Me declaro incondicionalmente insurrecta
de la tiranía del esquema
de la tiranía del patrón
de la desidia de la inercia
de las burbujas de egoísmo
-en los días oscuros sálvese quien pueda-
Me declaro insurrecta
de ser cosa
de ser medio
de ser escalón
translúcida
semitransparente
fondo de página
marca de agua
atrezzo
telón de fondo
fondo de cajón
encajonada
(siempre para ser apenas)
Me declaro insurrecta del venir siempre bien
de mi propia utilidad
del llegar siempre estupendamente a todo
de estar siempre pendiente de todo
de no ser habitualmente
más que la sombra conveniente
convenientemente en sombra
que cobija a base de adelgazar
la presencia propia
apropiadamente en silencio
Me declaro
oficial e incondicionalmente insurrecta
de dejar de ser yo.
***
He visto mil veces llegar a Alberti
pero nunca vi a María Teresa León llegar
Alberti, entre flores, bajando la escalinata
y una mujer
diez pasos más atrás
sin derecho siquiera al eco de los aplausos
barriendo el suelo de pétalos
- más atrás, diez pasos -
pensando en ir haciendo la cena
y en las lavadoras de todo un exilio por poner
-diez pasos más atrás,
una mujer-
He oído mil veces hablar a Alberti
pero nunca oí a María Teresa León hablar
Nadie supo enseñarme
la voz detrás de sus palabras
ni pude aprender en ningún colegio cuál era su verdad
María Teresa, viniste del mismo exilio,
pero de ese otro
-el de la mujer detrás siempre,
el del genio siempre es él-
de ese otro nunca volviste
y a nadie parece haberle importado nunca.
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