Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

viernes, diciembre 25

Prohibir la caza es lo único razonable

 

 

En los países en los que está PROHIBIDO CAZAR, primero se habló de la prohibición y decían que era imposible. Luego, se aceptó como algo posible y beneficioso. Y finalmente se prohibió cazar. Moraleja: Hablemos de PROHIBIR LA CAZA porque es posible, legítimo y ético.

En plena pandemia por el COVID-19, la Junta de Andalucía (PP) autoriza a los cazadores a moverse libremente mientras los demás no podemos pasar de una localidad a otra. Hay más libertad para matar que para disfrutar de la Naturaleza respetándola. No puedes cambiar de localidad para tomarte un bocadillo en el campo, pero si vas a cazar puedes recorrer Andalucía libremente (e incluso ir a Castilla-La Mancha). Es otra de las aberraciones del PP contra los animales y el medioambiente.

Los cazadores alegan que son imprescindibles para el mantenimiento de las poblaciones. Ese es su principal argumento para existir. Y es totalmente falso: la caza no sirve para controlar las poblaciones, porque no es ese el objetivo y, aunque sirviera, el problema de la caza es su falta de ética animal y ecologista (contaminación por la munición, muerte de otras especies, incluso protegidas…). Solo hay que pensar que los cazadores —invariablemente hombres— no cazan por amor a la naturaleza. Cazan porque les gusta matar. Ese es el único motivo que los mueve. Si no les gustara afinar su puntería para matar, no saldrían al campo, por mucha falta que hiciera controlar las poblaciones. ¿Cuántos cazadores plantan árboles? No lo sabemos. Pero sí conocemos a muchos planta bosques, que no cazan.

¿De verdad hay superpoblaciones y la caza es esencial?

Sobre esto hay que exponer cinco ideas básicas:

  1. Los cazadores crían y alimentan artificialmente especies cinegéticas para luego soltarlas y disparar mientras huyen. Hay multitud de imágenes sobre esto, muy lamentables. El negocio de la caza genera superpoblaciones y luego los cazadores pretenden erigirse en los controladores de la naturaleza y en los salvadores del planeta a balazos.
  2. Cuando hay superpoblaciones —de forma esporádica— es porque faltan depredadores, precisamente porque los cazadores los matan. Los mismos cazadores que alegan que hay superpoblaciones para cazar, también defienden cazar el lobo, el depredador más natural. ¿Es eso amor a la naturaleza o amor a las armas de fuego?
  3. Hay formas éticas de controlar las posibles superpoblaciones. El problema ocurre cuando no hay ética, sino ganas de disparar. En Países Bajos, por ejemplo, se aplican métodos éticos, como la esterilización de hembras.
  4. Tráfico alerta de que en época de caza aumentan los accidentes por animales. Los cazadores son los que provocan el problema que dicen querer solucionar. Deprimente.
  5. La caza es la causa directa de la extinción o del declive de cientos o miles de especies (desde el origen del Homo sapiens, y no hemos aprendido nada ni siquiera con la pandemia, y algunos siguen sin querer aprender). Los cazadores no solo disparan a lo que declaran cazar sino que, por el camino, matan a muchas otras especies. Por ejemplo, recientemente en Huesca un cazador mató a una osa (especie protegida) y el mismo día, en Palencia, otro cazador mataba a otra osa. Son “supuestos accidentes” demasiado frecuentes, a los que hay que sumar los que no se publican. En medio de un bosque, ¿quién sabe a qué dispara cada cazador? No podemos permitirnos poner más especies en peligro; pero la lista crece cada año.

¿Qué salud mental y qué formación ética tienen los cazadores, si es más fácil conseguir un permiso de armas que el carnet para conducir?

La caza es un reducto más de un patriarcado en crisis. A la mayoría de los hombres no les gusta matar animales. El porcentaje es casi del 100% entre las mujeres. Una vez más, el feminismo da lecciones de responsabilidad, empatía y sostenibilidad. Igual que no puede haber ecologismo sin minimalismo, tampoco puede haber feminismo sin animalismo. Son caminos que van de la mano.

Si queremos construir una sociedad pacífica, ética y sostenible, debemos urgentemente prohibir la caza, como han hecho otros países. Es algo que se hará tarde o temprano y esperemos que sea a la vez que la abolición de la tauromaquia.

 

Pepe Galindo

https://blogsostenible.wordpress.com 

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