Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

sábado, mayo 1

ARDITI DI POPOLO: Los Primeros Antifascistas


El movimiento fascista en Italia fue utilizado por la burguesía capitalista como una contrarrevolución preventiva. Durante 1920 la organización de Mussolini hubiera sufrido un terrible varapalo de no haber sido porque su potencial de acción directa anti-clase obrera fue reconocido por los grandes terratenientes y propietarios de la industria como un instrumento para sofocar el inminente levantamiento de los obreros italianos durante los llamados “años rojos” (1919 y 1920). Éstos años estuvieron marcados por disturbios huelgas y ocupaciones de tierras y fábricas llegando a una situación en la que, como bien dijo Malatesta “Si no continuamos hasta el fin, entonces pagaremos con lágrimas de sangre el miedo que nosotros le hemos metido
a la burguesía”, pero los líderes del Partido Socialista (PSI) y de la central sindical CGL perdieron los nervios y negociaron con la patronal, viendo ésta así su oportunidad de venganza y viendo a las escuadras fascistas como un instrumento perfecto para ello. Surgió así el auge del fascismo por no haberse producido una consolidación de la clase obrera y por la traición de la izquierda reformista. Pero a la vez que el fascismo atacaba al pueblo en las zonas rurales y en las industrias, surgió la feroz resistencia de la clase obrera. En 1921, en Livorno, los Camisas Negras trataron de tomar el ayuntamiento al asalto, sin embargo los distritos obreros de la ciudad se
movilizaron en masa y marcharon al centro a retomarlo. El 16 de febrero los fascistas intentaron detener una huelga del ferrocarril conduciendo ellos mismos los trenes, pero se encontraron con un grupo de 400 personas que realizaron un ataque frontal contra un tranvía cargado. En marzo, durante las duras luchas callejeras, un fascista resultó muerto en los enfrentamientos y los Camisas Negras tuvieron que huir para salvar el pellejo. El 14 de abril dirigieron un ataque hacia el centro de los sindicatos, siendo ésta acción respondida por una huelga que acorraló a la escuadra fascista, la cual tuvo que ser salvada por los Carabinieri y la Guardia Real, siendo
incapaces de sofocar la revuelta tuvieron que recurrir al ejército. El 17 de mayo otro intento fascista de tomar las calles fue reprimido por la movilización masiva de los obreros. La militancia general de la clase obrera permaneció alta. Socialistas, anarquistas, comunistas y republicanos se unieron en agrupamientos antifascistas con una clara idea de quitar de en medio al enemigo. De ésta manera surgió en mayo en Roma el “Arditi di Popolo”, creada por antifascistas y por soldados desmoralizados. Iba a dar una respuesta directa de la clase obrera a las bandas de Camisas Negras. Era una milicia armada del “Comidato di Defensa Proletaria” que se encargaba de unir a las masas obreras cuando éstas eran atacadas por los fascistas, contando, a parte de
con un pequeño numero de hombres armados, con un número grande de hombres y mujeres dispuestos a tirar cualquier cosa por la ventana cuando los fascistas pasaban por la calle y dando una asistencia práctica muy efectiva... como por ejemplo bloqueando calles. Nacionalmente el
movimiento del Arditi di Popolo tenía una estructura autónoma, de modo que las secciones locales eran independientes, definidos los grupos por localidad, sindicación o afiliación política. En sólo una región italiana vemos a 300 combatientes en Pisa, 500 en Piombino y 800 en Livorno, siendo éstas sólo las tropas de choque de una resistencia obrera mucho más amplia. La primera acción del Arditi di Popolo fue en Piombino, donde fue asesinado un socialista. El lugar de encuentro de los fascistas fue atacado y éstos fueron acorralados tanto en sus casas como en sus trabajos, teniendo que ser necesaria la intervención de la Guardia Real, que también se vio sobrepasada y fue desarmada tomando los obreros el control de la ciudad durante varios días. Sin embargo los sucesos de Sarzana llaman la atención por la feroz resistencia de los Arditi. Los
fascistas habían organizado una incursión contra el pueblo el 12 de junio de 1921, pero se encontraron con tal resistencia que el líder fascista Renato Ticci fue puesto bajo custodia por su “propia seguridad”. El 21 de julio 500 fascistas llegaron a la estación de trenes de la ciudad para rescatar a su líder y se encontraron allí con los disparos del los Carabinieri (inusual para ellos) y,
por si no fuera poco éste giro de la situación, el Arditi realizó un ataque armado hacia ellos apoyados por los obreros del pueblo. Los Camisas Negras se vieron obligados a escapar al campo pero allí les esperaban los campesinos y el Arditi que les pisaba los talones. Ese día murieron más de 20 fascistas, pero las fuentes extraoficiales afirman que fueron muchos más. El propio Mussolini se inquietó ante tal voluntad de combatir a los fascistas. Pero una vez más la izquierda reformista traicionó a los obreros firmando un “Pacto de Pacificación” y condenando las acciones del Arditi di Popolo ordenando así a sus bases a que se retiraran del movimiento. Un segundo golpe vino del Partido Comunista Italiano que, aún perteneciendo una gran mayoría de sus bases al Arditi, arengó a éstas a que lo abandonaran y se asociaran en escuadrones comunistas “puros”,
ignorando que las bases comunistas habían desarrollado espontáneamente sus propias organizaciones de defensa, las cuales eran sofocadas ahora por el PCI. El movimiento se debilitó en todo el país. Pero las luchas no cedían y las detenciones de camaradas eran cada vez más numerosas. Los fascistas no acabaron de tomar Piombo hasta 1922, pero aún entonces la resistencia del Arditi fue tremenda y les echaron a golpes en varias ocasiones, necesitando la ayuda de la Guardia Real para tomar la ciudad. Del 31 de julio al 2 de agosto de 1922 los líderes reformistas convocaron la “huelga por la legalidad”. Aunque el pueblo demandaba acción, los reformistas hicieron una petición al parlamento para mantener las libertades constitucionales. Con éstas demandas se vio claro que la democracia liberal no era más que una fachada conveniente y que la probabilidad de una verdadera resistencia ya había pasado. Pese a la
resistencia de las fábricas, las pistolas fascistas ayudaron a que la huelga no saliese adelante. Con el colapso de la huelga los fascistas atacaron Livorno y la región sucumbió a la fuerza de 200
squadriti armados. Sin embargo los antifascistas resistieron en Turín y en Parma durante cinco días, donde miles de militantes armados humillaron completamente a miles de fascistas, los cuales se tuvieron que retirar y dejar paso al ejército que acabó con el último bastión de la resistencia.

Extraído de http://www.nodo50.org/rashmadrid

jueves, abril 29

Fundamentos, actitudes y comportamientos de una organización criminal: La Iglesia Católica


Esta ponencia fue motivo de denuncia por parte del Arzobispado de Toledo que denunció al compañero de CNT que la impartió por “delito de Provocación para la discriminación, en conjunción ideal con un delito de escarnio de los sentimientos religiosos”. Por su parte UGT, CCOO, PSOE y PP se unieron a las criticáis llegando a calificar la charla de delito.

Por ello, en defensa de la libertad de expresión y contra los inquisidores de siempre, os dejo un enlace donde la podéis visualizar. Porque no nos van a callar, ni nos van a cortar el camino hacia la conquista de libertad: http://vimeo.com/10136950

martes, abril 27

Leyendo de nuevo a Camus


A principios de 2010, se cumplió el cincuenta aniversario de la muerte de Albert Camus, en desgraciado accidente de coche y a temprana edad. Fue un hombre lúcido y honesto que, a diferencia de muchos otros intelectuales de su tiempo, denunció la represión en cualquier régimen y en cualquier ideología. En el campo filosófico, la figura de Camus se asoció al existencialismo cuando esta tendencia se encontraba en un periodo álgido. A ello contribuyó el hecho de que los temas que trató en sus novelas (El extranjero, La peste...) y en sus ensayos (el más conocido es El mito de Sísifo) fueron también tratados por autores existencialistas. Pero los expertos afirman que existen importantes diferencias entre los existencialistas y Camus, ya que éste no trata de hacer filosofía (o, al menos, metafísica). Camus escribió que la metafísica, o cualquier creencia, no entran en la descripción de "un mal del espíritu" en "estado puro". El problema filosófico auténticamente serio para Camus es la posibilidad del suicidio, debido al divorcio que establece el hombre con la vida producido por el absurdo de un mundo sin sentido. Pero Camus niega tal posibilidad, si el hombre desaparece el mundo permanecerá tal como está, por lo que de lo que se trata es de otorgarle sentido.
Para Camus, filósofos como Kierkegaard, los fenomenológicos y Heiddeger han atendido la "llamada" del hombre por un mundo con sentido, pero ante la sinrazón silenciosa del mundo continúa existiendo el absurdo y la tentación del suicidio. Clave resulta también para el francés el imperativo de no sucumbir ante la tentación del nihilismo. El hombre, ante su alienación, debe aceptar dicha situación para salir de ella eludiendo dos peligros: la autoeliminación y la mera creencia. Camus razonó que el suicido, la tentativa de sucumbir ante esa confrontación desesperada entre la interrogación del hombre y el silencio del mundo, y el crimen, producido también ante esa confrontación, eran la misma cosa, por lo que hay que tomarlas o dejarlas conjuntamente. No habla Camus del suicida que lleva a cabo su acción en soledad, y por tanto preservando algún valor y negando la fuerza sobre los otros, ya que no existe en tal caso una negación absoluta. Dicha negación solo acaba con la destrucción de uno mismo, pero también de los otros, una destrucción absoluta.
Pero el reconocimiento de lo imposible de esa negación absoluta parece conducir a un nuevo absurdo (una nueva contradicción, en suma), a una situación en la que el crimen ni es legitimado ni parece totalmente evitable, lo que Camus describe como una situación (y una época, la que le tocó vivir) "enardecida de nihilismo". Camus se vuelca en negar ese mantenimiento en el absurdo, en pedir que no se niegue su verdadero carácter, que es ser "un paso vivido, un punto de partida, el equivalente, en la existencia, de la duda metódica de Descartes".

Artículo completo en: http://www.acracia.org/Acracia/Leyendo_de_nuevo_a_Camus.html

domingo, abril 25

Película: "Próxima salida"


Título original: Próxima salida
País: Argentina
Director: Nicolás Tuozzo
Guión: Marcos Negri, Nicolás Tuozzo
Reparto: Darío Grandinetti, Mercedes Morán, Ulises Dumont, Pablo Rago, Vando Villamil, Oscar Alegre y Valentina Bassi

En alguna época las líneas férreas argentinas tenían la nada despreciable longitud de 100 mil kilómetros, donde se transportaban mercancías y gente trabajadora a distintos destinos. Para su sostén, trabajaban 80 mil empleados. Veinte años después debido a las políticas privatizadoras aunadas a las crisis económicas las líneas se recortaron a 20 mil kilómetros y se despidieron a 60,000 almas que presas de la globalización quedaron desempleados. ¿Qué hacer con toda esta gente?....¿Qué hacer con sus familias? …¿Dónde trabajar?
Carlos Velmar (Darío Grandinetti) ex-empleado del ferrocarril y actualmente desocupado se encuentra en un canal de televisión siendo entrevistado por uno de los mas importantes presentadores del momento. El comienzo del relato de Carlos nos conducirá a la insólita historia de cinco ferroviarios de distintas edades y en distintas circunstancias que han sido despedidos de la empresa. Estos desesperados hombres de bien intentaran salir tras sucesivas peripecias del desbastador laberinto de la desocupación y reconstruir sus vidas en una realidad que los supera y sorprende, empujándolos a un ácido destino que no dejará de empeorar en ningún momento. Paralelamente a esto, un grupo de jóvenes adolescentes, sus hijos, viendo por el difícil momento que atraviesan sus padres deciden tomar una iniciativa propia cargada de un riesgoso optimismo que los juntará a todos en una noche única en la que se mezclarán la ironía con la verdad, el coraje con la muerte, el fracaso con la victoria. Una noche que los marcará para siempre.

viernes, abril 23

miércoles, abril 21

La Mano Negra


La Mano Negra es una presunta "organización anarquista secreta y violenta" que actuó en Andalucía a finales del siglo XIX a la que se le atribuyeron asesinatos, incendios de cosechas y edificios.

A pesar de que los grupos anarquistas de la zona afirmaban no tener nada que ver con dicha organización y que las pruebas eran inexistentes (se presionó a varios falsos testigos para que declarasen en contra de los imputados e incluso se aceptó como prueba un papel encontrado bajo una piedra en medio del monte con la lista de integrantes de la Mano Negra), las fuerzas de seguridad del Estado llevaron a cabo una durísima represión basándose en cuatro crímenes cometidos a finales de 1882 y los primeros meses de 1883. El resultado fueron quince campesinos condenados a muerte, de los cuales siete fueron ejecutados en la Plaza del Mercado de Jerez de la Frontera, el 14 de junio de 1884.

Aunque durante muchos años se ha discutido la existencia de tal supuesta organización, actualmente prácticamente todo el ámbito académico está de acuerdo en que fue un invento a la manera de la operación de bandera falsa o a modo de una imputación injustificada del gobierno de Sagasta para aplacar las revueltas en los campos del sur de España, como ya insinuó Vicente Blasco Ibáñez en su novela sociológica en 1905.[1]

Actualmente, se siguen realizando estudios sobre este tema (uno de los que destaca es el de Clara E. Lida, "La Mano Negra", 1972), en los cuales suelen imperar principios como el que se cita a continuación:

"Ese interés abrumador por imputar a los anarquistas cualquier crimen con el fin de deteriorar la imagen del colectivo ha sido una constante en la historia de este país y de cualquier país".

Juan Madrid, historiador y periodista, en referencia a Mano Negra.


lunes, abril 19

La esencia de la religión


La decadencia de las ideas religiosas tra-dicionales, los dogmas, es un hecho. Pese a ello, el problema del papel que desempeña la religión aún no ha sido resuelto. Puesto que las creencias no son del todo conocidas, suelen permanecer ocultas, puede que no sea la fe, sino el sentimiento lo que hace la religión; sentimiento introducido en las creencias, aislado del intelecto, resulta el factor determinante de la acción.
El alma humana es una extraña mezcla de Dios y bruto, el campo de batalla de dos naturalezas: la individual (finita y egocéntrica) y la universal (infinita e imparcial).
La vida finita está vinculada al cuerpo y concibe el mundo desde el aquí y el ahora, vida instintiva, las cosas prestan un servicio al yo. Impelido por el instinto de conser-vación, levanta muros alrededor de la parte infinita.

Artículo completo en: http://www.nodo50.org/tierraylibertad/8articulo.html

sábado, abril 17

"Decidme cómo es un árbol" de Marcos Ana


Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.
(¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mis losas?)
22 años. Ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma… Escribo
a tientas: "El mar", "El campo…
Digo "Bosque" y he perdido
la geometría del árbol.
Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.
… … … … … … …
(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario)


Fernando Macarro Castillo, más conocido como Marcos Ana (seudónimo formado con los nombres de sus padres), es un poeta español nacido en la pedanía de San Vicente, del municipio de Alconada (Salamanca), el 20 de enero de 1920, aunque vivió su infancia en Ventosa del Río Almar (Salamanca). Su intensa biografía le ha hecho convertirse en uno de los símbolos de la cultura antifascista.
Hijo de campesinos, su formación fue pobre y debió destinar buena parte de su tiempo a trabajar en cualquier tarea que aportase ingresos familiares. Luchador incansable contra el fascismo durante la guerra civil pasó 23 años en las cárceles franquistas condenado a muerte. Allí llegó a conocer a Miguel Hernández.
Obras:
  • Poemas desde la cárcel (1960, publicado en Brasil)
  • España a tres voces (1963, publicado en Argentina)
  • Las soledades del muro (1977)
  • Decidme cómo es un árbol (2007)

martes, abril 13

La Cecilia


Dirección: Jean Louis Comolli
Guión: Jean Louis Comolli - Marianne Di Vertimo - Eduardo de Gregorio
Reparto: Massimo Foschi -Giovanni Rossi-, Maria Carta -Olimpia-, Vittorio Mezzogiorno -Luigi-, Mario Bussolino -Ernesto Lorenzini-, Bruno Cattaneo -Longhi-, Piero di Jori -Alfredo-, Beppe Loparco -Enzo-, Giancarlo Pannese -Rocco-, Biagio Pelligra -Tullio-, Giuliano Petrelli -Tosti-, Gabriele Tozzi -Piero-, Francesca Libertucci -Angela-, Renato Pereira -Le postino-, Linicio Pereira -Le capanga-.
Nacionalidad: Italo-francesa
Idioma original: Italiano
Año: 1975
Duración: 103

Fundada en 1890 en el municipio de Palmeira Paraná, Brasil por un grupo de libertarios entre los que destacó Giovanni Rossi, llegó a alojar más de 250 colonos que se repartían el trabajo agrícola y las tareas de mantenimiento.
Ocupó 80 acres de tierra de un área cedida por el emperador Pedro II poco antes de la proclamación de la República. Se construyeron un barracón colectivo y veinte individuales, la escuela, molino, estanques, pabellón colectivo que incluía un consultorio médio y almacén. Se vivía según los principios anarquistas de no coerción y cooperación. Pero el experimento apenas duró cuatro años entre otros motivos por la escasez de recursos, la hostilidad de comunidades vecinas profundamente católicas y de las autoridades así como problemas de la convivencia en especial en lo referente al amor libre.

Descarga de emule: La Cecilia (Jean-Louis Comolli, 1975).avi [1.37 Gb]