El fin del mundo ya llegó
pero viene en episodios.
Uno se llama Titanic, en él se hunde el mundo
pero la orquesta sigue tocando,
la derecha promete crecimiento infinito,
la publicidad dice no te conformes con menos,
la propaganda comenta que lo mejor está por venir,
la gente va al gimnasio, hace yoga
y se recupera la venta de automóviles y smartphones.
Otro se titula El dinero manda,
un musical para que el corazón lata al ritmo del capital
que justificará la desaparición de ecosistemas
la explotación de las personas,
y el exterminio de las especies.
El tercero se llama Cuatro Gatos,
y enseña a despreciar a ecologistas, anticapitalistas,
decrecentistas, anarquistas y animalistas.
El tercero se llama Enterprise
y promete el traslado a Marte
el día que terminemos de destruir
lo que será imposible reconstruir en ninguna otra parte.
El cuarto es Zombis Nazis
y plantea la necesaria eliminación del 99%
para la supervivencia del 1%,
de momento es un gran éxito
y apenas hay gente en desacuerdo
pues todos nos consideramos dentro del 1%
que se salvará.
El quinto será Corazón y enseñará
todos los atributos del posthumanismo en ciernes:
irresponsabilidad, infantilismo, apoliticismo,
consumismo e inmoralidad.
El sexto será ¡Entre fieras!
y en él los pobres serán castigados por inadaptados
e ineficientes de cara a su necesaria eliminación.
El séptimo será Raíces, para aceptar la división biológica
de amos blancos y siervos de razas inferiores.
El octavo será Tendido 0,
para combatir el sufrimiento animal
con tradición, cultura y arte de la tauromaquia.
El noveno será El Dorado,
para naturalizar la depredación de las riquezas del Tercer Mundo
y la eliminación de las comunidades nativas
por primitivas y atrasadas.
Y entre medias, repetirán ¿Todo bien?,
para bloquear cualquier síntoma de malestar
cuando haya que saludar a alguien
en este tiempo donde nada va bien.
Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023
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