Si existiera un ladrillo
que carcomiera el muro
como una termita de normas
y convencionalismos,
podríamos acoplarnos a la hilera.
Pero sólo
acrecentamos
su estructura.
Así que debemos continuar
celebrando las ausencias,
construyendo vacíos,
tejiendo deserciones
hasta que quiebre su equilibrio.
Es en esos huecos
donde brota la utopía.
Alberto García-Teresa publicado en Palabras de barricada.
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