“pronto moriré, espero que después de mí alguien continúe la lucha”
Alfredo
Cospito ha cumplido cinco meses en huelga de hambre y sigue dispuesto a
sacrificar su vida en lucha contra el sistema de tortura y aislamiento
que supone el régimen carcelario italiano del 41 bis.
Alfredo,
anarquista con décadas de militancia a sus espaldas, está en prisión
tras disparar en la pierna a Roberto Adinolfi, un directivo de una
empresa nuclear y por un ataque con explosivos en unas dependencias de
los Carabineros en Turín que no causó heridos (para conocer su historia y
los comienzos de la huelga de hambre, os recomendamos nuestro artículo “Hasta mi último suspiro” 80 días de huelga de hambre del preso Alfredo Cospito contra el aislamiento y la cadena perpetua).
Con
su cuerpo y su vida como únicas armas, se está enfrentando en una lucha
a muerte contra el Estado italiano para lograr acabar con el régimen
especial de aislamiento que supone la aplicación del artículo 41 bis,
similar al régimen FIES español.
Concretamente, Alfredo se encuentra recluido una celda por debajo del
nivel del mar, de 1,52×2,52, casi sin luz. Solo ve un trozo del cielo a
través de los barrotes. Se encuentra aislado del resto de presos, puede
recibir muy pocas visitas, todas a través de un cristal. No se le
permiten guardar fotografías, ni recuerdos, no puede estudiar, formarse,
leer lo que desea, ni escribirse con el exterior.
El pasado 24 de
febrero, el Tribunal de Casación italiano denegó su salida del
aislamiento. Es consciente de que cada día puede ser el último y está
dispuesto a aprovechar cada uno de ellos para hacer pública la
inhumanidad del régimen especial y tratar que los 750 presos sometidos a
él salgan algún día de éste.
Ese día, Cospito asumió que el
Estado italiano le condenaba a muerte y, pese a ello, decidió que
continuaba con la huelga de hambre. Sus palabras al conocer la resolución eran claras: “pronto moriré, espero que después de mí alguien continúe la lucha”
En aislamiento por anarquista
Uno
de los motivos para mantenerle en aislamiento, ha sido el no renegar de
sus ideas anarquistas y de seguir en contacto con sus compañeros. Así
lo señaló el Ministro de Justicia, Carlo Nordio, que afirmó que “es peligroso y habla a los anarquistas, debe permanecer en el 41 bis” además de acusarle de dar y recibir órdenes de compañeros en el exterior.
También,
y con el ánimo de frenar las simpatías que su lucha está despertando en
parte de la opinión pública italiana, se le está acusando de trabajar
para los mafiosos, dado que este régimen especial fue creado
directamente para aislar a los principales capos de estas organizaciones
del exterior.
Ante esto, Alfredo, lejos de renegar de sus ideas,
las defiende orgulloso, afirmando que su lucha es solo por una vida que
merezca ser vivida para cualquier persona que esté encerrada en estas
condiciones, como escribía en su carta difundida por su abogado el 1 de marzo.
“Mi
lucha contra el 41 bis es una lucha individual de un anarquista, ni doy
ni recibo órdenes. Simplemente no puedo vivir en un régimen inhumano
como el 41 bis, donde no puedo leer libremente lo que quiero, libros,
diarios, periódicos anarquistas, revistas de arte y ciencias, así como
de literatura e historia. La única posibilidad que tengo de salir es
renegar de mi anarquía y vender a alguien que ocupe mi lugar.
Un
régimen donde no puedo tener ningún contacto humano, donde no puedo ni
ver ni tomar un puñado de hierba o abrazar a una persona querida. Un
régimen donde las fotos de tus progenitores son secuestradas. Enterrado
vivo en una tumba en un lugar de muerte. Llevaré adelante mi lucha hasta
las consecuencias extremas, no por un “encargo” sino porque ésta no es
vida.
Si el objetivo del Estado italiano es hacerme
“disociar” de las acciones de los anarquistas de fuera que sepa que como
buen anarquista yo no acepto recados. Creo que cada uno es responsable
de sus propias acciones, y como perteneciente a la corriente
autoorganizativa no estoy “asociado” a nadie y por tanto no puedo
“disociarme” de nadie. La afinidad es otra cosa. Un anarquista coherente
no toma distancia de otros anarquistas por oportunismo o conveniencia.
Yo
siempre he reivindicado con orgullo mis acciones (incluso en los
tribunales, por eso me encuentro aquí) y nunca he criticado las de otros
compañeros, mucho menos cuando existe una situación como en la que me
encuentro.
El mayor insulto para un anarquista es ser acusado de dar o recibir ordenes.
Cuando
estaba en el régimen de Alta Seguridad también tenía la censura y no he
expedido ningún “pizzini” (n. del t.: papelitos mediante los que
supuestamente los jefes mafiosos pasan sus ordenes) sino artículos a los
diarios y revistas anarquistas. Y sobre todo era libre para recibir
libros y revistas y escribir libros, leer lo que quería, incluso se me
permitía evolucionar, vivir.
Hoy estoy dispuesto a morir
para hacer entender al mundo lo que realmente es el 41 bis; 750 personas
lo sufren sin protestar, convertidos continuamente en monstruos por los
mass media. Ahora me toca a mí, me habéis convertido en un monstruo
como el terrorista sanguinario, después me habéis santificado como el
mártir anarquista que se sacrifica por los demás, para después volver a
convertirme en un monstruo, como un terrible espectro. Cuando todo haya
acabado, sin duda seré elevado a los altares del martirio. No, gracias,
no estoy por la labor, no me presto a vuestros sucios juegos políticos.
En
realidad, el verdadero problema del Estado italiano es que se lleguen a
saber todos los derechos humanos que son violados en este régimen 41
bis en nombre de una “seguridad” por la que se sacrifica todo. ¡Bien!
Tendréis que pensároslo mejor antes de meter a un anarquista aquí
dentro. No se que motivaciones reales ni maniobras políticas habrá
detrás. Y porque alguien me ha usado como “manzana envenenada” en este
régimen. Era bastante difícil no prever cuales serían mis reacciones
ante esta “no vida”. Un Estado, el italiano, digno representante de la
hipocresía de un Occidente que continuamente da lecciones de “moralidad”
al resto del mundo. El 41 bis ha dado lecciones que han sido bien
recogidas por estados “democráticos” como el turco (los compañeros
kurdos saben algo de ésto) y el polaco.
Estoy convencido
de que mi muerte supondrá un obstáculo a este régimen y que los 750 que
lo sufren desde hace décadas podrán vivir una vida digna de ser vivida,
hayan hecho lo que hayan hecho. Amo la vida, soy un hombre feliz, no
cambiaría mi vida por la de ninguno otro. Y es porque la amo por lo que
no puedo aceptar esta no vida sin esperanza.
No puedo rendirme a esta no-vida
El 14 de marzo, Cospito tuvo una nueva oportunidad de alzar la voz
en la vista en la que se revisaban las medidas cautelares del proceso
Sibila, en el que está imputado junto a otros compañeros, acusados de “cargo de instigación a la delincuencia con el agravante de terrorismo” por la difusión de escritos en panfletos, webs y periódicos.
“Soy
el único idiota que muere en el occidente democrático desarrollado
porque se le impide leer y estudiar lo que quiere, periódicos
anarquistas, libros anarquistas, revistas históricas y científicas, sin
descuidar los amados cómics.
Admitiréis que es paradójico
y hasta un poco divertido, no puedo vivir así, simplemente no puedo
hacerlo, espero que quienes me aman lo entiendan. No puedo rendirme a
esta no-vida, es más fuerte que yo, quizás porque soy un anarquista
cabezón de Abruzo. Ciertamente no soy un mártir, los mártires me dan
asco, Sí, soy un terrorista, le disparé a un hombre y orgullosamente
reivindiqué ese gesto, aunque dejad que os diga, la definición hace
sonreír un poco en boca de los representantes de Estados que tienen
guerras y millones de muertos en su conciencia y que a veces, como uno
de nuestros ministros, se enriquece con el comercio de armas. Pero que
podemos decir al respecto, así va el mundo, al menos hasta que triunfe y
vean la luz la anarquía y el verdadero socialismo, el antiautoritario y
antifascista. “No falta nada” diréis vosotros y también yo, por ahora
los únicos destellos de luz que veo son los gestos de rebeldía de mis
hermanos y hermanas revolucionarias en todo el mundo, y no son poca
cosa, porque están hechos con corazón, pasión y valentía, por pequeños e
inconexos que puedan parecer.
Dicho esto quería explicar
el sentido de mi tenacidad contra el régimen 41 bis. Creo que algunos
juristas lo han entendido, pero muy pocos lo han comprendido: el 41 bis
es una metástasis que amenaza y de hecho está socavando vuestro llamado
estado de derecho, un cáncer que en una democracia un poquito más
totalitaria –con el gobierno de Meloni estamos cerca– puede servir para
reprimir, silenciar con terror cualquier disidencia política, cualquier
tipo de extremismo hipotético. El tribunal que decide sobre la condena a
la mordaza medieval del 41 bis es muy similar al tribunal especial
fascista: sólo podré salir de este círculo dantesco si reniego de mis
convicciones políticas, de mi anarquismo, sólo si vendo a algún
compañero o compañera. Siempre empieza por los gitanas, los comunistas,
los antagonistas, los gamberros, los subversivos y luego por las
izquierdas más o menos revolucionaras.
Cómo no iba a
oponerme a todo esto, desde luego de forma desesperada, y para un
anarquista, precisamente porque no tenemos una organización, la palabra
dada lo es todo, así que seguiré hasta el final. Para concluir, como
dijo el anarquista Henry si no recuerdo mal, antes de que le cortaran la
cabeza: “cuando no me gusta el espectáculo tengo derecho a abandonarlo,
saliendo y dando un gran portazo”. Lo haré en los próximos días, espero
que con dignidad y serenidad, en la medida de lo posible.
Y tristemente, ese final puede estar cada día más cerca. El pasado 22 de marzo, Cospito sufrió una crisis cardíaca que, según los médicos pueden dejarle secuelas irreversibles.
Es
posible que Alfredo muera, pero las múltiples muestras de solidaridad,
con concentraciones y ataques a intereses italianos y de la policía a lo
largo de todo el mundo, demuestran que son muchos los decididos a
continuar su lucha.
Para una información actualizada, recomendamos la web www.lucharcontrael41bis.noblogs.org
Extraído de https://www.todoporhacer.org