Marina Isla de Valdecañas. Un proyecto de lujo ideado en un territorio legalmente protegido en Cáceres (España). Ciento ochenta casas unifamiliares, un hotel, un club náutico, un campo de golf y una playa artificial.
Una sentencia histórica da la razón a Ecologistas en Acción frente al PSOE. Todo lo construido —que es mucho— debe ser demolido y se debe restaurar a su estado anterior. El presidente de Extremadura, Fernández Vara (PSOE), no oculta su malestar y se atreve a decir que Extremadura está «sobreprotegida«. Como no le gustan las leyes, pensó que no tenía que respetarlas.
No se puede admitir que las leyes se incumplan y que los culpables no tengan ninguna condena. La sentencia deja muy claro que la Junta de Extremadura actuó contraria a Derecho. Sabían que era territorio protegido, sabían que era ilegal y continuaron su proyecto con la intención de que las leyes nunca se hicieran cumplir (se llama política socialista de hechos consumados). Y los culpables políticos no pagarán nada.
¿Quién pagará la demolición y la restauración? Debería ser asumida por la promotora en primer lugar y por las autoridades que concedieron los pertinentes permisos.
No es un caso único. Desgraciadamente, la sociedad tiene que trabajar para defender territorios valiosos. Y luego, hay que seguir trabajando para seguir defendiendo lo que ya está protegido. Es decir, hay que redefender el territorio.
Lo que está protegido legalmente, sigue desprotegido si no hay
controles suficientes. Es una vergüenza que esta tarea de control
descanse en ONG ecologistas. A la vez, demuestra la importancia de asociarse a estas organizaciones.
Algunos vecinos y la propia alcaldesa de El Gordo (del PP) siguen prefiriendo la ilegalidad —y el cemento— a la naturaleza, con la mala excusa de un puñado de empleos. No es razonable destrozar más ecosistemas naturales para conseguir riqueza y comodidad para una minoría (un puñado de ricos que bien podrían tener su segunda residencia en los pueblos de la zona, si tanto les gusta la región y tantas casas vacías hay).
RECORDEMOS: el medioambiente genera salud para todos. Pensar hoy que destruyendo la naturaleza se avanza es contrario a la lógica y a la realidad de un planeta en grave crisis ambiental. Algunos se agarran al destrozo ambiental como herramienta contra la despoblación de las zonas rurales. Lo primero que hay que plantearse es si esa despoblación es realmente tan mala como la pintan. Tras eso, es bueno saber que desproteger la naturaleza no asienta población. Hay que mirar otros factores: dotar servicios adecuados (sanidad, colegios, Internet…), ayudas al emprendimiento, facilitar el teletrabajo, etc.
Los dos grandes partidos de España, PP y PSOE, son incapaces de ponerse de acuerdo para leyes tan importantes como la de educación o la de empleo. Sin embargo, en destruir el medioambiente coinciden plenamente, incluso negando lo que dicen informes científicos del CSIC (contra el complejo Marina Isla de Valdecañas, por ejemplo). y atención: economistas y científicos de todo el planeta piden que, como mínimo, se proteja un tercio de la superficie del planeta para evitar el colapso de la naturaleza.
Las leyes de protección ambiental son lo poco que tiene la naturaleza para protegerse de los humanos. Pensamos que es bueno proteger territorios para conservarlos. Ahora bien, la experiencia demuestra que ni siquiera están protegidos, porque las leyes se incumplen: pasa en el Mar Menor, en el hotel ilegal El Algarrobico, en Daimiel, y también en el caso de Doñana y el esperpento del PP andaluz de querer legalizar los regadíos ilegales… Y sigue pasando en tantos otros sitios de España.
Cuidémonos de la clase política que habla de libertad, porque suelen hablar de su libertad y de sus intereses.
Extraído de https://blogsostenible.wordpress.com
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