Antes de que te sumerjas en la lectura
del libro, desde el colectivo editorial creemos importante hacer algunas
aclaraciones sobre el mismo.En primer lugar, es importante aclarar que
este libro es una recopilación de artículos. Algunos de ellos han sido
publicados en el blog Negre i Verd (http://negreverd.blogspot.com.es/),
otros en la publicación Libres y Salvajes
(http://archivomoai.blogspot.com.es/) y otros son inéditos. Pese a que
son artículos independientes, mediante su unión se crea un hilo
conductor capaz de dotar al texto de una visión global del tema.
Los llamados ludditas fueron artesanos y trabajadores ingleses del
sector textil, que a principios del siglo XIX se opusieron a la
introducción de nuevos telares y maquinaria, con la intención de
defender no sus oficios, sino su modo de vida y su manera de entender el
mundo.
Los protagonistas de estas historias, que vivieron en distintas partes
del mundo y en momentos y contextos muy diferentes a la Inglaterra
decimonónica tienen, a nuestro parecer, muchas confluencias con los
ludditas ingleses, pese a que no se les atribuya dicha denominación. En
primer lugar, comparten métodos con los ludditas clásicos, el sabotaje,
junto con otras tácticas de resistencia, para defender su vida de la
dominación fabril. Por otro lado, en todos estos actos de resistencia
hay otro nexo común, la capacidad de entender los mecanismos de los que
se sirve el poder para sustentar su dominación. Es necesario conocer la
importancia de determinadas imposiciones históricas como el Sistema
Métrico Decimal, el reloj o la fábrica a la hora de analizar
críticamente las causas y consecuencias de las nuevas imposiciones que
el sistema tecnológico nos camufla en forma de necesidades (Internet y
la acumulación de datos, la seguridad y la videovigilancia...). Del
mismo modo es importante conocer de qué forma se desarrollaron las
resistencias a estas innovaciones ya que servirán de ayuda a quienes
enfrentan la sociedad tecnológica del siglo XXI como un leviatán al que
intentar derrotar.
Puedes descargarlo aquí o para pedidos en blogmoai@gmail.com
martes, noviembre 28
sábado, noviembre 25
El Estado-nación, una creencia mítica y mistificadora
La creencia nacionalista, que no deja de ser una forma de
religión secularizada, en la que el Estado parece ocupar, como instancia
trascendente, el lugar que antes era propio de Dios, se nutre de un
lenguaje patriótico, grandilocuente y redentor, que alimenta los deseos,
ilusiones y temores de las personas, para encubrir intereses muy
terrenales por parte de una minoría de dirigentes y privilegiados.
Antes del siglo XVI, no puede hablarse de existencia del Estado como organización política, al menos no en el sentido moderno. Es Maquiavelo, como gran teórico del Estado moderno, el que lo define como un sistema centralizado con el poder de controlar y ejercer el uso de la fuerza en un determinado territorio y contra un pueblo concreto. En esa definición, es explícita la subordinación de la sociedad a una instancia externa: el Estado. El Estado moderno se origina en base a dos factores primordiales: los impuestos y la guerra. En el primer caso, es el desarrollo de los impuestos lo que conduce a la precisión y centralización de las técnicas administrativas; se crea, consecuentemente, un cuerpo especial de funcionarios. En este aspecto, la creación de la administración de justicia, con las sanciones por multas diversas, contribuye no poco también a moldear la nueva concepción del Estado. Se va conformando así, una instancia abstracta conocida como Estado-nación, una autoridad suprema basada en la unidad política en el espacio y en el tiempo, y en instituciones impersonales y diferenciadas que consiguen la lealtad y subordinación de las personas en base a impuestos directos y sentimientos de pertenencia.
Es esa búsqueda de consentimiento por parte de la sociedad, de los de abajo, lo que caracteriza al Estado moderno. Es por eso que acaba creándose la "ficción" de la representación, que se encarna en la voluntad colectiva de asambleas y parlamentos. Así, se conforma también una instancia jurídica abstracta, un cuerpo político que recoge la soberanía absoluta. Es muy posible que el Estado moderno, que no deje de ser una nueva forma de las viejas estructuras autoritarias, empiece a existir verdaderamente cuando no necesita recurrir a la fuerza, ni aun a su amenaza, para hacerse reconocer. El aparato estatal no deja de ser una instancia imperativa, por encima de toda voluntad individual, ya que las personas tienen la obligación de someterse a sus decisiones políticas. Esta legitimidad la logra, en gran medida, por el sometimiento voluntario que le proporciona la gente. Así, no hay que reducir el Estado únicamente a sus aparatos, como el gobierno, la administración, la policía, el ejército o la escuela, ya que para poder existir necesita de un imaginario social, de la organización de su mundo socipolítico en base a su propio modelo o paradigma. Ese imaginario que da lugar al Estado necesita de un proceso mental y voluntario, por lo que se basa en la creencia de las personas. Esa creencia se alimenta de representaciones, imágenes, ideas o valores, que legitiman ese poder centralizado de carácter supremo bien diferenciado de la sociedad civil.
Si en otros tiempos, ese espacio simbólico de legitimación estaba ocupado en la gente por lealtades más primitivas, como la tribu, el clan o la familia, ahora es el Estado el que se apropia de ella. En este caso moderno, la capacidad regulativa de la sociedad, el poder político, queda en manos de una minoría en base además a la ilusión de la representatividad. El Estado, que no deja de ser una forma concreta de organización política, contingente, no necesario, se reapropia de un poder que podría residir en la sociedad. Es por eso que puede definirse el aparato estatal como una alineación política. Hemos hablado, no solo de Estado, sino de Estado-nación, ya que son dos conceptos que van indiscutiblemente unidos. El concepto de "soberanía nacional", al igual que el de sufragio universal (no olvidemos el carácter democrático del Estado moderno) se acabó convirtiendo en una especie de creencia religiosa de naturaleza política. En la creencia en el Estado-nación, como ocurre en toda religión, se asegura cierto bienestar a cambio de la redención personal. Para una minoría de dirigentes, no hay nada mejor que fomentar la creencia en las personas, hacerla pensar que una instancia superior, soberana, va a aportar color y contenido a sus vidas. Por supuesto, se está fomentando la creencia en una estructura jerarquizada y autoritaria, la subordinación a una instancia superior, que antes se llamaba Dios y ahora Nación (o Estado, estrecha y parece que necesariamente vinculados).
Si antaño se discutía, entre teólogos, si era Dios quien daba lugar a la religión o era a la inversa, en la época contemporánea el debate será quién origina al otro, si la nación al Estado, justificando el patriotismo, o al revés mediante la propaganda patriótica. Aunque es posible que existe cierta mística en el asunto, ya que hemos hablando de una especie de traslación de la creencia religiosa a lo político, no hay que olvidar los intereses muy terrenales de una minoría privilegiada. Así es, la credulidad de las personas en conceptos como "intereses nacionales", "capital nacional" o "espíritu nacional" encubre la ambición muy terrenal de políticos y empresarios. Como en todo tipo de teología, con su lenguaje trascendente y metafórico, se esconden problemas muy reales, en base a deseos y temores humanos por un lado, y a los privilegios de unos pocos por otro. De ese modo, detrás de toda veleidad nacionalista, una especie de religión secularizada, hay una ambición de poder, el poder centralizado del Estado sobre un territorio, por lo que el imaginario social se alimenta de esa estructura jerarquizada para que no existen aparentemente alternativas. La realidad es que si el poder se retroalimenta, y afianza en el individuo el sentimiento de ser sometido o de ser sometedor, es posible una cultura que otorgue al ser humano una conciencia diferente. auténticamente liberadora. Una conciencia en la que no exista la posibilidad de dominar o ser dominado, y se sea consciente del potencial creativo de la humanidad junto a una concepción de la libertad y la cultura todo lo amplia posible.
Antes del siglo XVI, no puede hablarse de existencia del Estado como organización política, al menos no en el sentido moderno. Es Maquiavelo, como gran teórico del Estado moderno, el que lo define como un sistema centralizado con el poder de controlar y ejercer el uso de la fuerza en un determinado territorio y contra un pueblo concreto. En esa definición, es explícita la subordinación de la sociedad a una instancia externa: el Estado. El Estado moderno se origina en base a dos factores primordiales: los impuestos y la guerra. En el primer caso, es el desarrollo de los impuestos lo que conduce a la precisión y centralización de las técnicas administrativas; se crea, consecuentemente, un cuerpo especial de funcionarios. En este aspecto, la creación de la administración de justicia, con las sanciones por multas diversas, contribuye no poco también a moldear la nueva concepción del Estado. Se va conformando así, una instancia abstracta conocida como Estado-nación, una autoridad suprema basada en la unidad política en el espacio y en el tiempo, y en instituciones impersonales y diferenciadas que consiguen la lealtad y subordinación de las personas en base a impuestos directos y sentimientos de pertenencia.
Es esa búsqueda de consentimiento por parte de la sociedad, de los de abajo, lo que caracteriza al Estado moderno. Es por eso que acaba creándose la "ficción" de la representación, que se encarna en la voluntad colectiva de asambleas y parlamentos. Así, se conforma también una instancia jurídica abstracta, un cuerpo político que recoge la soberanía absoluta. Es muy posible que el Estado moderno, que no deje de ser una nueva forma de las viejas estructuras autoritarias, empiece a existir verdaderamente cuando no necesita recurrir a la fuerza, ni aun a su amenaza, para hacerse reconocer. El aparato estatal no deja de ser una instancia imperativa, por encima de toda voluntad individual, ya que las personas tienen la obligación de someterse a sus decisiones políticas. Esta legitimidad la logra, en gran medida, por el sometimiento voluntario que le proporciona la gente. Así, no hay que reducir el Estado únicamente a sus aparatos, como el gobierno, la administración, la policía, el ejército o la escuela, ya que para poder existir necesita de un imaginario social, de la organización de su mundo socipolítico en base a su propio modelo o paradigma. Ese imaginario que da lugar al Estado necesita de un proceso mental y voluntario, por lo que se basa en la creencia de las personas. Esa creencia se alimenta de representaciones, imágenes, ideas o valores, que legitiman ese poder centralizado de carácter supremo bien diferenciado de la sociedad civil.
Si en otros tiempos, ese espacio simbólico de legitimación estaba ocupado en la gente por lealtades más primitivas, como la tribu, el clan o la familia, ahora es el Estado el que se apropia de ella. En este caso moderno, la capacidad regulativa de la sociedad, el poder político, queda en manos de una minoría en base además a la ilusión de la representatividad. El Estado, que no deja de ser una forma concreta de organización política, contingente, no necesario, se reapropia de un poder que podría residir en la sociedad. Es por eso que puede definirse el aparato estatal como una alineación política. Hemos hablado, no solo de Estado, sino de Estado-nación, ya que son dos conceptos que van indiscutiblemente unidos. El concepto de "soberanía nacional", al igual que el de sufragio universal (no olvidemos el carácter democrático del Estado moderno) se acabó convirtiendo en una especie de creencia religiosa de naturaleza política. En la creencia en el Estado-nación, como ocurre en toda religión, se asegura cierto bienestar a cambio de la redención personal. Para una minoría de dirigentes, no hay nada mejor que fomentar la creencia en las personas, hacerla pensar que una instancia superior, soberana, va a aportar color y contenido a sus vidas. Por supuesto, se está fomentando la creencia en una estructura jerarquizada y autoritaria, la subordinación a una instancia superior, que antes se llamaba Dios y ahora Nación (o Estado, estrecha y parece que necesariamente vinculados).
Si antaño se discutía, entre teólogos, si era Dios quien daba lugar a la religión o era a la inversa, en la época contemporánea el debate será quién origina al otro, si la nación al Estado, justificando el patriotismo, o al revés mediante la propaganda patriótica. Aunque es posible que existe cierta mística en el asunto, ya que hemos hablando de una especie de traslación de la creencia religiosa a lo político, no hay que olvidar los intereses muy terrenales de una minoría privilegiada. Así es, la credulidad de las personas en conceptos como "intereses nacionales", "capital nacional" o "espíritu nacional" encubre la ambición muy terrenal de políticos y empresarios. Como en todo tipo de teología, con su lenguaje trascendente y metafórico, se esconden problemas muy reales, en base a deseos y temores humanos por un lado, y a los privilegios de unos pocos por otro. De ese modo, detrás de toda veleidad nacionalista, una especie de religión secularizada, hay una ambición de poder, el poder centralizado del Estado sobre un territorio, por lo que el imaginario social se alimenta de esa estructura jerarquizada para que no existen aparentemente alternativas. La realidad es que si el poder se retroalimenta, y afianza en el individuo el sentimiento de ser sometido o de ser sometedor, es posible una cultura que otorgue al ser humano una conciencia diferente. auténticamente liberadora. Una conciencia en la que no exista la posibilidad de dominar o ser dominado, y se sea consciente del potencial creativo de la humanidad junto a una concepción de la libertad y la cultura todo lo amplia posible.
Extraído de reflexionesdesdeanarres.blogspot.com
miércoles, noviembre 22
Dentro de las jaulas [Libro]
Liberación animal y encarcelamiento.
Lewis Pogson.
El 6 de enero de 2008, activistas del Frente de Liberación Animal entraron en Highgate Farm, un criadero de conejos destinados a la experimentación animal, situado en Lincolnshire, Reino Unido. Liberaron 129 conejos, llevándolos a lugares seguros y provocaron unas pérdidas económicas de 750.000 libras a los dueños de la granja.
Seis meses después, Lewis Pogson fue detenido y acusado de ser el autor de dicha acción. Fue condenado y pasó doce meses en arresto domiciliario, once en la cárcel y 18 en libertad condicional. En ningún momento incriminó a otros activistas ni mostró arrepentimiento alguno.
Durante el tiempo de condena escribió varios artículos, cartas y entrevistas que reflejan sus pensamientos y experiencias como preso político que ha perdido temporalmente su libertad para conseguir que otros disfruten la suya por primera vez y para siempre. El día a día del encierro, la naturaleza del movimiento por la liberación animal o la importancia de los posicionamientos individuales frente a la injusticia son algunos de los temas que aborda Lewis, siempre desde la cercanía y la espontaneidad.
Añadimos como apéndice «Tras la prisión», una compilación de cuatro artículos escritos por presos políticos animalistas y ecologistas contando sus vivencias y reflexiones sobre el reto de volver de nuevo a una vida que ha sido quebrada por el encarcelamiento.
Ochodoscuatro Ediciones, Madrid 2016
domingo, noviembre 19
Los Emisarios de la Nada - Historia del Nihilismo Ruso y su relación con la anarquía
"Una punky borracha con una botella de cerveza
en la mano y una blasfemia gratuita en la boca, un intelectual que lo
pone todo a parir sin levantarse del sillón de su casa, una bohemia
moderna que coquetea con lo que ella misma llama pretenciosamente arte, o
un okupa jovenzuelo y “radical” que sufre una erección cada vez que
tira una piedra a la cristalera de un banco, son algunas de las imágenes
que generalmente evoca en la mayoría de la gente la palabra
“nihilista”; eso cuando no simplemente la figura de un misterioso
personaje de cabellos largos y barba, ataviado totalmente de negro, con
ojos de poseso y una bomba de mecha en la mano. Falsedades,
manipulaciones y caricaturas alrededor del nihilismo, incomprensión,
cuando no desconocimiento, sobre lo que persigue – sobre todo lo que ha
perseguido históricamente -, y una absoluta ignorancia dentro de los
círculos antagonistas, lo cual es aun más preocupante, sobre
el movimiento nihilista, es lo que se palpa en el ambiente, sobre todo
en el activismo político de corte radical en relación al nihilismo y su
posterior transformación en la corriente insurrecionalista del
anarquismo. Se tiene al alcance de la mano miles de libros sobre
comunismo libertario o marxismo, sobre las revoluciones rusa, española o
mexicana, sobre los años de plomo en Italia, sobre los consejos
obreros, sobre el MIL y los grupos autónomos, sobre el
anarcosindicalismo, sobre los ilegalistas,... en fin, sobre un largo
etcétera de corrientes, movimientos y periodos radicales e insurrectos a
lo largo y ancho de la Historia. Hay de todo, excepto el nihilismo,
condenado al olvido."
Libro físico y fuente: http://edicionesexnihilo.blogspot.com.es/2014/09/los-emisarios-de-la-nada-historia-del.html
Descargar Libro [PDF]
jueves, noviembre 16
Sentado sobre los muertos
Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo sostiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.
Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué comer,
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse:
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.
Aunque le faltan las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.
Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo sostiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.
Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué comer,
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse:
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.
Aunque le faltan las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.
Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.
Miguel Hernández, del libro "Viento del pueblo". 1937
lunes, noviembre 13
Orgullo TransMaricaBollera/Queer ¡No quiero ser normal!
Todo el mundo se ha vuelto locx con la noticia de que ya en todos los estados de Estados Unidos te puedes casar, independientemente de tu condición sexual. Pues nosotrxs queremos reclamar nuestro derecho a NO casarnos. Parece ser que las personas necesitamos recibir el visto bueno de estados y gobiernos, o lo que es aún peor, de sectas religiosas para poder aspirar a la condición de seres humanos. NO queremos recibir el visto bueno de ningún estado, gobierno o religión, NO queremos que sean ellos los que decidan si la relación que mantenemos con otras personas vale o no vale, es legitima o no lo es, y si tiene el mismo nivel que otras relaciones de otras personas. NO QUEREMOS NI NECESITAMOS SU ACEPTACIÓN. NO queremos que para ser aceptados tener que “Heterosexualisarnos”, entrar en su absurda normalización, tener que casarnos, comprarnos una casa, un coche, una lavadora, tener un trabajo, adoptar niñxs e ir los domingos a comer con la familia. ¡NO QUEREMOS SER NORMAL! Odiamos su normalidad, y nos parece de los castigos mas absurdos que nos podrían imponer. Ser “unx más”. Ya hemos visto lo que sufren con sus vidas “normales” con sus relaciones afectivas “normales”, y con sus sexualidades “normales”. Sobretodo con sus sexualidades normales. Y no, no queremos ser como tú, no nos gusta nada tu vida de heterosexual, normal y aceptado, y no necesitamos en absoluto tu beneplácito para vivir plenamente nuestra sexualidad o lo que nos de de la gana.
Parece ser que el activísimo de algunxs se basa en la normalización de nuestras vidas y relaciones afectivo-sexuales. En arrastrarnos para buscar que nos acepten los que siempre nos han rechazado y perseguido; estados, gobiernos, iglesias,… En poder entrar en el ejercito o en cualquier otro cuerpo represivo del estado y poder decir que no somos heterosexuales. Osea, en convertirnos nosotrxs mismxs también en opresores y verdugxs de nuestrxs compñaerxs y hermanxs. En tener los mismos privilegios que ellxs. En resumidas, su activismo se basa en la heterosexualización de nuestras vidas. Respetamos el camino que cada uno elige para luchar, como no podía ser de otra manera, pero ni compartimos ni nos sentimos identificados, ni es nuestras lucha. No queremos heterosexualizarnos ni normalizarnos. No queremos ser verdugxs y opresorxs. No queremos tener privilegios. Todo lo contrario, queremos salir públicamente y romper con su normalidad. Queremos demostrarle que ni somos como ellxs, ni queremos serlo, que no nos merecemos tan cruel castigo. queremos hacer templar los cimientos de su absurda sociedad y escala de valores. Queremos vivir en plena libertad y goce de nuestras relaciones afectivas, en plena libertad de nuestra sexualidad, y para ello, les aseguro, que no tenemos que pedir permiso a nadie.
Ni siquiera reivindicamos leyes que nos defiendan. Porque nuestra fuerza reside no en sus leyes, sino en la solidaridad y ayuda mutua entre nuestrxs hermanxs y compañerxs. Que devolveremos golpe por golpe, agresión por agresión, que si tocan a unx nos tocan a todxs, y que hemos decidido pasar de un posición de defensa al ataque. No tenemos ningún miedo, al contrario. Que tiemble aquella persona que cree que puede atacarnos de cualquier forma y salir impune. Que cree que goza de la protección de su estado, de su gobierno y de sus policías para llevar a cabo cualquier acción o actitud que intente atentar contra nuestra dignidad. TIEMBLA. Porque que sepas que vamos a por ti. TODXS. Y que no descansaremos hasta devolverte golpe por golpe, allí donde te escondas. No permitiremos ni la mas mínima broma, ni la mas mínima ambigüedad al respecto.
Igualdad Real. Ser tratados como cualquier heterosexual. ¡Como va a ser eso! No queremos ser tratados ni vistos como heterosexuales, porque no lo somos ni queremos serlo. Sería insultante. No queremos ser iguales a ellxs. Queremos que toda nuestra vida, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, con quien o quienes nos acostamos, y como nos acostamos, cuando salimos a la calle y nos enfrentamos a esta sociedad y a esta absurda dictadura heterosexual impuesta con la que nos bombardean día y noche, que nos quieren imponer por todos los medios a su alcance, mas allá de que te permitan entrar por su aro, heterosexualizarte y normalizarte, sea una vida de combatividad, que nuestros cuerpos, y relaciones afectivo-sexuales sean actos de rebeldía e insurrección contra su dictadura, que nuestra actitud y también porque no, nuestra estética sea un puñetazo en su cerrada, podrida y casposa moralidad.
¡SI, EXISTIMOS, NO ENTRAMOS POR VUESTRO ARO, Y NO, JAMAS, JAMAS, JAMAS, QUERREMOS SER COMO USTEDES! NUESTRA VIDA, TODA NUESTRA VIDA, NUESTRAS RELACIONES, NUESTRA SEXUALIDAD LA VAMOS A VIVIR PLENAMENTE, EN LIBERTAD, SIN TENER QUE PEDIR PERMISO A ABSOLUTAMENTE NADIE. NUESTROS CUERPOS SON CAMPOS DE BATALLA CONTRA SU DICTADURA “NORMALIZADORA”, Y ESTAMOS EN LAS CALLES. LO ENTIENDAN O NO LO ENTIENDAN, LO ACEPTEN O NO LO ACEPTEN.
viernes, noviembre 10
Defender la tierra no es delito
DEFENDER LA TIERRA NO ES DELITO – SOLIDARIDAD CON LOS ENCAUSADOS POR OPONERSE A LA DESTRUCCIÓN DEL TERRITORIO
El 28 de mayo de 2010, la Conselleria de Infraestructuras y Transporte
de la Comunidad Valenciana anunciaba la construcción de una línea de
Alta Tensión entre los municipios de Onteniente y Alcoi, que pasaría por
zonas de alto valor paisajístico. El 7 de septiembre de 2010, varios
incendios intencionados arrasaron 2.500 hectáreas de sierra, que casualmente
se encontraban por donde habría de pasar la línea de Alta Tensión. El
rechazo que genera esta infraestructura crece después de los incendios,
pues impedirían el ciclo de repoblación y aumentarían la
desertificación. Los estudios de impacto ambiental encargados por la
propia Conselleria son desfavorables al proyecto, y diversos
ayuntamientos de los municipios afectados se oponen activamente a su
construcción, de la que se hará cargo Iberdrola, multinacional
energética española que posee el dudoso honor de figurar en el ránking
de las 10 empresas más contaminantes del país.
El inicio de las obras provocará una
activa resistencia por parte de los vecinos de los municipios de la
zona, oposición que se prolongará durante más de un año y se articulará
en torno a la Plataforma contra la Alta Tensión. Entre sus actividades
figuraban las marchas de protesta a las obras; en una de ellas, la
Guardia Civil identificó a las personas que allí había: posteriormente
se detendría a 4 personas, para quienes la Fiscalía pide 1 año y dos
meses de cárcel, además de 17.000 euros de indemnización por delitos de
daños y desobediencia. Finalmente, y pese a la oposición vecinal, las
obras de la Alta Tensión se llevaron a término.
En septiembre de 2016 estaba previsto el juicio, pero se suspendió por
incomparecencia de la parte denunciante (dos empresas subcontratadas por
Iberdrola). El próximo lunes 13 de noviembre se reanudará el juicio en
Valencia contra estas cuatro personas por su participación en la
oposición vecinal a la Alta Tensión.
La defensa del territorio, y la denuncia
de los intereses económicos que asolan comarcas y localidades con total
impunidad, llevó entonces a muchas personas a movilizarse para detener
la construcción de aquella infrastructura. Más de seis años después, la
llamada justicia pretende castigar a quienes defendieron sus sierras y
plantaron cara a la administración y a las empresas.
Quienes vivan cerca de Valencia que acudan a la concentración ante los juzgados convocada este lunes a las 9:00 de la mañana ante la Ciutat de la Justícia.
martes, noviembre 7
Pensamientos y prácticas radicalmente emancipadoras
Si las personas, como vemos actualmente en la realidad
española, buscan constantemente refugio en viejas o nuevas formas de
alienación, con servidumbres voluntarias y banderas de distinto pelaje,
hay que insistir en un pensamiento antiautoritario, radicalmente
emancipador, propiciador de lo mejor de lo que es capaz el ser humano en
aras de una comunidad libre y solidaria.
Es muy posible que el poder, como sostenía Foucault, sea poliédrico, que se produzca, no solo en el Estado o en las empresas capitalistas, también en cualquier otro ámbito humano, incluso en lo que vemos a diario en el mismo entorno urbano. Desde que nació como una de las corrientes modernas más radicalmente emancipadoras, el anarquismo y los anarquistas se han esforzado por combatir ese poder entendido como cualquier forma de dominación. No es necesario, por supuesto, conocer los grandes libros anarquistas, o de teoría política en general, ya que ese rebelarse contra la autoridad coercitiva se produce, tantas veces, de forma instintiva. Desgraciadamente, de forma paralela a esa condición rebelde y libertaria, en el ser humano se da todo contrario y acaba sucumbiendo a la tentación alienadora de la servidumbre voluntaria. Por supuesto, como no creemos que existe ninguna naturaleza o esencia humana, no pensamos que una condición u otra sean totalmente deterministas, las personas son más bien producto de cierto ambiente cultural, de unas determinadas prácticas sociales, por lo que los anarquistas han hecho bien en instalar y renovar en todo lo posible ese pensamiento radicalmente emancipador de rebelión contra todo tipo de dominación.
Sin ánimo de acaparar la lucha con la dominación, sí pensamos que el anarquismo ha sido el que más ha aportado a la misma, desde la propia etimología de su denominación, desde que nació explícitamente a lo largo del siglo XIX. Hemos insistido, tantas veces, en que muchas personas no desean adscribirse a priori a la enorme familia anarquista y, sin embargo, su actitud cotidiana está impregnada de esa condición libertaria. Por eso, haríamos bien los anarquistas, a pesar de esa asunción de todo una historia de casi dos siglos de luchas concretas, en no adoptar posiciones sectarias y dogmáticas bajo la bandera de una identidad colectiva (por muy roja y muy negra que sea). No es posible olvidar la historia, hay que recordar que en este mismo país hubo un intento de una revolución libertaria, tal vez la experiencia transformadora más avanzada de la historia. Sin embargo, mucho ha pasado desde entonces en el desarrollo de la modernidad, consolidado un sistema estatal y capitalista, opresivo y explotador, por lo que los anarquistas debemos revisar nuestras propuestas y confianza en un futuro mejor. Es cierto que el anarquismo se ha mostrado como la más coherente de todas las corrientes emancipadoras, especialmente en su comparación con el marxismo, convertido en una triste praxis en ese monstruo falaz denominado "socialismo real", por lo que a la fuerza está obligado a replantear sus certezas de forma continua. No obstante, el anarquismo, aunque exento de dogmas, y con la fuerza de sus convicciones éticas, debe luchar permanentemente para no quedarse estancado en la historia, para mantenerse vivo en todo ámbito humano.
El desarrollo de la historia contradice lo que, como doctrina supuestamente científica, afirmaba el marxismo. Es, tal vez, una muestra de la tendencia más dogmática del ser humano, incluso dentro de ideas que se pretenden emancipadoras. Así, incluso desde finales del siglo XIX, el marxismo ha sido objeto de revisión continua, aunque tantos se hayan refugiado en la ortodoxia y en una fidelidad a unos principios originarios con tintes más bien religiosos. A pesar de ello, y gracias a esas aportaciones renovadoras y heterodoxas, no hay que identificar al marxismo solo con la realidad de ciertos regímenes totalitarios, y como gran ejemplo tenemos la muy valiosa escuela de Fráncfort, precisamente como superación tanto del totalitarismo como del liberalismo, que ha tenido diversas etapas. Desde nuestro punto de vista, todas esas revisiones de la doctrina marxista, como transformación revolucionaria de la sociedad, se han acercado indiscutiblemente a diversas luchas contra la dominación, que mucho tienen que ver con el anarquismo: feminismo, ecologismo, antimilitarismo… Como han sostenido autores libertarios, tantas veces esa actitud dentro de la revisión marxista ha servido para justificar prácticas que no cuestionan radicalmente el poder jerárquico y caen de nuevo, de forma honesta o no, en viejos vicios que conducen a lo mismo. No hace falta dar nombres de fuerzas políticas, en la realidad actual de España, donde se han instalado ciertos populismos de izquierda cuyo origen es más bien explícito para quien lo quiera ver.
A diferencia del marxismo, el anarquismo no está obligado a confrontae una determinada visión política y de la historia con la realidad. Precisamente, desde los orígenes de ambas corrientes en el siglo XIX, es uno de los puntos que las ha distanciado, ya que la "conquista del poder" no es más que una estrategia del marxismo que forma parte de sus "certezas". Las ideas anarquistas no pueden, o no deberían, a pesar de ciertas actitudes reprobables, convertirse en teorías cerradas, doctrinas aceptadas o meras ideologías, ya que como sostiene Octavio Alberola, "el corpus ideológico el anarquismo (está) compuesto por una galaxia de pensamientos antiautoritarios suficientemente diversos", aunque a veces su muestran aparentemente discordantes: sindicalismo revolucionario, liberación personal, autogestión social, acción directa, educación emancipadora, amor libre… Las distintas manifestaciones que ha tenido, y sigue teniendo, el anarquismo (o antiautoritarismo) son producto, como suele aclarar Tomás Ibáñez, más de muy concretas prácticas sociales por parte de las propias personas, que de una teoría escrita a modo de guía. Es por eso que, a diferencia de otras corrientes convertidas en doctrina, el anarquismo se esfuerza permanentemente en poner en cuestión en sus experiencias transformadoras todo aquello que ya no resulta válido en el mundo actual. Una búsqueda permanente de un pensamiento liberador más consecuente con la realidad del momento.
Aunque siempre se ha insistido en las ideas libertarias en la adecuación de medios a fines, es tal vez una convicción que conlleva el peligro igualmente de la esclerosis, por lo que hay buscar un compromiso no dogmático con la realidad cotidiana, más que la confianza en grandes principios y discursos. Así, algunos han querido hablar de un nuevo anarquismo, aunque no dejaremos de insistir en los vínculos con el pasado, que no confía ya necesariamente en movimientos de masas que conducirán a un futuro revolucionario, ya que no dejaba de ser una forma de teleología, sino que trata de transformar la realidad aquí y ahora. Sea como fuere, además de esas valiosas prácticas, hay que seguir insistiendo en un pensamiento radicalmente emancipador, antiautoritario y exento de "certezas". Máxime, cuando vemos a las personas continuamente buscar refugio en viejas o nuevos formas de alienación social y política.
Es muy posible que el poder, como sostenía Foucault, sea poliédrico, que se produzca, no solo en el Estado o en las empresas capitalistas, también en cualquier otro ámbito humano, incluso en lo que vemos a diario en el mismo entorno urbano. Desde que nació como una de las corrientes modernas más radicalmente emancipadoras, el anarquismo y los anarquistas se han esforzado por combatir ese poder entendido como cualquier forma de dominación. No es necesario, por supuesto, conocer los grandes libros anarquistas, o de teoría política en general, ya que ese rebelarse contra la autoridad coercitiva se produce, tantas veces, de forma instintiva. Desgraciadamente, de forma paralela a esa condición rebelde y libertaria, en el ser humano se da todo contrario y acaba sucumbiendo a la tentación alienadora de la servidumbre voluntaria. Por supuesto, como no creemos que existe ninguna naturaleza o esencia humana, no pensamos que una condición u otra sean totalmente deterministas, las personas son más bien producto de cierto ambiente cultural, de unas determinadas prácticas sociales, por lo que los anarquistas han hecho bien en instalar y renovar en todo lo posible ese pensamiento radicalmente emancipador de rebelión contra todo tipo de dominación.
Sin ánimo de acaparar la lucha con la dominación, sí pensamos que el anarquismo ha sido el que más ha aportado a la misma, desde la propia etimología de su denominación, desde que nació explícitamente a lo largo del siglo XIX. Hemos insistido, tantas veces, en que muchas personas no desean adscribirse a priori a la enorme familia anarquista y, sin embargo, su actitud cotidiana está impregnada de esa condición libertaria. Por eso, haríamos bien los anarquistas, a pesar de esa asunción de todo una historia de casi dos siglos de luchas concretas, en no adoptar posiciones sectarias y dogmáticas bajo la bandera de una identidad colectiva (por muy roja y muy negra que sea). No es posible olvidar la historia, hay que recordar que en este mismo país hubo un intento de una revolución libertaria, tal vez la experiencia transformadora más avanzada de la historia. Sin embargo, mucho ha pasado desde entonces en el desarrollo de la modernidad, consolidado un sistema estatal y capitalista, opresivo y explotador, por lo que los anarquistas debemos revisar nuestras propuestas y confianza en un futuro mejor. Es cierto que el anarquismo se ha mostrado como la más coherente de todas las corrientes emancipadoras, especialmente en su comparación con el marxismo, convertido en una triste praxis en ese monstruo falaz denominado "socialismo real", por lo que a la fuerza está obligado a replantear sus certezas de forma continua. No obstante, el anarquismo, aunque exento de dogmas, y con la fuerza de sus convicciones éticas, debe luchar permanentemente para no quedarse estancado en la historia, para mantenerse vivo en todo ámbito humano.
El desarrollo de la historia contradice lo que, como doctrina supuestamente científica, afirmaba el marxismo. Es, tal vez, una muestra de la tendencia más dogmática del ser humano, incluso dentro de ideas que se pretenden emancipadoras. Así, incluso desde finales del siglo XIX, el marxismo ha sido objeto de revisión continua, aunque tantos se hayan refugiado en la ortodoxia y en una fidelidad a unos principios originarios con tintes más bien religiosos. A pesar de ello, y gracias a esas aportaciones renovadoras y heterodoxas, no hay que identificar al marxismo solo con la realidad de ciertos regímenes totalitarios, y como gran ejemplo tenemos la muy valiosa escuela de Fráncfort, precisamente como superación tanto del totalitarismo como del liberalismo, que ha tenido diversas etapas. Desde nuestro punto de vista, todas esas revisiones de la doctrina marxista, como transformación revolucionaria de la sociedad, se han acercado indiscutiblemente a diversas luchas contra la dominación, que mucho tienen que ver con el anarquismo: feminismo, ecologismo, antimilitarismo… Como han sostenido autores libertarios, tantas veces esa actitud dentro de la revisión marxista ha servido para justificar prácticas que no cuestionan radicalmente el poder jerárquico y caen de nuevo, de forma honesta o no, en viejos vicios que conducen a lo mismo. No hace falta dar nombres de fuerzas políticas, en la realidad actual de España, donde se han instalado ciertos populismos de izquierda cuyo origen es más bien explícito para quien lo quiera ver.
A diferencia del marxismo, el anarquismo no está obligado a confrontae una determinada visión política y de la historia con la realidad. Precisamente, desde los orígenes de ambas corrientes en el siglo XIX, es uno de los puntos que las ha distanciado, ya que la "conquista del poder" no es más que una estrategia del marxismo que forma parte de sus "certezas". Las ideas anarquistas no pueden, o no deberían, a pesar de ciertas actitudes reprobables, convertirse en teorías cerradas, doctrinas aceptadas o meras ideologías, ya que como sostiene Octavio Alberola, "el corpus ideológico el anarquismo (está) compuesto por una galaxia de pensamientos antiautoritarios suficientemente diversos", aunque a veces su muestran aparentemente discordantes: sindicalismo revolucionario, liberación personal, autogestión social, acción directa, educación emancipadora, amor libre… Las distintas manifestaciones que ha tenido, y sigue teniendo, el anarquismo (o antiautoritarismo) son producto, como suele aclarar Tomás Ibáñez, más de muy concretas prácticas sociales por parte de las propias personas, que de una teoría escrita a modo de guía. Es por eso que, a diferencia de otras corrientes convertidas en doctrina, el anarquismo se esfuerza permanentemente en poner en cuestión en sus experiencias transformadoras todo aquello que ya no resulta válido en el mundo actual. Una búsqueda permanente de un pensamiento liberador más consecuente con la realidad del momento.
Aunque siempre se ha insistido en las ideas libertarias en la adecuación de medios a fines, es tal vez una convicción que conlleva el peligro igualmente de la esclerosis, por lo que hay buscar un compromiso no dogmático con la realidad cotidiana, más que la confianza en grandes principios y discursos. Así, algunos han querido hablar de un nuevo anarquismo, aunque no dejaremos de insistir en los vínculos con el pasado, que no confía ya necesariamente en movimientos de masas que conducirán a un futuro revolucionario, ya que no dejaba de ser una forma de teleología, sino que trata de transformar la realidad aquí y ahora. Sea como fuere, además de esas valiosas prácticas, hay que seguir insistiendo en un pensamiento radicalmente emancipador, antiautoritario y exento de "certezas". Máxime, cuando vemos a las personas continuamente buscar refugio en viejas o nuevos formas de alienación social y política.
Extraído de reflexionesdesdeanarres.blogspot.com
sábado, noviembre 4
Reflexiones sobre los incendios de estos días en Galiza (por "Algunas elfas del bosque")
Estos días, Galiza fue otra vez noticia, pero el motivo no podría haber sido más catastrófico. Una oleada de varias decenas de incendios simultáneos, provocados y que arrasaron gran parte de los montes de Galiza y de parte de Asturias (hasta el momento). Con índices de hasta 50 focos declarados, es una de las peores oleadas de incendios de los últimos años, y que además de innumerables hectáreas quemadas y centenares de animales no-humanos muertos, heridos o sin hogar, ha dejado también a 4 personas muertas.
Tras varios días de incendios
provocados, y de hilarantes y descaradas declaraciones de parte de
miembros de la política autonómica y nacional, así como también de parte
de sus portavoces mediáticos, escondiendo su propia responsabilidad a
costa de culpar a un supuesto grupo de brigadistas despechados; tras
ver con impotencia y rabia cómo ardían una vez más los montes y los
bosques galegos y las fuerzas supuestamente encargadas de sofocarlos
hacían gala de una desorganización, desinformación y contradicciones que
nos cuesta mucho no ver como deliberadas (por parte de quiénes dan las
órdenes); tras días intentando participar como voluntaries para prestar
nuestra ayuda para apagar fuegos, hacer guardias para proteger viviendas
cercanas a zonas afectadas o calmar y dar apoyo moral y emocional a
personas presas de la desesperación y el miedo; tras soportar las falsas
condolencias del PP que mientras “lamenta los incendios” mantiene lazos
muy estrechos con la directiva de la empresa de celulosas ENCE,
principal responsable en Galiza y en buena parte del Noroeste ibérico
del monocultivo de eucalipto, la epidemia de una especie invasora,
pirófita y destructora del medio natural y de la flora autóctona… llega
el turno de pronunciarnos.
Para nosotras, repetimos que
no existen las casualidades cuando hay beneficios económicos de por
medio y menos cuando esos beneficios van destinados a unas pocas manos
que son quienes detentan el poder político y económico. En Galiza, es
conocida de sobra la trama que vincula al PP con la empresa ENCE,
pastera dedicada a la fabricación de papel, y con las madereras. Como
director de la fábrica que ENCE tiene en Pontevedra tienes al señor
Antonio Casal Lago, marido de María José Echevarría Moreno, Subdirectora
General de Coordinación Ambiental de la Consellería de Medio Ambiente,
Territorio e Infraestructura de la Xunta de Galicia, la cual, además,
tiene a su hermanita, Amaia Echevarría Moreno, de ejecutiva en dicha
fábrica. Además, tampoco es casual que fuese Mariano Rajoy, presidente
del gobierno del PP, quien, estando todavía en calidad de presidente en
funciones, aprovechó lo que parecían (y al final no fueron) los últimos
coletazos de su mandato para prorrogar la fábrica de ENCE en Lourizán,
Pontevedra, otros 60 años más, con nocturnidad, alevosía y veraneo de
por medio.
Esta corruptela se acompaña
con una desastrosa política no sólo en lo que respecta a la ordenación
territorial y a la absoluta negligencia en lo que respecta a la
regulación del monocultivo eucaliptal sino también en cuanto a la
gestión de los recursos económicos y la logística para la extinción de
incendios. Ningún gasto en limpieza de montes y prevención durante el
invierno (lo que provoca que se repitan cíclicamente los desastres en
verano), promoción continua del eucalipto (lo que hace aumentar
exponencialmente el peligro de que arda todo), y subcontratación en
precario de las brigadas durante 3 o 4 meses de verano, con medios y
material de mierda, mientras que muchos miembros de las brigadas
forestales siguen en su casa subiéndose por las paredes porque les han
dicho que “esperen órdenes” (al mismo tiempo que a las personas
voluntarias que intentamos ir a ayudar nos cierran el paso y nos dicen
que no tenemos formación ni preparación suficiente, que volvamos por
donde hemos venido, que nuestra ayuda no es necesaria aunque estemos
viendo el monte calcinarse a menos de 300 metros de nuestra posición).
Si no recurren al personal cualificado y preparado, y al resto no nos
dejan actuar porque no tenemos dicha preparación… ¿Quiénes pretenden que
apaguen los montes?
¿Cómo se vincula todo esto?
La empresa ENCE a la que pertenece la pastera de Pontevedra se dedica a
fabricar pasta de papel y por lo tanto, compra madera de eucalipto, y
todo el mundo sabe que el eucalipto quemado, si bien es madera de peor
calidad, vale igualmente para la fabricación de pasta de papel, con el
aliciente de que es mucho más barata. Como hemos dicho al principio, no
creemos en las casualidades.
En los medios de comunicación
primero notificaron que 400 brigadistas habían sido despedidos, y
luego, una vez llegaron los incendios, se atrevieron a echarles la
culpa, al mismo tiempo que decían que su ausencia no era relevante para
los trabajos de extinción, a pesar de que muchos otros permanecían
preparados pero inactivos “esperando órdenes” y de que desde otros
territorios del Estado los envíos de unidades eran realmente irrisorios
(suponemos que se debe a que la destrucción del medio natural en Galiza
no es tan importante como el Referéndum del independentismo en Cataluña y
que, además, al fuego no se le puede aplacar con hordas de cocainómanos
repartiendo pisotones, palizas y lanzamientos escaleras abajo, único
modus operandi conocido por los cuerpos de “seguridad” del Estado
español). No obstante, nosotres sabemos que tras esto no están los
brigadistas parados, quienes normalmente acceden sólo a contratos
discontinuos y saben muy bien lo peligroso y destructivo que es un
incendio forestal (precisamente porque son quiénes se juegan la vida
para apagarlos mientras en la Xunta se llenan la boca con discursitos y
señalan con el índice de una mano mientras con la otra recogen
discretamente los beneficios de sus tramas). Detrás de esto hay
responsables muy claros, y una cadena de decisiones políticas nefastas
que una vez más nos conduce hasta una conclusión terrible: Los montes
galegos (y no sólo) son el cheque en blanco de políticos y empresarios
de algunas industrias, un cheque del que extraer ganancias
(aparentemente) ilimitadas a costa de la salud, el bienestar, la
autonomía y las vidas de las personas que habitamos los lugares
afectados, sufriendo todos los años nubarrones negros que oscurecen el
cielo, olor a madera quemada y humo, noches sin dormir porque estamos
apagando fuegos o desvelados por la impotencia y las lágrimas, y la
visión desoladora de paisajes arrasados en los mismos montes donde
jugábamos de niños y donde soñábamos que algún día nos iríamos a vivir
entre cabañas en los árboles, lejos de la aburrida y monótona vida de la
ciudad.
Sabemos muy bien que para
quienes nos gobiernan y explotan nada de esto tiene importancia, y no
debéis malinterpretar nuestras palabras como un intento de pedirles
algo, no estamos solicitando ni demandando una mejor gestión de recursos
o una mejor administración forestal. Sería ingenuo esperar algo así de
un sistema como éste, que convierte la vida en mercancía y ganancia y a
cada ser vivo del planeta en un medio para obtener esa ganancia,
cubriendo el planeta de ciudades grises y muertas, polígonos
industriales semi-abandonados, minas a cielo abierto, fábricas,
autopistas, vertederos, mataderos, granjas, prisiones, psiquiátricos o
escombreras. Lo que sí queremos y nos gustaría es que estos hechos nos
sirvan a todes para darnos cuenta de una vez de que la única salida que
nos queda para salvar la naturaleza y nuestro medio es desertar de las
filas de esta civilización inhumana, organizarnos y responder, desde la
autonomía, la acción directa y la creación de estructuras, herramientas y
medios propios para organizarnos y recuperar poco a poco nuestra vida y
nuestro control sobre aquello que necesitamos, convirtiendo las ruínas
en huertos, en espacios para vivir y conspirar, en bosques de frutales, y
la rabia en acción para invertir la balanza y que de ese modo, destruir
la tierra deje de resultarles tan rentable a quienes hipotecan el
futuro por unos pocos millones más.
Porque como dijo Utah Phillips…
“La Tierra no se está muriendo, está siendo asesinada, y sus asesinos tienen nombre y dirección…”
No son accidentes, es terrorismo ambiental.
No son parados, son políticos y empresarios.
No son parados, son políticos y empresarios.
¡Okupación, resistencia, sabotaje!¡ENCE, PP, culpables!¡Ninguna agresión sin respuesta!
Algunas elfas del bosque.
PD: Para
conocer y comprender mejor el padecimiento que supone la fábrica de
celulosas de ENCE en la ciudad de Pontevedra recomendamos
encarecidamente la lectura del artículo “ENCE y la paciencia de una ciudad gris”, publicado en el número 5 del boletín anarquista Abordaxe! (febrero 2016) (disponible aquí en castellano).
Extraído de: La Rebelión de las Palabras
miércoles, noviembre 1
Nosotras
Cualquier día, nosotras,
a menudo invisibles
por los siglos de los siglos,
en lugar de negociar cuotas,
raciones de respeto
y homenajes tardíos,
ocuparemos los asientos de nuestra vida
sin pedir permiso,
sin el visto bueno de la historia.
Cualquier día, nosotras, silenciadas
por los siglos de los siglos,
en lugar de comprar un libro,
un coche, un champú,
un bocadillo o un bonobús,
compraremos un mundo
y os devolveremos el vuestro.
El que habéis convertido en finca privada,
en apartheid milenario.
Y nuestro mundo
será un mundo con curvas o sin curvas,
un mundo rizado o liso,
con tacones o con zapatillas,
un mundo lleno de ríos,
de bosques, de plazas, de derechos,
todos los derechos que quepan
en nuestros bolsillos,
en nuestras cabezas,
en nuestras vidas.
Derechos cavando fosas
sobre los privilegios.
Y si los dioses de cualquier religión
vienen a instalar su franquicia de eterna culpa
o reclaman su ilegítimo poder
sobre nuestros cuerpos,
les cerraremos la puerta de la sinrazón
y haremos que coman de nuestra mano
racimos de uvas sin ira.
Y si la tristeza saca sus uñas
de lunes lluvioso sobre los días,
haremos de nuestra comunidad
la mejor trinchera,
una trinchera multiétnica y multiética,
multigénera y multifeliz.
Cualquier día, nosotras
borraremos del diccionario
las palabras: víctima, agresión,
invisible, machista, golpes, minuto de silencio.
Cualquier día, nosotras,
en lugar de encender una vela tras cada funeral,
ocuparemos el mundo
donde volver a ser quienes fuimos,
un mundo donde no será necesario
hacerle el boca a boca a nuestras vidas.
Cualquier día, nosotras
desde nuestra ventana observaremos
el final de la violencia
como quien observa un glaciar milenario
ardiendo a la deriva
y tal vez,
tal vez os tendamos un puente.
El único puente posible para llegar al otro lado
del mundo.
El puente de la igualdad.
Cualquier día,
nosotras.
Cualquier día,
nosotras.
Marta Navarro.
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