La primera feminista de la historia,
entiendiéndose feminismo como la crítica y cuestionamiento de la
asignación de roles sociales en base al género y la lucha contra el
patriarcado, no fue ni Christine de Pizan (1364) -como sostenía Simone
de Beauvoir- ni Mary Wollstonecraft (1759); fue Hiparquía (IV a.C.).
Hiparquía fue una perra, única componente femenina de la Secta
del Perro y la escuela de los cínicos griegos, discípula de Diógenes de
Sínope y compañera sentimental de Crates. Además fue ella, y no Hipatia
(s. IV-V), la primera mujer filósofa de la historia.
Lamentablemente no se conservan en la
actualidad ninguna de sus obras. Diógenes Laercio habla de ella en su
famosa obra “Vida de los filósofos más ilustres” (VI,2) dentro del
apartado de Crates, su compañero sentimental, siendo la única mujer
citada como filósofa en toda la obra aunque, qué sorpresa, sin tener un
apartado propio. Gracias al lexicógrafo griego Suidas (s. X) sabemos que
escribió al menos tres obras: Hípotesis filosóficas, Epiqueremas y
“Cuestiones sobre Teodoro el ateo”. Teodoro -filósofo cirenaico- tuvo un
encontronazo algo más que dialéctico con Hiparquía en Atenas. Teodoro
no era muy partidario de que Hiparquía asistiese, por ser mujer, a los
banquetes con Crates; según él sólo las hetairas podían hacerlo. La
despreciaba sobre todo porque se dedicó a la filosofía. Al parecer
durante un banquete en casa de Lisímaco, Hiparquía le dejó en evidencia.
Teodoro le preguntó si era ella la que había cambiado la rueca por la
filosofía, a lo que Hiparquía le contestó con una pregunta retórica si
creía él que había hecho mal en dedicarle al estudio lo que por su
condición femenina le hubiese correspondido dedicarle a las tareas
domésticas. Enfadado Teodoro, parece ser que le arrancó la ropa
intentando dejarla en evidencia, pero al igual que una Friné, su
desnudez sólo sirvió para justificar su acción:
A esto nada opuso Teodoro, contentándose con tirarla de la ropa; pero ella no se asustó ni turbó como mujer, sino que como Teodoro la dijese:
¿Eres la que dejaste la tela y lanzadera?
respondió: «Yo soy, Teodoro: ¿te parece, por ventura, que he mirado poco por mí en dar a las ciencias el tiempo que había de gastar en la tela?».
Laercio VI
Hiparquía procedía de una familia
acomodada pero pronto abandonó, con 15 años, todas sus riquezas y su
poder social heredado para unirse a los cínicos junto a Crates, viviendo
sin propiedades, públicamente. Se cuenta que Hiparquía y Crates
sellaron su amor fornicando en las escaleras de un portal público, algo
muy común entre los cinicos, que solían orinar e incluso masturbarse en
público sin ningún problema basándose en la anaideia (falta del sentido
del ridículo). El discípulo de Hiparquia y Crates, Zenón de Citio, fue
el fundador del Estoicismo, corriente que abogaba por la igualdad de
sexos y el amor libre.
Hiparquía rechazó la cultura oficial
ateniense que recluía, excluía y subordinaba a la mujer,
expulsándola del espacio público, tanto cultural, política como
sociológicamente. Participaba de la vida pública y tenia “visibilidad”,
frente a la “invisibilidad” femenina del momento. Desafió con su
comportamiento público, su rechazo a la oikonomía y con su interés intelectual, a una sociedad patriarcal, machista y misógina.
Sofía G.
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