Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, julio 21

El perseguidor y otros relatos

Los relatos de Julio Cortázar constituyen uno de los ejes esenciales de su gran obra narrativa. Si en sus novelas la búsqueda de una nueva expresión de la realidad, acepta incluso los riesgos de una audaz y brillante experimentación formal, en los relatos la perfección de la forma pretende no alterar la descripción de los espacios ambiguos, incomprensibles, fantásticos de la realidad. Ciñendose por tanto a una prosa sólo aparentemente realista, Cortázar logra crear, de pronto, un imprevisto, inquietante pasaje de un mundo cuyos códigos creemos conocer a otro cuyos misterios, encantos y horrores escapan a la comprensión. Y no por ello, sin embargo, son mundos diversos; la percepción de la realidad no es completa si serena, por temor o dogmatismo, sus aspectos mágicos o fantasmagóricos.
En estos veintiún relatos de Julio Cortázar, entre los que se encuentran los más perfectos de toda su obra "El Perseguidor", "La autopista del Sur", "Casa tomada", "El otro cielo", "Cartas de mamá", "Después del almuerzo", surge en todo su esplendor la gran cualidad narrativa que ha situado al autor entre los principales escritores en lengua castellana.

2 comentarios:

  1. aúpa moli... bienvenido a la blogosfera. yo creo que has empezado bien, luego, cuando nos juntemos, te digo algunas cosillas que, a mi entender, puedem mejorar un poco el tema, pero lo importante era empeza... un abrazote

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  2. Pues sí, "El perseguidor y otros relatos" es un librazo que nos acompañará ya siempre, porque Cortázar tiene estas cosas, una lo lee y luego ya se le mete dentro ese ritmo y esa libertad, porque en el fondo toda la obra cortaziana habla de eso, ¿no?, un intento de liberación del individuo (ahora pienso en ese otro cuentito del reloj regalado y en que en realidad el regalado eres tú o en cómo subir una escalera al revés, esa pequeña venganza contra la norma impuesta y tácitamente aceptada).
    Por mi parte, declarada cortaciana, estoy deseando tener tiempo para terminar la relectura del "62 modelo para armar", ¡qué grandes esos dos argentinos, Calac y Polanco, Polanco y Calac casí intercambiables, grandes como Horacio, aunque de otra manera... pero esto para otro día.

    Enhorabuena por tu blog, que nos ponemos a hablar de Cortázar y en lugar de un comentario esto se convierte en un infierno florido.

    Linda Durán

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