Ellos dirán
que somos unos comunistas trasnochados
que se nos pasa el arroz con el tema de la anarquía
que por no saber,
no sabemos ni besarnos
pero cuando cae la noche
todos los dictadores,
los que dicen precisar beberse la sangre de otros
para poder seguir creando panteones y fábricas de silencio…
cuando cae la noche
se cobijan en las tabernas
donde todo el alcohol es poco
y la muerte tiene esa dulzura
que no parece ir con ellos
pero sin embargo se los lleva por delante
porque en realidad
no pueden, aunque quisieran,
escapar de sí mismos
Dirán también que la propiedad privada
es algo tan natural como apretar el gatillo
pero siempre estando al otro lado del revolver
y se apropiarán, claro, hasta del aire,
la vida,
la realidad,
la voluntad
y hasta del último barril de petróleo
Pero cuando alguien intente socavar la posición de sus hijos
por méritos propios, por calidad, por decreto oficial
se inventarán mil maneras de echar a los indios de su tierra
Y al pasar de los lustros
cuando ya todo lo consumido no sea más que historia
dirán que ellos ya estaban allí
antes de las tumbas
y de nuevo sembrarán
sembrarán esa muerte de la que tratan de huir
pero que les sigue tan de cerca
Dirán que tienen el derecho de sentir asco hacia nosotros
y que al mismo tiempo,
nosotros estamos condenados a amarles por encima de todo
dios padre todopoderoso
creador de las tumbas y la miseria
Dirán también, como bien sabéis,
que nuestras palabras no sirven
y han de ser suprimidas, pues
¿Cómo osáis si quiera pensar que
los hombres puedan tener una conciencia libre
a base de usar la palabra?
Y quemarán nuestras palabras
de forma pública
en las plazas y los estrados
Reducirán a escombros los escombros
porque en eso, en eso
son auténticos especialistas
Pero al caer la noche
escribirán hermosas cartas de amor
dándolo todo,
escanciando sus almas corruptas
en el aljibe de la buena voluntad
que de un solo trago,
apenas un sorbo,
se pudrirá toda una ciudad
y los cuerpos de los vivos
se harán de enfermedad y desamparo
Ellos dirán que la luz, si debiera de haberla
será la suya
Y que nosotros, los utópicos, los relegados,
los hijos de la hambruna,
herederos de los cuatro jinetes,
los que ansiamos con codicia
el bienestar de todos los seres vivos
aún a costa de nuestros privilegios,
si queremos, si nos atrevemos,
como mucho tendremos que bailar
en la semi-oscuridad que a ellos les venga en gana
y claro, habrá que pagar.
Porque todos sabemos que la luz no es gratuita,
que tiene un dueño
Como el mar
Como el aire
Como la tierra
Como la muerte,
esa de la que ellos quieren huir
constantemente
constantemente
Ellos dirán…tantas cosas
Tanta muerte
Tanto estropicio en nombre de la verdad
que el sentido común se fumará en un cigarro de liar
y la ceniza, la ceniza rodará de olvido
Ellos, ellos
que nunca quisieron el nosotros
Y nosotros, nosotros
que nunca les odiamos lo suficiente
Ojalá, nunca jamás,
nunca,
como nosotros
puedan escapar de esa muerte.
*
Magnate
Qué poco le falta
a la palabra magnate
para decir la verdad.
Cristian Esteban Martín
"Qué poco le falta
ResponderEliminara la palabra magnate
para decir la verdad."
De hecho, no le falta nada, es el superlativo de mangante.