Primero hay que aclarar a qué nos
referimos con “ciudadanismo”, ya que desde hace una década la teoría
revolucionaria y la crítica en general versa sobre esta actualidad.
Entendemos como ciudadanismo una ideología configurada esencialmente en estos tiempos democratizados, donde dominan los Estados nacionales capitalistas, de economías liberales, gobernados por partidos tanto de izquierdas como de derechas que tienden a mimetizarse, con una fractura en lo social, donde lo político es asunto exclusivo de la minoría dirigente y donde los demás están subsumidos en un orden civil imperfecto, pero siempre mejorable.
El ciudadanismo hay que entenderlo desde lo político; enmarcado en una discusión de la gobernanza por un lado y lo civil por el otro; siempre dentro de un Estado democrático con instituciones y constitución bien establecidas. Donde la ciudadanía toma su papel como una parte pasiva de la sociedad, donde los dirigentes aprueban, aplican y hacen respetar las leyes, con un aparato de violencia legítima, para defender la integridad de los individuos, sus derechos humanos, la propiedad privada, etc.
En este sentido el ciudadanismo es una respuesta a la crisis del capitalismo democrático y liberal, no para combatirlo realmente, sino para suavizarlo y mejorarlo. Es la respuesta a la catástrofe climática, la problemática de los energéticos, la “escases” de alimentos, la debacle financiera, la crisis económica y todas sus consecuencias.
Esta respuesta es hecha ya no por elementos “politizados” de la sociedad, sino por aquellos que así mismos se presentan como “apolíticos”, como simples ciudadanos, sin más ni más, que no tienen preferencias de “izquierdas ni derechas”.
La ideología ciudadanista es manufactura de unas capas sociales preocupadas por su porvenir en un sistema que al parecer no les otorga mucha seguridad, (con sus altibajos económicos y fracturas en la gobernabilidad de la sociedad), esas capas sociales se encuentran al intermedio entre la burguesía y el proletariado, por lo tanto, nos referimos a lo que los sociólogos gustan llamar como clase media y lo que la teoría crítica revolucionaria designa como pequeño burguesía junto a la “aristocracia del proletariado”.
Este sector de la sociedad, se da cuenta que en la actualidad y no obstante del Estado democrático, las dificultades de su progreso económico son evidentes, que de un momento a otro podrían perder la poca propiedad que han logrado acumular, que sus pequeños negocios quiebran de un día a otro, que no tienen la certeza de que en sus empleos seguirán recibiendo las jugosas bonificaciones a las que están acostumbrados, etc. Se dan cuenta que el sistema político de sus respectivos países no está resolviendo determinadamente los problemas inmediatos, como la pobreza, la delincuencia, la violencia, la procuración de justicia y otras. Al igual, son conscientes que en la economía liberal están destinados a una sangrienta competencia con las corporaciones capitalistas que siempre serán las grandes vencedoras.
Por esto las demandas ciudadanistas versan sobre la intervención en las políticas gubernamentales, la defensa de una “democracia real”, la crítica y desaprobación de malos funcionarios e instituciones, que el ciudadano común tome su parte activa que le corresponde en la gestión de la gobernanza, la eticidad y moralidad del ser ciudadano y todo lo que ello conlleva, etc.
Sobre la ideología ciudadanista
Tras el fracaso de las revoluciones socialistas, el ascenso de la dictadura del capital democratizado y el declive de los beneficios que proveyó a la pequeño-burguesía del siglo pasado el crecimiento económico del capitalismo de bienestar, se ha instaurado en la sociedad una falta de perspectiva sobre el futuro de muchas capas de la sociedad, especialmente de las capas bajas de proletarios que viven al día sin ninguna seguridad sobre su futuro; pero no sólo estos sectores recienten el impacto de las crisis y reestructuraciones de la economía, otra fracción de la sociedad, o sea, la pequeñoburguesía, ven afectados sus intereses al ser sometidos a la inclemencia de las políticas sociales y económicas, viendo minadas sus ilusiones de crecimiento y prosperidad en el actual estado de cosas.
Desde principios de esta década hemos atestiguado como en diversas partes o por diferentes motivos una legión de individuos desesperados, ya sea por la violencia, la falta de oportunidades, las malas administraciones políticas, la polución y otras causas, se manifiestan y convocan a su adhesión a la población en general, como ellos dicen, al pueblo, al conjunto de los ciudadanos.
Sus características son que, quienes lideran esos movimientos son gente que nunca la habíamos visto aglutinada salir a las calles, o sea, profesionistas, pequeños comerciantes, demócratas sin partido, pequeños cuadros de la burocracia, obreros cualificados.
Además de hacer una serie de peticiones, con su particularidad en la gramática de su discurso descafeinado y pacifista por excelencia: “mejoramiento de la democracia”, “que el gobierno haga bien su trabajo”, “que el sistema capitalista sea más flexible”, “que se reparta mejor la riqueza” y un sinfín de reivindicaciones, con la peculiaridad de retomar un análisis en el marco del derecho civil en detrimento de cualquier análisis de clase.
De todo esto podemos caracterizarles de esta forma:
En lo político: se muestran preocupados por el sistema democrático, dicen que la democracia no funciona como es debido, por eso es deber del ciudadano reclamar que se tomen las medidas necesarias, como cambiar leyes para que el sistema democrático sea más incluyente, donde los funcionarios e instituciones sean castigados por su mal desempeño, al igual que si es necesario, no se vote en elecciones como muestra de la inconformidad ante el panorama negativo que propagan los políticos que les gobiernan.
En lo económico: para ellos el sistema capitalista es la única forma de pensar la realidad, pero estiman que las corporaciones, los monopolios y la falta de intervención del Estado en la economía, ocasionan desbarajustes tales como las crisis, en ese sentido también buscan una economía más “benigna”, que se reparta mejor la riqueza, que se combata la pobreza, entre otras medidas.
En lo social: ante el panorama de violencia y descomposición de las relaciones en el marco de la sociedad burguesa, apelan por una conciencia ética y moral del “ciudadano bueno” (en oposición al “ciudadano malo”), exigen, así mismo, a las autoridades, que resuelva problemas como la inseguridad, el tráfico de drogas, la pésima educación en las escuelas, como también que el ciudadano común tome las riendas de su vida privada para posibilitar “un mejor futuro”.
La peste ciudadanista
Últimamente en noticieros y otros mass media hemos visto manifestaciones ciudadanistas, cada vez más frecuentes, comerciales de ligas empresariales por hacer de México un mejor país, coaliciones de empresas mediáticas en reallity sohws donde se premia al mexicano más “emprendedor” y al más “comprometido”, y más basura de ese tipo. También nos ha llegado desde España los Indignados de ¡Democracia Real Ya!, ATTAC y otras; pululan ONG´s de grandes corporaciones y otras financiadas por las mismas, que ayudan a los pobres, a los indígenas, los impedidos, las tortuguitas, al lobo mexicano, etc., etc. Asociaciones Civiles por distintas causas también, como los derechos humanos, las madres solteras, los homosexuales. .. y organizaciones de izquierda y derecha que les siguen la línea a todos los chistes mediáticos, ONG´s y AC´s que se encuentran en el camino.
La plaga del ciudadanismo viene invadiendo desde las protestas de la década pasada contra la globalización, las cumbres alternativas y otras festividades por el estilo, donde siempre imperó las posturas de la socialdemocracia, los demócratas sin partido y los alternativos hippies de toda calaña, donde siempre se intento dividir la protesta, entre los “ciudadanos buenos” por un lado y los “vándalos” que no tienen ni voz ni voto dentro de la protesta pacífica o apaciguada.
Otro ejemplo es la exposición masiva de los ideólogos ciudadanistas por excelencia, que venden a gusto sus best sellers, como los ciudanistas de izquierda Noami Klein, Antonio Negri, Noam Chomsky y otros tantos, al igual, los ciudadanistas de derecha toman posición contra sus congéneres descarriados (dígase Indignados), como lo hizo recientemente Fernando Savater, exponente más recalcitrante del ciudadanismo de derecha (otrora soñador y filósofo de la anarquía).
Lo anterior sólo representa una breve semblanza del ciudadanismo como ideología inmovilizadora de la burguesía, que se expande como el cólera en el terreno de la oferta política del momento, un terreno donde el Capital no deja de tropezar con una cruda realidad que parece no tener solución.
EL OPUS DEI MATA DE LA MANERA MÁS COBARDE EN "EL PRIMER MUNDO"
ResponderEliminar¿Quién está detrás , para que sirve y a quien sirve el sistema sanitario?
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Yo tenía unos 14 años y una preocupación que comenté con algunas amigas de mi edad. Mi padre , enfermo crónico desde una hepatitis en su juventud, estaba en coma ingresado en la uvi con un pronóstico desfavorable , podía morir en las próximas horas. Una de mis amigas me dijo que sabía que en los hospitales había una gente que rezaba por los enfermos y que "funcionaba" de verdad, que tenía que intentarlo, me habló de un familiar suyo que estaba desahuciado y estas personas le habían salvado la vida con sus rezos y la energía que le habían transmitido . Ella lo creía verdaderamente pero a mi me costaba... Insistió tanto que , casi obligada, llamé a un número que ella me proporcionó, no me costaba nada hacerlo y mi padre era católico creyente.... Un hombre me preguntó el nombre del paciente , la planta y el número de cama y me prometió que rezarian por él , que elevarian mi petición a dios, que le transmitirían mucha energía que ayudaría en su sanación pero que tenía que tener fe y confiar en cristo , etc. Aguanté un largo sermón ...
Al día siguiente mi padre salió del coma tan fresco como sí nada.
Yo me quedé muy sorprendida y durante mucho tiempo con una mosca enorme detrás de la oreja....
Mi padre siguió "enfermo" y murió pocos años después a los 59 años de edad .
Todo esto sucedió en la ciudad de Zamora a finales de los años 70.
Nunca conseguí creer en dioses ni en milagros pero desde ese día empecé a creer muy en serio en los hijosdelagranputa.
Más tarde he comprobado que todo lo que él tomaba por prescripción facultativa era tóxico y actualmente está prohibido y, gracias a este episodio de mi adolescencia , tengo la terrible certeza de que fué asesinado con premeditación y ensañamiento.
ZAMORA (ESPAÑA)