La ciudad se desangra en la oscuridad de la noche:
cuerpos derrotados durmiendo en cajeros automáticos
perros y pobres rebuscando comida en los contenedores de basura
hombres y mujeres buscando amor
o simplemente compañía
sólo por no estar solos
coca cortada en los servicios de las discotecas de moda
mamadas a 20 euros
policías apaleando a un joven negro sospechoso
callejones donde se huele a sangre
cuerpos fornicando sin ganas
yonkis buscándose una vena en la estación de autobuses
hogueras y niebla en descampados escondidos
jóvenes que se creen inmortales haciendo cola para el paraíso
viejos y cansados caminando de madrugada al tajo
borrachos que no encuentran el camino a casa
un amigo invisible en la calle
-entre la multitud-
hincado de rodillas
llantos silenciosos en habitaciones solitarias
gente escondida en sus miedos
niños sin cenar y sin futuro
cielos contaminados
bares donde huele a sudor y fracaso
cláxones ladridos sirenas peleas de gatos
animales heridos huyendo
y la última luciérnaga
y el último canto del autillo
y el último animal salvaje
y la última noche en la tierra
José Pastor