Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

viernes, agosto 29

ROMPER COSAS EN EL TRABAJO Los luditas saben por qué odias tu empleo

 

 

Gavin Mueller

 Editorial: Melusina

 En el siglo XIX, los trabajadores textiles ingleses respondieron a la introducción de nuevas tecnologías en la fábrica haciéndolas pedazos. Este activismo convergió en torno a un misterioso personaje denominado el rey Ludd. El movimiento ludita ha sido ridiculizado por los estudiosos como un esfuerzo retrógrado y, en última instancia, ineficaz para detener el avance tecnológico. Sin embargo, para Gavin Mueller el movimiento llega al corazón de la alienación en las relaciones laborales y las supuestas ganancias en ocio y prosperidad que prometen las nuevas tecnologías. Los luditas no eran primitivos y siguen siendo una fuerza formidable, aunque sea inconscientemente, en los centros de trabajo del mundo en el siglo XXI.


Romper cosas en el trabajo es un innovador replanteamiento de la organización del trabajo a través de las máquinas, que salta de las fábricas textiles a los algoritmos, de la «administración científica» en las plantas del magnate Henry Ford a los trabajadores de Amazon que evaden la vigilancia con ingeniosas mañas. Mueller argumenta que la estabilidad y el empoderamiento futuros de la clase trabajadora dependerán de la subversión de los fines de estas tecnologías.


La tarea es intimidante, pero las semillas de esta resistencia ya están presentes en los esfuerzos neoluditas de hackers, piratas y usuarios de la dark web, así como de numerosos movimientos de base.

 

martes, agosto 26

Con ojos de Estado. Estado moderno y legibilidad

 

 

Hoy hablamos de la mirada del Estado moderno. ¿qué ven sus gafas?
En su libro "Lo que ve el Estado", el antropólogo james Scott parte de la legibilidad como punto de partida para entender las dinámicas estatales.

Con un fino análisis, James Scott ubica en el surgimiento de los Estados premodernos la importancia que ha tenido la creación de mecanismos de legibilidad cuya tarea ha sido simplificar y hacer visible parte de la complejidad de los elementos que dan forma al Estado. Los censos, los mapas, las listas catastrales y la convención de unidades de medida estandarizada son ejemplos de estos mapas de legibilidad que le han permitido al Estado actuar de un modo más eficaz.

La antropóloga Julieta Gaztañaga nos acompañará y guiará por este trabajo de Scott, para ajustar nuestra mirada y entender cómo la construcción del estado Moderno, necesitó (y necesita) de la legibilidad
¿Qué desaparece por el camino? ¿Cuál es la tensión entre el universalismo estatal y los particularismos locales? O ¿por qué fracasaron algunos de los grandes proyectos estatales de ingenieria social?

linternadediogenes@gmail.com

sábado, agosto 23

2 poemas de EL ÁSPERO DOLOR DE LA ESPERANZA de ALBERTO GARCÍA-TERESA

 


SU VICTORIA

 

Sepultarnos en la tristeza de la docilidad,

en el vuelo de sabernos incapaces

de verter en los engranajes arena.

Apesadumbrarnos de rutinaria obediencia.

Construirnos callejones a pesar de encontrarnos

en medio de las plazas.

Colocar a los bosques, a los pájaros, a los mares

como enemigos.

Continuar amamantándonos con dominación

porque respiramos su tabla de nutrientes.

Espinarnos el tacto.

Embalsarnos la mirada.

Deshilachar el diálogo, practicar sangrías

en los nudos y en los abrazos.

Deglutir la mansedumbre y vivir la rabia

como un hipo que nos atraganta.

Conducir el horizonte de promesa electoral a

anuncio publicitario, de

remedio tecnológico a remanso místico.

 

Y, a pesar de todo, hacernos creer libres.

 

 

**

 

 

Sólo un lugar

en donde pueda escucharse a los pájaros

debería considerarse habitable.

 

 

Alberto García-Teresa. El áspero dolor de la esperanza. Lastura Ed. 2025


miércoles, agosto 20

El «globo» de la globalización desde abajo



 En el mundo de los relatos y de la IA, la globalización aparece como el Príncipe del cuento del que jamás veremos sus manos manchadas de sangre. La Bella Durmiente, esa clase obrera hace tiempo arrullada por el individualismo y la subjetividad hasta haber desaparecido como sujeto colectivo entre nanas que hablan de narcicismo, victimización y egolatría, es aquí interpelada a dejar de soñar con el beso del príncipe, un beso hecho de racionalidad capitalista, derrota de lo político y lógica mercantil, para practicar cualquiera de las formas de sabotaje que nos devuelvan a la vida entendida como la textura social que hoy nos falta.

Pocos ignoran que detrás del concepto globalización se esconde la actualidad de las formas de expansión mundial del capitalismo, la derrota de lo político y la hegemonía universal de la forma mercado como único valor absoluto al que se pliegan todas las esferas de la vida. La globalización, alimentada de general intellect al servicio de la (re)producción capitalista, ha destruido las bases materiales de los saberes sociales, los vínculos y las relaciones de interdependencia y conocimiento con el medio natural. Los saberes acumulados para vivir han sido sustituidos por el saber abstracto del trabajar. La docilidad y la resignación marcan los nuevos vínculos que se han establecido entre el sujeto y el mercado como campo privilegiado de producción de relaciones sociales. La subjetividad e intersubjetividad, que posmodernos, autónomos y negrinianos esgrimen como el campo desde donde crece la rebeldía, se podrían plantear como el lugar donde se está librando la última batalla por la colonización de las conciencias y no el lugar desde donde se puede volver a reconstruir ningún sujeto colectivo.

La crudeza de esta evidencia, la persistencia y refinamiento de las prácticas depredadoras del imperialismo, general intellect incluido, se solapan con las prácticas humanitarias del imperialismo económico y cultural. La versión pacífica y enriquecedora de la globalización desde abajo se diluye en los légamos de las viejas propuestas socialdemócratas, activas a finales del siglo XX, sus ofertas de baja intensidad (renta básica, ciudadanía universal, software libre, 0,7%, condonación de la deuda, etc.) mientras que hace menos onerosa la verdad del actual proceso de esquilmado de la biosfera, la aniquilación de la diferencia social y la construcción de una subjetividad totalitaria.

Voluntariado oenegesita, algazaras radicales, turismo anti‐globalización, movimientos cívicos y revoluciones democráticas con generosa cobertura mediática… Los movimientos de pseudo‐resistencia actuales responden a la demanda de un mercado de productos emocionales para apaciguar el malestar de los remisos pero, sobre todo, representan la faz moderna del partido del orden, basta esperar para ver cómo es hacia él hacia donde confluyen sus prácticas, a la espera de poder ocupar un lugar en el espectáculo. El poder los hace visibles y, en tanto visibles, aparecen como portadores del monopolio de la protesta. Lo admisible de la protesta adopta la forma de sus reclamaciones y excluye a todas las demás.

Los movimientos de pseudo‐resistencia extraen sus fuerzas del demiurgo romántico y se nutren de desclasados, vocacionales, precarios, autoexplotados, todos ellos apropiados y rentabilizados por el capitalismo postindustrial que gestiona sus voces, su independencia, la visibilidad de sus prácticas políticas y culturales. Con ellos se clausura la parodia de la diversidad de pensamiento y acción en un mundo totalitario y homogéneo.

 Movimientos antisistema, de resistencia global, ¿serán las nuevas plataformas del turismo revolucionario? Contracumbres: Seattle, Londres, Génova, Praga, Salónica, Barcelona, World Social Forum: Porto Alegre, Mumbai… ¿Sus jalones? ®Tmark, Ne Pas Plier, Afrika Groupe, Indymedia, Reclaim the Streets, Parados Felices, Group Material, Las Fiambreras, Las Agencias… ¿Los virus artísticos de la rebeldía o una forma u otra de apropiación de la plusvalía en el posfordismo? Amador Fernández‐Savater los piropea, con naturalidad, como la otra cara de la moneda posfordista, la cara rebelde. El chiste tiene su gracia. Todos sabemos que billetes y monedas nunca tuvieron caras rebeldes. Ahí están las Guerrilla Girls, que terminaron como el rosario de la aurora, pleiteando por la gestión de los derechos de copyright del material producido como «colectivo anónimo», o la gente que ha terminado huyendo de La Fiambrera, hartos de opacidad y de líderes carismáticos. En el mejor de los casos, el artisteo, por desgracia, incluidos el ciberactivismo, la teoría queer u otras mandangas, se pierde en las procelosas aguas de las influencias y los patrocinios institucionales que, al fin y al cabo, son los que los hacen visibles previa aceptación de reglas no escritas que conllevan sumisión, precariedad y niveles de autoexplotación que harían sonrojarse a un minero asturiano de hace setenta años.

Tampoco les va mucho mejor a todas las demás redes sociales del mundo virtual, blogs, Myspace, Facebook, Instagram, Tik Tok, Twitter, X, etc. han terminado convertidas en clubes de narcisismo donde exhibir imagen y dar rienda suelta a un incesante monólogo que ni siquiera tiene las virtudes terapéuticas del parloteo de los antiguos patios de vecinas. Lo único que constatan diariamente los internautas es que fuera se está peor.

¿Será posible construir formas inéditas de autonomía social desde los ordenadores, las vitrinas de los museos y las mesas de los departamentos universitarios? Yo solo veo jerarquía, nuevas formas de la vieja explotación. También se habla del nuevo paradigma colaborativo que, de momento, sigue resolviéndose en estar juntos mientras no haya nada que ganar. Hablan de imaginación radical pero sus concreciones siguen siendo artísticas, dicen practicar nuevas clases de lucha, pero las desarrollan desde formulaciones socialdemócratas y solo se hacen visibles en el momento en que son aplaudidas por el poder. Conferencian sobre trastornar los espacios, pero practican un activismo de patio de colegio, codificado, parasitario, circunscrito a lugares muy determinados, potencialmente receptivos a estas prácticas y simbólicamente saturados por ellas.

 Tanto turismo revolucionario, tanto paseo, más que contestar la globalización pareciera reforzarla. Más que abolir el Estado pareciera que este sale juvenil y vigorizado de su encuentro con los bad boys. Parece que se reúnen para poder hacer, pero hasta la fecha no parece que hayan hecho otra cosa que reunirse y, en el peor de los casos, servir de monstruos de feria en los medios de comunicación o, peor aún, en los museos. Imagen, pose, coreografía… performance. ¿Cambiarán, con su primer empleo estable, el turismo revolucionario por la ruta de las kasbahs? Seguro que sí; en el fondo, son gente de orden.

Con esto no digo que no crea en las prácticas de sabotaje cultural, pero a la vez que admito su validez y oportunidad, habría que intentar que las mismas no fueran deglutidas por el mundo del arte. Su oportunidad política estribará siempre en la capacidad que tengan de no caer en las garras de la neutralidad estética y el espectáculo social. Su efectividad, en ser entendidas como experiencias que interrumpen el sentido, que refutan, impugnan y rechazan lo que nos impide apropiarnos de nuestra propia vida, importantes en tanto que sirven, si no a un plan unitario de subversión total, cuando menos a quienes participan en ellas para producirse a sí mismos, recuperando la política para la vida y, con ella, a un sujeto hoy anulado y aniquilado por las dinámicas simbólicas y materiales del Capital.

No nos engañemos, cualquier cosa que pueda hacer el arte la vida puede hacerla mejor. Por eso es hora de tratar de vivir el único tiempo que tenemos para la vida conspirando, amenazando y luchando contra el tiempo de la muerte, el tiempo del Capital. Hoy en día todos, sin excepción, estamos amenazados de muerte por el Capital y sus agentes de destrucción masiva. No es que quieran matarnos a todos, pero aceptan el riesgo y, desde luego, siembran la muerte y la destrucción allá donde huelen el beneficio. Ellos, que amenazan la vida, deberían ser amenazados por la vida, deberían desaparecer.

Movilizarnos para la vida será entonces reunir aspectos de la vida antes escindidos para recuperar el carácter integral de la vida, superando la fragmentación en la que asienta el dominio del capital, perder el miedo, buscarnos en lo local, entramarnos con otros, trazar complicidades con ellos, generar conflicto, rechazar lo inaceptable, brindar ayuda, negar el imaginario simbólico del Capital, ejercer contra él, la legítima defensa que se le reconoce a los amenazados de muerte. Reinventar un presente, un imaginario de transformación y cambio social; en el peor de los casos, mantener un embrión de resistencia crítica y antagonismo desbordante en el que la vida se incline hacia algo mejor. Los espacios, para quienes decidan salirse del guión y enfrentar la realidad, sobreviven en el territorio hostil de la precariedad y el aislamiento. Los canales desde los que participar de forma directa e inmediata en la construcción de lo común están ahí: secciones sindicales, ateneos, escuelas libres, cooperativas, colectividades, grupos de afinidad, de producción y consumo, etc. Ellos pueden volver a recrear la desobediencia organizada para la disolución del Poder si son capaces de articularse en las estrategias reivindicativas y en un proyecto social común. Nada está perdido mientras estemos dispuestos a dimitir, a desertar colectivamente de este sistema moribundo. Todo está por redescubrir si somos capaces de activar una poética de lo cercano sobre la magia de la mesura, el gusto por las pequeñas cosas, los saber

 

Antonio Orihuela
Arqueólogo del presente y escritor a contratiempo de la modernidad neoliberal

Publicado en Redes Libertarias núm.3

domingo, agosto 17

Democracias en extinción

 

 

¿Estamos viviendo el final de las democracias liberales? ¿Es este un periodo histórico caracterizado por un el auge de sistemas políticos diferentes al liberal de la segunda mitad del siglo XX?

Hablamos con el historiador Steven Forti, autor del libro Democracias en extinción. El espectro de las autocracias electorales.
Junto con él, haremos un recorrido histórico sobre la transformación en las extremas derechas, analogías y diferencias respecto a los fascismos del pasado, su capacidad de reconocerse y coordinarse entre sí, y el peligro que suponen para las actuales democracias liberales, desmantelando el estado de derecho y lo que en su momento se denominó el estado de bienestar. Analizando modelos como el de Italia, Bukele, Israel o Hungría veremos que transformaciones se están dando dentro de los sistemas políticos como para entender que el tiempo de auge las democracias liberales podría haber pasado

linternadediogenes@gmail.com

jueves, agosto 14

Antifa significa Palestina libre

 


Comunicado de anarquistas/antifascistas en Berlín

Como anarquistas, antifascistas y personas que forman parte de círculos autónomos en Berlín nos solidarizamos plenamente con todos los movimientos de liberación desde Palestina hasta el Congo, desde Kurdistán hasta Chiapas, desde Papúa Occidental hasta Isla Tortuga, desde Abya Yala hasta Sudán, desde el Sáhara Occidental hasta Myanmar, desde Haití hasta Kanaky y en todas partes del mundo. Defendemos firmemente la verdadera solidaridad internacionalista, intercomunalista, antirracista, queer transfeminista.

El verdadero antifascismo es anticolonial. Y el antifascismo anticolonial debe ser parte integrante de todas las luchas de liberación de los pueblos.

 La implacable opresión de las personas palestinas (en tanto en Palestina como en la diáspora), en su última fase de la Nakba y del genocidio en curso, ha mostrado el verdadero rostro y los valores de muchos gobiernos liberales y de sus aparatos estatales. Como los del Estado alemán que es plenamente cómplice del genocidio en Palestina y apoya fanáticamente a Israel y a todos los «valores occidentales» que éste representa: brutal ocupación y explotación, apartheid y limpieza étnica de los pueblos indígenas.
Sin duda, Alemania es experta en militarismo, guerras y genocidios: el de los pueblos herero y nama, el del pueblo judío de Europa, el del pueblo romaní/sinti, el apoyo al genocidio del pueblo armenio por parte de Turquía… la lista sigue y sigue.

En Alemania la narrativa del supuesto arrepentimiento y expiación de los crímenes nazis, la instrumentalización de la culpa alemana para con el pueblo judío, la autoproclamada «Staatsräson» («razón de Estado») y su selectiva y muy comisariada «cultura de la memoria» se esgrimen como argumentos para apoyar activamente el genocidio del pueblo palestino. Las y los electos representantes estatales de Alemania le lamen las botas a Israel proporcionando cobertura diplomática a los crímenes sionistas mientras que la mayoría de sus medios de comunicación repiten y amplifican la propaganda estatal israelí.

Una gran parte de la sociedad alemana, en su mayoría personas alemanas blancas, calla de nuevo ante la limpieza étnica que se está llevando a cabo mientras Israel, ayudado por Alemania y sus entregas de armas y tecnología para matar toda forma de vida en Gaza, comete a diario atrocidades inimaginables. Mucha gente en Alemania se niega a reconocer (o niega rotundamente) la brutal violencia colonizadora sionista en Palestina, la continua anexión asesina de Cisjordania, los asesinatos en masa a gran escala y el régimen de apartheid. «Es complicado», afirman. Pero, en tiempos de un genocidio de manual retransmitido diariamente en nuestras pantallas, el silencio es complicidad y será recordado como tal.

El movimiento por una Palestina Libre en Alemania está siendo atacado desde todos los frentes: por el Estado, por los neonazis, por las instituciones, por la sociedad civil alemana, por la «ciudadanía preocupada», por las y los liberales y por los llamados «Anti-Deutsche» (“alemanes anti-alemanes”).

Con el pretexto de «luchar contra el antisemitismo», se criminaliza a quienes piden el fin del genocidio y la ocupación (especialmente a la gente de regiones de mayoría musulmana y a las personas consideradas como tales, BIPoC y judías antisionistas), se les incluye en listas rojas, se les cancela, detiene, veta, insulta, ataca y acosa.

 En Alemania también nos enfrentamos a un problema bastante singular y muy alemán: una proporción significativa de alemanes blancos no judíos autoproclamados «antifascistas» apoyan con entusiasmo el proyecto sionista. Estos equivocados y molestos peones del Estado, los llamados «Anti-Deutsche» que supuestamente pertenecen a la izquierda radical, son intencionadamente ignorantes cuando se trata del sionismo y de Israel. Su siempre predecible movimiento característico es acusar de «antisemita», islamista, perteneciente a Hamas, fascista y/o nazi a cualquiera que se atreva a hablar en favor de Palestina. Es evidente que existe —por decirlo suavemente— confusión en el movimiento «antifascista» de Alemania y debemos desafiarlo y reflexionar más activamente sobre la izquierda radical de la que formamos parte. De todas nosotras y nosotros depende el cambio.

Tenemos que combatir todos los racismos en este país, especialmente los peligrosos y cada vez más tóxicos racismos antiislamistas y el odio antijudío.

Rechazamos la supuesta «razón de Estado» («Staatsräson») de Alemania y nos negamos a reconocer no sólo a «Israel» como Estado legítimo, sino también al Estado alemán y a todos los Estados. Como anarquistas, antifascistas y antiautoritaristas creemos que todos los Estados y todas las fronteras deben ser abolidos. Nos oponemos a todo tipo de estructuras de poder jerárquicas y autoritarias y a ideologías o conceptos como los Estados o los partidos políticos que ponen a determinadas personas o entidades en el poder y determinan la vida de los demás. De ahí que nuestra lucha tenga como objetivo la desintegración de los regímenes fascistas, sionistas, racistas y etnocráticos, no sólo en Israel sino también en todos los demás Estados del mundo.

Exigimos el fin inmediato del apartheid y la ocupación de Palestina. Los y las palestinas deben poder regresar a su tierra natal, abogamos por la liberación de Palestina y sostenemos que todo su pueblo debe vivir allí y prosperar en paz, desde el río hasta el mar. Luchamos por la libertad para todas las personas.

NUNCA MÁS significa NUNCA MÁS PARA NADIE.

 

Noviembre 2024
Grupo anarquistas/autónomos de Berlín

lunes, agosto 11

El genocidio de Gaza supera los 60.000 muertos mientras 320.000 menores están en riesgo de inanición

 


Después de 662 días de genocidio israelí en Gaza, la cifra de muertos en la Franja ha superado los 60.000, según fuentes sanitarias palestinas. De ellos, al menos 147 han muerto de inanición, una cifra que solo puede aumentar, según Unicef y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), quienes advierten que los indicadores clave de alimentación y nutrición en Gaza ya superan los umbrales de hambruna y que “se está agotando el tiempo para poner en marcha una respuestas humanitaria a gran escala”.

Según la última alerta de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (CIF), los niveles son los peores desde que comenzó el conflicto y dos de los tres umbrales que indican hambruna se han superado en algunas partes de la Franja.


El primero de estos indicadores, el consumo de alimentos, se ha desplomado en Gaza desde la última actualización del CIF en mayo de 2025. Más de un tercio de la población, hasta un 39%, se pasa varios días seguidos sin comer. La desnutrición aguda es el segundo indicador y ha aumentado “a un ritmo sin precedentes”. En la ciudad de Gaza, dice el CIF, los niveles de desnutrición entre los niños y niñas menores de cinco años se han cuadruplicado en dos meses y ha alcanzado en julio el 16,5%. Más de 320.000 niños y niñas, toda la población menor de cinco años de Gaza corre riesgo de desnutrición aguda, según PMA y Unicef. Solo en junio, más de 6.500 niños y niñas fueron ingresados para recibir tratamiento contra la desnutrición.

Y mientras tanto, terrorismo colono en Cisjordania

El pasado 28 de julio, un colono israelí asesinó “a sangre fría” a Odeh Hadalin, colaborador del oscarizado documental No Other Land. El asesino, identificado por testigos como Yinon Levi, ya había sido sancionado por la UE, EEUU y Canadá en 2024 por su participación en ataques contra civiles palestinos. Las sanciones posteriormente fueron revocadas por Trump en su primer día en el Despacho Oval. Según el periódico Times of Israel el acusado está en arresto domiciliario.

Según denunció el periodista y cineasta israelí Yuval Abraham, codirector de No Other Land, Yinon Levi acusó de la muerte a cuatro integrantes de la familia de Odeh Hadalin, que fueron detenidos por el ejército israelí. Abraham denunciaba en Twitter un “sistema que castiga a las víctimas (que están bajo la ley militar) y recompensa al tirador (que está bajo la ley civil)”. El pasado marzo, decenas de colonos ya habían atacado y dado una paliza al codirector del documental Hamdan Ballal.

La noticia del asesinato ha vuelta al mundo, llegando algunos gobiernos occidentales a calificarlo de «terrorismo colono». Sin embargo, estos países no cortarán relaciones con Israel, seguirán manteniendo contratos armamentísticos y de ciberdefensa y confirma la triste realidad del pueblo palestino: tal ha sido su grado de deshumanización que un asesinato racista perpetrado por un colono solo se ha considerado relevantes porque le pasó al ganador de un Oscar.

Según Al Jazeera, Israel ha asesinado a más de mil palestinos en Cisjordania desde el 7 de octubre de 2023.

 

https://www.todoporhacer.org 

 

viernes, agosto 8

De la tristeza de los domingos por la tarde a las ilusiones desertoras

  

Amig@s de Artax, os echábamos de menos. Si escuchasteis UHI: Uníos  hermanes impostores, puede que os guste este nuevo programa de los amig@s de Artax sobre el trabajo asalariado a través de un golpe de Sail (nuestra persona prota) contra una farola antes de ir al curro y sin haber tomado café, al tener que esquivar a unos mochileros alternativos. ¿El desenlance? os lo contamos, Llegó tarde a currar. Pero... ¿Qué paso entremedias? la pregunta central es si es posible desertar del trabajo asalariado dentro del capitalismo o de ilusiones también se vive. ¿Queréis escucharlo? ¿Os atrevéis?

Escenas de productos audiovisuales:

El show de Truman
Las uvas de la ira
Severans
Cadena perpetua


Canciones:

De fondo:

Le trio Joubran - Masar -

Enteras: 

 

 Nakar - Hondakinen artean Bizi -

Zea mays -Zuk borroka hasi -

Ancora - Partiendo candados -

zea mays - Kemena -

Nakar - MBBDB -

martes, agosto 5

Recomponer

 


Recomponer

lo que una vez estuvo unido;

ese abrazo

ensartado hoy por un alfileteo de grietas,

ese abrazo entre nosotras,

aquel con el entorno,

el que nos funde con el oxígeno

y las acacias y las liebres,

ese abrazo, ahora estrangulado por fronteras

y soberbia, que construye

una geometría donde nadie

puede quedarse atrás.

 

Recomponerlo,

no como meta

sino como única posibilidad de existencia.

 


Alberto García-Teresa. El áspero dolor de la esperanza. Lastura Ed. 2025

sábado, agosto 2

¿Quién ha roto internet? ¿a quién le beneficia?

 

 

¿Irritabilidad? ¿Adicción a las redes? ¿FOMO? ¿Tienes la sensación de que la vida en la web se ha vuelto más hostil? ¿Practicas el doomscrolling y no lo sabías? ¿Has sido blanco de un monetizador de odio o has visto a alguien cercano caer por una madriguera de conejo? Puede que padezcas severos síntomas del mal causado por el capitalismo de plataforma y los monopolios tecnológicos.

En La viralidad del mal, Proyecto UNA analizan cómo y por qué han crecido los discursos de odio en internet y cuál es la relación de este fenómeno con el Big Tech.

Hablamos con ellas sobre la historia de internet, cómo funciona el capitalismo de plataformas, cómo y por qué se destacan unos contenidos y no otros...

 

linternadediogenes@gmail.com