Que no se enteren nunca
de lo que hacemos siempre.
Que crean que es verdad
lo dicho por nosotros.
Que adoren nuestros dioses
y crean en milagros.
Y que palpen el poder
de nuestro Dios verdadero.
Que crean cosa suya
el mito de las patrias.
Que nunca nos descubran
las cartas en la manga.
Que no se enteren nunca
que somos sus verdugos.
Que las luces del mundo
no les alcancen nunca.
Creadles esperanzas
a cambio de la nada.
Que adoren la mentira
nombrando la verdad.
Habrá que cambiar algo,
y que esto siga igual.
Manuel Ruiz Amezcua. Las reliquias de un sueño. Huerga & Fierro Ed. 2019
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