domingo, enero 10
Estudio del Estado (VIII)
Se nos comunica por algunos que "podemos vivir sin capitalismo", lo que es muy cierto, concretándose ello en una existencia social "sin bancos", "sin empresas multinacionales", "sin dinero", lo que sitúa tal formulación en el conocido ámbito del apoliticismo economicista, con una pequeña salvedad, la demanda de "vivir sin clase política", que es una parte del aparato estatal, sí, pero no la fundamental. Respecto a lo sustantivo de dicho aparato se guarda silencio, nada se dice sobre si podemos vivir sin ejército, sin policía, sin ministerios, sin cuerpos de altos funcionarios, sin aparato judicial, sin sistema carcelario, sin adoctrinadores funcionarios (profesores y catedráticos), sin trabajadores sociales, sin Estado de bienestar-felicidad, sin bancos y organismos económicos estatales que regulan, y dirigen en última instancia, el mercado.
En suma, se declara inútil y pernicioso al capitalismo, pero se guarda silencio sobre el Estado y, como es sabido, quien calla otorga, en este caso legitimando el artefacto estatal.
Pero el sinsentido de tal formulación se pone en evidencia en cuanto se examina la realidad del orden político-jurídico vigente, que es la expresión fundamental del sistema económico actual y, sobre todo, una realidad por sí y para sí. Al tomar la constitución española de 1978, que es el código supremo del actual orden, la ley de leyes que ordena el conjunto de nuestras vidas, prohibiendo, imponiendo y adoctrinando, encontramos que su art. 33 "reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia", y el 38 ampara "la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado". Por tanto, las propuestas y consignas arriba citadas chocan con la constitución y no pueden realizarse bajo su imperio.
Artículo completo en: http://www.cnt-ait.tv/d/1018-3/cnt_362_web_opti.pdf (PÁGINA 22)
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