Para la izquierda, solo tienes valor como trabajador o trabajadora, no como persona en sí. Solo si formas parte de ese gremio a cual adorar, eres valido, utilizable. Por lo tanto, cuando dejas de serlo o simplemente no lo has sido nunca, pierdes todo valor para la izquierda, todo interés, no entras dentro de sus discursos, de sus programas, de sus reivindicaciones,…No eres una persona, eres un/a trabajador/a, una herramienta más de trabajo, una maquinaria más de producción. Exactamente la misma concepción fría y distante que tienen las derechas y el capitalismo.
Este discurso, además de lo obvio de la falta de sensibilidad, empatía y solidaridad, es un claro ejemplo más de falta de adaptación a los tiempos que corren, y también una evidencia del enésimo intento de hacer que las personas se unan y adapten a un corsel ideológico desfasado y dogmático, y no como debería ser, la adaptación del discurso a los tiempos actuales, a la realidad. Dejan fuera a gran parte de los barrios, ya que en un alto porcentaje, estos por diferentes cuestiones no cuentan con “trabajadores” propiamente dichos, y cualquiera que haya vivido o viva en una barrio sabe de lo que hablo.
Y que decir entonces, de los animales no humanos, también entran dentro de esta percepción que comparten derechas e izquierdas, capitalismos y “anticapitalismos”, donde solo son validos no como personas completas, sintientes, y por lo tanto con derecho a vivir y a disfrutar de la vida por el sencillo hecho de Ser, de existir, de vivir, sino que su validez es medida en cuanto a su capacidad para producir, para trabajar, como meras máquinas de trabajos más, sin ninguna otra validez (exactamente lo que pasa con los humanos), volviéndose “inservibles”, cuando ya no pueden trabajar, producir más, o simplemente nunca pudieron, por las razones que sean.
La naturaleza no animal, lo mismo. son vistos detrás de estas gafas. “recursos naturales” se les denomina. Igual que muchas veces se incluye ahí a los animales no humanos. Triste pero cierto.
Recordar que la ley de “vagos y maleantes” (ley que perseguía entre otras muchas personas, a lxs desempleadxs, por ese “atroz crimen”), no fue una ley franquista, como muchos piensan, sino de la II República.
Tenemos que empezar a deconstruir todas estas mentalidades desfasadas y crueles, que se olvidan de gran parte de la población humana, y de prácticamente no humana. O eso, o seguir jugando a los trágicos años 30.
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