Los gobiernos y ejércitos forman parte del
problema, no de la solución
El 19 de febrero de 2011 se reunía en París el G-20, el grupo de poder político y económico que gobierna, mata, roba, explota y aterroriza al mundo; el motivo: tratar de buscar soluciones a la crisis del capitalismo -sin que hayan encontrado ni una sola propuesta-. Todo sigue exactamente igual para la aristocracia del poder y del capital que antes del estallido de la "crisis" del capitalismo, verano del 2007, excepto para la sociedad y los trabajadores, que hemos empeorado nuestras condiciones de vida como consecuencia de las políticas de los gobiernos y banqueros para salvar al capitalismo, sus privilegios, riqueza y poder. Antes y después, las situaciones y soluciones que proponen son las mismas: aumentar la explotación, la dictadura y la injusta distribución de la riqueza.
La política de recorte de las pensiones aprobada en España en febrero 2011, con un acuerdo de Gobierno, Empresarios, Banqueros y Sindicatos Políticos (UGT y CCOO), es una consecuencia directa de las políticas del Gobierno Mundial del Capitalismo adoptadas por el G- 20. Las promesas electorales de los partidos políticos, las democracias parlamentarias y soberanías nacionales; toda una farsa y engaño. La dictadura mundial capitalista y gubernamental es toda una realidad.
El capitalismo es a la economía lo que la religión a la ciencia. Al capitalismo hay que analizarlo como lo que es, una estructura de poder económica y política, no es un sistema económico ni modelo productivo que sirva al conjunto de la sociedad. Se sustenta en una doctrina económica dogmatica, irracional, injusta y estúpida, con un discurso económico dirigido a justificar la injusta distribución de la riqueza basada en la explotación y miseria de los trabajadores. La literatura económica del Capitalismo es similar a la religiosa, irracional, doctrinaria y dogmática, que solo sirve a la minoría aristocrática del poder y del capital. Es una dogma económico sustentado en la ignorancia generalizada del pueblo, mantenida por políticas de gobierno idiotizantes, alienantes, desarrolladas por la televisión, el fútbol y la religión.
El capitalismo constituye una aberración para la ciencia económica, de igual forma que, históricamente, la religión constituyó una aberración científica e ideológica para gobernar la vida de los pueblos. Los gobernantes hacen gala de una estupidez económica que raya con el idiotismo médicamente tratado.
Recuperar el conocimiento de la economía como ciencia puesta al servicio de las necesidades humanas y sociales, generalizar su saber en la sociedad, es una tarea que forma parte de nuestra lucha económica y social hacia nuestro bienestar. Acabar con la ignorancia económica de la sociedad forma parte de la justicia cultural.
Los gobiernos y ejércitos forman parte del problema, no de la solución. Las revueltas populares y sociales del mundo árabe en enero y febrero del 2011 en Túnez, Egipto, Bahréin, Libia, Marruecos, Argelia, Jordania, Yemen, Irán, Arabia Saudí... contra la injusticia, pobreza, explotación, desempleo, miseria, corrupción, dictadura y terrorismo gubernamental constituyen un acto de dignidad humana, de solidaridad social y popular, que muestra a las claras cual es la sencilla solución a los problemas del pueblo trabajador:
la acción directa solidaria de la sociedad y de los trabajadores contra los gobiernos, banqueros, los dictadores y explotadores del mundo capitalista, con un objetivo: avanzar a la libertad, igualdad, justicia económica y social.
Las dictaduras del mundo árabe, sostenidas primordialmente por los gobiernos y empresarios de EEUU y Unión Europea, responden a una identidad de intereses entre los gobiernos y empresarios de allí y aquí para repartirse el poder político y económico, y las riquezas energéticas del petróleo y el gas. La banca de la UE y de EEUU suponen el refugio de las riquezas robadas al pueblo árabe por sus gobiernos. Solamente Mubarak ha robado 70 mil millones de euros que guarda en ella. Los gobiernos árabes se sustentan en unas férreas dictaduras de partido único: el Ejercito.
Las revueltas sociales del mundo árabe han mostrado de una forma sencilla la división de la sociedad en clases sociales: el poder del gobierno del estado contra el pueblo, el ejército contra la sociedad, dos fuerzas enfrentadas históricamente. Ahí está la clave, en la destrucción del poder, de la autoridad, del gobierno, del estado, del ejercito. En Egipto, un Ejercito de más de un millón de soldados para gobernar una sociedad de 80 millones, constituye a su vez toda una potencia y poder económico estratégico en sectores claves.
Los costes militares del capitalismo, ejércitos, policías y guerras son la causa fundamental de la quiebra económica mundial de las sociedades.
José Luis Velasco
En hora buena por el artículo, yo creo firmemente en que la próxima gran revolución se debe centrar en el cambio radical del pensamiento humano no de las armas ni de otros modelos ya conocidos. Hoy en dia, todos los sistemas con los que vivimos han fracasado, es decir, el ecónomico, el político, el religioso, el ecológico. Supongo que debemos tocar fondo para reaccionar ya que ahora mismo vamos en picada y a una gran velocidad, creo que hasta ese momento, al tocar fondo, podremos finalmente darnos cuenta de todos los errores en los que vivimos dia a dia pueden ser solucionados.
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