Cuando la multitud hoy muda, resuene como océano.

Louise Michel. 1871

¿Quién eres tú, muchacha sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

Soy la anarquía


Émile Armand

sábado, septiembre 28

La salida del planeta

 


La salida del planeta

en esta caída de cristales partidos

no puede residir en el dinero verde,

el egoísmo verde, la explotación verde.


Los tallos se siguen cortando con la misma guadaña.


La persistencia de su maravilloso equilibrio

se basa en algo tan sencillo

como poder mirar a la cara a la gente,

estrechar sus manos, besar su frente;

respetar al río, al bosque, al monte;

concebir a los seres vivos

únicamente como entes latientes, sintientes,

no como productos o inversiones.

Palpar con las venas las raíces,

empaparse el alma de rocío,

escuchar a los árboles, sonreír a los peces;

dejar la mercancía

definitivamente

en el vacío.

 

 

Alberto García-Teresa. En: Se agota el tiempo: rebelión poética por el clima. Ed. La Vorágine / Voces del Extremo. 2024

Foto de Teresa Chacón


miércoles, septiembre 25

Bulos racistas para extender el odio


El pasado 30 de julio, cientos de personas, convocadas por diversas organizaciones de extrema derecha, se concentraron frente a la mezquita del pueblo inglés de Southport. Corearon “no surrender” (“no nos rendimos”), “English till I die” (“inglés hasta la muerte”) y “Tommy Robinson” (el nombre de un activista de extrema derecha, fundador de la organización islamófoba English Defence League, que días antes había huido del país para evitar comparecer a un juicio) antes de empezar a lanzar piedras contra el centro religioso y a la policía que lo custodiaba. Finalmente, los maderos – de los cuales 50 acabaron heridos, 27 de ellos hospitalizados – solicitaron refuerzos, cargaron contra los ultras con material antidisturbios y disolvieron el acto que supuraba odio.

El origen de todo: un bulo islamófobo

La razón por la que se produjo este ataque contra una mezquita se debía a que el día anterior una persona, armada con un cuchillo, acudió a un campamento infantil de baile en Southport y asesinó a sangre fría a tres niños e hirió de gravedad a otros ocho y a dos adultos. Horas después, varias cuentas de redes sociales de derechas – incluyendo la negacionista Channel3Now que se hizo muy popular durante la pandemia, la del mencionado Tommy Robinson, exiliado en Chipre, y las de grupos neonazis como British Movement, Atomwaffen Division y National Action – empezaron a difundir la noticia que el asesino se llamaba Ali Al-Shakati y que era un refugiado musulmán. Sin embargo, esto no era más que un bulo, dado que al poco tiempo trascendió que el autor del crimen era Axel Rudakubana, un joven galés de 20 años, padres ruandeses, católico y nacido en la mismísima Gran Bretaña.

En los días siguientes, pese a que se aclaró la identidad, nacionalidad y religión del asesino, la desinformación racista se siguió propagando. Por ejemplo, el ultraderechista Nigel Farage (UKIP) acusó a la policía de ocultar información con fines partidistas y Tommy Robinson aseguró que el autor del asesinato había llegado en patera a su preciosa y verde isla. Incluso cuando ya estaba claro que se trataba de un joven nacido en Cardiff, el hecho de que es negro siguió siendo suficiente para para continuar los ataques racistas. “Tan solo unos días antes, Kyle Clifford, un hombre blanco de Londres, había asesinado a tres mujeres, pero el caso no pasó de la habitual crónica de sucesos”, explica este doble rasero Miquel Ramos en un artículo en Público1. “Nadie salió a cazar hombres blancos. Ni se suceden las cacerías de hombres cada vez que uno mata a una mujer, sea del color que sea. Lo de Southport fue diferente porque el perpetrador era negro, y eso sí que se podía usar para responsabilizar a todo un colectivo por los actos cometidos por una sola persona. Es el ABC del manual racista”.

Huelga decir que incluso si el asesino hubiera sido un solicitante de asilo musulmán, estos pogromos racistas no habrían estado justificados. En cualquier caso, el bulo se extendió como la pólvora y las manifestaciones de ultraderecha empezaron a aflorar como setas por todo el país, especialmente en Inglaterra e Irlanda del Norte. El 31 de agosto, Patriotic Alternative celebró una marcha por Londres bajo el lema “enough is enough” (“ya basta”). Ese mismo día, se atacaron hoteles en Manchester y Hartlepool que alojaban a solicitantes de asilo, al grito de “we want our country back” (“queremos que nos devuelvan nuestro país”). Y en los días siguientes, hasta el 10 de agosto, se produjeron concentraciones similares por todo el país, muchas de las cuales terminaron en violencia – bibliotecas y coches ardiendo, tiendas saqueadas, centros de acogida atacados, abogadas de extranjería amenazadas, coches robados alunizando contra hoteles que albergan migrantes, agresiones a comerciantes árabes, ataques a rumanos que circulaban por la calle, etc –. Además, reventaron varias concentraciones propalestinas en diversas localidades inglesas y galesas e, incluso, llegaron a instalar un checkpoint temporal en Middlesbrough para purgar extranjeros. En total, se han producido más de 1.000 detenciones, cientos de encarcelamientos y más de 130 policías han resultado lesionados. Los daños materiales totales todavía no se pueden calcular.

Contado así, de forma fría, puede parecer un relato impersonal. Pero Miquel Ramos hace un buen trabajo de describir lo que todo esto supone: «Hay un grupo de personas parando los coches para comprobar quienes van en su interior. Los blancos pasan sin problemas, pero un conductor de tez morena emprende la huida como puede tras ser golpeado por varios de los que han rodeado el vehículo. No es el único punto de la ciudad donde hay incidentes. A pocos kilómetros, unos jóvenes se graban mientras apedrean las casas y los vehículos de una calle donde viven personas de origen migrante. En otra ciudad, un grupo de personas llega a un hotel donde se alojan refugiados. Entre los manifestantes hay un padre que lleva a su hijo a hombros, y otros menores de edad que saltan y gritan acompañando a la masa. A los pocos minutos, alguien prende fuego a unos contenedores y los empuja para que prenda todo el edificio«.

Y mientras todo esto sucedía, Elon Musk, propietario de Twitter y uno de los instigadores de las protestas – que, además, se lucra con la difusión de bulos y mensajes de odio – tuiteó “Civil War is inevitable” (“la guerra civil es inevitable”) y puso un su perfil imágenes de las cacerías racistas2.

La respuesta antifascista

Por fortuna, hemos podido presenciar decenas de respuestas, a nivel de calle, plantando cara a esta oleada de violencia fascista. Desde cadenas humanas frente a centros de acogidas de migrantes, hasta contramanis en diversas ciudades e, incluso, enfrentamientos físicos en algunas de ellas. Como consecuencia, algunas antifascistas han sido detenidas por supuestas agresiones contra racistas y/o policías Chatham, Southampton y Portsmouth, por citar algunos ejemplos. «Cientos de vecinos se apostan ante las puertas de otro hotel en Bristol, haciendo un muro humano contra la horda de racistas que intenta asaltarlo«, relata Miquel Ramos. «Por otra calle bajan decenas de encapuchados que se enfrentan a los racistas y los ahuyentan a palos. Son también ciudadanos que se han organizado para confrontar a los ultraderechistas que llevan días patrullando las calles y agrediendo a cualquier persona no blanca. Hay también convocatorias para proteger las mezquitas, lugares señalados por los ultras para que sean atacadas. Las comunidades que han sido objeto de señalamiento y violencia han formado grupos de autodefensa, e incluso han salido a las calles a dar respuesta a los racistas violentos«.

Miles de personas [unas 25.000] salieron a la calle el 7 de agosto en las ciudades Birmingham, Brighton, Bristol, Liverpool, Londres, Newcastle y Northampton para denunciar los disturbios y ataques de extrema derecha contra inmigrantes y musulmanes”, escribió El Salto en su web3. “Se trataba de una convocatoria que pretendía contrarrestar las convocatorias de la extrema derecha, que apuntaban a despachos de abogados, ONG y oficinas de derechos sociales de apoyo a las personas migrantes”.

 

Un manifiesto hecho público ese día dice: “Nosotras somos la mayoría, ellos son unos pocos. Gran Bretaña tiene una orgullosa historia de derrotar a fascistas y racistas. Podemos derrotarlos de nuevo. Debemos hacer frente al racismo, la islamofobia y el antisemitismo. Debemos unirnos y movilizarnos contra la extrema derecha y el fascismo”.

La respuesta estatal

Por su parte, el gobierno laborista de Keir Stammer respondió condenando las protestas y llevando a cabo la mayor movilización de policías desde los disturbios de Londres de 2011. 6.000 agentes antidisturbios fueron repartidos por el país – la mayoría en la capital – y otros 2.000 permanecieron en la reserva, dispuestos a acudir donde se les llamara. Policías escoceses fueron enviados a Belfast para poder hacer frente a los disturbios que se estaban produciendo. Además, se anunció que se usaría tecnología de reconocimiento facial y se haría seguimientos a organizaciones de extrema derecha para poder detener a cualquier persona que haya participado en los ataques.

Las detenciones resultaron tan masivas, que el 19 de agosto el Ejecutivo activó la Operación Amanecer Temprano, dejando en libertad provisional a centenares de presos preventivos de otras causas en cárceles de Gales e Inglaterra central para poder ingresar en prisión a un elevado número de ultras.

La respuesta del Estado siempre es usar la policía, responder a la violencia con violencia, y no abordar las causas de la xenofobia4. Se trata todo esto como un problema puntual de orden público, pero la precariedad y la ansiedad que el racismo genera continuarán serán la maleza que actuará luego combustible. «Esta situación es el resultado directo de la combinación explosiva de odio, el racismo, xenofobia y desinformación mostrando de manera meridiana como triunfa el discurso de las extremas derechas en las democracias liberales«, explicó Ruth Ferrero-Turrión en Público el 8 de agosto. «Unas extremas derechas que aprovechan las emociones de la gente para alcanzar sus objetivos a través de la movilización de la ira, el miedo, la indignación, la ansiedad o incluso la  sorpresa operan de manera eficaz sobre sociedades, en este caso la británica, donde primero ha tenido lugar la destrucción del tejido social a través de la implantación de políticas neoliberales, y después los líderes políticos que las han implantado han señalado con el dedo al otro como enemigo y amenaza y responsable de todos los males. Donde se ha azuzado la lucha del penúltimo contra el último. De esto iba el Brexit. La sociedad británica, pero no solo, es receptiva a cualquier bulo que apunte a los que siempre les han dicho que eran la causa de todos sus males«.

Y todo, al final, se arregla con policía”, decía Miquel Ramos el pasado 6 de agosto. “El sistema, insisto, permanecerá intacto. Los equilibrios y las convivencias, cada vez más frágiles. Tan solo las comunidades organizadas, conscientes de estos problemas, están dando respuesta a pequeña escala, al margen de las instituciones, señalando los problemas estructurales, dando batalla como pueden y poniendo el cuerpo cuando toca. Pero volverá a haber cualquier excusa en un futuro, si no en Reino Unido, en cualquier otro país. Y volverá a prender la mecha del racismo que permanece incrustado, inalterable e instrumental para entretener a los precarios compitiendo por las migajas”.

La extrema derecha española emula a la británica

El tiempo no tardó en darle la razón a Miquel. Justo mientras la llama de los disturbios británicos se apagaba, el 18 de agosto una persona asesinó a puñaladas a Mateo, un niño de 11 años, mientras jugaba al fútbol en un polideportivo de Mocejón, Toledo. Enseguida, aprovechando el corto lapso de tiempo, la extrema derecha española empezó a esparcir por las redes bulos racistas relacionados con el crimen, buscando provocar una reacción similar a la que dos semanas antes había sacudió el Reino Unido. Relacionaron el crimen con inmigrantes subsaharianos, con menores marroquíes e, incluso, con un atentado yihadista. Participaron en la mentira pseudomedios y cuentas anónimas, pero también empresas como Desokupa, el pseudoperiodista Vito Quiles, el agitador y ahora eurodiputado ‘Alvise’ Pérez – que, en su canal de Telegram (de más de 700.000 suscriptores) vinculó el asesinato con la llegada de “africanos” al pueblo, generando comentarios llamando a “ir a dar muerte a MENAs” – y hasta el mismísimo Santiago Abascal, que sin mencionar explícitamente el caso dijo que los migrantes estaban convirtiendo España en un “país peligroso”.

Llegó un momento en el que Asell Sánchez, el portavoz de la familia, pidió que no se acusara a “nadie por su raza o color de piel”, ante lo cual recibió una avalancha de repugnantes comentarios culpándole por la muerte de su sobrino, enviados por centenares de fascistas.

La respuesta estatal también emula a la británica

Unos días después, la policía detuvo a J.P., un joven español, como sospechoso del crimen. Español de verdad, que dirían los racistas, de piel blanca y padres españoles. Una vez trascendió la noticia de que la desinformación que difundía la derecha – la cual, aunque se desmienta, deja poso y estigmatiza a las personas migrantes – no eran más que bulos, la Fiscalía especializada en delitos de odio anunció que investigaría quién estaba detrás de la propagación de estas fake news por si hubieran cometido un delito de odio. Ante esto, no tardaron las ratas en abandonar el barco y varios ultraderechistas eliminaron, raudos y veloces, sus cuentas en redes sociales.

La Fiscalía, además, reclamó algunas reformas legales: acabar con el anonimato en las redes y prohibir su acceso a quienes difundan discursos de odio. Una serie de medidas – aplaudidas, por cierto, por algunos sectores de izquierdas, como el secretario general del PCE, Enrique Santiago – que, en el mejor de los casos son bienintencionadas y, en el peor, una manipulación para aumentar el control estatal sobre la población, nos generan pavor. Por un lado, acabar con el anonimato, es decir, dar un DNI para navegar por internet o abrirse una cuenta en una red social, impediría que un proyecto militante (como un centro social okupado, un colectivo ecologista que participa en acciones de desobediencia civil o un periódico anarquista) pueda difundir su trabajo sin señalar abiertamente a las activistas que participan del mismo). El anonimato es útil para que puedas participar en los debates políticos en redes sin exponerte, sin que tus jefes conozcan tu ideología, o sin informar a las autoridades de lo que piensas. Sin él, peligra la libertad física de quienes participan en acciones de protesta o en movimientos sociales, se limita la libertad de expresión y el derecho a recibir información. Por otro lado, otorgar al Estado la posibilidad de decidir qué se puede decir en internet y quién lo puede decidir, por supuesto, se volverá en contra de los movimientos antagonistas. Al igual que ocurrió con los delitos de odio, que se regularon para proteger a las minorías vulnerabilizadas y que se han instrumentalizado para proteger a personas privilegiadas – blancos, heterosexuales, españoles, fascistas, machistas, etc –, esta nueva normativa se pervertiría de la misma forma para atacar al antifacismo, feminismo, anarquismo, ecologismo, antiespecismo, etc.

La estigmatización de los problemas de salud mental

Por último, debemos señalar que una vez que trascendió la identidad del autor del asesinato de Mocejón, los titulares de casi todos los medios apuntaron inmediatamente que se trataba de una persona que presentaba trastornos mentales, que tenía una discapacidad intelectual del 70% y asociaron este hecho al delito.

Debemos destacar el trabajo incansable que han hecho varias activistas de salud mental y también la Comisionada de Salud Mental del Ministerio de Sanidad – quien ha difundido una guía de buenas prácticas – a la hora de explicar que asociar un posible trastorno con este terrible hecho resulta estigmatizante y dañino, además de infundado. Resulta sumamente irresponsable asumir que existe una vinculación entre salud mental y violencia cuando, de hecho, las personas que tienen un diagnóstico de salud mental reciben mucha más violencia que aquellas que no lo tienen. Por tanto, resulta tan discriminatorio asociar el crimen a una nacionalidad o etnia como a un trastorno mental.

______________________________________

 

1“Mata a tu vecino para salvar a tu país” (16/08/24).

2Recomendamos encarecidamente que leáis el artículo “La jaula de Elon Musk”, escrito por Jonathan Martínez (14/08/24) y «Pogromos en el Reino Unido«, escrito por Ruth Ferrero-Turrión (08/08/24), publicados ambos en Público.

3“Miles de personas aplastan las convocatorias racistas en Reino Unido” (08/08/24).

4Hemos traducido y subido a nuestra web un artículo titulado “La extrema derecha británica se alimenta del racismo de la política mainstream”, escrito en inglés por Amelia Morris y publicado originalmente en Jacobin. En él, la autora repasa el desarrollo de la islamofobia en Occidente tras el 11-S y cómo socialdemócratas y conservadores han ido normalizando y haciendo suyo el discurso xenófobo de la extrema derecha, hasta convertirlo en dominante. 

 

https://www.todoporhacer.org 

 

domingo, septiembre 22

Muerte y desesperación en Gaza (y en tantos lugares)


No me preguntéis por qué le presto atención a semejante cosa, pero acabo viendo parte de un debate en el que, entre otras cosas, se habla de los asesinatos masivos en Gaza por parte del Estado de Israel. El caso es que dos sujetos se niegan a posicionarse con el argumento de que las cifras de muertos están manipuladas. Para entonces, va en aumento, se hablaba de más de 40.000 fallecidos por el ataque israelí. Me pregunto qué cifra de asesinados es aceptable para que semejantes elementos, de ideología predecible, condenen lo humanamente intolerable o, tal vez, es que consideran que es falso que se esté cometiendo una masacre en Gaza. Uno de ellos, que dice estar al frente de algo llamado Partido Libertario, un evidente oxímoron para cualquiera que tenga bien oxigenado el cerebro, alega además que no se ha dado a conocer de verdad los crímenes cometidos por Hamas sobre los israelís en octubre del año pasado. Claro, es de una lógica aplastante, lo perpetrado por unos pocos justifica castigar a miles de inocentes. Y eso lo afirma un pseudolibertario, que dice ser crítico con cualquier abstracción llamada Estado y su feroz maquinaria bélica (bueno, esto seguro que no le molesta tanto). En fin. Uno se pregunta qué cruel y extraño mecanismo opera en el cerebro de algunos para, en función de sus simpatías ideologías, no condenar un crimen estatal. Y, desgraciadamente, no pasa solo a un lado del espectro ideológico.

Pronto, hará un año del inicio del ataque israelí sobre Gaza, de infligir por parte de un ejército un sufrimiento y muerte indescriptible sobre una población civil. Es posible que las cifras estadísticas, esas mismas que negaban ese par de botarates inicuos, no ayuden demasiado tampoco a adquirir conciencia, nos estamos acostumbrando demasiado al horror. Decenas de miles de muertos, entre ellos muchos niños, otras tantas personas que pueden estar bajos los escombros y esparcidas por las carreteras, sin que los servicios de emergencia puedan actuar por los continuos bombardeos, e infinidad de heridos atendidos en unas condiciones nefastas al estar las infraestructuras de la franja destruidas por los ataques militares. Incontable sangre derramada que debería golpear nuestra conciencia y que solo demuestran que la humanidad, una vez más, atraviesa una interminable era de colapso moral. Lo ocurrido el 7 de octubre de 2023, con cientos de asesinados israelís por milicianos de Hamas, no solo ha sido la perfecta excusa para la definitiva exterminación palestina, sino que toda argumentación parece condicionada por aquellos crímenes sin tener en cuenta que son ya muchas décadas de cruel hostigamiento del Estado de Israel sobre la población palestina.

El genocidio del Estado de Israel sobre Gaza evidencia que el derecho internacional es una pantomima y que las instituciones encargadas supuestamente de mantenerlo están condicionadas y directamente subordinadas a los intereses de los poderosos. Hace ya meses que la Corte Internacional de Justicia, sin levantar demasiado la voz y sin tomar ninguna medidas final contra ello, consideró que había motivos para creer que se estaba cometiendo un genocidio en Gaza, pero los aliados occidentales de Israel, con Estados Unidos a la cabeza, guardaron silencio y siguen haciéndolo. Si las instituciones jurídicas, obviamente, no es que se esfuercen en paliar los problemas del mundo, sino que más bien los sustentan, la responsabilidad se deja en todos nosotros, en la población civil, en los movimientos sociales. Se nos dirá qué diablos podemos hacer cada uno de nosotros, pero siempre se puede hacer alguna acción imaginativa, además de mantener un elevado foco crítico sobre todo Estado y su maquinaria bélica. Hambre y desesperación para gran parte del planeta, mientras en nuestras acomodadas vidas discutimos sobre meras estadísticas. A veces maldigo a gran parte de la especie humana. No obstante, tengamos confianza en superar las crueles estructuras sociales y políticas que se han creado, junto a incontables conflictos históricos que nos siguen determinando.

 

Juan Cáspar
https://exabruptospoliticos.wordpress.com/2024/09/11/muerte-y-desesperacion-en-gaza-y-en-tantos-lugares/

 

jueves, septiembre 19

Entrevista a Lura, miembro de la asamblea okupa de Prosfygika en Atenas: “Como familia vamos a superar esto con ayuda psicológica y el apoyo de la comunidad”

 


El movimiento anarquista griego ha sido referencial en los últimos años por su lucha incansable contra un modelo de vida incompatible con la misma. Diferentes movimientos libertarios organizaron la rabia tras la crisis que desoló a la clase trabajadora a partir del 2008. Así surgieron movimientos como la asamblea okupa de Prosfygika en Atenas. En la actualidad más de cien viviendas se organizan colectivamente en el barrio para plantar cara al estado en sus propias fauces. Tanto es así, que Prosfygika se sitúa entre las cortes y la comisaría central, además de tener a su alrededor un hospital oncológico y el estadio del Panathinaikos, el afamado equipo de fútbol ateniense.

Debido a su lugar estratégico, lleva años en el punto de mira del gobierno griego, tanto con Mitsotákis, de Nueva Democracia —los conservadores griegos—, como anteriormente con Syriza —los reformistas socialdemócratas—. Tras militarizar Exarchia y destruir buena parte de sus estructuras colectivas, también quieren acabar con Prosfygika, pero enfrente tienen a un barrio en lucha. En 2022 detuvieron a 79 personas en una operación sin precedentes. El pasado mes de junio realizaron una nueva acometida deteniendo a tres compañeras y la respuesta del barrio no tardó en llegar, como siempre han manifestado que harían si eran atacados. La policía lanzó granadas o gases lacrimógenos, sin importar que hubiera niños o mujeres embarazadas por las calles. Al día siguiente detuvieron arbitrariamente a un joven venezolano de 15 años residente del barrio. Este se disponía a hacer unas compras cuando fue sorprendido por miembros delta —policía motorizada griega—. En comisaría fue torturado y retenido durante 24 horas. Tras las protestas de los días previos, la Administración griega había decretado que 70 personas sin identificar estaban en búsqueda. Podrían realizar arrestos indiscriminados atendiendo a un cambio en la ley. No es casualidad que decidieran ir a por un menor migrante que se encontraba solo. Hemos hablado con la madre del adolescente, Lura, a la cual agradecemos sus palabras en un momento muy duro para su familia en particular y para el barrio en general. Atravesamos las fronteras ilusorias de los Estados para estrechar con fuerza la mano de las compañeras griegas. No estáis solas.

¿Cuál es la historia de Prosfygika? ¿Qué papel social desempeña en Atenas?

Es un barrio okupado desde el año 2000. En 2010 las personas que eran okupas autónomas —en su mayoría del movimiento anarquista— se colectivizaron y se convirtieron en una comunidad autoorganizada basada en el confederalismo democrático. Llevamos 14 años de lucha, organizando una comunidad en el centro de Atenas y uniendo a personas de diferentes nacionalidades, culturas, idiomas, religiones e ideologías políticas, además de personas mayores, personas con problemas de adicción, problemas psicológicos, personas con problemas de movilidad… Con todas nuestras diferencias, dentro del barrio hemos construido una cultura común donde todos estamos incluidos a diferentes niveles en cada uno de los trabajos y actividades que se desarrollan en la comunidad y donde un problema se convierte en un problema de todos y lo resolvemos entre todos.


¿Cómo se gestiona la actividad diaria del barrio?

Se rige por una asamblea general que tiene lugar todos los lunes donde cada vecino expone sus disponibilidades para los diferentes trabajos y donde se toman todas las decisiones. También contamos con un grupo de trabajo para organizar cosas más técnicas y una asamblea de mujeres que también toma decisiones, las cuales después son trasladadas a la asamblea general. Hay muchas estructuras y los miembros de la comunidad trabajan diariamente en ellas. Todas estas estructuras se han creado como respuesta a las necesidades que precisamente crea el sistema.

Como ejemplo de alguna de nuestras estructuras podemos mencionar la estructura de salud, estructura de mujeres, estructura de niños, estructura de juventud y autoeducación, cine, ropa, biblioteca, kiosko, internet, equipo técnico…

¿Cómo se organiza la autodefensa frente a los ataques que recibe?

La autodefensa tiene muchas opciones y niveles diferentes. En primer lugar, el espacio común, la perspectiva común, la fe en la lucha que estamos dando y la creencia en que otro mundo es posible consolida la unidad del barrio. La defensa no empieza y termina cada vez que la policía entra en el barrio, sino que continúa en cada momento en todo lo que hacemos. Desde la forma en que construimos las relaciones entre nosotros, cómo construimos y trabajamos en nuestras estructuras, cómo participamos en una manifestación, cómo nos comunicamos a través de los medios sociales, cómo creamos un terreno común con otros colectivos. En realidad, la autodefensa es todo lo que hace a la comunidad más fuerte y a cada miembro más consciente de la razón por la que está dando esta lucha.


¿Cuáles son las relaciones políticas con otros espacios de autonomía locales e internacionales?

Somos parte del movimiento radical griego y entendemos cada lucha también como propia, porque la lucha contra el capital, el neoliberalismo y la injusticia es común. Así que participamos en otras asambleas que existen también en Atenas y nos asociamos con otros colectivos autoorganizados y okupas intentado conectar cada una de las luchas. De esta forma también tenemos relaciones con espacios y grupos políticos de Europa, Turquía y Kurdistán.

¿Qué pasó los días previos a la detención de tu hijo?

La represión de los organismos de seguridad del estado escala siempre sus provocaciones cada verano. Habíamos tenido una serie de detenciones de algunos de nuestros compañeros y el barrio respondió unido saliendo a la calle, haciendo ruido y protestando junto al edificio de la policía. Después se realizó una marcha alrededor del barrio.

¿Cómo fue la detención y la situación en comisaría?

Totalmente arbitraria. A mi hijo lo secuestraron solo por vivir en este barrio. Lo incomunicaron, lo golpearon en la cara mientras era rodeado por varios policías en un lugar en el que no podían ser rastreados por sus propias cámaras de seguridad. Mi hijo fue expuesto a abuso psicológico constante, siendo amenazado con la violación. Le hicieron tres chequeos en menos de 24 horas y la última vez le obligaron a quitarse hasta la ropa interior. Intentaron humillarlo, diciendo que era mentira que fuese venezolano. Le dijeron: «Por el color de tu piel, eres gitano». Amenazaron con revocarnos el asilo, tratándonos como si fuéramos una familia de delincuentes, todo para quebrar su moral. Mi hijo pidió hablar conmigo y llamar a una abogada. Tras esto se burlaron de él, diciendo: «Tú no tienes dinero para pagar una abogada», aprovechándose para interrogarle sin la presencia de la abogada con la intención de intentar robarle una declaración falsa. Lo conectaron con los enfrentamientos que hubo los días anteriores, donde la policía una vez más atacó el barrio sin importar que hubiese niños jugando o un hospital cercano, usaron bombas aturdidoras y gas lacrimógeno y el barrio reaccionó unido en su defensa, pero mi hijo no estaba en el barrio cuando eso sucedió.

¿Qué proceso judicial se abre ahora?

Debido a la falsa acusación, le han cargado la mitad del código penal. Mi hijo tiene un juicio para el año 2026 donde tendremos que demostrar la injusticia que han cometido con él. Lo mismo que hicieron con otro compañero del barrio, el cual estuvo preso un año por falsas acusaciones. Además, 79 personas estamos esperando un juicio tras el ataque que realizó la policía el 22 de noviembre del 2022. Mientras tanto mi hijo tendrá que cargar con la etiqueta de delincuente que le han construido los que sobre la teoría deberían protegerlo.

¿Cuál fue la respuesta del barrio tras el ataque?

Seguir trabajando. Consolidamos cada una de las estructuras, la comunicación y la proyección con el Comité para el rescate de la memoria histórica del barrio y la plataforma de unión confederalista.

¿Cómo se siente tu hijo tras la detención? ¿Y tú?

Para un adolescente de 15 años esto representa una carga psicológica fuerte, pero como familia vamos a superar esto con ayuda psicológica y el apoyo de la comunidad.

¿Quieres dar algún mensaje a las lectoras de esta entrevista?

Como madre, como ser humano, no solo pienso en mi hijo, sino en todos los niños y adolescentes que han sido abusados y que por no tener recursos y el apoyo necesario han sido víctimas de un sistema corrupto. ¡Respeto a los derechos humanos! ¡Respeto a los derechos de los niños! ¡No al racismo! ¡No a la tortura! ¡No al abuso psicológico! ¡Fuera las manos de Prosfygika!

________________________

Si queréis tener más información sobre el barrio, podéis visitar su web, o su Twitter (@Prosfygika). Además, podéis apoyarles económicamente en este difícil momento si escribías a sykapro_squat@riseup.net

 

https://www.todoporhacer.org 

 

 

lunes, septiembre 16

¿Cuál es la realidad de Venezuela?

 


Hace años, cuando se estaban produciendo numerosas manifestaciones ciudadanas en Venezuela junto a una intolerable represión estatal, mandé una carta a un conocido periódico izquierdista presumiblemente alternativo, en cuya cabecera rezaba la frase “actualidad crítica”, el cual estaba manteniendo un inquietante silencio sobre lo ocurrido en aquel país. No solo jamás publicaron mi texto, encabezado por la frase “¿Qué está ocurriendo en Venezuela”?, sino que sacaron enseguida otro con un título calcado en el que se hacía una pertinaz defensa del chavismo culpando, claro, de los disturbios a la derecha. Ya comenté en su momento la práctica imposibilidad del debate sobre la llamada revolución bolivariana, como todavía ocurría con la Cuba castrista décadas después de un régimen obviamente fracasado con una intolerable represión de las libertades, y que dicha polarización obligaba a sospechar de ambos lados a poco que se tuviera algo de espíritu crítico. Antes de ver lo que está ocurriendo este año 2024, para los que piensen en alguna verdadera transformación social en el régimen que una vez encabezó Hugo Chávez, remitiré al libro de Rafael Uzcátegui Venezuela: la revolución como espectáculo, subtitulado Una crítica anarquista al gobierno bolivariano. La hipótesis de aquel libro, publicado en 2010, era que la revolución bolivariana había devenido en, efectivamente, un espectáculo tal y como desarrolló Guy Debord dicho concepto, pero sin mejoras reales a nivel estructural en la vida cotidiana de la gente y con meros cambios de actores en las transacciones capitalistas (a pesar de llenarse la boca el chavismo de socialismo). Aquel libro, tal y como yo lo veo, y a pesar de la obvias dificultades de distribución, fue un punto importante en la siempre necesaria reflexión crítica, desde una perspectiva verdaderamente transformadora a nivel social, ante el silencio y mirada acrítica de gran parte de la izquierda internacional.

El libro, en aquel momento, no hablaba de una dictadura en Venezuela aunque recientemente, con unas cuestionadas elecciones ganadas por el chavismo, el discurso que mantiene hoy su autor es muy claro al respecto. Aclararé que Rafael Uzcátegui, anarquista y activo defensor de los derechos humanos, tuvo que acabar abandonando su país y, hoy, está deseando volver para realizar algo que hoy considera imposible con el sistema que encabeza Maduro: poder ser crítico con cualquier forma de gobierno. Mantengo con él correspondencia, con la que procuro una información alternativa a la intolerable confusión mantenida por intereses de una u otra índole. En 1998, cuando Hugo Chávez llegó al poder democráticamente, el país estaba sumido en la pobreza y la exclusión. Chávez, no puede negarse, fue un gobernante carismático que logro capitalizar dicha condición para institucionalizar un nuevo sistema de apariencia transformadora. Con Maduro, convertido en un remedo del líder anterior, parece que solo se exacerbaron los males del chavismo: concentración del poder, elitismo de la clase dirigente sin conexión con la base social, represión de toda disidencia y corrupción generalizada. A ello se unió una devastadora crisis económica (lo que debería calificarse a mi parecer solo como un evidente fracaso de gestión revolucionaria), y la migración de millones de personas. El conocido como socialismo del siglo XXI acabó convertido en un significante vacío llenado de forma patética y desesperada por lo que una vez quiso proyectarse sobre él. Hay que recordar que el ascenso de Hugo Chávez coincidió en su momento con el triunfo de otros gobiernos afines de izquierda; con el tiempo, Maduro solo encontró un apoyo incondicional en los regímenes de Cuba y Nicaragua, lo cual resulta significativo.

Hace escasos días, se ha publicado un informe llamado “Crisis post-electoral y de derechos humanos 2024 en Venezuela” firmado por varias organizaciones no gubernamentales del país. En él se plasman diversas violaciones a los derechos humanos, antes y después de las elecciones de julio de 2024, y con acciones gubernamentales represivas dignas de ser consideradas terrorismo de Estado. Allá cada cual con lo que quiera creer al respecto, pero esa polarización entre chavismo y antichavismo debería ser ya solo una grotesca caricatura. Es nuestro debe atender a una información veraz, con toda la imposibilidad que ello supone en una sociedad del espectáculo con diversos actores interesados en juego. Aclararé algo que debería ser innecesario, no es este texto una defensa de la democracia representativa, que los anarquistas solemos ver como una forma sutil de dominación estatal, una apropiación del poder de gestión que consideramos propio de la sociedad. De hecho, Rafael ha denunciado igualmente siempre, algo que cierta oposición política al chavismo no está muy interesada, los mecanismos de anulación y represión de movimientos sociales de funcionamiento horizontal como una alternativa anticapitalista y antiestatista. Sí es este texto, por supuesto, una denuncia de un gobierno concreto, explícitamente autoritario, de apariencia además revolucionaria, una mistificación supuestamente alternativa a un nocivo capitalismo, que todavía hoy algunos desean mantener en pie*. Como libertario, considero mi deber no guardar silencio sobre ninguna de las injusticias cometidas en un mundo, desgraciadamente, excesivamente plagadas de ellas, y trabajar por la autogestión, libre, horizontal y solidaria, por parte de las personas donde todas y todos puedan expresar su voz.

 

Capi Vidal

 

*Como creo que es de sobra conocido, Juan Carlos Monedero ha estado en Venezuela haciendo campaña a favor de Maduro, lo cual ha tenido una grotesca culminación recientemente, en un encuentro en la redes junto a otro conocido youtuber con el ratificado presidente del país; ni un solo comentario crítico de ambos intelectuales hacia Maduro, más bien un nuevo lamentable enrocamiento en que toda oposición al chavismo proviene de la derecha reaccionaria (por no decir, abiertamente, el fascismo).

viernes, septiembre 13

Estorbos


 

Lo que vemos y oímos todos los días

es que en el capitalismo sobra gente,

 

como en la Alemania nazi

sobraban las razas inferiores

o en España sobraban los rojos.

 

En el capitalismo sobra gente,

sobran obreros con derechos laborales

y sueldos dignos,

 

sobran jubilados con pensiones,

aunque dos de cada diez

mantengan con ellas a sus hijos

y a las familias de sus hijos,

 

sobran indígenas que se opongan

a la desposesión de sus bienes colectivos

a manos de las multinacionales,

 

sobran inmigrantes.

 

Para que aquí podamos vivir como vivimos,

en el resto del mundo tiene que sobrar gente.

 

Consumimos diez veces más que ellos,

por tanto, en un planeta finito,

no hay para todos y la abundancia de aquí

solo puede significar escasez al otro lado

de las concertinas.

 

Sobra gente en el capitalismo,

que la guerra, el hambre y el cambio climático

se hagan cargo de ellos.




 Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023

martes, septiembre 10

El último árbol del planeta

 

 

Para dejar sitio a los molinos de viento se talan árboles y para construirlos, también. Bien lo saben en las comunidades indígenas de Ecuador y Perú, cuyas vidas sostenibles son segadas para nuestros proyectos de sostenibilidad

 

Cuando mi amigo el pastor me dijo “el último árbol del planeta lo talará un proyecto de energía sostenible” (Cuentos del Progreso. Editorial Pol·len), seguro que intuía que era mucho más que una frase ingeniosa. De hecho, si analizamos lo que está significando la implementación de la transición energética con sus recetas mágicas de proyectos supuestamente limpios y sostenibles, no queda otra que, como siempre, darle la razón.
El último ejemplo lo tenemos en la controversia que ha generado un informe de expertos ambientales tras analizar el funcionamiento de una gran planta en el Reino Unido que “produce” (entre comillas para no dejarnos engañar por el lenguaje) energía eléctrica a partir de la quema de madera importada de Norteamérica. Como otras centrales de biomasa, ésta gestionada por el grupo Drax, defiende que el CO2 que se emite al quemar la madera de los árboles talados queda compensando por la capacidad de éstos al absorber CO2 durante su crecimiento. Tal vez en teoría, porque muy rápido han de crecer cuando las cifras de la investigación explican que la central fue responsable de 11,5 millones de tones de CO2 durante el año 2023, lo que representa casi el 3% de las emisiones totales de carbono del Reino Unido. A mi parecer, en cualquier caso, más importante sería conocer cuántos bosques –y toda la vida que los habita– se han erradicado para dedicarlos a los monocultivos de esos árboles industriales.
 

En el segundo ejemplo, más cercano, sí que tenemos ese dato aproximado. Como ha denunciado la Plataforma a favor de los paisajes de Teruel, el Gobierno de España ha aprobado recientemente la creación de un conjunto de parques eólicos en el Maestrazgo que prevé instalar un total de 125 aerogeneradores. Lo que representará una deforestación de casi 900 hectáreas de bosque y la tala de entre 200.000 y dos millones de árboles. En este caso, la justificación con la que se respalda esta masacre de árboles se escuda en la plantación de otros ejemplares en otros lugares. De nuevo, más allá de que la tasa de reposición de estos árboles pueda ser “eficiente”, lo que nunca se compensará será toda la vivacidad contenida en los bosques.
 

El arboricidio que nos dejará sin bosques, ni biodiversidad, no acaba aquí. Rastreemos un poco. Este proyecto será gestionado por el fondo de inversión danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), que se presenta como “la mayor gestora de fondos del mundo dedicada a inversiones en energías renovables”. Ahora que cuentan con el contrato del Maestrazgo, la firma ha cerrado un acuerdo con GE Vernova para el suministro de los 125 molinos. Esta empresa, que no es más que una división de la gigantesca General Electric para aprovechar los vientos favorables a las energías renovables, cuenta en la descripción de la elaboración de sus aerogeneradores que “cada turbina eólica se somete a un meticuloso proceso de fabricación que involucra la construcción de torres de acero, molduras de fibra de vidrio en la góndola y ensamblaje de palas, y cada pala requiere alrededor de 2000 horas de trabajo para fabricarse a mano con fibra de vidrio y madera de balsa”.
 

Es decir, para dejar sitio a los molinos de viento se talan árboles y para construirlos, también, porque cuando se habla de madera de balsa se refieren al árbol llamado balsa, propio de los trópicos suramericanos. Su madera, muy liviana pero resistente a la vez, resulta muy apropiada para la fabricación de balsas, claro, de esquís, puentes… y, efectivamente, como parte de la estructura de las aspas de los aerogeneradores. Bien lo saben en las comunidades indígenas de Ecuador y Perú, cuyas vidas sostenibles son segadas para nuestros proyectos de sostenibilidad. Ahora que se van conociendo los datos del boom en el uso de madera de balsa, se sabe que son muchos los bosques primarios amazónicos que han desaparecido para permitir el cultivo de balsa.
 

Cuando nos sobre la electricidad, añade el pastor, sin árboles nos faltará el oxígeno.

 

Gustavo Duch

sábado, septiembre 7

Donde la empresa y el Estado cavan destrucción, la Acampada en Defensa de Barroso siembra resistencia

 

 

Covas do Barroso lleva luchando 7 años contra lo que podría ser el primer proyecto de minería de litio a cielo abierto en el continente europeo. Este proyecto se encuentra en manos de una empresa financiera y especulativa británica, Savannah Resources, creada con el objetivo de lucrarse bajo el pretexto de lo que erróneamente se denomina “transición energética verde”. 

Barroso, con su forma de vida en armonía con la naturaleza, se niega a convertirse en una nueva “zona de sacrificio” en beneficio de una economía cada vez más alejada de las realidades sociales y ecológicas del planeta. Para esta comunidad, las tierras, las aguas y las montañas no son simples recursos a explotar, sino que forman parte de identidades y prácticas que, durante siglos, han permitido sustentar la vida. En Barroso, el agua y la tierra no están en venta; se aman y se defienden.

El proyecto de Savannah contempla la apertura de 4 minas a cielo abierto, varios vertederos de residuos y otras infraestructuras industriales. Estas minas proyectadas, de unos 100 metros de profundidad y 38 hectáreas de superficie, se situarían muy cerca de las vecinas: a solo 200 metros de la aldea de Romainho y a 750 metros de Covas do Barroso. El proyecto representa una grave amenaza para las aguas del río Covas y para toda la cuenca del Duero. Supone explosiones diarias en las montañas, con un impacto sonoro y un levantamiento de polvo insoportables. Además, devastaría los suelos agrícolas y grandes extensiones de áreas forestales de uso común, poniendo en peligro los medios de vida y las fuentes de ingresos de las habitantes de la zona. Todo esto, sin mencionar los efectos impredecibles sobre la ecología regional y global.

En junio de 2022, la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente identificó los impactos negativos muy significativos e irreversibles de este proyecto minero y emitió un dictamen “desfavorable”, reconociendo su incompatibilidad con la clasificación de «Patrimonio Agrícola Mundial» y con el modo de vida local. Sin embargo, en mayo de 2023, emitió una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) “condicionada favorable”. Este cambio confirmó los temores de la comunidad de que el Estado estaba alineado con esta inversión privada en lugar de con el medio ambiente y su gente.

Cincuenta años después de la Revolución del 25 de abril, el pueblo de Barroso siente la opresión de los gobiernos que quieren imponer la explotación de la región a toda costa. Tras recibir la DIA, la empresa, con la complicidad del Estado, adoptó una postura más agresiva y una presencia más constante e intrusiva tanto en las aldeas como en la región. Desde octubre de 2023, se despliega una patrulla policial diaria en Covas do Barroso y la empresa también contrató seguridad privada las 24 horas del día y ha tomado medidas legales contra las líderes comunitarias, utilizando tácticas intimidatorias. Todo ello es un intento de deslegitimar y criminalizar la resistencia, de presionar a la población para que acepte un proyecto que no desea.

En noviembre de ese año, la empresa intentó acceder a las tierras comunales para realizar más prospecciones. Como la Comunidad de los Comunes (Comunidade dos Baldios) y muchas propietarias particulares continuaron negando el acceso a la empresa, ésta recurrió a la usurpación, esperando que la gente de Barroso no tuviera la fuerza para enfrentarse a ellas. Sin embargo, gracias a la unidad y el apoyo constante de personas de todo el país y del mundo, la comunidad no se rindió y resistió. Durante 7 meses, cada día, la empresa fue bloqueada en el acceso a las tierras comunales, demostrando una fuerza colectiva, unidad y perseverancia inusitadas.

En los últimos años, las activistas de esta lucha han pasado por muchas etapas: desde acciones legales en todas las fases de los procesos administrativos, presentación de peticiones, manifestaciones en las calles, organización de encuentros, formación de caravanas, residencias artísticas y acampadas. Gracias a estas iniciativas, se ganaron muchas batallas: se detuvieron las labores de prospección, se impidió que la empresa avanzara en el terreno y se sensibilizó y tejieron redes de solidaridad.

Barroso no es solo una cadena montañosa aislada, ni su problema es algo que afecte únicamente a su gente. Aquí se tomaron decisiones que representan transformaciones ecológicas, sociales y económicas, no solo para esta región, sino para el tipo de futuro que se quiere construir en el continente. Podrían haber repetido los errores del pasado, insistiendo en una búsqueda incesante de beneficios y un “progreso” a costa del bienestar de la mayoría. O podrían haber llegado a un punto de inflexión, donde los bosques, los animales y los ríos fueran valorados y protegidos.

La lucha de las activistas demuestra que los proyectos destructivos como éste son decisiones políticas, dictadas por lógicas económicas y dependencias energéticas. Mantener “funcional” la economía actual implica un crecimiento infinito, la creación constante de nuevos mercados y la extracción incesante de materias primas. Esta visión lleva a la contradicción de destruir la naturaleza para “salvarla”, reduciendo los problemas ecológicos a una simple contabilidad de emisiones de gases de efecto invernadero.

Solo en Portugal, las perspectivas de nuevos proyectos extractivos son abrumadoras. Proteger Barroso y no permitir el primero de estos proyectos significa también defender todos los demás territorios amenazados. Por eso, las vecinas y activistas portuguesas se posicionaron junto a las compañeras de Gornje Nedeljice en Serbia, Suído-Seixo en Galicia, Cañaveral en Extremadura, Allier en Francia, la gente de los Salares en la región andina y todos los demás movimientos, comunidades y territorios que luchan por una vida no dictada por intereses ajenos al bienestar común.

La Acampada en Defensa de Barroso (Acampamento en Defesa do Barroso), que tuvo lugar del 15 al 19 de agosto de 2024, supuso un punto de encuentro de centenares de personas, un espacio para compartir y luchar juntas, codo con codo. Al igual que las arañas, tejieron redes. Como lobos, aullaron. Como topos, conspiraron. Como pájaros, volaron en bandadas. Como caracoles, se movieron lentamente. Como seres humanos, entendieron la necesidad de mantener ecosistemas que garanticen la vida, y lucharon por ello con valentía, amor y alegría.

 

https://www.todoporhacer.org 

 

miércoles, septiembre 4

Tinta y pólvora. Cori Piccirilli

 


No traigo polvo de estrellas en las manos, sólo herrumbre de muebles viejos, colores que resucitan la polvorosa alquimia de los días, pasto húmedo, gotas de agua sulfurada, un innegable olor a azahares y perros. El viento y la lluvia me tallaron a fuego como un grito trazado sobre la pared. Mi alma corre empachada de libertad por las calles vacías de la ciudad, viviendo la vida junto a la respiración de un animal que sueña transito un sueño, que también es tu sueño. No creas que es fácil llevar esta cruz en contra del viento, pero el animal palpita y me empuja su aliento.
 

Piedras sobre las gargantas, cerrojos en los labios. Jaurías de palabras estranguladas buscan asilo en mis manos desnudas para hacer una hoguera que calcine la realidad del capital. El ímpetu de un ardor estremecedor me abraza, enciende mis venas; a la sombra de una piedra escribo contra el tempestuoso viento glacial. A lo lejos se oyen locutores, mentirosos, desmentir las noticias y viceversa. Muchos aquí se están tragando el cebo de la democracia gubernamental, como un animal en una trampa recorren la jaula golpeándose una y otra vez contra sus barrotes. El ruido de los déspotas arriando el rebaño me alerta y el sentido del deber me lleva a detonar la dinamita que explote tus grilletes para despertar a los mortales en este cementerio.


La calma antes de la tormenta presagia tempestades de fuego y sangre. ¡Suelta a los leones! ¡Pájaros ideas! ¡Libera a la jauría! ¡Rebélate contra los tiranos! Vivamos el día en que se desate la cuerda y la rabia quede suelta. Afrontaremos las inclemencias, pestes violentas, seremos la borrasca frente a este cínico ejemplar de lo que dicen llamar "libertad".


Es importante que tengas la firmeza y convicción de seguir avanzando y luchando estés donde estés, porque el devenir de la vida continúa sucediéndose, aunque tu capacidad de movimiento esté o parezca reducida. ¡El mundo se mueve! gritó el inconveniente Galilei.


Debemos hacer que dejen de traficar con el dolor. Debemos dejar de ser el alimento de las bestias. Más que una carnada ¡la fuerza rebelde entre las hienas!


Dicen que nacimos bajo una mala estrella y por eso nos condenan a una vida donde el oxígeno casi nunca alcanza para nosotros, aunque haya suficiente para todos. ¡Carroñeros mirándonos desde el cielo! No nos arrebatarán el monte, la selva, caminatas en manada, el olor de la tierra empapada. La vida se dispersa en el aire como una semilla, un haz de luz que pasa a través de las ramas y descansa sobre la hierba. ¡Los átomos claman libertad, la vida quiere germinar! 

Como decía Bakunin "... las gotas de agua, aun siendo invisibles, logran formar el océano." ¡Nuestro trabajo no se perderá! No nos arrancarán el placer de sentir en la sangre la esperanza de una revuelta que escriba otra historia para nosotros.


Debemos confiar en la fuerza y justicia de nuestra causa. Porque vos sabés bien que en la otra orilla de la noche la vida es posible. Mantén encendido el fuego de tu corazón que ya va siendo hora de propagar la llama plebeya. Los esbirros se quedarán sin sueños en el infierno.


Este aullido con las manos embarradas, esta esperanza ardiente, no es una mera abstracción, debe tomar forma sustancial en las calles para sacudirle el polvo a la oscura realidad que nos impone la burguesía imperial.


"Nosotros los anarquistas sabemos que esta moral de justicia perfecta, de libertad y de igualdad, es la verdad, y la vivimos de todo corazón mientras que nuestros adversarios dudan."



                                                                    - Elisée Reclus -


Nunca debemos aceptar la pobreza de la vida, aunque el horizonte nos anuncie lo desconocido. ¡Hacia allá vamos! La pluma de Ricardo Flores Magón eternizó este sentimiento, “El abismo no nos detiene: el agua es más bella despeñándose. Si morimos, moriremos como soles: despidiendo luz." Porque las cosas que importan se hacen con la sangre y con las manos y te digo el amor y la revolución. (A)


                                                                    - Cori Piccirilli –

domingo, septiembre 1

La fragilidad de la apuesta cínica

 

El cinismo ha formado parte siempre de la política institucional de derechas y de izquierdas, porque es una herramienta necesaria para la gestión estatal. El cinismo también es imprescindible para lubricar las relaciones sociales en el Capitalismo. Entonces ¿qué implica su presencia cada vez mayor en los movimientos y luchas que se dicen anticapitalistas? ¿qué efectos tiene? Y, sobre todo, ¿cómo se podría superar la lógica cínica?

El cinismo del que hablo es el de quién “actúa con falsedad descarada”, no el de la escuela filosófica griega. Marx en El Capital hablaba de quienes “no lo saben, pero lo hacen” refiriéndose a aquella parte de la clase obrera que actuaba siguiendo lógicas burguesas, lo que luego se llamó “falsa conciencia”. El cinismo moderno, del que se ocupa este texto, tiene que ver en cambio con quienes sabiendo lo que hacen, lo hacen igualmente. Este cinismo es una reacción defensiva, un repliegue que surge del miedo y la desconfianza respecto a las otras personas, sus motivaciones o sus objetivos. Aparece, a menudo, cuando hay una distancia grande entre lo dicho y lo hecho, entre ideología y realidad o entre las expectativas generadas y los resultados obtenidos.

La actitud cínica es una forma de huir. Evita afrontar los conflictos y contradicciones de forma honesta, o sea con disposición de quienes luchan a transformarse y a transformar el entorno. La fuga cínica suele adoptar formas teatrales, en ellas se representan escenas para proteger la propia imagen y distraer la atención de los problemas reales. En el ámbito político el cinismo busca mantener la capacidad de influencia y el capital simbólico por todos los medios necesarios. La actitud cínica pretende influir en otras personas evitando enfrentarse a los problemas, por eso el ejercicio del Poder y el cinismo van siempre de la mano. El problema de la apuesta cínica no es solo ético, también es una cuestión práctica.

El sostenimiento de un modelo social basado en la desigualdad y la miseria, requiere alimentar la cultura del miedo. El miedo continuado, la desconfianza y la frustración potencian el cinismo. El cinismo, por su parte, reproduce las relaciones sociales capitalistas, reforzando el modelo social imperante. Este ciclo se hace mas intenso en momentos de crisis y funciona como una centrifugadora que nos aísla.

En la Biblia, hay una escena en la que Jesus practica un exorcismo como parte de su carrera promocional como mesías. En aquella época había mucha competencia en el sector, y entre el público comienza un debate en el que unos piden mas pruebas y otros directamente desconfían de él. Jesús zanja la discusión diciendo que ante el mal demoníaco: “El que no está conmigo, está contra mí.

En los ambientes anticapitalistas las ideas tienden a cristalizarse en forma de ideologías. Entonces la teoría se convierte en doctrina y pierde relación con la realidad, que es siempre compleja, contradictoria y cambiante. Este desajuste supone un obstáculo importante que se debe abordar, si lo que se pretende es intervenir para transformar la sociedad. Esto implica abrirse a adaptar las propias teorías al contexto que se vive.

La apuesta cínica, en cambio, prioriza los intereses y la imagen de la propia Organización por encima de la transformación social. Lo primero que hace el cinismo para evitar enfrentarse a las propias contradicciones, es declarar que hay una situación de urgencia, como por ejemplo la “situación caótica del movimiento”. A continuación trata de conseguir la adhesión acrítica de la audiencia simplificando el análisis del entorno hasta dividirlo en dos campos. El campo propio es el correcto, el realista, el revolucionario, y luego está el contrario. Y ¿qué pasa con aquellas otras voces críticas con el Capitalismo que no se alinean con la propia tendencia? La apuesta cínica subordina los análisis y los debates a los intereses de la propia organización, así que lo único que quedaría por debatir es si esas otras voces están equivocadas por ignorancia o por maldad reaccionaria. Estos análisis simples y maniqueos pueden servir como propaganda, pero llevan a dinámicas torpes que no contribuyen a emancipar a nadie.

Catalina de Medici llegó al trono de Francia al casarse con Enrique II, en 1547. Fue una mujer con mucha influencia durante tres décadas, primero como reina y luego como regente. En una época turbulenta, Catalina estableció pactos, enfrentó entre si a nobles e intervino en las guerras de religión con el objetivo de preservar el poder de la monarquía. Catalina también es conocida por introducir el uso del corsé en Francia, al imponer esta vestimenta en la corte. El corsé era una herramienta para disciplinar el cuerpo de las mujeres, como la monarquía lo era para disciplinar a la población. La “cintura de avispa” se convirtió también en una señal que indicaba la posición social de quién vestía la prenda.

La épica revolucionaria entra a menudo en conflicto con la diversidad de habilidades, intereses y aspiraciones de quienes participan en las luchas. La capacidad de transformación de una lucha depende, en parte, de la habilidad para aceptar esas diferencias y buscar puntos en común. La apuesta cínica esquiva esta contradicción, prefiere presentarse como una alternativa unificada, con una estructura sólida y unos planes definidos. El problema de las fajas organizativas, los planes encorsetados y los ceñidores ideológicos es que ni se adaptan al contexto, ni se nutren de las aportaciones diversas de quienes participan de las luchas. Por eso llevan a dinámicas incapaces de intervenir y transformar el entorno.

Federico II fue rey de Prusia entre 1740 y 1786. Se hizo famoso por ser un tirano moderno y un héroe militar. Su reinado fue una combinación de ideas racionalistas y monarquía absoluta o lo que luego se llamó despotismo ilustrado. En un escrito sobre las formas de gobierno, Federico afirmó: “El príncipe es a la sociedad que gobierna lo que la cabeza es al cuerpo: debe ver, pensar y actuar por toda la comunidad.

El obrerismo fue una construcción ideológica que proyectaba una especie de aura revolucionaria en la figura del obrero industrial. Hoy ya no está tan de moda, aunque hay una tendencia latente en la izquierda a buscar sustitutos en el precariado, en la población desposeída o los sectores excluidos. El problema es que ninguna colectividad puede ajustarse al modelo ideal de sujeto revolucionario. Las decepciones cíclicas que se viven en los procesos de lucha, suelen provocar frustración. Esta desilusión podría servir para dejar de lado el idealismo abstracto y prestar mas atención a las habilidades e iniciativas emergentes de quienes luchan.

La respuesta cínica a esta contradicción consiste en asumir en primera persona (del plural) el papel protagonista. Esta dinámica suele tener dos efectos, el primero es que se equipara la figura de la persona militante típica con la del héroe salvador, el segundo es que se extiende entre las militantes mas experimentadas un ambiente de paternalismo y desconfianza hacia el resto de participantes, que acaba por reproducir e institucionalizar la dominación de clase dentro del propio colectivo en lucha.

En la novela Los Hermanos Karamazov hay un cuento que comienza con la quema de unos herejes en Sevilla. En medio del humo, el Gran Inquisidor se encuentra con Jesús. El Inquisidor describe a la humanidad como mala, egoísta y viciosa. Eso explica, según él, que la Iglesia deba convertirse en un imperio que ejerza el poder total en nombre de Jesús. La libertad es, para el Inquisidor, una losa que lleva a la desesperación y la rebeldía, por eso debe ser entregada a la Iglesia a cambio de la felicidad. Al final, el Inquisidor destierra a Jesús porque su aparición supone un obstáculo para los planes de la Iglesia.

Poco después de la aparición de la novela de Dostoyevski, se firmaron los acuerdos de la Primera Internacional cuya primera frase es: “La emancipación de la clase obrera debe ser obra de los obreros mismos”. Las organizaciones obreras estaban entonces en plena efervescencia. Se solía considerar la organización como un medio, horizontal y abierto para tejer alianzas. Sin embargo, muchas organizaciones anticapitalistas se asignaron a sí mismas un papel que empezó a contradecirse con aquella declaración.

La apuesta cínica considera que la Organización es una especie de varita mágica, o un puente que lleva del caos capitalista al ideal comunista. Según su perspectiva, las luchas deben ser patrimonializadas por la Organización en beneficio de sus propios intereses. Entonces el protagonismo deja de tenerlo el colectivo que lucha y pasa a la Organización. Las personas implicadas en las luchas son tratadas como una masa amorfa pendiente de moldear. Estas organizaciones hablan a toda la población en representación de quienes luchan, con un lenguaje cargado de abstracciones ideológicas y generalizaciones. Al hacer esto replican, en el ámbito anticapitalista, prácticas que son típicamente estatales y contribuyen a la pacificación de los conflictos.

Jacob Van Marken fue un empresario holandés de finales del siglo XIX, con formación de ingeniero químico e ideas innovadoras. A Van Marken se le ocurrió que podría mejorar sus beneficios y reducir la creciente conflictividad laboral, si trataba a sus empleados con la atención que le dedicaba a sus máquinas. El empresario promovió en sus fábricas una serie de medidas a las que llamó “ingeniería social”.

Van Marken constituyó los primeros comités de empresa, aunque los trabajadores no podían participar en la toma de decisiones. Además, clasificó a sus empleados en escalas, y les asignó premios por productividad. El empresario impulsó el seguro médico y las pensiones, a cambio del control total de la vida de sus empleados. Van Marken organizaba el tiempo de trabajo y de ocio de los empleados, y decidía en que podían gastar su dinero. Impulsó, además, las colonias industriales, a las que sus empleados se opusieron por el precio de los alquileres, su localización aislada y su cercanía respecto a la casa del empresario.

Actualmente las luchas no tienen la fuerza de entonces, y esto contrasta con el discurso triunfalista de algunas organizaciones anticapitalistas. Construir comunidades de lucha es una tarea lenta, y superar la cultura capitalista es una labor imprescindible pero que requiere dedicación. La apuesta cínica adopta, en cambio, criterios empresariales para tratar de acelerar los procesos. En nombre de una supuesta “eficacia” se apuesta por las votaciones y la lucha por las mayorías, y se deja en segundo plano la búsqueda de consensos. Las asambleas mismas pierden poder en favor de las comisiones y los cargos técnicos. Cuando pasa esto, los colectivos en lucha se verticalizan, y entonces la base de participantes y la propia lucha acaban siendo instrumentalizadas por la cúpula. Es un atajo que lleva al punto de partida, porque en realidad toda organización prefigura el mundo que propone.

En 1979 Mayer N. Zald y John D. McCarthy publicaron un estudio sobre varias organizaciones sociales activas en EE.UU. en aquellos años. En su investigación descubrieron que las organizaciones mas exigentes con sus militantes, en años de baja conflictividad social, solían dejar de lado la cooperación y fomentaban una competencia agresiva con otras organizaciones. La pugna podía ser por la capacidad de influencia, por espacios de reclutamiento o por recursos.

Los ciclos de pacificación social empujan a las organizaciones políticas y sociales anticapitalistas a situaciones de crisis. Estas crisis pueden servir para revisar los propios planteamientos y la forma en la que se llevan adelante. La opción cínica elige otro camino, el de la competencia con otras organizaciones para disputar los recursos en juego. Cuando se adoptan estas dinámicas de competencia capitalista, se cierra la posibilidad de experimentar y aprender por el método prueba-error. La reproducción de la competencia agresiva en el ecosistema anticapitalista, reproduce la lógica capitalista y fomenta la cultura mercantil.

Las máscaras que adopta el cinismo pueden ser de varios tipos: maniquea, encorsetada, fetichista de la organización, instrumentalizadora, productivista, etc. En todos los casos la apuesta cínica supone un encierro desconfiado y por eso es enemiga de la posibilidad de emancipación. El cinismo no es patrimonio de ninguna tendencia concreta, pero siempre fomenta la apatía y la resignación.

La lógica cínica es que “el fin justifica los medios”, pero lo que suele ocurrir es que por medios alienantes solo se llega a fines alienantes. La apuesta cínica suele apuntar a objetivos grandilocuentes y desconectados del presente. A un nivel menos visible, sus objetivos están relacionados con tendencias narcisistas y megalómanas, que reproducen lo mismo que critican.

El cinismo hace malabares con las palabras y se desliza por los sentidos para ocultar el vacío estéril de su propuesta. La apuesta cínica es frágil, porque el camino de la emancipación pasa por afrontar las contradicciones y conflictos.

Aunque no apostemos por el cinismo es inevitable que tarde o temprano nos encontremos con él. Las experiencias de otras épocas y lugares pueden servirnos como ejemplo para afrontarlo. Conviene prestar atención para identificarlo y comprenderlo. Cuando aparezca es importante señalar que supone una infantilización de la audiencia y una forma de paternalismo. El ambiente ideal para el despliegue del cinismo es la confusión, por eso hay que evitar que nos atrape en su lógica, conviene no enzarzarse con él. La mejor vacuna contra el cinismo es la asertividad, el respeto y la determinación.

 

Artículo escrito por David Fuster (movimiento por la vivienda de la comarca del Bages)

Bibliografia:

Julio Jurenito (1922) Ehrenburg, Ilya

Los ritmos del Pachakuti (2009) Gutiérrez Aguilar, Raquel

Charms of the cynical reason (2011) Lipovetsky, Mark

Crítica a la izquierda autoritaria en Catalunya 1967-1974 (1975) Sala, Antonio; Duran, Eduardo

Crítica de la razón cínica (1983) Sloterdijk, Peter

¿Sindicalismo alternativo o alternativa al sindicalismo? (2009) Vela, Corsino

Social movements industries (1980) Zald, Mayer N.; McCarthy, John D.