Somos
los que profieren la blasfemia
en el silencio perfumado del templo
a la hora tozuda del crepúsculo.
Somos
los que no se descubren la cabeza
ni hincan la rodilla al pie de las escalinatas
temblorosas de la mañana.
Somos
los que no piden compasión y sí piden cuentas,
la piedra del escándalo
en medio del camino ancho y recto que atraviesa la
llanura sin horizonte.
Somos
los que vuelven y se plantan, y miran a los ojos
mientras con el pie trazan en el suelo la raya definitiva.
Somos
los que dicen NO como una afirmación hacia adelante.
Somos
aquí y ahora.
- De vivos es nuestro juego, Conrado Santamaría
Es impresionante la fuerza de este poema, se percibe tan sincero, tan real, tan desgarrado...me ha conmocionado. Los poetas tienen son ahora los que tienen que arrancarnos de la indiferencia, del frío vivir sin emociones, sin metas sin esperanzas...¿qué nos está pasando? ¿Quizá una vez más sean los poetas los que nos zarandeen para volver a ser nosotros mismos?
ResponderEliminarGrácias, necesitamos muchos comentarios que cuestionen nuestra realidad, este marasmo almidonado en el que vivimos nuestra corta vida
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