Publicamos a continuación la entrevista realizada a los responsables del programa de radio Cabezas de Tormenta (www.cabezasdetormenta.org),
que “desde las entrañas de Madrid, esa ciudad que no tiene corazón”,
como dicen ellos mismos, han desmenuzado en sus más de cincuenta
programas numerosos aspectos de la realidad social desde una perspectiva
anarquista.
¿Cómo surge la idea de Cabezas de Tormenta en la sociedad de la imagen y cómo lo llevasteis a cabo?
En
cuanto lo individual, algunas de las personas que forman la asamblea de
Cabezas de Tormenta vienen de experiencias radiofónicas anteriores,
mientras que otras siempre habían tenido interés en el medio. Desde una
perspectiva colectiva, el proyecto surge en un contexto de debate
colectivo en la ciudad de Madrid. Durante un año y medio existió una
asamblea en la que colectivos e individualidades anticapitalistas nos
sentábamos a debatir y poner en común inquietudes y necesidades. Fue
entonces cuando se propuso sacar un programa de radio de difusión
libertaria que se complementara con otros medios ya existentes (como
puede ser el periódico mensual Todo por Hacer
o las charlas que periódicamente organiza el Local Anarquista
Magdalena), y que tuviera la intención de dirigirse a un público amplio,
preferentemente no-militante. De ahí que los temas que toquemos se
enfoquen siempre (aunque nos queda mucho por mejorar) con la intención
de que cualquiera pueda entender lo que se dice y además se consiga
suscitar interés en los radioyentes.
Tuvimos
una serie de asambleas preliminares en las que se fue quedando distinta
gente, y finalmente nos lanzamos a la piscina. En el aspecto técnico un
compañero nos donó un ordenador, otro compró una mesa mezclas y un
tercero de Granada (Radio Almaina) subió a Madrid para instalarnos el software
(todo libre, por cierto) y enseñarnos a manejarlo en un breve taller. A
partir de ahí comenzamos a andar, con nuestros errores y aciertos…
¿Qué grado de proliferación os parece que tienen las radios libres en estos momentos?
El
estado de salud es óptimo, y a nuestra manera sirve para poner en duda
la capacidad comunicativa del medio informático. No es lo mismo la
comunicación que la difusión. La red se ha revelado como un medio muy
pobre para establecer comunicaciones entre iguales (ahí está el declive
de los foros y el patetismo de la cibermilitancia), pero es una
herramienta muy potente para difundir. La radio que se hace ahora es la
radio de siempre, pero difundida por páginas web y portales, desde el
momento en el que se sube el archivo de audio, queda al alcance no solo
de miles de oyentes potenciales, sino de otras radios y proyectos que lo
enlazan y mueven. El que cada vez haya más programas responde a los
pocos medios que se necesitan y al potencial que existe a la hora de
propagar tu mensaje.
Ahora
mismo, en el Estado español, hay dos tendencias que se complementan:
por un lado los programas como el nuestro (con su web y una línea más o
menos definida) y proyectos más ambiciosos, como la mencionada Radio
Almaina en Granada, que no solo tienen un portal con sus programas, sino
que emiten en FM una parrilla en la se incorporan también programas de
otros lugares (como es nuestro caso). El resultado es genial, Cabezas de
Tormenta se puede escuchar en el ordenador, pero también en las ondas
de Granada, Zaragoza, Valencia y Barcelona. Evidentemente no es lo mismo
emitir en FM en una ciudad pequeña que en una como Madrid, por lo que a
veces las ciudades más grandes son las que más problemas generan a los
proyectos radiofónicos.
¿Tenéis relación con otros proyectos similares para compartir ideas o esfuerzos?
Ahora
mismo esa relación no es formal, pero existe. Tras 50 programas tenemos
algunos colaboradores fijos en ciertos ámbitos, como el jurídico o la
lucha contra el tren de alta velocidad en Euskal Herria. Por otro lado,
nuestro programa forma parte de las luchas que sentimos propias en la
ciudad, y por tanto trata de ser una plataforma desde donde darles
fuerza (aunque sea solo una poca). Nuestro anhelo es que al igual que ya
hay compañeros que nos buscan y proponen temas para hacer programas,
llegue el momento en el que ese sentir comunitario se extienda y seamos
tan solo un recurso más en una lucha colectiva por una vida sin
capitalismo, donde nadie mande y nadie obedezca. Nuestra razón de ser es
la difusión de los valores en los que creemos.
Un ejemplo concreto sería el programa número 48: Lavapiés ingentrificable.
Es parte de toda una lucha promovida por una asamblea contra el Plan de
Mejora de la Seguridad y la Convivencia de Lavapiés, que ha incluido un
debate en la calle o la edición de un número especial del periódico Todo por Hacer. Ayudamos lo que podemos, y sin duda queremos hacerlo cada vez mejor.
¿Qué
pensáis que aportan los programas de radios libres como el vuestro al
movimiento libertario en particular y a los movimientos sociales en
general?
Primero
lo general: a los movimientos sociales de base, autónomos y
anticapitalistas tan solo queremos aportar… sumar ideas y contribuir, en
la medida de lo posible, a que cada vez más gente conozca sus luchas. Y
en lo particular, en lo relativo al movimiento libertario, nuestra
intención no es otra que la de sacarlo de las propias limitaciones en
las que se ha ido encerrando con el paso de los años (la
autorreferencialidad, la falta de argumentos, los enfoques manidos...) y
hacer propaganda: nada nuevo bajo el sol, la verdad. Nuestro programa
no está orientado a los activistas libertarios, lo que buscamos es
extender las ideas en las creemos y dar voz a las prácticas que las
reflejan. Eso no quiere decir que nuestros contenidos tengan ningún
filtro de pureza ideológica, ni que siempre compartamos al cien por cien
las posiciones de quienes pasan por nuestros micrófonos o los
contenidos de los libros y películas que reseñamos. Queremos compartir
las experiencias de quienes se enfrentan a este orden de cosas de manera
honesta y autoorganizada, trasladar a las cabezas de la gente que nos
escucha la idea de que las tormentas son necesarias, de que la lucha es
necesaria… aunque las condiciones sean absolutamente hostiles. Es mejor
aprender, conocer y pelear, que resignarse y pudrirse lentamente en
alguno de los nichos que la sociedad nos ofrece. Esa es la opción por la
que tomamos partido, no tenemos ninguna moto que vender, y en ese
sentido los libertarios se diferencian del resto de reductos ideológicos
que tratan de fagocitar las luchas sociales. Nos limitamos a defender
una cultura y una metodología vivas: organizarse entre iguales y para
con nuestros iguales. No es una alternativa tan sencilla como afiliarse a
una organización y seguir las directrices del líder de turno, pero nos
parece la única manera de abordar la transformación social sin delegar
la propia vida en poderes ajenos. Ese es el mensaje que queremos mandar…
Si
alguien estuviera interesado en colaborar con Cabezas de Tormentas ¿cómo
podía participar o formar parte del proyecto, si esto es posible?
Cabezas
de Tormenta tiene una asamblea ya funcionando, y por razones evidentes
de operatividad no tiene sentido abrirla públicamente. Pero a lo que sí
animamos es a generar un programa propio. Los medios que se necesitan
son muy escasos (nos pueden escribir para conocerlos, aunque en nuestra
web hay alguna información al respecto) y la experiencia merece la pena.
También compartimos nuestro modesto estudio con quien lo necesite y
genere contenidos antiautoritarios.
Por
otro lado, agradecemos sugerencias, ideas y, por supuesto,
colaboraciones de todo tipo. En especial pedimos ayuda a la hora de la
difusión.
¿Podéis dar algún consejo para quien estuviese pensando en embarcarse en un proyecto radiofónico parecido?
Que
se animen. La radio es un medio hermoso. Recupera la palabra en mitad de
esta circulación convulsa de imágenes que no dicen nada. Como cualquier
proyecto, lleva su tiempo: preparar contenidos, grabar, editar,
mantener la web, etc. Pero en comparación con otras cosas, es una
herramienta muy agradecida. El proceso al que estamos asistiendo es muy
interesante: cada vez salen más programas específicos, aunque tengan una
periodicidad más amplia, que ayudan a que determinadas luchas se den a
conocer. Cada cual puede ponerle una emisora a su frente de lucha. Hay
que entender que a lo mejor no todo el personal se va a poner a
investigar y conocer sobre —por ejemplo— el fracking
(especialmente si no tiene repercusión directa en el territorio donde
vive), pero sí se puede saber qué es en líneas generales, cuál es su
papel dentro de la lógica capitalista y cómo aportar a las luchas de
resistencias escuchando un programa de una hora.
¿Tenéis pensado celebrar (o habéis celebrado) los 50 programas de alguna forma especial?
En
cuanto podamos, queremos subir a la web una recopilación con la música
que hemos ido poniendo. Ha sido bastante la gente que nos ha comunicado
que agradecen la heterogeneidad musical del programa… algo normal,
porque cada uno que participa es de su padre y de su madre. Al parecer
se suele asociar la radio libertaria a determinado tipo de música
(básicamente punk o hip-hop político),
pero creemos que encasillarse es un error si lo que queremos es llegar
a la gente. Además, y en un plano estrictamente personal, a todos nos
encanta la música, de manera que acaba grabándose con lo que nos gusta y
creemos que encaja en determinado programa.
Algo que queráis comentar para cerrar la entrevista.
Gracias a Tierra y Libertad por la oportunidad de darnos a conocer entre vuestros lectores.
¡Salud y anarquía!
Publicado en el número 305 del periódico anarquista Tierra y libertad (diciembre de 2013)
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