A Marcos Ana
¡Y que haya tanto espacio abierto, tanto
aire libre,
tantas ganas de luz, y sin embargo,
con qué primor, con cuánta
delicadeza, sí,
arrodillados,
vamos limpiando,
engrasando,
abrillantando,
nuestros cerrojos!
Y entre estos muros ciegos,
con la bayeta al hombro, el uniforme
cada vez más lustroso
y un rumor de cadenas a la espalda,
nos creemos a salvo y
buenos días
buenas tardes compadre hoy hace frío
qué tal van los barrotes? se ha apretado
bien fuerte esta mañana
la mordaza? otra bomba
en oriente otro naufragio
ya usted bien sabe
que como en este calabozo
en ningún sitio
Y es tan amplio y vistoso nuestro patio
por donde damos vueltas
y vueltas
a la sombra
en torno a escaparates,
con la bayeta al hombro,
que olvidamos que existen otras celdas
inhumanas, más crudas de castigo,
de cuyo desamparo surgen voces
más heridas sin duda, pero menos,
mucho menos cautivas,
muchos menos dañadas,
que siguen preguntando a cada instante
cómo es un árbol.
Y nosotros, nosotros,
sin respuesta,
en medio de la calle, entre barrotes,
con la bayeta al hombro, el uniforme
cada vez más lustroso, los cerrojos
bien engrasados,
suavemente cerrando el horizonte.
SALARIO
I
Por un salario,
los años y los días
me han expropiado.
II
Todo lo traga,
en turbios remolinos,
la subcontrata.
III
Yo y mi contrato,
visos del tiovivo
totalitario.
IV
¡Mi pobre iluso,
querer cambiar las partes,
nunca el conjunto!
V
Solo una tuerca…,
y todo el trampantojo
se desmantela.
CONRADO SANTAMARÍA. En Community Poetry. Haciendo, haciendo: once maneras de mirar de frente. Ed. El Perdigón. 2017
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