De modo que la modernización a partir de la técnica y tecnología ha sido y es un engaño para mantenernos en estado de sumisión y anestesiados. La tecnología ha sustituido a la religión como medio de control espiritual que utiliza en Capitalismo para someternos y que incide también en la economía para controlar los procesos de producción que genera el Capital y que atañen a la vida de todos los seres que habitan este planeta, destruyendo su habitat y dañando continuamente los ecosistemas de la Naturaleza que son el sustento de la vida humana, provocando guerras que reproducen las crisis sistémicas generadas por el Estado y el Capital para aumentar constantemente los beneficios económicos y políticos de la élite de Poder.
Si la esfera espiritual atañe a la vida contemplativa y la esfera material a la vida productiva, la prevalencia de ésta sobre aquella configura las sociedades capitalistas de degradación y destrucción en las que nos hallamos inmersos. Por lo tanto la esfera espiritual es la que debe prevalecer sobre la esfera material para que de este modo sea el individuo y la sociedad quien pueda controlar la economía y supeditarla a sus necesidades y no al revés como ocurre en la actualidad, al convertirse los mercados que producen mercancías en entes autónomos que junto con la Banca y el Estado rigen las vidas de los individuos y deciden inexorablemente su futuro.
La adaptación al sistema de dominación o en último término a la sociedad por medio del trabajo asalariado como medio de supervivencia y de realización (en pocos casos) supone una contradicción que parece ser insalvable, a saber, la sensación de inutilidad ante la falta y la imposibilidad de encontrar trabajo y por ende de sustento que tiene el desempleado al quedar al margen de la sociedad empleada. Y que suele provocar también en la inmensa mayoría de los casos un desasosiego y un vacio espiritual permanente que sólo se puede contrarrestar por medio del entretenimiento de los "miedos de manipulación" y el consumo de drogas legales e "ilegales" que nos ofrece constantemente el sistema.
En los países más desarrollados industrialmente y tecnológicamente (ricos) ha habido una mayor intervención del Estado comparado con los países subdesarrollados que carecen de industria y tecnología (pobres), aquellos padecen en mayor medida las consecuencias del Capitalismo en su versión espiritual y éstos sufren más en su versión material. El Capitalismo se desenvuelve en las dos esferas humanas (espiritual y material), desequilibrando la balanza según le convenga en cada momento para obtener el máximo beneficio posible según las características de cada país, es decir, dependiendo de los recursos naturales y humanos de que dispongan para su explotación y de los factores que lo condicionan para ello, como hemos podido compobrar a lo largo de la historia.
El valor del trabajo de cada individuo en la sociedad capitalista está supeditado por los conocimientos adquiridos y la especialización en base a su formación correspondiente, por lo que recibirirá un salario mayor o menor según la jerarquía social que ocupe. Comparado con el valor del trabajo una sociedad comunista (libertaria), el individuo no estaría coaccionado por el Capital, por lo que podría desempeñar un trabajo en base a unos conocimientos que podría aprehender por libre elección, de manera que el valor del trabajo como tal no estaría supeditado al beneficio económico como sucede en la sociedad capitalista. Con lo cual fomentaría la igualdad económica en los distintos ámbitos de trabajo que tuviera que desempeñar en cada momento el individuo ya fuese de mayor o menor formación y capacidad de especialización.
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