América Latina y el agresor silencioso: Monsanto
Latinoamérica tiene un agresor que hasta ahora ha actuado silente e impune. Satisface más las necesidades materiales de políticos y empresarios, que de quienes debieran ser los beneficiados. Sus productos muchas veces, aun no autorizados, experimentan en las tierras y cuerpos de los latinoamericanos. Afecciones, deformaciones y muertes prematuras son el resultado final de sus productos.
Monsanto, así se le conoce y sigue siendo una de las empresas que ha creado más controversia a nivel mundial debido a lo desbastador que han sido los resultados sobre la salud humana, animales, plantas y el medio ambiente en general.
Fue fundada en San Luis, Missouri, Estados Unidos en 1901, por John Francis Queeny, químico veterano de la industria farmacéutica.
En sus primeros años, Monsanto distribuyó sacarina. También proveyó de endulzantes a Coca-Cola, haciéndose uno de sus principales proveedores. Espero la mayoría de mis lectores sepan del daño que causa esta bebida.
En la década de 1940 fabricaba plásticos, incluyendo poliestireno y fibras sintéticas. Gracias a esto la bolsa plástica y los plásticos en general son causantes de ni sabemos cuantas muertes de animales como tortugas, cetáceos y ballenas, sin hablar del incremento de CO2 en todo el planeta.
Están relacionados con Searle, quien fabricaba aspartame, conocido como NutraSweet pero en el 2000 Monsanto vendió ese negocio, después de las múltiples denuncias de su incidencia en millones de casos de cáncer. También tuvieron un negocio enfocado a la somatotropina bovina (también cancerigeno), que fue luego vendido en 2008.
En la década de los 60, Monsanto fue contratada por el gobierno de Estados Unidos para producir un herbicida llamado AGENTE NARANJA, utilizado en la guerra de Vietnam con el fin de destruir la selva vietnamita y las cosechas, privando a los vietnamitas de alimento y de vegetación donde esconderse. El agente naranja fue un potente químico que causó entre la población vietnamita unos 400.000 muertos y unos 500.000 nacimientos de niños con malformaciones, además de las bajas en el propio ejército estadounidense.
Con la prisa por producir rápidamente el herbicida y con unos costes mínimos, al producto final le colocaron grandes cantidades de la dioxina tetraclorodibenzodioxina, un subproducto altamente cancerígeno que además provoca malformaciones en los fetos. Esto unido a la gran capacidad del agente naranja de permanecer activo en el suelo ha provocado graves daños en las selvas de aquel país, así como generaciones de niños con malformaciones y problemas de cáncer.
Ahora vemos con estupor como actualmente en la selva amazónica brasileña empresarios ganaderos están utilizando el “agente naranja” para deforestar espacios y ampliar su expansión. (Ver noticia en http://www.canalazul24.com/?p=4839.)
Uno de sus productos más conocidos por su alto nivel no solo de ventas sino también por las nocivas consecuencias que trajo consigo es el herbicida “Roundup” un glifosato tóxico para la salud. Y que sin embargo ha sido comercializado producto de las estrategias de negocios y los acuerdos intergubernamentales que otorgaron licencia para su consumo, razón por la cual Monsanto actualmente está bajo investigación por el Departamento de Justicia desde el año 2009 en los Estados Unidos por su publicidad engañosa.
Monsanto con el beneplácito de muchos gobernantes sudamericanos, han introducido distintos tipos de transgénicos en nuestros mercados, a pesar que una buena parte de ellos son prohibidos en Europa y en el propio EE.UU.
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