Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

sábado, agosto 6

Entrevista a Jorge Riechmann


Jorge Riechmann Fernández (Madrid, 24 de marzo de 1962), poeta, traductor, sociólogo, ecologista español. Autor relacionado con el grupo de poetas de la poesía de la conciencia.

¿El apocalipsis ya está aquí?

Podríamos hablar, en cierto sentido, de apocalipsis inmanente: aquel a que se ve sometida la vida humana bajo el imperio de la mercancía. Pero sí que podemos sentirnos bastante seguros –con todas las garantías científicas posibles— de algo terrible: estamos en la cuenta atrás. En lo que hace a la crisis ecológico-social, después de más de cuatro decenios de sensatas advertencias por parte de ecologistas y científicos, estamos en la cuenta atrás.

La relación del poder con la ecología tiene tintes más bien esquizofrénicos y además así también
parece que la vivimos los ciudadanos de a pie, ¿no cree? ¿Nos lo podría ilustrar con algún ejemplo?


Hace apenas unos días conversaba con una mujer a quien acababa de conocer, en Ronda. Me decía: “Pero si ni siquiera cuando todo el mundo estamos de acuerdo en algo, como por ejemplo salvar la selva amazónica, logramos nada...” Me quedé pasmado (nunca dejade sorprenderme una posición así, aunque sea absolutamente mayoritaria en una sociedad como la nuestra): ella creía, de buena fe, que en España todo el mundo deseaba detener esa destrucción. En la buena conciencia imaginaria de las españolas y españoles, quizá: pero si atendemos a las conductas (y no a las representaciones
imaginarias), casi todo en nuestra manera de vivir delata el impulso contrario, el de empujar esa destrucción hacia el límite. La madera tropical de los muebles de jardín españoles, la soja para los pien sos de nuestra industria cárnica, y los beneficios de nuestros grandes bancos dependen de la destrucción de esas selvas (y de casi todos los ecosistemas del planeta).

Profesor Riechmann, en realidad, ¿queremos despertarnos al ecocidio o es preferible seguir confiando en el primo de Rajoy? No me negará que la segunda opción es mucho más tranquilizadora...

Colectivamente funcionamos como sonámbulos, qué duda cabe. La fuga digital (el mundo de internet, los videojuegos, el entertainment electrónico) abre además inmensas posibilidades de evasión, que nuestros padres y abuelos desconocían. Pero la realidad, terca, sigue ahí: no podemos almorzar bits en vez de pan con aceite, quienes nos prometen la inmortalidad tendrán una mala muerte, y seguir los consejos del primo de Rajoy a la postre nos arruina la vida.

Según los datos que maneja en su libro, vamos al abismo a toda máquina y además cantando alegremente... ¿Cómo es posible que esto pueda ser aceptado sin más ni más?

Creo que una parte importante de la explicación tiene que ver con un concepto venerable, el de servidumbre voluntaria (un jovenzuelo llamado Étienne de la Boétie ya lo indicó hace medio milenio); otra porción con otro concepto notable, el de nihilismo. Como ya sé que usted me ha leído a mí (La habitación de Pascal), le recomiendo otra lectura: Capitalismo y nihilismo de Santiago Alba Rico, en Akal.

No hemos aprendido nada... o tal vez sabemos demasiado y de lo que se trata es de no renunciar
a nada, como decía George Bush padre cuando blaba de que “nuestro estilo de vida es innegociable".


No se puede anular la ley de la gravedad por un acto de voluntad, mal que le pese a nuestra voluntarista cultura.

¿Qué puede la poesía contra la publicidad mercantilista del "no te conformes con menos" o la propaganda política del “vamos a más"?

Puede seguir siendo fiel a la belleza y la verdad, sin reprimir la dimensión trágica de la condición humana.

Profesor Riechmann, cuando se salta desde la dominación y la servidumbre ¿a dónde se cae?

Bueno, si uno tiene la suerte de caer de pie y logra escapar a terreno provisionalmente seguro, se le ofrece una formidable perspectiva: todas las luchas, y muy pocas expectativas de vencer. Eso sí, buscando los lugares adecuados puede uno encontrarse militando en buena compañía. Y –como decía Manuel Sacristán hace ya muchos años: justo este verano se cumplen 25 de su muerte-, si uno resulta derrotado, por lo menos deberíamos tratar de ser derrotados con buen humor.

¿Qué ha aprendido Jorge Riechmann en estos últimos treinta años? ¿Y en los últimos treinta días?

Esta mañana vi una mariposa muy bella.

Jorge Riechmann ha obtenido los siguientes premios de poesía: Hiperión (1987) por Cántico de la erosión (ex aequo con Miguel Casado) , "Feria del Libro de Madrid “Parque del Buen Retiro" (1993), nacional "Villafranca del Bierzo" (1996), Premio Jaén (1997), Internacional Gabriel Celaya (2000)y Stendhal de traducción (2000). Dirige, junto con José María Parreño, la colección de poesía Hoja por ojo en la editorial valenciana Germanía. Traduce literatura francesa y alemana.

¿PERO QUÉ DICE EL ANHELO?

Siguiendo el hilo tenue
del anhelo que enhebra
esto y aquello con sus variaciones,
el molusco y la justicia, el beso
con el borde del escarnio, la luz con la otra luz,
el anhelo que tira suavísimo
de lo que existe hacia lo otro, ese hilo
no se rompe, se pierde tantas veces
pero nunca se rompe: no sirve
para salir del laberinto
si para repartir la harina de las estrellas.

Jorge Riechmann, 1999.

Entre la cantera y el jardín

Entre la cantera y el jardín se compone de 17 ensayos que indagan en la conciencia ecológica del presente. La literatura científica lleva más de cuarenta años probando la amplitud del desastre ecológico y social, pero nuestros modos de producir y consumir hacen oídos sordos de todas las alarmas. Ante ello, el investigador y poeta intenta comprender el porqué de tanta inacción y cuáles son las posibles vías que nos saquen del letargo y nos permitanluchar por un mundo que nos haga mejores.
Hoy, mientras el ecocidio continúa, mercenarios con ametralladoras y fusiles de asalto viajan en los atuneros españoles para que podamos seguir expoliando lejanos caladeros y las latas de atún en aceite lleguen sin trabas a los supermercados... Mantenemos un modelo de desarrollo insostenible (casi huelga decirlo) y basado en la exportación de daño. ¿Seremos capaces de despertarnos? ¿Y quién podría ayudarnos? ¿Acaso el poeta? ¿El ensayista? ¿El profesor de filosofía? Llevamos treinta años de hablar, hablar, hablar; y no hacer nada. Narcotizados, sonámbulos, presos los más en su ceguera voluntaria, como si nada hubiésemos aprendido de los siglos pasados. Treinta años sugiriendo que «menos es más»; treinta años leyendo en las pantallas y escuchando en los altavoces «no te conformes con menos».
Pero no nos concentraremos en las fantasías del Armaggedón final sino en la omnipresencia del apocalipsis cotidiano. El daño a la biosfera y el socavamiento de la autonomía del ser humano se están produciendo ahora; el trabajo de los poderes económico-políticos contra las alternativas que nos salvarían está teniendo lugar ahora. El momento de la verdad es ahora. Autoexpropiación para arrancarnos a nosotros mismos de los lazos de dominación y servidumbre.
Frente a la teología del mercado y la líbido de los grandes almacenes, el sueño de una sociedad en la que los ecologistas, los comunistas y los pacifistas ya no sean necesarios. Desprendernos de ventajas y dejar de ser verdugos. Porque todo esto es posible, sí, cambiando las relaciones sociales.

Entrevista realizada por Antonio Orihuela

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