1682
Accra
Toda Europa vende carne humana
No lejos de los fortines de Inglaterra
y Dinamarca, a la distancia de un balazo, se alza la flamante
factoría prusiana. Una nueva bandera flamea en estas costas, sobre
el techo de tronco del almacén de esclavos y en los mástiles de los
navíos que parten repletos. A través de la Compañía de África,
los alemanes se han incorporado al negocio más jugoso de la época.
Los portugueses cazan y venden negros
por medio de la Compañía de Guinea. La Real Compañía Africana
opera en provecho de la corona inglesa. El pabellón francés navega
en los barcos de la Compañía del Senegal. Prospera la Compañía
Holandesa de las Indias Occidentales. La empresa danesa especializada
en el tráfico de esclavos se llama también Compañía de las Indias
Occidentales; y la Compañía de la Mar del Sur da de ganar a los
suecos.
España no tiene ninguna empresa
negrera. Pero hace un siglo, en Sevilla, la Casa de Contratación
envió al rey un documentado informe explicando que los esclavos eran
las mercancías más lucrativas de cuantas entraban en América; y
así sigue siendo. Por el derecho de vender esclavos en las colonias
españolas, las empresas extranjeras pagan fortunas a las arcas
reales. Con esos fondos se han construido, entre otras cosas, los
alcázares de Madrid y de Toledo. La Junta de Negros se reúne en la
sala mayor del Consejo de Indias.
Eduardo Galeano. Memoria del fuego I. Los nacimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario