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Émile Armand

miércoles, diciembre 17

Sobre Santander 2020. "Pinceladas contra las smartcities"

Breve introducción a uno de los muchos aspectos que abarcan "Ciudad 2020".

El megaproyecto “ciudad 2020” de Santander es una iniciativa pionera en el estado español, pero lleva consigo proyectos similares a los puestos en marcha en otras ciudades del planeta. Por ejemplo, el proyecto “smartsantander”, que viene a significar la creación de una “ciudad inteligente”. Esto es, más allá del eslogan publicitario, una apuesta tecnológica del ayuntamiento de Santander por hacer de la ciudad un escenario compuesto de sensores, cámaras y distintas aplicaciones innovadoras que permiten, entre otros aspectos relacionados con el transporte, los servicios y el ocio normalizado, localizar y registrar cualquier suceso que pueda darse en la calle en el momento exacto en que ocurre.

Quienes aún guardan la ingenuidad necesaria como para interpretar que dicho proyecto responde a los intereses de la población, entenderán que se trata de un avance democrático que conecta a la ciudadanía con la administración pública y, en consecuencia, permite gozar al ciudadano de mayor seguridad en las calles y de mayor comodidad en la vida cotidiana de la urbe. Sin entrar a valorar el hecho de que “ciudadanía”, “seguridad” y “comodidad” son conceptos cargados de valores -no sólo cuestionables, sino también rechazables-, “Santander 2020” es algo más que un proyecto innovador.

No se puede entender la implantación de las “smartscities” sin una perspectiva global de los cambios que los estados, en colaboración con empresas y universidades, están realizando a través de la investigación tecnológica y el urbanismo para perfeccionar sus ciudades como centros de tránsito y consumo de mercancías que son; desplazando a la gente humilde de sus barrios; destruyendo sus redes convivenciales para abrir la puerta al turismo y al imperio del poder adquisitivo, mercantilizando todo acto cotidiano (como los sistemas de aparcamiento regulado de pago); remodelando la estructura urbana para evitar el encuentro desinteresado entre personas; inundando de distintos dispositivos de control y vigilancia (cámaras, sensores…) las ciudades con el fin de ‘pacificar’ las calles y proteger la propiedad privada en un momento en el que los gobiernos prevén –y constatan- el aumento del conflicto social… El informe de la OTAN “Operaciones urbanas en el año 2020” nos puede ayudar a entender mejor esto. – el informe “Urban Operations…” puede descargarse en formato pdf en; www.rta.nato.inf-

Militarización, desarrollismo, control social y lucro son aspectos que se funden a la hora de entender qué es una “ciudad inteligente” y en qué clase de contexto se forja. No es casualidad que entre las empresas que están detrás de este proyecto se encuentre el Banco Santander, IBM e Indra, entre otras. Estas tres son conocidas por su inmensa acumulación de capital y cualquiera que tenga un mínimo de interés puede llegar a conocer su implicación en proyectos armamentísticos y destructivos con la tierra. Estos monstruos manchados de sangre no sólo se lucran de la guerra librada más allá de estas fronteras, sino de la guerra que se libra cotidianamente aquí dentro. De baja intensidad, pero continua.

En lo más cercano, lo que corresponde al día a día, entendemos que una “ciudad inteligente”, y en este caso Santander2020, es un paso más dentro del giro que esta ciudad, como tantas, lleva tiempo dando hacia la creación de entornos cada vez más fríos y hostiles, cada vez más habilitados para interactuar con máquinas y relacionarse a través del dinero, y menos habitables para interactuar con personas y construir tejido social. Esto tampoco es casualidad.
Asumir la vigilancia como base de la normalidad cotidiana, entender la participación colectiva como la demanda de servicios al ayuntamiento, delatarnos entre nosotros mismos al mínimo conflicto, desconfiar más de nuestras vecinas que de quienes llevan uniforme y pistola, entender el falso confort de las nuevas tecnologías como herramientas de socialización y convivencia… son algunos de los aspectos actuales que, entendemos, “Ciudad 2020” está reforzando.

Los dispositivos “Smart” se están aplicando también en ciudades como Génova, Estocolmo, Zaragoza, Chicago, Quito, Málaga, Vitoria, Huelva... Este texto está hecho con la intención de animar a la investigación individual y colectiva sobre estos asuntos que se nos echan encima.


G.A.I.A. (Grupo Anarquista de Investigación y Análisis)
Santander, Mayo 2014. 

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