miércoles, agosto 26
Voltairine De Cleyre: la perla negra
Voltairine De Cleyre (1866-1912) fué una anarquista y feminista estadounidense y una teórica activa durante la época de la revuelta de Haymarket . Ella es la persona que, en respuesta de la oferta del Senador Joseph R. Hawley de dar mil dólares a quien le pusiera a tiro a un anarquista, dijo:
"Usted puede, con sólo pagar el pasaje en carroza hasta mi casa, dispararme sin que le cueste nada. Pero si el pago de los 1000 dólares es una parte necesaria de su propuesta, entonces cuando yo le haya dado el balazo a usted, le daré el dinero a la propagandización de la idea de una sociedad libre en la cual no hayan ni asesinos ni presidentes, ni pordioseros ni senadores."
Voltairine de Cleyre fue una de las escritoras anarquistas más prolíficas de su tiempo. Educada en un convento católico, por insistencia de su padre se hizo monja y vivió durante 4 años en el convento.
El tiempo que pasó encerrada en aquel convento desarrolló en ella el convencimiento de que las religiones se fundamentaban en la represión. Mientras estaba allí escribió: "he visto a los intelectos más brillantes, intelectos que podrian haberse convertido en relucientes estrellas de las galaxias del ingenio, sometidas bajo el peso de las cadenas, constantemente ninguneadas y menospreciadas, dejadas perder...". A los 19 años dejó el convento convertida en una atea convencida.
Dos experiencias marcaron durante su juventud su personalidad: un discurso del abogado Clarence Darrow sobre el socialismo, que supuso su primer encuentro ante la problemática obrera y la ejecución de los anarquistas de Chicago, acusados del bombardeo de Haymarket en 1886. Como para muchas personas de su generación, la injusticia de Haymarket supuso la consolidación de su anarquismo.
Poseyó mayor talento literario que cualquier otro anarquista norteamericano. Nettlau, máximo historiador del movimiento anarquista la describió como “la perla de la anarquia”. La naturaleza entera de Voltairine era la de una asceta. Emma Goldman escribió "su acercamiento a la vida y a los ideales era la de los santos del viejo testamento que castigaban sus cuerpos y torturaban su alma por la gloria de dios". Pero ella no tenía nada de regiliosa.
Con el pasar de los años, evolucionó del anarquismo no violento, que defendía la acción directa, cercano al sindicalismo revolucionario de la International Workers of the World, a la defensa de la violencia cuando “en determinados momentos historicos, los actos de violencia eran el único medio de oposición a la explotación y a la tirania".
De Cleyre confiaba en la clase obrera americana. Como recorda Georgakas “ella siempre se esforzó por dirigirse a la clase obrera y criticó a los anarquistas que, como Emma Goldman, se dirigían a los intelectuales y a las clases burguesas". En 1910, en New York, durante un mítin, ella hizo mala caea ante los “respetables pasillos” llenos de “gente respetable”. “Me resulta absolutamente horrible“ -escribia ella- “encontrar que el anarquismo se ha convertido en un capricho para los intelectuales”. En la revista de Mother Earth de Goldman declaraba: “camaradas, hemos caminado en una dirección ... Nuestra tarea debe estar siempre entre los pobres, los abandonados, los hombres y las mujeres que realizan el duro y brutal trabajo del mundo".
Su vida personal fue trágica. De joven, su gran amor se suicidó. De una posterior relación tuvo un hijo, pero cuando rechazó vivir con el padre de la criatura, se lo quitó y no fue hasta 17 años después, que podria volver a verle. Otra desgracia le ocurrió en 1902, cuando un estudiante celoso le disparó. “A pesar de que se recuperó” -escribió Georgakas- “su salud se vió seriamente afectada. Consecuentemente con su carácter, rechazó presentar cargos contra su agresor recomendando que este fuera tratado en un sanatorio mental y no en una prisión”.
Entre 1889 y 1910 vivió en Philadelphia, entre las comunidades de immigrantes judios pobres, que se convertirían posteriormente en el principal distrito electoral anarquista dels U.S.A. Daba clases de inglés y música y también aprendió a hablar y a escribir el Yiddish. En 1912, cuando estaba en el momento más exitoso como escritora y oradora, enfermó, muriendo en Chicago el 12 de junio. Fue enterrada en el cementerio de Waldheim en Chicago, junto a los sepulcros de los anarquistas de Haymarket, cuya injusticia había inspirado su vida.
Por desgracia, pronto su trabajo fue olvidado y sus textos dejaron de publicarse y escribirse. "Ella fue como un breve cometa en el firmamento anarquista”, segons Avrich, “que pronto fue olvidado por todos excepto por un círculo de amistades cuyo amor y devoción persistiran mucho después de su mort”
Hubieron de pasar más de 50 años para que sus escritos fueran rescatados, coincidiendo precisamente con los movimientos feministas. "De todas maneras- escribió Georgakas- lo que más destaca de ella es la manera tan comprometida en que condujo su vida". Sólo después de su muerte, Voltairine se hizo un elogio: "He muerto como viví, como un espíritu libre, una anarquista, sin deber ninguna lealtad a las leyes, ni a las terrenales, ni a las divinas".
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Voltairine fue una gran feminista y anarquis pero como ocurre en esta sociedad tan machista fue olvida.
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