Vivís de la miseria
de los que nada tienen,
del desamparo de los oprimidos,
del silencio de los cobardes,
de las largas heridas
de los falsos motivos.
Suplantáis la queja de los que sufren,
laméis las sobras de los que mandan,
aparentáis el paso de los perdidos,
el dolor de los nuestros,
el dolor de los muertos,
el dolor de nuestros muertos
a través de los años
y a través de los siglos.
Vosotros, los de siempre,
los de los labios de acero,
los de las palabras huecas,
los de la peste en el alma,
los del sitio de la traición.
En este tiempo de mentira,
vivís de la derrota
administrando la carroña.
Nunca me fié de vosotros.
Nunca creí en vuestras palabras
porque nunca fuisteis de los vencidos.
Son los hipócritas representantes y portavoces de la opresión.
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