Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, agosto 28

Desde lo alto


El hombre subió hasta lo alto de la montaña, donde las personas del pueblo parecían no ya aceitunas, ni hormigas, sino meras pulgas, de puro pequeño e insignificante. 

Desde esa altura, pensó, podría proclamarse Rey, o Papa, o Emperador, nadie le hacía sombra. Podría proclamarse Dios mismo, incluso. 

Las pocas personas que, desde el pueblo, miraron a la cumbre de la montaña, le vieron a él, también pequeño e insignificante como una pulga. Y, además, solo, escarpadamente solo.


Bruno Rogero San José, de Fregar, sacar la basura, amar y hacer la Revolución.

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