La crisis permanente no es un hecho económico, sino una técnica política del gobierno; deliberadamente provocar el caos para que el orden sea más conveniente que la revolución
(Cartel hecho por unos jóvenes anti-industriales de Alès, Francia)
Dos siglos de desarrollo industrial han conseguido contaminarlo todo: la
tierra, el agua, el aire… nada ha podido quedar a salvo. Nadie puede
ignorar en qué basurero mundial nos obligan a vivir: fugas radiactivas
en Tricastin [1], PCB (policlorobifenilos) en el Ródano, leche con
dioxina en Bretaña y otros lugares… ¿“accidentes” industriales?
Los Estados, los industriales, los expertos y
contra-expertos, todos se ven forzados a confesar que el planeta está
al borde del agotamiento. En nombre de la sumisión sostenible, celebran
grandes misas ecologistas en colaboración con las ONG. Los llamados a la
unión sagrada como si fuera un Grenelle [2] del medio ambiente no
servirán más que para canalizar las inquietudes y neutralizar las
posibilidades de rechazar este mortífero mundo.
¡“Ciudadano”! Se te ordena ser
“eco-responsable”, montar en bicicleta y seleccionar tu basura en bolsas
a fin de salvar el planeta.
Los hijos son los primeros objetivos de
tales mandatos conminatorios y prescriptivos, de forma que trasmitan la
lección a sus padres y les exijan respetar las consignas. Este pequeño
policía “bio” en calzón corto se hará grande cuando crezca, con tal de
que Montsanto TM le dé aliento.
Las “medidas para salvar el planeta” no
cuestionan nada en esencial: de las eólicas a los últimos artefactos
tecnológicos y “alternativos”, de las píldoras verdes a las tasas
fiscales, de la trazabilidad del ganado a la multiplicación de las
obsesiones higienistas y sanitarias, del desarrollo de los
biocarburantes al impulso de una industria “ecológica”, de las bombillas
de bajo consumo a los llamamientos obsesivos al racionamiento y la
frugalidad… Todo esto está siendo utilizado para que se acepten como
imperativos absolutos los esfuerzos y sacrificios indispensables para la
supervivencia de este mundo tal como es. Del mundo de la producción
furiosa donde todo y todos no son sino mercancías. Del mundo donde
siempre serán los mismos los que estén arriba, y también los mismos, los
de abajo. Del mundo cada vez más controlado en el que cualquier medida
estatal no será otra cosa que una coerción suplementaria, y ¡cuidado con
la porra con la que corrigen a los “desobedientes”!
Neguémonos a seguir las normas de los
gestores y beneficiarios del desastre anunciado; no consintamos que nos
enrolen en sus planes, rechacemos el racionamiento voluntario, la
domesticación equitativa y el ecologismo cuartelero.
NO HAY LIBERTAD ENTRE LOS ESCOMBROS
INDUSTRIALES. COMER UN YOGUR BIOLÓGICO EN UN VERTEDERO MUNDIALIZADO NO
ES LIBERTAD, LA LIBERTAD COMIENZA SABOTEANDO ESTE MUNDO QUE NOS DESTRUYE
Notas
1. Central nuclear cercana a Montelimar y Avignon.
2. Los acuerdos de Grenelle entre los sindicatos comunistas y el gobierno pusieron fin a la revuelta del 68.
2. Los acuerdos de Grenelle entre los sindicatos comunistas y el gobierno pusieron fin a la revuelta del 68.
Extraído de https://argelaga.wordpress.com
Completamente de acuerdo.
ResponderEliminarLa Encyclopédie des Nuisances fundó su causa en la denuncia de esa operación de maquillaje como coartada ecológica de la dominación:
“El ecologismo es el principal agente de la censura de la crítica social latente en la lucha contra los fenómenos nocivos, es decir, esa ilusión según la cual se podrían condenar los resultados del trabajo alienado sin atacar el propio trabajo y a la sociedad fundada en su explotación. Ahora que todos los hombres de Estado se vuelven ecologistas, los ecologistas no dudan en declararse partidarios del Estado... Los ecologistas son en el terreno de la lucha contra los fenómenos nocivos, lo que son en el terreno de las luchas obreras los sindicalistas: meros intermediarios interesados en la conservación de las contradicciones cuya regulación ellos mismos aseguran... meros defensores de lo cuantitativo cuando el cálculo económico se extiende a nuevos dominios (el aire, el agua, los embriones humanos, la sociabilidad sintética, etc.); en definitiva, son los nuevos comisionistas de la sumisión a la economía, el precio de la cual ha de integrar ahora el costo de “un entorno de cualidad”. Miquel Amorós
"De modo que, todas y todos vosotros, pobres hambrientos del mundo, niños y niñas de vientres henchidos que parpadeáis moscas, que envenenáis vuestros tiernos pulmones 12 horas diarias en las minas por unos míseros centavos, o inhalando el mortal heptano del calzado que ensambláis para esa empresa tan divertida y modélica, que rebuscáis hasta la extenuación entre las inmundicias de los descomunales vertederos que el mundo opulento tan generosamente os lega, expuestos a toda clase de enfermedades y carencias por un mendrugo de pan, que ingenuos y confiados sacrificasteis vuestra vida por un futuro que estaba de antemano incluido en el expolio: todos vosotros y vosotras, digo, podéis estar tranquilos, los propietarios del mundo vigilan el nivel de los mares y el boquetazo de ozono, velan por el medio ambiente, por la naturaleza y por el sano verdor de vuestro futuro. Caperucita Verde puede deambular tranquila y segura por el bosque." Loam
ResponderEliminarhttp://arrezafe.blogspot.com.es/2013/07/caperucita-verde-el-medio-ambiente-y-el.html