Educamos para el diálogo
pero los contenidos son los mismos
en todos los libros.
Educamos para la paz
pero traemos a los militares
a hacer proselitismo en los colegios.
Educamos para la tolerancia
pero la primera norma del currículo
se llama competitividad.
No sabemos qué hacer con los niños,
ni en casa ni en la escuela,
pero nos gusta tenerlos
como se tiene una segunda residencia.
Son el futuro, decimos, pero
que los apaciente el maestro,
que los apaciente Nintendo.
Antonio Orihuela. Todos atrapados en la misma trampa. Ed. Garum, 2020
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