Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

lunes, marzo 6

Carta de Alfredo Cospito desde la cárcel

 

Mi lucha contra el 41 bis es una lucha individual como anarquista, no hago ni recibo chantajes. No puedo vivir en un régimen inhumano como el 41 bis, donde no puedo leer libremente lo que quiero, libros, periódicos, publicaciones periódicas anarquistas, revistas de arte, ciencia, literatura o historia.

La única posibilidad que tengo de salir es negar mi anarquía y vender a alguien para que lo pongan en mi lugar.
 
Un régimen en el que no puedo tener ningún contacto humano, no puedo ver ni acariciar una hoja de césped, ni abrazar a un ser querido. Un régimen en el que las fotos de tus padres son confiscadas. Sepultado vivo en una tumba en un lugar de muerte. 
 
Continuaré mi lucha hasta el amargo final, no por el "chantaje", sino porque esto no es vida. 
 
Si el objetivo del Estado italiano es que me "desvincule" de las acciones de lxs anarquistas que están afuera, sepan que no caigo en chantajes como buen anarquista, creo que cada unx es responsable de sus actos, y como miembro de la corriente antiorganización nunca me he "asociado" con nadie y por lo tanto no puedo "desvincularme" de nadie, otra cosa es la afinidad.
 
Unx anarquista consecuente no se distancia de otrxs anarquistas por oportunismo o conveniencia. Siempre he reivindicado con orgullo mis propias acciones (incluso en los tribunales, que es por lo que me encuentro aquí) y nunca he criticado las de otrxs compañerxs, menos aún en una situación como en la que me encuentro.
 
El mayor insulto para unx anarquista es ser acusadx de dar o recibir órdenes.
Cuando estaba en el régimen de alta vigilancia sufría censura de todos modos, y nunca envié "pizzini" sino artículos para periódicos y revistas anarquistas. Y sobre todo era libre de recibir libros, revistas y escribir libros; y leer lo que quería, en resumen se me permitía evolucionar, vivir.

Hoy estoy dispuesto a morir para que el mundo sepa lo que realmente es el 41 bis, 750 personas lo sufren sin chistar, constantemente presentados como monstruos por los medios de comunicación.
 
Ahora me toca a mí, primero me presentaron como un terrorista sanguinario, luego me santificaron como el anarquista mártir que se sacrifica por otrxs, y ahora me muestran de nuevo como el líder de los terribles "espectros". Cuando todo acabe, no lo duden, me llevarán a los altares del martirio. Gracias, pero no, no voy a jugar sus sucios juegos políticos.
 
De hecho, el verdadero problema del Estado italiano es que no sabemos todos los derechos humanos que se violan en este régimen el 41 bis, en nombre de una 'seguridad' por la que sacrificamos todo. ¡Vaya! Deberías haberlo pensado antes de meter aquí a un anarquista, no sé las verdaderas motivaciones políticas que hay detrás. Por qué alguien me utilizaría como "albóndiga envenenada" en este régimen. Ya era bastante difícil no prever cuáles serían mis reacciones ante esta "no vida".
 
El Estado italiano es un digno representante de la hipocresía de un Occidente que continuamente da lecciones de "moralidad" al resto del mundo. El 41 bis ha dado lecciones represivas bien recibidas por estados 'democráticos' como Turquía (lxs compañexs kurdxs saben algo de esto) y Polonia.
 
Estoy convencido de que mi muerte acabará con este régimen y que las 750 personas que lo han sufrido durante décadas podrán vivir una vida que merezca la pena, hayan hecho lo que hayan hecho.
 
Amo la vida, soy un hombre feliz, no cambiaría mi vida por la de otra persona. Y precisamente porque la amo no puedo aceptar esta no-vida sin esperanza.


Gracias compañerxs,
Siempre por la anarquía
nunca arrodillado

Alfredo Cospito

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