Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

lunes, abril 20

Querida y sacrificada clase trabajadora...


Saludamos a nuestra querida y sacrificada clase trabajadora y le enviamos, desde la dura cuarentena que estamos padeciendo recluidos en yates, mansiones y clubes de golf, nuestra solidaridad y nuestro aplauso a su heroica, impagable e impagada labor. Y, como siempre, os animamos a seguir así.

Banqueros y banqueras, reyezuelos y reinonas, príncipitos y princesitas, millonarios de toda índole, patronal, potentados del ladrillo, futbolistas dorados, rutilantes estrellas mediáticas, empresarios de los medios de desinformación, magnates de la industria, brókers y trileros de las finanzas y, en fin, todas y todos cuantos conformamos vuestra noble clase dirigente, os queremos reiterar, una vez más, nuestro profundo agradecimiento... y tal y tal, por sacarnos, como viene siendo habitual, las castañas del incendio.

No obstante, a pesar de las trágicas circunstancias en que nos vemos inmersos, la vuelta a la normalidad es fundamental, necesaria, imprescindible. Nuestros palacios necesitan mantenimiento, nuestros yates reparaciones, nuestras cuentas corrientes y paraísos fiscales incrementos que nos permitan pagaros vuestros salarios de mierda. Así que, manos a la obra, ¡todas y todos juntos lo vamos a conseguir! ¿A que sí?



No hay comentarios:

Publicar un comentario