Una muestra, la tenemos, en el agua que contiene el subsuelo de las huertas de Vall d´Uxo [1] junto al rio Belcaire. El agua dulce que contenía su acuífero ha sido trabucada por agua salada, por su sobre-explotación y su expulsión. La paradoja no acaba aquí y adquiere tintes delirantes cuando, Coca-Cola -la multinacional más derrochadora de agua dulce del planeta- dice que reflotará el acuífero mediante su programa de “Cítricos Sostenibles”. En un claro intento de tratarnos como imbéciles, ya que este programa es solo una táctica de limpieza de imagen para su ampliación sectorial, y encubridora, al eliminar toda contestación ecologista hacia su empresa y su marca.
La industrialización y la petrolización en la agricultura es la forma más rápida de lucro sobre el terreno, al mismo tiempo que el ejercicio más perjudicial para el medio ambiente. Este es uno de tantos ejemplos que muestran las consecuencias de este proceso, bajo la mascara teatralizada de la defensa medioambiental. El hecho de que el acuífero perteneciente al río Belcaire y sus aguas subterráneas se hayan convertido en agua salada es un problema, extendido y similar en toda la vertiente mediterránea, en más o menor intensidad. Los problemas de esta situación derivan en diferentes amenazas; por un lado el elevado vertido de productos químicos derivados del petróleo -utilizados en la agricultura- que acaban en el subsuelo y que ha contaminado el líquido por filtración, y por otro, el problema ya conocido de sobre-explotación de los acuíferos, agravado por la ley natural de vasos comunicantes que ha rellenado el acuífero de agua salada. Hace años ya hubieron señales de peligro pero todos miraron a otro lado, por la mentalidad economicista y lucrativa. Fue cuando las instituciones decidieron que el agua no podía ser potable al contener un 2% de sal, pero el proceso continuo hasta llegar al 100% de salinización. ¿Y ahora toma la iniciativa una multinacional exportadora de agua?
La demandada abundante de agua dulce es causada por la ampliación de terrenos para el cultivo de regadío, en unos que anteriormente eran de secano (almendro, olivo y algarrobo) o simplemente, montañas de roca y vegetación silvestre. Esto ocurrió sobre la zona de la Plana Baixa y casi toda cuenca mediterránea, a partir de los 60´s y trasformó profundamente el paisaje para explotarlo económicamente. Al mismo tiempo fue lanzada la campaña de exportación del cítrico español hacia la Europa. La agroindustria campaba a sus anchas y con ella las grandes cantidades de demanda de agua. La exportación de productos agrícolas conlleva un aumento de la producción y de trasvase de agua. Aunque a primera vista parece superfluo, si nos vamos a los datos, son 4 millones de litros los llevados a Europa desde la costa mediterránea año tras año. [2] Además del excesivo gasto de agua, también está el peligro de su putrefacción, causada por la contaminación de las tierras de su propia cuenca hidrográfica. Esta contaminación proviene del laboreo de sus las tierras, por el uso y abuso de sulfatos, de abonos nitrogenados, plaguicidas y vertido de venenos sobre el suelo. En la cabecera de la balsa de regadío se mezclan los venenos con el agua para su distribución por el riego a goteo, unido a la costumbre de pulverizar todos los días y a toda hora, sin ningún miramiento sobre los problemas que ocasionan en el medio y el terreno.
Ahora que el acuífero y el agua del subsuelo de la Vall d´Uxo está completamente salada, la Administración, la Universidad, las empresas público-privadas químicas y Coca-Cola, nos dicen que gracias a sus análisis van a reflotar el acuífero y ahorrar la cantidad de agua para riego. El procedimiento le llaman “Cítricos Sostenibles”, un proceso pionero de recarga artificial de agua dulce que se inyecta de nuevo al acuífero, sacada de otros acuíferos cercanos y de agua residual de la población. El negocio es redondo y perpetúa el peligro de otros acuíferos a sufrir las mismas consecuencias. El proyecto toma los cítricos de los agricultores para la supervisión; a los técnicos de la universidad y sus satélites empresariales; la financiación del Estado; y la multinacional Coca cola, que es la gestora
En la página web de la citada multinacional nos avanza que “la meta es ahorrar durante los dos próximos años alrededor de 800 millones de litros de agua, lo que equivale al contenido de 320 piscinas olímpicas”. [3] Nada más y nada menos. Cuando la forma de ahorrar agua, es disminuir la cantidad en su uso, y para ello reducir la extensión de cultivo de regadío. Entre otras cosas, volver al cultivo autóctono del territorio y acorde a la pluviometría y la riqueza de la tierra. En toda la vertiente mediterránea el cultivo es el olivo, almendro y algarrobo... Son los arboles poco demandantes de agua y de venenos, y que al mismo tiempo nos definen la vegetación de la cuenca de Mediterráneo.
La multinacional y su fundación Coca Cola quedan bien paradas. La fundación dona una gran cantidad de dinero a un buen número de asociaciones, entre ellas las ecologistas, y con ello silencia todo tipo de posibles denuncias relacionadas con la actividad de la empresa, ver tabla [4]. Además la trama de las fundaciones beneficia a la mutinacional ya que cotizan menos impuestos que las empresas. Todas estas jugadas empresariales son un lavado de imagen, que esconde otras agresiones que ha realizado la empresa sobre el territorio, quedando silenciadas, como la sobreexplotación de acuíferos que realizó en El Salvador que dejó a 30.000 personas sin el agua necesaria para vivir.
“Cítricos Sostenibles”, contiene palabras y lemas biensonantes aunque de ambiguo contenido, al decirnos que es “una iniciativa que busca mejorar la competitividad y sostenibilidad de la producción de cítricos en España mediante el impulso de la fertirrigación eficiente (fertilización y riego) en zonas sometidas a estrés hídrico.” El capitalismo verde ha llegado hasta para la Coca Cola, que con el beneplácito municipal va a poner en marcha nuevas formas de lucro. Mientras lo único que podría mitigar el drama sería eliminar todo cultivo perjudicial para el territorio en su más amplia expresión. La sobre-explotación de acuíferos y fuentes naturales tiene consecuencia desastrosas en el territorio. En nuestra comarca tuvimos una amenaza en la misma línea planteada con la instalación de la empresa DAFSA, que los vecinos no fuimos capaces de frenar y cuyas consecuencias todavía no se han analizado seriamente.
Alfonso Soler colaborador de El Eco del Palancia
Notas
[1] https://elpais.com/ccaa/2017/10/27/valencia/1509116224_088202.html
[2] http://www.agronegocios.es/digital/files/planstar/Sanfeliu_pstar_citricos_valencia.pdf
[3] https://www.cocacolaespana.es/historias/acuiferos-castellon
[4] http://www.coca-colacompany.com/content/dam/journey/us/en/private/fileassets/pdf/our-company/2015-PIDC-Contributions-Report.pdf
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