediciones (2004). 120 pags. 

"Rudi Dutschke, un activista seguidor acérrimo del padre de la revuelta estudiantil Herbert Marcuse, en 1968 diría, en medio de esta contienda, que la burguesía no está condenada, como no lo estamos nosotros, a permitir que la historia discurra sobre ella como ciego acaecer, sino que puede, como nosotros, intervenir activa y autónomamente en el proceso de la historia para perpetuar la sumisión de las masas, la explotación y la miseria. Desde la C.I.A. hasta el Pentágono tienen una clara tendencia: la de aniquilar las fuerzas revolucionarias del mundo entero mediante todas las posibilidades organizativas y teóricas de la técnica más desarrollada a través de una lucha técnico-económica y militar. Esta visión era, a grandes rasgos, la que impregnaba el espíritu de una práctica política que llevó a los Estados Unidos a ver como el Capitolio o el Pentágono eran atacados con explosivos por grupos, cuyos miembros, eran sus propios nacionales. La experiencia de los Weathermen -casi desconocida hasta la fecha en el estado español- o el inmenso trabajo teórico y organizativo de S.D.S., entre otros, muestran distintas formas de idear el cambio del mundo"

lunes, diciembre 13

10 mentiras sobre la no escolarización

Sylvie Martin-Rodriguez.

No llevar a nuestros hijos a la escuela es uno de los mayores tabúes sociales. Para lograrlo, no se repara en medios: difusión masiva de tópicos y mentiras, uso generalizado de seudo-teorías pedagógicas y creencias infundadas e intimidaciones a las familias recalcitrantes. El cerco del conformismo social habla por boca del Estado, quién proclama faltando a la verdad: "La escuela es obligatoria. Los niños no pueden aprender nada en casa con sus padres, y además no pueden sociabilizarse. Un niño no escolarizado no tiene futuro profesional..." El mérito de este libro es rebatir toda esa parafernalia ideológica. Su autora, Sylvie Martin-Rodriguez, nos demuestra, desde su propia experiencia y con argumentos, que la educación en casa lejos de ser un acto irresponsable, es ante todo fruto de la libertad de conciencia por parte de padres y madres que quieren emprender con sus hijos una nueva relación de aprendizaje. Sus numerosas referencias al contexto internacional (y particularmente, francés) nos pueden ayudar a esbozar cual ha de ser el camino y el mejor futuro para un fenómeno que ya es una realidad en España.

Précipité Editorial, Cáceres 2009
176 págs. Rústica 21x15 cm
ISBN 978-84-613-6450-3

viernes, diciembre 10

Anarquismo y lucha antialcohólica en la guerra civil española

Actitudes contra el alcohol durante la Guerra Civil

Durante la Guerra Civil Española, en la línea del frente de Huesca, las Juventudes Libertarias de Barbastro cuelgan una serie de carteles con el siguiente texto:

“EL BAR: anquilosa, es el vivero de la chulería, CERRÉMOSLE.
LA TABERNA, atrofia y degenera el espíritu combativo, CERRÉMOSLA.
EL BAILE, es la antesala del prostíbulo, matando las energías del joven luchador, CERRÉMOSLE.
CINES Y TEATROS, una misión: labor antifascista: de lo contrario, CERRÉMOSLO. Todo ser que frecuente estos lugares es merecedor del desprecio" ¡ABAJO EL PARASITISMO!” [1].

Analizando la prensa anarquista del momento, observamos críticas similares a los centros de diversión, “a la situación cafeteril, la obsesión por el bar y la gramola”. Bares, cafés y cabarets son percibidos como lugares defendidos y apoyados por el capitalismo, donde el vicio, “de origen y promoción puramente fascista y clerical, hace desgastar las energías de los luchadores y provoca escándalo entre aquellos que quieren ganar la guerra y hacerla revolucionaria” [2]. Incluso se producen incidentes violentos, como diversos ataques de milicianos a cafés y tabernas en Lérida, donde “pusieron las mesas patas arriba, y por poco no hicieron lo mismo con sus pacíficos concurrentes” [3]. Estos ejemplos muestran la importancia que para los anarquistas tiene en esos momentos la lucha contra el alcohol y contra los centros públicos de diversión [4].

Una primera y simplificada explicación a este hecho se centra en la importancia que en todo conflicto tiene la retaguardia, que ha de ser vista como un ejemplo moralizante. En general, se solicita una templanza que sea modelo para el frente y muestra de solidaridad con los combatientes, por lo que son frecuentes las críticas a las actitudes frívolas que en ella se producen: en la zona republicana encontramos varios ejemplos, alguno tan temprano como el de Milicia Popular, que ya en octubre de 1936 exige que “se ha de acabar con la vergüenza que ofrecen las terrazas e interiores de los cafés, atiborrados siempre de elegantes estrategas que, entre sorbo y sorbo de cerveza, opinan sobre la marcha de las operaciones y comentan despectivamente las medidas que el gobierno adopta” [5].

El diario ABC denuncia los incidentes que se producen en los cafés de Madrid, como al que hace referencia en un artículo titulado “Falsoscombatientes y falsos señoritos”, de febrero de 1937: unos individuos, que se presentan como combatientes, intentan detener a los soldados que descansan en algunos bares y cafés, acusándoles de traidores emboscados y de señoritos. Incluso el diario difunde algunos lemas como “el verdadero miliciano no toma café con ametralladora” [6] o “el verdadero miliciano no se hace el héroe en la calle de Alcalá” [7].

En marzo de 1937, la campaña Pro Ejército Popular lanzada en Tarragona tiene, entre sus principales objetivos, estructurar la vida de retaguardia “a fin de terminar con la despreocupación y alegría en que se vive y hace vivir la guerra; misión suya sería también la de cerrar los cabarets y espectáculos que no tengan como fin un objetivo para la guerra, así como prohibir los bailes de los domingos” [8].

Valencia, la nueva capital republicana, es vista desde la sitiada Madrid como un ejemplo escandaloso a no seguir en tiempos tan difíciles. El ABC recoge un artículo de Fragua Social de Valencia, con el elocuente título de “Pero, ¿esto es una verbena?”, donde se dice lo siguiente: “Si esto no es una verbena, se le parece mucho. Creemos que ha llegado el momento de tomar en serio estos problemas de la frivolidad. Da grima contemplar Valencia. Por doquier canciones, música de radio, bullicio, alegría desbocada, palabras sin sentido, desenfado, euforia… y la guerra no se ha ganado todavía, ni se hallan lejos los frentes, ni está despejado el horizonte por completo… Esto ¿Qué es? ¿Vivimos en un país de locos o se nos quiere volver locos a los demás? Imitemos el ejemplo de Madrid y sirva de modelo la moral de su retaguardia. Pesimismo, no; pero inconsciencia, tampoco; la guerra lo exige”. Y parece ser que esta animación tanto de día como de noche era algo que sorprendía a los que llegaban por primera vez a la capital levantina: “los cabarets estaban abarrotados, desde que se abrían a primera hora de la tarde, hasta que cerraban mucho después de la medianoche”, afirma un diplomático británico [9],[10].

En la zona nacional encontramos situaciones similares. Un tal capitán Nemo critica en el ABC sevillano que, frente a la idea de que una retaguardia normalizada, con gente paseando por las calles, riendo y tomando aperitivos, es un orgullo al demostrar que en el territorio nacional reina el orden y abundan las provisiones, es “necesario y obligatorio vivir la guerra desde las entrañas de nuestro ser y con todas las potencias de la personalidad, porque los que batallan en los frentes exigen de nosotros esta solidaridad entrañable” [11]. También se publica una nota en la que denuncia que la frivolidad no debe llegar a considerarse delito de alta traición, pero es un cómplice y un encubridor de tal delito: “No lo olvides tú, niña bonita e insustancial que, cuajada de cintajos y de emblemas, te dedicas a enervar de diversos modos a los combatientes de la Cruzada. Al proceder así, no eres en el fondo más que un agente de descomposición de la moral severa exigida por la guerra” [12].

Algunas autoridades locales se apresuran a decretar el cierre de cabarets y cafés de camareras, argumentando que “no son los momentos que vive España de diversión ni mucho menos de vicio”.La Voz de Asturias exige: “queremos un Oviedo con menos prostíbulos y más amor a Dios y a la Patria”, y prestigiosos articulistas critican “un espíritu frívolo de intriga y cocktail”, afirmando que “los muertos por Dios y por España se alzarán contra la reedición barata, pero corregida y aumentada, de la mentalidad de music hall” [13].

Anarquismo y alcohol

El anarquismo va más allá, como lo demuestra el hecho de que la lucha contra el alcohol sea un elemento transversal a esta ideología, ya desde sus inicios. Las bebidas alcohólicas son presentadas desde los primeros textos fundadores como un siniestro veneno, que losBorgias capitalistas destinan a mantener embotadas, lejos de la revolución, las voluntades de los trabajadores: “estupefactado por el tóxico, no siente el peso de sus cadenas y la degradación de la esclavitud”, afirma un tratado antialcohólico con el elocuente título de “El veneno maldito” [14]. “Trabajadores, ¡no bebáis! ¡Cuántos obreros, pésimos padres de familia y peores maridos, olvidando los más sagrados deberes, derrochan la mitad o un tercio del ya escaso jornal que perciben, en libaciones alcohólicas, en la taberna, en el juego, dejando los hijos y la mujer sin pan, forzados al ayuno y víctimas de todas las tribulaciones de la vida!”, proclama igualmente una conocida publicación anarquista [15].

El alcohol es visto como una terrible arma del enemigo que hay que combatir, porque “a mayor núcleo de bebedores, mayores ventajas de sometimiento, ya que poco a poco la bebida quita la energía, la salud, la nobleza y el entendimiento y, lo que es peor, el sentido de la dignidad” [16]. Producto y sostén del régimen capitalista, el alcoholismo no desaparecerá más que con él. El efecto no cesará mientras persista la causa. Incluso, el alcohol es visto como un temible competidor de la propia ideología revolucionaria: según Bakunin, los peligros del alcohol podían hacer fracasar la revolución al ver los trabajadores en su consumo una salida errónea a su denigrante situación y una manera fácil de escapar de las miserias del capitalismo. “Para escapar de su situación (refiriéndose al pueblo) hay tres métodos, dos quiméricos y uno real. Los primeros dos son la taberna y la iglesia, libertinaje del cuerpo o libertinaje de la mente; el tercero es la revolución social” [17].

El rechazo de algunos valores considerados degradantes y la visión utópica de una nueva sociedad han hecho que algunos historiadores hayan visto en el movimiento anarquista español un carácterprimitivo o milenarista. Así, se habla de “puritanos austeros que impulsaban imponer el vegetarianismo, la abstinencia sexual y el antialcoholismo a uno de los campesinados más atrasados de Europa” [18].

Esta visión ha de ser rebatida ya que, en contra de lo que afirman algunos textos sobre el celo de los anarquistas, la mayoría de los dirigentes locales y asistentes a los ateneos y sindicatos creen en la moderación, no en la abstinencia. El obrero consciente, el anarquista dedicado que simbolizaba el espíritu y el conocimiento necesarios para crear la nueva humanidad, evita el juego de cartas en el bar, no va a burdeles, no acude a misa ni bautiza a sus hijos, y bebe con moderación.

José Monroy, dirigente de Casas Viejas, defiende que uno puede beber un poco, pero no demasiado, para no emborracharse [19]. La embriaguez es mal vista por los anarquistas, y esta postura ha sido considerada por algunos historiadores como la causa de que, en comparación con el caso inglés, el alcoholismo sea un problema menor en el proceso de industrialización español [20].

Debemos hacer mención también a la interesante relación que se establece en los años veinte y treinta del siglo XX entre anarquismo y naturismo. El naturismo -tanto lo que se refiere a aspectos alimentarios y de medicina natural como de contacto con la naturaleza- tendrá una influencia muy importante en muchos pensadores anarquistas, tal como queda reflejado en revistas comoHelios o Iniciales. En ese contexto, el rechazo al alcohol y al tabaco se hacen evidentes: “El obrero que ha de respirar en el trabajo atmósferas malsanas… mal puede naturalizar su vida y sus costumbres. Más, a pesar de todo le es dable evitar múltiples influencias nocivas a su salud, como el alcohol, el tabaco, la taberna, desaseo, y practicar otras beneficiosas, como la salida al campo en busca de sol y de aire puro, escoger entre los despojos alimentarios los menos perjudiciales”. O este otro, dirigido a los jóvenes para fomentar entre ellos el nudismo: “Ponte en contacto directo con la naturaleza en aquellos momentos que la lucha por el pan te dejen libre… Huye de bares y cafés; aparta de ti el tabaco y el alcohol, que te embrutecen y enferman” [21]. De acuerdo con el discurso eugenista dominante en aquel momento, hay que propiciar los factores eugénicos que potencian la condición física e intelectual de los individuos (actividad física, buena alimentación) y neutralizar los disgénicos: el alcohol, el tabaco, las enfermedades venéreas y, sobre todo, destruir su causa primera: la miseria.

Alcohol en la Guerra Civil española

La Guerra Civil Española (como en tantos conflictos bélicos de larga duración) conlleva un aumento del consumo de alcohol en cada uno de los bandos enfrentados, tanto en el frente como en la retaguardia [22].

Durante toda la guerra, el vino (y por extensión, el resto de las bebidas alcohólicas) es considerado como una parte esencial de la alimentación del individuo por el aporte calórico que se supone le otorga. No en vano, así lo recogen distintos tratados médicos e higienistas de la época, e incluso la propia tradición castrense.

Desde los manuales españoles de Higiene Militar se proclama que el vino “podrá tolerarse especialmente en campaña para mantener la fuerza física, energía moral y una cierta euforia, que en ciertas circunstancias puede ser útil” [23]. A lo largo de todo el conflicto el vino forma parte de las raciones reglamentarias de campaña, siendo sustituido por cerveza o sidra en ocasiones extraordinarias. En los primeros meses de la guerra, el consumo de alcohol es, incluso, más elevado: un informe de un capitán de Intendencia del Ejército franquista del Norte indica que, a fecha de 2 de Noviembre de 1936, se han suministrado ya a sus fuerzas 600.000 litros de vino a razón de medio litro por hombre y día, el doble de la ración reglamentaria, un paquete de tabaco cada tres día y en dos ocasiones puros y anís [24].

Ante el elevado consumo, el Intendente General de Burgos llega a afirmar, en abril de 1937, que “el actual consumo de vino alcanza un volumen tan considerable que no es aventurado afirmar que de continuar en la misma proporción se podrían tener dificultades”. Hace mención al agotamiento de las reservas, la falta de envases, la dificultad del transporte y la mala cosecha de los dos últimos años, y propone reducir la cantidad de vino que se suministra al frente y la supresión de este producto en las guarniciones de retaguardia. La respuesta del General en Jefe del Ejército del Norte, escrita a mano sobre el mismo informe, es tan escueta como contundente: “se dispone que, habiendo vino en abundancia, no se dé por recibida” [25].

El ejército franquista tratará de establecer un férreo control sobre la producción y, así, en agosto de 1938 el Ayuntamiento de Zaragoza recibe un telegrama de la Quinta Región Militar donde se le comunica que todas las existencias y la producción de cerveza de la ciudad son intervenidas por el Ejército para no dejar desabastecidos los hospitales militares [26].

En la zona republicana, el despilfarro de alcohol y otros bienes al inicio de la guerra es también importante, obligando a tomar medidas, tanto disciplinarias como disuasorias. Muestra de esto último es un cartel con la imagen de un miliciano y, en la parte inferior y tirados en el suelo, una botella que vierte vino y medio pan. El texto alusivo dice: “¡Milicianos! No desperdiciéis municipios, ni víveres, ni energía”. En Milicia Popular se afirma, dos meses después del levantamiento militar, que han llegado a los frentes de batalla hasta dos millones de botellas de cerveza, aunque muestra también la queja de los camaradas que trabajan en las fábricas productoras al no devolverse nunca los envases, con el consiguiente perjuicio [27].

Esa situación de despilfarro inicial y los problemas en la retaguardia provocan en ocasiones en el Ejército Popular problemas graves de intendencia como en el caso de la Brigada 153 mixta, ex columnaTierra y Libertad, donde se llega a establecer en Septiembre de 1937 un racionamiento de vino y otros productos, lo que provoca las protestas de los soldados (“se nos ha tachado de incompetentes, de enchufados, de ladrones, de canallas”, afirman los encargados de la intendencia de la Brigada) [28]. Un testimonio de un brigadista norteamericano explica, no obstante, que entre los militares republicanos más concienciados “había, en efecto, una actitud puritana respecto al alcohol y al sexo. Emborracharse o contraer una enfermedad sifilítica debilitaban no sólo al individuo, sino también al propio ejército. Ambos hechos eran frecuentemente comparados con las heridas que uno mismo se producía o con las lesiones por negligencia” [29].

Aunque, como hemos visto, desde ambos bandos se anima a sus respectivas retaguardias a que soportaran las penurias con dignidad, en este contexto bélico de drama, carestía y sacrificio no es de extrañar que la población (civil y militar) buscase refugio en la sustancia embriagante que más accesible le resultaba: el alcohol.

Por su parte, la sección A remarcar del Diari de Tarragona constata el aumento en la venta de bebidas alcohólicas para ser consumidas por la población civil en el domicilio, y, “al ser interrogados los compradores sobre los motivos de esta esporádica acción, han manifestado que la bebida les hace más soportables muchas preocupaciones, especialmente las que hacen referencia al problema de las provisiones” [33]. Vinos y bebidas espirituosas se convierten en un producto muy cotizado en las ciudades de la retaguardia: en Tarragona, los precios de venta del vino pasan de 0,40 pesetas el litro en julio de 1936 a una peseta en octubre (el precio máximo oficial sigue siendo de 0,40), dos en julio de 1937, tres en octubre, 3,50 en enero de 1938, cinco en julio de ese año y hasta 7,50 en octubre [34]. Las autoridades tratan de controlar el comercio de este producto, aunque las denuncias y los decomisos son muy frecuentes.

Anarquismo y lucha antialcohólica en la Guerra Civil Española

Los acontecimientos del verano del 36 marcan un determinante punto de inflexión en el movimiento anarquista español: la lucha contra los sublevados, la tan esperada llegada de la Revolución y el dilema de la colaboración con el resto de fuerzas obreras y con las instituciones republicanas son los ejes básicos del anarquismo español durante la Guerra. En la tarea combinada de hundimiento del mundo existente y de construcción de uno nuevo, la lucha contra el alcohol ocupa asimismo un papel esencial.

En su lucha contra los vicios del mundo capitalista, los anarcosindicalistas defienden un saneamiento de bares, tabernas y salas de fiesta. El 13 de febrero de 1937 se cierran los dos cabarets que funcionan en Tarragona y se condiciona su apertura al hecho de que ofrezcan “un espectáculo decente”, esto es, “un espectáculo socializado de varietés, comedia etc., completamente artístico, moral y con taquilla, excluyendo lo obsceno y de vicio que consistía en alternar oculta o abiertamente con las personas de distinto sexo, con los consiguientes abusos de bebidas y alcoholes que embrutecen y degradan al hombre” [37].

En la localidad vecina de Reus, el Sindicato Único de Espectáculos Públicos consigue la reapertura del local Edén Concert a condición de que se realicen mejoras en la higiene del local y la prohibición de servir consumiciones de cualquier tipo [38]. Proponen por otra parte fomentar una campaña antialcohólica por parte de los sindicatos de sanidad anarquistas con conferencias y charlas y, asimismo, defienden como alternativa a la prostitución, a los bares y cabarets, la asistencia a centros culturales, bibliotecas, centros instructivos juveniles, ateneos, centros racionalistas y sindicatos de la CNT, buscando al mismo tiempo sanas opciones para los músicos y las prostitutas. Unas alternativas que han de considerarse como poco exitosas, dada la cantidad de textos donde se critica “las conductas ávidas de diversión, el derroche de vida en los cafés... mientras mueren los soldados en el frente de batalla” [39],[40].

Desde la perspectiva anarquista se aprecia en estos tiempos de guerra una visión diferente a la tradicional sobre el problema del alcohol y el alcoholismo. El alcohólico ya no es un enfermo, víctima de la explotación capitalista; ahora es un traidor a la Revolución: “En estos momentos de inquietudes supremas, no debe tolerarse las borracheras. El borracho es un ser despreciable que hay que aniquilar -afirma el semanario Agitación-. El que se emborracha en estos momentos deja de ser un camarada para convertirse en un enemigo” [41]. “Un borracho es un parásito. ¡Eliminémosle!”, exige un cartel del Departamento de Orden Público de Aragón.

Los incidentes causados por borrachos en Madrid y Barcelona son frecuentes, y los castigos, para los anarquistas, necesarios. Es el caso de un empleado de la Cooperativa de Trabajadores de Pescados al por mayor, de Madrid, que tras presentarse borracho al trabajo es suspendido de paga por un mes [42]. Un importante dirigente sindicalista es también denunciado por otros compañeros por ser visto frecuentemente embriagado por las calles de Valencia, y así ve frenado su ascenso a la Vicesecretaría del Comité Nacional de Tabacos “por sus errores y defectos perjudiciales para la causa libertaria” [43].

Un ejemplo del interés anarquista por la búsqueda de alternativas adecuadas a la producción de vino, esencial para la economía de muchas regiones españolas, es el fomento de productos no alcohólicos, como el mostillo, muy limitado no obstante por la carencia tan evidente de harina. Otro ejemplo es la creación en el año 1938 por parte de la Federación Regional de Campesinos y Alimentación del Centro del llamado biol-uva, el “no pasarán de la anemia”, una salida a la uva distinta a la de hacer vino, y que “proporciona a la España leal un alimento sano y nutritivo”. En un folleto promocional alaban las cualidades del producto, un mosto de uva concentrado, fabricado en Manzanares, y que, además de solucionar los problemas de abastecimiento, solucionaría la crisis vitivinícola, mejoraría la salud, se podría exportar y, finalmente, combatiría el alcoholismo por medios indirectos, los más eficaces: “con un litro de mosto concentrado puede cenar una familia de seis personas con algo de pan. Con el equivalente en vino (tres litros) no sólo no cena nadie, sino que, al no tener otra cosa, saldrían todos borrachos”. Los inconvenientes, no obstante, resultan numerosos: ni la calidad (pésimo sabor a arrope), ni la cantidad de producción son las adecuadas, e incluso la delegación de abastos del Ayuntamiento de Madrid paraliza durante mucho tiempo su distribución en la capital por considerarlo como un vino-mistela o bebida comparable a cualquier otra alcohólica [44].

Una de las áreas donde el anarquismo se mantiene más activo durante la contienda, convirtiéndolo en uno de sus más importantes medios de propaganda para su ideología y su visión de la nueva sociedad, es el cine. La producción y distribución cinematográfica de la República está inicialmente en manos de la CNT-FAI gracias a la fuerza de su rama de espectáculos: el Sindicato Único de Espectáculos Públicos, mayoritario en el sector.

La importancia del cine y su utilidad pedagógica es resaltada por distintos líderes anarquistas como Josep Alomá, conseller de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona, quien considera que se debe programar un cine con títulos de “tendencia social” que sirviesen “a la obra constructiva revolucionaria”, rechazando por tanto las películas de finalidad puramente comercial” [45].

Coincidente en sus planteamientos, la productora anarquista SIE Films decide realizar una serie de “películas educativas” dedicadas a la “higienización de las costumbres”, esto es, la presentación de la lucha entre los obreros virtuosos y el capital, secuestrador de las conciencias y remunerador de vicios y virtudes, “que ha condenado a muchos al alcoholismo, al hospital, al presidio o a la prostitución de sus compañeras” [46]. De entre los largometrajes destacamos “Barrios bajos”, de Pedro Puche (1937), ambientado en un lugar tan denostado por los anarquistas como los bajos fondos, y donde se intentan reflejar “las dramáticas pugnas entre productos de relajación y seres que no se contaminan de las impurezas del medio” [47]. Esta película incorpora referencias abiertas al consumo y tráfico de cocaína por primera vez en el cine español.

En la relación de títulos producidos por SIE Films también hay referencias a una serie de cintas cortas, de unos veinte minutos de duración y consideradas como películas de complemento, que desgraciadamente se han perdido en su mayoría, pero que reflejan sin duda la visión anarquista sobre los vicios de origen capitalista. Su objetivo es remover la conciencia del público sobre estos temas. Así, “Prostitución”, según el melodrama de Luís Fernández Ardavín y dirigido por V. Catalán, se presenta como “una firmísima y bien fundada diatriba contra la lacra social que da nombre a la producción”. Por su parte, “Como fieras”, también de V. Catalán, es “una viva y acerada crítica contra el alcoholismo, poniendo de relieve los estragos de tan funesto vicio, tanto en el organismo individual como social”. “La última”, de Pedro Puche, es un “apunte jocoso-serio”, según reza un rótulo a su inicio, que se dedica también al mismo problema que la anterior. Estas dos últimas películas no llegan a estrenarse ya que se estima que su realización es pésima y su oportunidad ideológica discutible [48],[49].

Junto al cine, también el cartelismo -fundamental en una sociedad con un grado de analfabetismo tan elevado- es fomentado como medio de instrucción y de propaganda. Un ejemplo es un cartel, editado por el Sindicato de las Industrias Agrícolas, Pesca y Alimentación de CNT-FAI, donde se presenta a un adormilado fumando, abrazando una botella, y con un vaso de vino y unas cartas de baraja en primer plano. El texto acompañante es elocuente: “¡Obrero! El vicio te conducirá a la desesperación y la locura. EVITALO”.

Del paso de la CNT por el gobierno republicano quedan pocas huellas. Su breve participación (entre noviembre de 1936 y mayo de 1937) y la difícil situación de la República hacen que sea más significativo el hecho mismo de esa participación de anarquistas en un gobierno que su actividad real [50]. En todo caso, resaltamos la importancia de la figura de Federica Montseny, ministra del nuevo Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, constituido el 4 de noviembre de 1936 con retazos de Trabajo y Gobernación. Además de por abordar el ingente problema de los refugiados, Montseny destaca por su política sanitaria orientada hacia la medicina preventiva. Se considera que la asistencia médica socializada y las medidas sanitarias preventivas deben ser las nuevas claves de desarrollo, con vistas a ofrecer una higiene global y una respuesta social a las necesidades sanitarias de la población. Como la misma Montseny afirma en un discurso celebrado en el Teatro Apolo de Valencia el 6 de junio de 1937, “en Sanidad procuré, como política sanitaria, prevenir las enfermedades para no tener que curarlas, localizar el foco infeccioso para no tener que curar las epidemias, estar siempre atenta para que los casos, ensanchándose, no constituyan un problema” [51]. También proclama su frustrado deseo de haber luchado contra aquellos males fruto de las desigualdades sociales y económicas, como la prostitución. La lucha contra el alcoholismo, evidentemente, hubiera estado incluida en esa estrategia.

CONSIDERACIONES FINALES

A pesar de todos los esfuerzos citados anteriormente, podemos afirmar que la mayor parte de estas medidas no consiguieron sus objetivos. Entre las causas que nos permiten explicar este fracaso, destacamos las siguientes:

1. El contexto político de la Guerra Civil no es en absoluto el más adecuado. Las prioritarias necesidades bélicas y las luchas políticas internas en la zona republicana, que culminan en los Sucesos de Mayo de 1937, marcan la derrota de las tesis revolucionarias anarquistas y limitan su peso político y sus posibilidades de acción. A esto hay que sumar las dificultades internas de los grupos anarquistas, con una afiliación en masa al inicio de la guerra de personas poco concienciadas, que desdibujan el compromiso personal de sus afiliados. Como ejemplo ilustrativo -en este caso referido al tabaco-, podemos citar la indignación de un antiguo militante de la CNT que, al volver del frente, observa que sus compañeros de retaguardia se dedican a especular con cigarrillos, un bien muy preciado y disputado [52].

2. Por otra parte, la derrota de los insurgentes en buena parte de España y el papel de las milicias armadas de las organizaciones sindicales, que controlan al inicio gran parte del poder en la zona republicana, hacen que las incautaciones y las colectivizaciones de tierras (entre ellas las vitivinícolas) y negocios (entre éstos los del ramo de la hostelería) sean muy numerosas. Esto implica, lógicamente, que existiera una preocupación económica para conseguir rentabilizar las explotaciones, y eso no resulta suficiente en absoluto, como hemos visto, con productos no alcohólicos derivados de la uva. La ya citada Federación Regional de Campesinos y Alimentación del Centro trataría de solucionar la crisis vitivinícola -previa a la guerra- mediante la mejora de la calidad de los caldos y el fomento de la producción de vinos generosos y licores, potenciando incluso la fábrica de anís establecida en Madrid y propiedad de la propia CNT, a pesar de las muchas dificultades (imposibilidad de adquirir calderas, carencia de anetol -esencia de anís-, etc.). También, a pesar de las dificultades de transporte, trata de hacer llegar a la capital grandes cantidades de vino para venderlas en las bodegas y tiendas colectivizadas, inactivas por carecer de tan preciado producto. De hecho, entre el 30 de octubre y el 26 de diciembre de 1937 sólo pueden llevarse a Madrid unos 250.000 litros, cantidad insignificante, habida cuenta de la demanda existente, y el problema se acentuaría durante todo el año 1938 [53]. Esto provoca algunos problemas de conciencia entre los afiliados: un articulista concienciado de la publicación ilerdense Acracia se indigna porque los comerciantes se han atrevido a trivializar los iconos revolucionarios para vender sus productos: “Anís El miliciano, Papel de fumar CNT,Precios antifascistas, Café 19 de julio, he aquí la nueva terminología del comercio… En un bar de los que llevan aval de control obrero, y se consume mucho coñac, leemos este cartel: compañero, este establecimiento te pertenece; engrandécelo” [54].

3. Y, finalmente, hemos de señalar un tercer aspecto esencial: la consideración social del alcohol es, en estos momentos, tremendamente positiva. Además de la propia situación de guerra, ya de por sí causante de procesos emocionales que pueden abocar al alcoholismo, hay un factor que refuerza su valor social: los mitos erróneos vinculados a la bebida y que, en cierto modo, todavía siguen vigentes en nuestros días. El alcohol es visto como un alimento básico, un reconstituyente, un euforizante, un analgésico, un buen remedio contra el frío o, simplemente, una sustancia que permite evadirse de tan despiadada realidad [22]. Un último caso puede servirnos de ejemplo y, quizás, de conclusión: frente al intento de intervención, ya al final de la guerra, de todas las flemas y alcoholes procedentes de residuos de vinificación por parte de la Subsecretaría de Armamento de la República para cubrir las necesidades bélicas, la Federación campesina anarquista responde que, si se aceptara, se habría de paralizar su producción de aguardientes y licores, y que “es cierto que no son considerados artículos de primera necesidad pero, en las actuales circunstancias y dado el esfuerzo que es preciso exigir a los trabajadores y combatientes, a veces no alimentados tan perfectamente como fuera de desear, casi deben alcanzar tal consideración” [55].

http://www.memorialibertaria.org/valladolid/IMG/pdf/ANARQUISMO_Y_LUCHA_ANTIALCOHOLICA_EN_LA_GUERRA_CIVIL_ESPANOLA.pdf

Autores:
Mariano Lázaro Arbués 1, Manuel Cortés Blanco 2
(1) Licenciado en Geografía e Historia. Profesor de Geografía e Historia.
IES Salvador Vilaseca. Reus (Tarragona).
(2) Doctor en Medicina. Servicio de Medicina Preventiva.
Hospital General de la Defensa, Zaragoza.

miércoles, diciembre 8

Colectivismo y anarco-comunismo

El colectivismo se convirtió en una corriente dominante del movimiento anarquista bajo la influencia del aristócrata revolucionario ruso Mijaíl Bakunin, discípulo de Proudhon, que abandonó la atención por los campesinos y artesanos, con miras a un futuro en el que el trabajo organizado hubiera expropiado el capital, y cada grupo de trabajadores administrara sus propios medios de producción. El colectivismo proponía la propiedad colectiva de la tierra, las materias primas y los instrumentos de trabajo, y la apropiación del producto integral del trabajo por los trabajadores, deducido el costo. La distribución de las ganancias se realizarían por decisión colectiva, pero se asumía que la retribución sería proporcional al trabajo realizado.


Los colectivistas se oponían al comunismo de Marx y sus seguidores, entendiendo que sólo podía imponerse mediante un estado autoritario, concepción que fue desafiada por la siguiente generación de anarquistas, especialmente Malatesta, Reclus y Kropotkin. El colectivismo pronto sería reemplazado por el anarquismo comunista (también conocido como anarcocomunismo o comunismo libertario), cuando los propios seguidores de Bakunin de la Primera Internacional criticasen la teoría del valor-trabajo y el mantenimiento de una retribución de tipo salarial. «A cada cual según sus necesidades»; el comunismo libertario defendía que el producto del trabajo de todos pertenece a todos por igual, y cada uno tiene derecho a tomar libremente su parte. Los anarcocomunistas no descartaron por completo el colectivismo, sin embargo, considerándolo una etapa intermedia que evolucionaría hacia el comunismo; el historiador e ideólogo Daniel Guerin señala en su obra El anarquismo que esta idea fue finalmente la que se llevó a la práctica durante la colectivización en España entre 1936 y 1939.


El anarquismo comunista promueve la asociación voluntaria sin Estado, sin diferencias de clase e igualitaria, a través de la propiedad comunitaria o socialización de los medios de producción, servicios y bienes de consumo. El anarcocomunismo enfatiza la experiencia colectiva como distinta e importante en la búsqueda de la libertad individual. Algunos de los teóricos anarcocomunistas más famosos fueron Piotr Kropotkin, Luigi Fabbri, Errico Malatesta, Sébastien Faure, Volin y Carlo Cafiero.


Partiendo del pensamiento de Proudhon y Bakunin, el príncipe Piotr Kropotkin fue uno de los más importantes teóricos del comunismo anarquista. Inspirado por teorías sociales evolucionistas, en vez de glorificar la competición, como la mayoría de los darwinistas sociales, Kropotkin entendía que la cooperación es la clave del éxito evolutivo, y que los seres humanos eran la especie de mayor éxito por su capacidad de cooperar efectivamente; de ese modo, Kropotkin creía que el último estadio evolutivo en las sociedades humanas era una vida social donde la competición no existiría y la gente cooperaría en igualdad de términos, libre y naturalmente. En su libro Palabras de un rebelde (1885), llamó a la abolición de la propiedad privada a través de la "expropiación del total de la riqueza social" por el pueblo mismo. En La conquista del pan (1888), planteaba que la ruptura con la propiedad privada conduciría a la anarquía; «La anarquía conduce al comunismo, y el comunismo a la anarquía, y una y otro no son más que la tendencia predominante en las sociedades modernas, la búsqueda de la igualdad.» Kropotkin argumentaba que no hay ninguna forma valida o hay poco margen para medir el valor de la contribución económica de una persona, debido a que «cada descubrimiento, cada progreso, cada aumento de la riqueza de la humanidad, tiene su origen en la conjunción del trabajo manual e intelectual del pasado y del presente. Entonces, ¿con qué derecho alguien se apropia de la menor parcela de ese inmenso todo y dice: Esto es sólo mío y no de todos?»; también abogaba por que la economía se coordinara a través de una red horizontal de asociaciones voluntarias, en la cual los bienes serían distribuidos de acuerdo a las necesidades del individuo, en vez de en función del trabajo. Los individuos y comunidades dispondrían del uso y control de cualquiera de los recursos que necesitasen, «dejando a cada uno la libertad de consumirlos como ellos lo deseen en sus propias casas».




lunes, diciembre 6

El Kibbutz

La dinámica de una comuna libre.

James Horrox.

Sabemos que las obras de Kropotkin, Proudhon, Gordon, Tolstoy y Landauer fueron ampliamente leídas y respetadas entre los pioneros de los kibbutz, y podemos estar seguros también que muchos de los personajes que influyeron en la dirección tomada por el movimiento abrazaron las ideas de estos pensadores y promovieron activamente la plasmación de su ideología en Palestina. La amplitud de las pruebas documentales dejan poco margen a la duda en cuanto al grado en que los planteamientos anarquistas circulaban entre la generación de los fundadores de los kibbutz. La cuestión de determinar si las influencias teóricas del anarquismo se plasmaron en el desarrollo práctico de las comunidades, necesita que examinemos la marcha cotidiana de los asentamientos, con el objetivo de establecer los puntos de convergencia entre el modelo de kibbutz y las distintas corrientes anarquistas que circulaban entre los pobladores judíos de Palestina.

Tierra de Fuego, Canarias 2010
50 págs

viernes, diciembre 3

Entrevista al ICEA

Lluís Rodríguez Algans es economista, militante de la CNT de Barcelona y
miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA).
Gracias al trabajo intenso y riguroso de sus miembros, esta entidad -creada
sólo hace un par de años- ya se ha convertido en uno de los puntos de
referencia de la economía crítica del Estado español.
Jordi Garcia
entrevista@setmanaridirecta.info
Tradicionalmente, el pensamiento anarquista se ha centrado poco en
la economía. ¿Cuáles son las principales contribuciones del
anarquismo al pensamiento económico?
Como dices, el anarquismo se ha centrado poco en economía y ha desarrollado
mucho mejor los aspectos filosóficos y sociológicos de crítica al poder y a la
autoridad, de cuestionamiento de la función del Estado, etc. Otras corrientes
de pensamiento como el marxismo, tradicionalmente, se han enfocado a
analizar el funcionamiento de la economía capitalista de forma muy solvente.
Todo esto, sin embargo, conviene matizarlo, ya que, dentro de la historia del
pensamiento, existe la tendencia de etiquetar las posiciones para reforzar las
corrientes de pensamiento, aunque este proceso no sea lineal ni tenga una
coherencia interna absoluta. Por poner un ejemplo, las aportaciones teóricas
de Paul Baran y las empíricas de autores radicales americanos más
contemporáneos en relación al trabajo productivo e improductivo -por lo tanto,
útil socialmente- rompen con la posición marxista clásica del tema. Estos
razonamientos se adscriben a la corriente (neo)marxista, pero teóricamente
conectan más con autores anarquistas, anarcosindicalistas o institucionalistas
anteriores como Cornélissen o Veblen. Dicho esto, sí que creo que el
anarquismo y el anarcosindicalismo han hecho aportaciones importantes al
debate de cómo organizar la economía y la sociedad de forma autogestionaria
y de la forma de llegar ella, con autores como Kropotkin, Pierre Besnard,
Christian Cornélissen, Rudolf Rocker, Isaac Puente, Abad de Santillan, Gaston
Leval, Abraham Guillén, y más recientemente, Michael Albert i Robin Hahnel.
-
"El anarquismo y el anarcosindicalismo han hecho aportaciones
importantes al debate de cómo organizar la economía y la sociedad de
forma autogestionaria"
-
En este sentido, el estudio de las colectivizaciones libertarias del 36
debe ser una fuente importante para reflexionar sobre cómo
autogestionar la economía ...
Las colectivizaciones demostraron que la gestión económica asamblearia del
trabajo es posible y viable a gran escala. También se comprobó que la libertad
de experimentación implica una riqueza de experiencias, como por ejemplo la
que tuvo lugar en la ciudad de Alcoi, con una gestión anarcosindicalista tanto
en el campo como en la industria; la experiencia importante de las
colectivizaciones industriales de cariz socialista libertario en Cataluña, o la
experiencia de las colectivizaciones agrarias de cariz comunista libertario en
Aragón. Como resultado, también se consiguió mejorar las condiciones de
trabajo y de vida en general, a pesar de la coyuntura de guerra. En definitiva,
se demostró que la autogestión generalizada es posible.
No todo debió ser idílico ...
Seguramente, habría hecho falta más tiempo para consolidar estas conquistas,
poder acceder a las materias primas necesarias y consolidar la demanda de
forma estable. Es importante ser conscientes de la magnitud de lo que se puso
en marcha: hacía falta reestructurar la actividad económica, transformar la
industria y dirigirla hacia las necesidades de la guerra, sustituir importaciones
y dirigir algunos sectores enfocados a la exportación hacia la demanda
interna. En esta línea, hubiera sido necesario tener tiempo para trabajar la
coordinación económica libertaria. La clase trabajadora anarcosindicalista
demostró que podía hacerlo, a pesar de las dificultades y las limitaciones que
se presentaron. La experiencia también dejó ejemplos de egoísmo de empresa
que se han reproducido en otras épocas, como la Yugoslavia comunista. Es
evidente que el bloque soviético nunca dejó atrás la sociedad de clases ni la
explotación económica y sustituyó la clase capitalista por la burocrática, por lo
tanto, a pesar de las insuficiencias, esta experiencia fue mucho más profunda.
A veces, da la sensación que el anarquismo detuvo su reloj en 1936.
¿Qué puntos de referencia más actuales nos ofrece?
Hay que decir que, durante la transición y, sobre todo, en Cataluña, el
anarquismo fue un movimiento social muy importante. Asimismo,
movimientos sociales más próximos en el tiempo han recogido la filosofía de
funcionamiento anarquista -aunque no se reconozcan explícitamente como
tales- e incluso han desarrollado alguno de sus objetivos, como puede ser el
movimiento okupa o el antimilitarista. Dicho esto, creo que las referencias
actuales son principalmente las organizaciones y entidades que conforman el
movimiento libertario. Hay que hablar, pues, de la centenaria CNT, la rama
laboral y económica del anarquismo, que todavía hoy desarrolla una lucha
importante para consolidar un modelo sindical diferente al del resto de
sindicatos, basado en el asamblearismo y la acción directa. La CNT, desde la
perspectiva de los sindicatos, representa el sindicalismo revolucionario. Por
otra parte, encontramos organizaciones de cariz específicamente anarquista
como puede ser la Federación Anarquista Ibérica (FAI), que actúa en un
ámbito social y cultural, o la Federación de Estudiantes Libertarios (FEL), que
lo hace en el contexto estudiantil. Hay que destacar, también, el renovado
movimiento de ateneos libertarios y centros de estudios, dentro del cual nos
incluimos el ICEA, como herramientas de proyección cultural, analítica y
propositiva.
En el mismo nombre de vuestra entidad, Instituto de Ciencias
Económicas y de la Autogestión (ICEA), asignáis a la economía la
categoría de ciencia. Pero ¿ la estrepitosa falta de predicción de la
crisis actual por parte de la inmensa mayoría de economistas e
investigadores no demuestra, precisamente, que, más que una ciencia
hay tantas economías como ideologías y que la economía dominante
no es otra cosa que una herramienta de legitimación de la gente más
rica?
De entrada, creo que la economía es una ciencia social, no una ciencia exacta
o matemática. Y aquí, seguramente, discrepo de la mayoría de economistas
académicos. Dicho esto, sí que creo que la economía dominante es una
herramienta de legitimación de los ricos a pesar de que, de ella, al menos en
algunas ramas más aplicadas o de empresa, se puedan extraer análisis útiles.
Esto no quita que, al menos desde el ICEA, utilicemos paradigmas de
economía política radical, es decir, de análisis del capitalismo yendo a la raíz. A
cualquiera que quiera transformar la sociedad, le interesa analizar el sistema
con las mejores herramientas posibles; sabemos que la economía burguesa no
las suministra, pero siempre se puede aprovechar alguna cosa. Con respecto a
la falta de predicción, lo es, en parte, por la forma dominante de analizar la
economía, no demasiado útil para analizar tendencias y puntos de inflexión, y
en parte, sencillamente porque se ha mirado hacia otro lado para no querer
decir en público lo que era evidente que pasaría.
-
"Los motivos por los cuales no hay una explosión de ocupación de
empresas como en otras épocas son variados, pero uno importante es
la debilidad del sindicalismo de clase"
-
¿Mantenéis contactos con otros sectores de la economía crítica?
Los miembros del ICEA que somos economistas nos hemos conocido y
continuamos participando en el movimiento de economía crítica en el Estado
español. Esperamos que esta colaboración se traduzca en actividades
conjuntas tal como se están impulsando y, sobre todo, poder aportar nuestro
punto de vista de la economía y la sociedad, así como de lo que creemos que
tiene que ser una economía y una sociedad diferentes.
¿Crees que una economía tan compleja como la actual se puede
planificar? ¿No sería más factible recurrir al mercado como
instrumento de coordinación espontánea entre la oferta y la demanda?
En mi opinión, la pregunta que nos tendríamos que hacer es como tendríamos
que estructurar una economía y una sociedad libertarias para que no exista la
posibilidad de volver atrás al capitalismo. A partir de ahí, creo que se tendría
que establecer un sistema de planificación social de manera que las
necesidades de consumo guiaran la producción y tratando de evitar
instituciones económicas que permitieran mantener o reproducir los esquemas
capitalistas. El mercado es anterior al capitalismo y puede ser útil para
procesos de intercambio o de redistribución de productos, una vez hecha una
primera asignación. Por otra parte, entiendo que los mecanismos de
competencia entre empresas suponen un pilar fundamental del capitalismo,
aunque habría que ver si pueden tener alguna utilidad en un contexto
autogestionario de alguna industria concreta. En casos históricos de socialismo
de mercado como Yugoslavia, los resultados en este sentido no fueron
demasiado satisfactorios, ya que se sostenía la estructura de clases y el
Estado, junto con un mercado de trabajo, desempleo, pobreza y
-consiguientemente- polarización de rentas.
¿Cuáles son las propuestas anarquistas ante la crisis económica
actual?
Si hablamos de una posición anarquista, sin duda, sería tratar de eliminar la
estructura social y económica actual para sustituirla por otra basada en la
satisfacción de las necesidades, la solidaridad y el apoyo mutuo y que, por lo
tanto, sea mucho más eficiente y justa. Ahora bien, si estamos de acuerdo que
esto no es posible a corto plazo, nosotros estamos trabajando para hacer
propuestas que puedan servir como programa y herramienta de actuación.
Evidentemente, cuando hacemos estas propuestas, pensamos en agentes
vinculados con el sindicalismo de clase y anarquista, así como en
organizaciones sociales y anarquistas. Creemos que, si no es posible eliminar
el capitalismo a corto plazo, al menos hay que hacer propuestas dirigidas a
conseguir la gestión de la economía y la sociedad por parte de la clase
trabajadora, como forma de ir cambiando la correlación de fuerzas. En esta
línea, podemos encuadrar medidas en términos de reformistas, progresivas y
transformadoras. Las medidas reformistas se plantearían con el objetivo de
dotar la clase trabajadora de un escudo social ante la crisis a la vez que
pretenden evidenciar la posición de clase del Estado al no aplicarlas. En este
tipo de propuestas, entrarían las políticas económicas de inversión pública,
una reforma fiscal que incrementara los impuestos a las empresas y a los
ricos, las políticas laborales pasivas de subsidios... Las medidas progresivas
tendrían el objetivo de reforzar el control sindical de clase y anarquista en las
relaciones económicas y laborales. Un ejemplo sería el control sindical de la
oferta laboral por parte de estas organizaciones. Por último, las medidas que
llamamos transformadoras buscarían la sustitución de la gestión privada por la
gestión obrera y social, tomando como ejemplo la recuperación y
cooperativización de empresas.
Hasta ahora, parece que se están dando pocos casos de recuperación
y cooperativización de empresas, si comparamos las cifras con las de
la crisis industrial de los 80 …
Efectivamente, hay un trabajo importante en esta línea. Hoy en día, no existe
la costumbre de afrontar procesos colectivos en el mundo laboral, no sólo
cooperativas, sino tampoco secciones sindicales. Cuando se plantea la
recuperación de empresas, hay que tener en cuenta la importancia de la
afiliación y la práctica sindical previas. Querer cooperativitzar una empresa en
funcionamiento sin una tradición de lucha sindical es un salto al vacío
demasiado grande y con muchas posibilidades de fracaso. Pienso que la praxis
sindical enseña a organizarse colectivamente, a establecer plataformas
reivindicativas y a abordar los problemas colectivos de forma que se impliquen
el máximo número de trabajadores posible. Además, normalmente, las
secciones sindicales analizan la información de la empresa y el sector
económico, junto con estudios de mercado, para -en caso de conflicto laboralestudiar
los competidores y clientes. Esta información y praxis sirve
eventualmente para apoderarse de los medios de producción y gestionar una
empresa cooperativitzada. Los motivos por los cuales no hay una explosión de
ocupación de empresas como en otras épocas son variados, pero uno
importante es la debilidad del sindicalismo de clase. Ahora bien, entiendo que
eso no invalida la necesidad de potenciar esta línea de actuación.
-
"Hay que dar apoyo a la huelga del 29 porque, si fracasa, no saldrán
perdiendo CCOO y UGT, ya bastante desacreditados, sino sobre todo
los trabajadores, que sufrirán unas medidas más duras de ajuste"
-
¿Qué tenemos que hacer el próximo miércoles, 29 de septiembre?
Desde el ICEA, creemos que hay que dar apoyo a cualquier movilización que
intente evitar que la crisis la pague la clase trabajadora. Personalmente,
pienso que hay que hacer huelga desde una perspectiva crítica con el
sindicalismo oficial. Si bien es cierto que la huelga es un lavado de cara para el
sindicalismo institucionalizado, hay que darle apoyo porque, si fracasa, no
saldrán perdiendo CCOO y UGT, ya bastante desacreditados, sino sobre todo
los trabajadores, que sufrirán unas medidas más duras de ajuste. Hace falta
decir, también, que hacer huelga no significa quedarse en casa, sino participar
en las movilizaciones y piquetes que se organicen. Yo participaré en los
piquetes que organice la CNT en Barcelona.
---
Al servicio de la autogestión
El ICEA es una entidad cultural que se constituyó en marzo de 2008 con el
objetivo de desarrollar actividades de docencia e investigación en economía
política, ciencias sociales y autogestión obrera y social. Se basa en los
principios anarquistas de asamblearismo, federalismo, solidaridad y apoyo
mutuo. Sus objetivos principales son tres: analizar el actual sistema
económico y social, el capitalismo; hacer propuestas de política económica,
laboral y social desde una perspectiva libertaria y enfocadas a ir implantando
estructuras autogestionarias, y por último, estudiar las formas económicas y
sociales con las que se puede sustituir el capitalismo en clave autogestionaria.
Aunque se trata de una entidad de creación reciente, desarrolla bastante
actividad: un grupo de estudio de introducción a la economía, conferencias
sobre temas como la crisis internacional y el subdesarrollo, las empresas
recuperadas en Argentina, el cambio climático, el cooperativismo y el
anarcosindicalismo, la reforma laboral y de pensiones, etc. Asimismo, elabora
informes de apoyo para luchas sindicales y se encarga de un consultorio
sociolaboral en el periódico Diagonal y de la sección de economía del periódico
Cnt. El pasado abril, colaboró en la organización de las jornadas tituladas
del centenario de la CNT en Barcelona. Entre sus proyectos de futuro, quiere
publicar la segunda edición del Cuadernos del ICEA nº1 sobre la crisis
económica, además de informes y documentos de trabajo relacionados con las
privatizaciones y las recuperaciones de empresas. El ICEA tiene la sede social
de Medinaceli, 6, entresuelo 1ª.

Más información:

Extraído de Alasbarricadas