No votar, por supuesto. Pero las cosas han llegado a tal extremo, el Desarrollo se ha desarrollado tanto, que ese NO
 de "no votar" se ha quedado demasiado corto; que con la abstención no 
basta (y hasta puede tranquilizarle baratamente la conciencia, y que 
crea V. que con abstenerse ya está haciendo "algo positivo", o sea, en 
definitiva, votando a su manera), y que hace falta inventar maneras más 
eficaces de decirle NO a esta periódica farsa y estafa milmillonaria con que el Poder aburre y entretiene juntamente a su Masa de Personas.
La
 abstención, mire usted, no puede ser un método suficiente, porque nunca
 puede llegar a ser tanta (digamos: menos de un 15% de votantes entre 
los censados, menos de un 5% de la población) que los dejara a Ellos, 
como se dice, en bragas, y denunciara por sí misma el engaño y que la 
gente se ha dado cuenta de que las Elecciones y Votaciones pertenecen 
íntegramente al Aparato del Poder y que a la gente no le sirven para 
nada (para nada más que para dejarse convertir en Masa de Personas).
Y
 a lo mejor se hace usted ilusiones al respecto, y sueña con esas tasas 
de abstención del 80 y tantos % o del 90. Pero no se las haga usted: ese
 camino está cerrado. Cierto que nos cuentan que en Estados Unidos, 
donde no en vano llevan padeciendo el Régimen más tiempo, se han 
alcanzado en ocasiones tasas halagüeñas, como del 30 y pocos % de 
votantes; pero eso lo más que puede mostrarle es la potencia del engaño,
 y cómo el Estado (o sea, el Capital) puede llegar a arreglárselas con 
margen tan escaso para seguir como si nada, haciendo creer que Él 
representa al pueblo y que en las votaciones se expresa la voluntad del 
pueblo.
Pues no: a pesar del inestimable apoyo de
 los sencillamente perezosos (que es también una legítima manifestación 
del hastío y del escepticismo popular, y sin ellos poco íbamos a hacer 
los abstencionistas a conciencia), con todo, la abstención no puede 
llegar a ser tanta, por la propia ley de las Mayorías: así como, dentro 
de la votación, la Mayoría vota siempre lo que está mandado (y en esa 
seguridad se funda el Régimen Democrático), así también, antes de la 
votación, aquellas personas de la Masa que tengan que decidir si votar o
 si no votar, acabarán siempre, en su mayoría, yendo a votar, como está 
mandado y como es natural y conforme a las conciencias respectivas. Así 
que...
No: no puede V. quedarse tan 
tranquilo con no votar en estas Elecciones, con no participar 
positivamente con su voto en este tejemaneje y en el sempiterno recuento
 de la Mayoría, no: la institución de las Elecciones y del Voto es 
demasiado importante y fundamental para el Dominio como para que nos 
podamos contentar con eso.
Hace falta encontrar maneras más ingeniosas y eficaces de decir NO a la Votación en bloque, NO
 al Sistema Democrático entero y en su pleno desarrollo, de hacer ver 
cómo la gente se vuelve de espaldas a esa fúnebre fiesta y se dedica en 
tanto (como si no retumbaran los bombos ni relampaguearan los 
mascarones) a seguir con sus inventos y tareas por acá abajo.
Y a buscar con nosotros esos métodos de decir NO es a lo que esta Agencia, modesta en sus contingentes, pero no en sus ambiciones, le está invitando por el presente anuncio.
Ya
 se irán encontrando. El camino se hace; precisamente por eso "no hay 
camino". Imagine lo que sentimos de los líderes y Sindicatos que 
proclaman por las paredes "Sin empleo no hay Futuro", haciéndoles el 
caldo gordo a los Productores de la Nada y Creadores de Puestos de 
Trabajo.
Pero el pueblo no tiene Futuro. Porque 
es que, a diferencia de Usted y de un servidor, el pueblo nunca muere. 
Por eso no tiene Futuro. Por eso tiene que irlo haciendo.
                                                            Agustín García Calvo 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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