Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

lunes, diciembre 16

¿Hasta aquí hemos llegado?


La acelerada presión de la Economía, empresas y Estados sobre la naturaleza y sus ecosistemas lleva a su degradación y/o destrucción en muchos casos irreversible.

El Sistema Capitalista sostenido por los Estados, en nuestro caso en forma de “Democracia” parlamentaria, el “Desarrollo”, el “Progreso”, significan deforestación, anegación, contaminación, urbanización, extracción, enfermedad,extinción...

Aún suponiendo que sus científicos y tecnólogos, cual modernos alquimistas, diesen con la definitiva fuente de energía limpia e inagotable, no cesarían su espiral de conquista y humillación de lo vivo y los vivos.

Ciencia y tecnología capitalistas trabajan para el perfeccionamiento de la eficacia de sus medios de, por un lado, la alienación , el sometimiento y el control social mas asfixiante sobre los pueblos y las sociedades que, inermes, no son capaces de enfrentar sus planes, y por otro lado, de su capacidad de expolio, parasitación y devastación del Medio.

Y esto no es sólo un problema medioambiental, es parte del PROBLEMA SOCIAL. Los poderosos, asaz egoistas, carecen de límite en su ansia de acumulación de dinero y poder, de bienes y propiedades, porque toda esta destrucción no sucede por una humanidad cuyo estallido demográfico haya saturado el planeta y lo esquilme por desesperada supervivencia. La “huella ecológica” de Amancio Ortega, de uno sólo de los miles de obscenos millonarios egoistas y acaparadores, equivale a la de millones de personas humildes.

No existe solución dentro del Capitalismo. Dentro del Capitalismo, azul, rojo o verde, otro mundo no es posible. El Estado no es ese ente benefactor que limitará la voracidad del Capital, con el que medra en relación simbiótica, por el contrario, lo defenderá a muerte, cómo vemos pasa ahora mismo en diferentes lugares del mundo.

El fin de la acumulación capitalista y de su pareja destrucción de La Tierra vendrá de mano del fin de la explotación y el sometimiento de las personas. El fin de la injusticia ambiental es inconcebible sin el fin de la injusticia social, y es imposible sin un proceso revolucionario que aspire a extirpar los cánceres del mundo, en avanzada metástasis ...El dinero, la propiedad privada, la especulación y la acumulación, o sea, contra el Capitalismo y los Estados que lo sostienen.

Si, un cambio radical que exigirá desurbanizar, desmantelar, descarbonizar, demoler. Destruir y construir, expropiar y repartir.

Unas sociedades humanas igualitarias, autogestionadas, respetuosas y guardianas de la Madre Naturaleza, donde la justicia y la equidad sean la base, austeras y eficaces, son el sabotage, la pesadilla de los capitalistas, pues no pueden ser expoliadas y convertidas en beneficio y, porque exigen el fin de las clases, el fin de los ricos, del lujo y el despilfarro.

Sólo alcanzaremos el equilibrio medioambiental de mano del equilibrio social.

Sin Revolución no hay salvación.


  Panfleto redactado por el programa de radio "La Contratertulia" para repartir en la manifestación del clima del viernes 6.

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