Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

martes, marzo 19

El ímpetu de las ideas

En recuerdo de los "incontrolados" Progreso Ródenas, Félix Martínez y Eleuterio Roig, miembros fundadores de Los Amigos de Durruti

Con los trabajos que van en este folleto -las biografías de tres anarquistas implicados en la revolución española, en sus prolegómenos y en sus posteriores consecuencias- se pretende no sólo reivindicar y dignificar la experiencia de lucha llevada a cabo por ellos, sino dar a conocer la diversidad y amplitud de vidas que lo dieron todo por la libertad y por la destrucción del Estado, enfrentándose con toda su pasión tanto a los enemigos declarados de la revolución como a sus falsos amigos.

Ellos son tres de las muchas sombras que prepararon y alentaron la guerra social combatiendo al enemigo desde mucho antes del estallido revolucionario hasta después de haber sido sofocado y ya va siendo hora de recordar que fue gracias a gente corriente, a sus virtudes y a sus sacrificios, que se pudo plantear en la práctica el cambio revolucionario.

Félix Martínez, Progreso Ródenas y Eleuterio Roig fueron tres de los muchos que con la expropiación, el sabotaje y la pluma mantuvieron a raya al enemigo durante los años del pistolerismo, que salieron a la calle para derrotar a los militares en Julio, que crearon las milicias y combatieron a los fascistas por los montes, que denunciaron la reconstrucción republicana del Estado, criticando el giro contrarrevolucionario del gobierno en que participaban los propios dirigentes cenetistas, enfrentándose, en primer lugar, a la militarización de las milicias, abandonando las unidades militarizadas y no dudando en combatir con las mismas armas que habían empleado contra los fascistas a los enemigos de la revolución. La agrupación “Los Amigos de Durruti”, un grupo de afinidad de más de 5.000 miembros que ellos ayudaron a crear y cuyo fin era oponerse a las medidas contrarrevolucionarias, fue prohibida después de los sucesos de Mayo del 37 y sus miembros encarcelados, fusilados, perseguidos y dispersados.

Estos revolucionarios “incontrolados”, fueron tres de los muchos que, desautorizados además por la burocracia de la CNT, vieron terminar la guerra doblemente perseguidos -por un lado los fascistas y por otro los estalinistas y sus lacayos republicanos- y sufrieron las durezas del exilio implicándose en la resistencia contra los nazis y en las luchas por la supervivencia y la dignidad de los refugiados.

Sus vidas nos dejan como referente la perseverancia en la defensa de las prácticas revolucionarias y la incombustible pasión con la que se enfrentaron a unos tiempos difíciles con la rebeldía y los principios por delante.

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