En
la fila de atrás: “ese lugar de la clase
retirado del ojo que todo lo ve”
Ya
han publicado cuatro números de su revista, además de varios
títulos descatalogados que han vuelto a poner en
circulación.
Este mes entrevistamos a los/as compañeros/as del colectivo “En la
fila de atrás”, un proyecto desde Madrid
que
se propone estudiar, analizar y practicar la educación libre, la
pedagogía desde un punto de vista antiautoritario.
Charlamos
de su trabajo militante, su opinión sobre las experiencias actuales
de educación libre y analizamos la relación
de
los movimientos sociales y sindicatos con estos proyectos.
Para
quienes no os conozcan ¿A qué se dedica vuestro colectivo y en qué
ámbitos difundís vuestro trabajo?
En
la fila de atrás hace referencia a ese lugar de la clase retirado
del ojo que todo lo ve. Allí en la lejanía a modo de refugio o
cueva propia de los ladrones de Alí Babá, existe un alumnado que
encarna el conflicto entre la escuela y la vida, que resiste ante un
sistema educativo voraz que impone la sumisión, el silencio, la
inmovilidad, el aprendizaje desnaturalizado, el encierro, el éxito
de unos cuantos y por ende el fracaso de muchos. La disposición
panóptica propia del aula, generadora de filas y cómo no, de la
fila de atrás, creemos es un detalle que revela gran cantidad de
información acerca de la función escolar.
Tomamos
ese nombre para editar un boletín sobre pedagogía libertaria,
siendo nuestra intención que el contenido de éste fuera
eminentemente
práctico. A su vez “En la fila de atrás” pretende actuar como
un órgano de expresión para aquéllos y aquéllas que horrorizadas
frente a ese monstruo, deseen aportar reflexiones, que cuestionen el
“buen nombre” de la Institución, empujando a otras
personas
a pensar acerca de la escuela, porque creemos que la escuela ha de
repensarse, para ello consideramos que internet constituye una
herramienta muy eficaz, que nos permite sobrepasar las fronteras
ideológicas, tomando contacto con gente que no
suele
tener relación con el movimiento libertario ni con sus medios de
producción/distribución de cultura.
Se
os ha podido ver participando en la VIII Feria del Libro Anarquista
de Madrid ¿Qué tipo de material edita el colectivo y quién realiza
y colabora en las ediciones?
Las
personas que componemos el colectivo, apreciamos cierta carencia de
material pedagógico antiautoritario dentro de nuestros
entornos
habituales, tanto en términos teóricos como prácticos. El material
del que se dispone es muy recomendable, 25 años de
Paideia,
Enrique Martínez Reguera, Pedro García Olivo, Félix Rodrigo Mora,
Ricardo Mella... pero también resulta insuficiente. Por
ello
comenzamos a buscar y adquirir libros descatalogados de segunda mano,
pillados en librerías, por internet, rescatados de distris
abandonadas
o de manos solidarias...
De
forma casi artesanal y completamente autogestionada, decidimos
distribuir parte de ese material, reeditando textos descatalogados
pertenecientes a los años 60/70, como “La Sociedad
desescolarizada”, de Ivan Illich; “El maestro compañero”, de
J.R. Schmid; “La escuela ha muerto” de Everett Reimer... textos
que pretendieron desmontar el mecanismo
educativo
institucional, desde un enfoque libertario y que finalmente acabaron
muriendo de igual manera que otras ideas de la época, ¡oh quizás
no!.
La
experiencia en el encuentro fue muy gratificante, puesto que
distribuimos todo el material que llevábamos. El material expuesto
tuvo
una
gran aceptación, puesto que como hemos comentado anteriormente,
disponemos de “obras clásicas” que resulta difícil conseguir.
Aprovechar para felicitar a la organización del Encuentro por la
buena organización del evento.
La
educación libre es divulgada desde distintas posturas por autores,
proyectos pedagógicos o colectivos
¿Donde
se sitúa “En la fila de atrás” en este debate? ¿Hay en la
actualidad alguna escuela o proyecto
en
especial con el que compartáis ideas y prácticas?
Sin
duda, nos situamos en un paradigma político de la educación, con
tendencia libertaria. Con las críticas que pueden hacerse, Paideia
es nuestro referente; puesto que ha sabido llevar a la práctica las
ideas anarquistas en su cotidianeidad. Construyendo un modelo de
escuela en el que prima la creación de un sentimiento “colectivo”,
del que tal vez carezcan otros ejemplos de Escuelas Libres del
Estado, centrándose éstas, más en
el
desarrollo personal, individual. Partiendo
de
la necesidad de crear escuelas libertarias, consideramos positivo la
participación en escuelas estatales siempre que se planteen
proyectos colectivos entre el profesorado, huyendo de heroicidades
personales. Pero reconociendo las limitaciones impuestas por la
Institución (asistencia, jerarquía...) y tomando conciencia de la
imposibilidad de aportar un enfoque revolucionario desde este
contexto. Aún así, debemos valorar positivamente que incluso en
estas escuelas estatales, la maestra o el maestro tiene muchas
posibilidades de ejercer su trabajo: ausencia de libros de texto,
favorecimiento del sentimiento colectivo, cuidado de las
relaciones...
Pese
a que muchas de las personas implicadas en los movimientos sociales
estudian o se dedican a la educación y derivados, el debate y el
trabajo en torno a esta causa es escaso ¿A qué creéis que se debe
esto?
Consideramos
que es debido a la no politización. Que trabajan o participan en el
ámbito de la “intervención social”, desde una visión más
“humanista” que “política”. Interviniendo sobre la suma de
individualidades, pero olvidando su conjunto; por tanto, sin apostar
por la transformación de las estructuras socio-económicas. Lo que
provoca una delegación en las Instituciones e ir “remediando”
situaciones que esas propias Instituciones han generado. Por otra
parte, las personas que participan en proyectos con un enfoque
marcadamente político, se encuentran tan inmersas en sus
actividades, que es difícil que dispongan de tiempo y energías para
poder proyectarlo hacia el exterior.
¿Cómo
pensáis que puede influir vuestro trabajo en el día a día de los
espacios sociales? ¿Son útiles las teorías sobre educación libre
en la convivencia y organización entre compañeros?
Pero
cuando los grupos nos enfrentamos a un aprendizaje colectivo y
horizontal, se aprecia que los mecanismos que ponemos en
funcionamiento,
están claramente sesgados por la cultura escolar, por lo que para
reapropiarnos de la realidad colectivamente, es necesario desaprender
lo que la escuela nos enseñó. Ahí es donde la pedagogía
libertaria nos puede aportar un amplio, aunque
desconocido
abanico de recursos y herramientas.
Por
ejemplo, el concepto de educación integral, ayuda a que dentro de
nuestro grupo se evite la dualidad entre trabajo manual e
intelectual, evitando así la alienación y jerarquización de los
miembros que lo componen. Otro ejemplo sería la autogestión de
nuestros aprendizajes, desarrollando nuestra capacidad de
autorregulación, asumiendo responsabilidades sin necesidad de un
elemento regulador externo. La no competitividad, evitando la lucha
de egos que a veces se dan dentro de las asambleas. Los
aprendizajes
vivenciales o experimentales, la
no
posesión de la verdad absoluta por el profesorado (ni por
compañeros a los que se tiene en un pedestal); satisfacer la
curiosidad, trabajar la observación y la escucha, algo básico para
las asambleas y así podríamos seguir largo y tendido.
¿Creéis
que los sindicatos de la CNT pueden y deben
seguir
siendo transmisores de las ideas en torno al
aprendizaje
libre, tal y como se impulsó en el pasado
desde
los propios sindicatos, ateneos y escuelas racionalistas?
Sí,
la CNT debe retomar ese interés hacia la educación formal. Ahora
bien, desde un punto de vista no ortodoxo. Es decir, no debiera
centrarse únicamente en apoyar aquellas experiencias que copien el
proyecto de la escuela de Ferrer i Guardia. Entraríamos en un
interesante debate sobre si el apoyo de CNT restaría independencia a
los proyectos y disponemos de un limitado espacio. Queremos
aprovechar aquí para “ganar amistades”, comentando que desde CNT
se ha idealizado en demasía la figura personal de Ferrer y su
escuela. Reconociendo y admirando los aspectos positivos que
introdujo en la pedagogía, que en su época le costaron ser
asesinado y en la actualidad
el
sistema educativo estatal considera muchos de estos aspectos como
propios (coeducación de sexos, apertura al entorno y la naturaleza,
experimentación...). Pero nos posicionamos en cierta manera
contrarios a parte del enfoque ferreriano. Entendemos que existe un
marcado componente adoctrinador en Ferrer y para no extendernos
añadimos un ejemplo: Ferrer diría, a personas de corta edad
fácilmente manipulables por su falta de madurez y experiencias, que
“la policía es el
instrumento
represor del Estado que defiende...” eso es cierto, pero
en el ámbito educativo lo enfocaríamos de otra forma. Vivenciando
formas horizontales de organización y relación, las niñas y los
niños llegarán a esa misma conclusión; además desde un punto de
vista pedagógico, dar una idea terminada, impide realizar ese
proceso personal, interno que ha de llegar con la experiencia.
Por
ir acabando ¿Cuáles son los planes de futuro para “En
la
fila de atrás? Muchas gracias por vuestra atención.
Nuestra
intención es seguir con la publicación, intentando sacar un nuevo
número cada tres o cuatro meses, aspirando a ampliar los contenidos
prácticos, con el objetivo de aportar nuestro granito de arena a la
pedagogía libertaria y a su puesta en práctica. Por otro lado,
queremos seguir reuniendo material bibliográfico poco habitual en
nuestros entornos y darles una mayor difusión, en aquellos espacios
y/o actividades que estén relacionadas con nuestro ámbito de lucha.
Más
información:
www.enlafiladeatras.wordpress.com
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