Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

viernes, diciembre 5

La vaca que no ríe


La Asamblea Antiespecista de Madrid es una organización asamblearia, que usa la acción directa, rechaza toda forma de autoritarismo, jerarquía y control, aspectos con los que el anarquismo encaja. Sin embargo, la lucha antiespecista aún genera escepticismo dentro del movimiento libertario

Podría empezar el reportaje con alguno de los datos que circulan por la red en cuanto al número de animales que mueren cada segundo y que son destinados a la alimentación humana. Pese a ser un dato escandaloso, estamos tan rodeados de este tipo de información que en cierto modo somos inmunes al sufrimiento que hay detrás. Más allá de las cifras, la opresión que sufren los animales ha generado la aparición de plataformas y asambleas que defienden sus derechos. Una de ellas, la Asamblea Antiespecista de Madrid (AAM), creada en 2009, se rige por prácticas basadas en la organización asamblearia, horizontal y la acción directa, y algunos de sus miembros son anarquistas, aunque no todos lo sean. Un apunte antes de continuar, por si os habéis quedado con ganas de saber la cifra de los animales muertos por segundo con fines alimentarios, deciros que ronda los 8.000, según un informe reciente de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

El anarquismo se opone a toda autoridad, jerarquía o dominación. Partiendo de esta base los colectivos antiespecistas que defienden la liberación animal entienden que los demás animales deben estar incluidos en esta afirmación. Sin embargo, existe cierto escepticismo con respecto a algunos de los elementos que caracterizan la lucha por la liberación animal como el veganismo. Entre otros aspectos, se arguye que los productos veganos son más caros y queda como una opción para gente con dinero, o bien que la explotación capitalista es total y es muy difícil no consumir algo que no lleve explotación de ningún tipo y por tanto también se da en los círculos veganos.

Otra de las críticas frecuentes que reciben los activistas por la liberación animal es que su lucha es parcial o secundaria, que debería quedar en un plano personal para no restar tiempo ni esfuerzos a la «verdadera» lucha revolucionaria más prioritaria y apremiante. Desde la AAM se preguntan «¿Cuál es esta lucha prioritaria? ¿La lucha anticapitalista? ¿Y eso qué es y cómo se hace? ¿No es un conglomerado de luchas menores?» y lamentan que a veces «en los propios ámbitos de lucha, se menosprecia o se critica la lucha por la liberación animal como un capricho de pijos misántropos que tienen solucionados todos los problemas en su vida y pueden dedicarse a los animales no humanos».

Otra de las razones de este recelo es que hay personas que son vegetarianas únicamente buscando su propio bienestar, e incluso gente que desde el ecologismo o incluso desde la liberación animal olvidan realizar una crítica de raíz al capitalismo, del que la explotación animal no es más que un apéndice. En todo caso la liberación animal dentro del anarquismo es algo bastante reciente y eso puede en parte explicar buena parte de recelo que genera entre mucha gente. Sí que es cierto que algunos autores anarquistas referentes como Reclus y Kropotkin mostraron una visión de los animales distinta a la corriente, aunque no fueron una base relevante para lo que vendría después. En todo caso cierta relación existe con los naturistas libertarios de principios de siglo XX, el discurso de los cuales animaba a las personas a vivir en armonía con la naturaleza, lejos del clásico mensaje cristiano de dominarla, lo que incluía aspectos como el naturismo o la dieta vegetariana.

Desde 2009 la AAM participa de distintas charlas viendo la necesidad de informar y fomentar la lucha por la liberación animal y dar respuesta a todos los recelos que existen respecto del veganismo y la liberación animal. De una de ellas surgió el texto La misma libertad.Reflexiones sobre liberación animal y anarquía. Haciendo hincapié en la información tratan de cubrir el desconocimiento de lo que le sucede a los demás animales y visibilizar su sufrimiento para que la gente sea consciente de que tras su plato de comida antes había un animal. Su ámbito de actuación no se reduce a lo alimentario. En tanto antiespecistas rechazan la utilización de los demás animales en cualquier parcela de la vida y se definen como abolicionistas, es decir, que buscan la libertad total de los animales, no la mejora de sus condiciones de sometimiento.

Como explican en su texto, «Para nosotros, la liberación animal encaja perfectamente en el discurso anarquista, comparten principios y formas de actuar, comparten muchos enemigos (la autoridad, las cárceles, la represión, la dominación, la esclavitud, la mercantilización de la vida) y también comparten un fin último: la libertad y la autonomía de los individuos».


VEGANISMO


Posturas veganas ya existían antes de la acuñación del concepto por parte de Donald Watson y Elsie Shrigley en 1944. Desde la AAM entienden el veganismo desde «una actitud de respeto hacia todos los animales, contraria a ciertas prácticas y al consumo de productos obtenidos a partir de su uso o muerte. El veganismo implica no comer ni vestirse con ningún producto de origen animal, tampoco utilizar productos que contengan ingredientes animales o hayan sido experimentados en ellos, ni participar en espectáculos donde sean utilizados». Además, afirman que el veganismo no es un fin en si mismo, sino un medio para la liberación animal, una acción directa contra la explotación animal que puede hacer cada uno individualmente.

Por otro lado, la dieta vegana, como indica la ONG Anima Naturalis, está basada en cereales integrales, legumbres, nueces y semillas, frutas y vegetales. La vitamina B12, los ácidos grasos omega-3, la vitamina D, el calcio, el yodo, el hierro, la vitamina A y la proteína son importantes. En su guía ¿Por qué vegano?,además de exponer su rechazo a la crueldad de las granjas industriales, el transporte amontonado o el padecimiento de los mataderos, explica detenidamente qué comer para seguir una dieta equilibrada. Por ejemplo, puedes sustituir el huevo por plátanos (uno por huevo) o bien la leche de soja, de arroz o de nueces puede ser usada en lugar de la de vaca. Estas leches y otras alternativas a los productos lácteos, incluyendo quesos, yogurts y postres congelados veganos, pueden ser comprados o preparados en casa. En general, se encuentran alimentos veganos en supermercados, tiendas de comida natural y tiendas cooperativas.

Cierto es que pueden tener el hándicap de un precio elevado sin pensar que la mayoría de las veces los procesos productivos más justos son más caros por el hecho de que las personas que los producen no están tan salvajemente explotadas. Además, como explica la guía, muchos de los productos veganos los puede elaborar uno mismo. Para la ONG el veganismo no debe ser interpretado «como una doctrina religiosa que prohíbe toda una lista de ingredientes malos, sino como la mejor manera de reducir el sufrimiento».


ANTIESPECISMO Y ANTROPOCENTRISMO

El antropocentrismo es un concepto filosófico impulsado desde el Renacimiento que sitúa al ser humano como centro de todas las cosas y en una posición de dominio respecto a la naturaleza. Ya en el siglo XX surge el concepto especismo que consiste en la discriminación de aquellos que no son miembros de una cierta especie. «El especismo, al igual que el racismo o el sexismo, es una discriminación basada en diferencias injustas o determinadas por la voluntad o el capricho», explica la AAM. Por todo ello se definen como antiespecistas. Consideran que los cimientos del especismo se consolidan durante la etapa escolar «cuando se nos enseña que la vaca vive en la granja y sirve para dar leche, la gallina para dar huevos y el cerdo para dar jamón. Los típicos libros para niños nos piden que unamos con una flecha el animal con el producto que obtenemos de su explotación y muerte. A partir de ahí, nuestra visión de los animales se reduce a que somos superiores a ellos y podemos utilizarlos a nuestro antojo. Jamás nos enseñan cómo malviven las gallinas en las granjas batería o como le cortan el cuello a un cerdo colgado boca abajo de una pata. Esto se maquilla con imágenes como una vaca que ríe y nos da su queso encantada, vacas pastando felices en los envases de los bricks de leche, cerdos con gafas, sombrero y bastón sonriendo en la etiqueta de una pierna de cerdo, etc., y se lleva a cabo en las afueras de las ciudades donde nadie pueda verlo ni oírlo».


ORÍGENES DE LA LUCHA


Podemos situar la Inglaterra de finales de los sesenta e inicio de los setenta del siglo pasado como el nacimiento del movimiento por la liberación animal. En ese país había ya una amplia tradición organizativa en torno a aspectos como el vegetarianismo (a mediados del siglo XIX se creó la primera organización vegetariana ) o el concepto de bienestar animal, que busca que a los animales no se les haga sufrir más de lo necesario. Ya en 1824, Catherine Smithies, formó el grupo The Band Of Mercy,cuya meta se basaba en campañas para prevenir el consumo de alcohol entre los niños e inculcarles el amor por los animales. Sin embargo, algunos de sus miembros demostraron tener un mayor entusiasmo con los animales y se hicieron conocidos por utilizar acciones directas tales como sabotear los rifles de los cazadores. Como explica el texto de AAM «esas entidades se habían caraterizado por seguir estrategias políticas, por medios legales que buscaban cambios en la legislación (por ejemplo mejores condiciones en las granjas, medidas restrictivas en la caza, etc.). A finales de los 60, muchos activistas se sentían defraudados por la ineficacia de estas formas de actuación, y decidieron cambiar la acción legal por la acción directa, no por una cuestión ideológica, sino por una cuestión de eficacia. Los resultados hablan por sí solos». Ponen como ejemplo las acciones llevadas a cabo para evitar la práctica de la caza de zorros. La evolución de la lucha pasó de pedir al gobierno mejoras legales a practicar la acción directa respetando la ley y finalmente sin respetar la ley. «En el año 1964 se funda la Hunt Saboteurs Association, creada con la intención de sabotear la caza mediante la acción directa legal. En vez de hacer campaña para que el gobierno prohibiese o regulase de forma más restrictiva la caza del zorro, los saboteadores de la caza iban a los cotos a intentar entorpecer todo lo legalmente posible a los cazadores: alertando a los zorros, desorientando a los perros, haciendo ruido, etc».

Actualmente el grupo en defensa de los animales Equanimal realiza una actividad muy similar, todos los años en el Torneo de Caza del Zorro de la localidad gallega de Rodeiro en Galicia. Hacia 1973, el activista Cliff Goodman, formó en 1972 un grupo que centró sus acciones en los momentos previos a la cacería para evitar que esta se produjera y se inició la acción directa ilegal por la liberación animal. Entre otras acciones atacaban los coches de los cazadores (pinchando las ruedas o rompiendo los cristales) y más adelante, hacia 1973, ampliaron su espectro de actuaciones e incendiaron un laboratorio de vivisección en construcción en lo que «fue la primera acción contra la vivisección y la primera vez que se utilizaba el incendio como medio», lo que se conoce con el término inglés de arson.

La Band of Mercyse disolvió dos años más tarde, «dando paso al Frente de Liberación Animal (FLA o ALF), que más que una organización, que como tal no lo es, es un nombre, asociado a unos principios, unos objetivos y unas prácticas, bajo el cual cualquiera que asuma el funcionamiento puede actuar.

El FLA no es nada, es gente, personas anónimas detrás de acciones; el FLA son acciones. Y, a veces, sucede que se cae en la estupidez de que dar a conocer las siglas sea el objetivo prioritario, cuando el objetivo debe ser la lucha». Hoy en día, los voluntarios del FLA explican desde su página que se ven a sí mismos «como el equivalente moderno del Underground Railroad (Un movimiento antiesclavista del siglo XIX consistente en una red clandestina formada por blancos abolicionistas y negros libres que ayudaban a los negros esclavos a escapar de la opresión blanca mediante un sistema de casas seguras y rutas clandestinas)».

A día de hoy el FLA sigue en activo y sus acciones se han ido sucediendo y multiplicando por todo el mundo. Cientos de miles de animales han sido rescatados y liberados de los lugares en los que vivían condenados a morir. La principal acción llevada a cabo en el estado español fue la liberación en 2006 de 15.000 visones americanos de tres granjas peleteras en A Coruña. La desorganización del FLA se suple con la multitud de páginas web de apoyo a este movimiento. También existen todo tipo de redes de apoyo a sus presos.



D. Font
                                                                                              Extraído de http://www.cnt.es/periodico

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